San Juan 10:10 "El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."
Hace 10 años, iniciamos el grupo de oración en la Iglesia a la que asisto, pero no fue algo planificado, sino un tremendo deseo de que Dios me mostrara algo más profundo en mi relación con El. No estaba conforme con solo venir los Domingos, sentarme y participar del servicio, ya sea en las alabanzas o en escuchar la Palabra, en accionar con un grupo de crecimiento, etc.
Esto lo veníamos haciendo ya por varios años, de repente me entró un deseo y un anhelo de cambiar de Iglesia, pero hoy creo que Dios me dirigió a un amigo para conversar al respecto.
Al explicarle mi situación, Dios puso en el corazón de este hombre De Dios, para que probara participando de este grupo de oración los Sábados a las 5:30 de la mañana y aunque solo éramos cinco personas en aquel tiempo, entró una pasión en mí por continuar viniendo e invitando a otros para venir y servir a Dios de esa manera.
Hoy estoy seguro que Dios estaba en esto desde el primer Sábado que participamos, y no lo puedo dudar que Dios está en ello, porque a estas alturas, ahora nos estamos reuniendo alrededor de 200 hermanos y hermanas con el mismo deseo y pasión de estar en la presencia de Dios, para alabarle, adorarle, y bendecir a tantas personas, con palabras basadas en la Palabra de Dios para animarles, traer fe, esperanza, amor, y confiados que Dios tiene cosas grandes que llevar a cabo en cada uno de nosotros.
Ademas, Dios ha enviado compañeros de oración, salmistas, profetas, evangelistas y maestros, todos preciosos y amantes De Dios, para apoyar esta obra. Podemos proclamar que Dios es bueno y misericordioso.
Lo último que puedo decir, sino lo primero, que la Gloria sea únicamente para El. Y creo fervientemente que hay un propósito para que esta reunión Dios la haya iniciado e impulsado. Tengo la fe que El Señor nos va llevar de Gloria en Gloria, porque mayor es la Gloria postrera que la primera.
Porque si lo honramos a El, El nos va honrar a nosotros. Gracias al Pastor General de nuestra congregación por su decidido apoyo, sin el cual no hubiese sido posible llegar hasta donde El Señor nos ha llevado.
Que Dios bendiga sus vidas abundantemente.