Categoría: Oración

COMO ELEVAR NUESTRO NIVEL DE FE

Al enfrentar dificultades y adversidades, ¿cómo respondes? con duda y miedo?, o talvez respondes con fe?

Ciertamente, cuanto más vivamos, más deberíamos funcionar a un nivel de fe más elevado. Sin embargo, algunas personas ni siquiera se dan cuenta de que hay grados de fe. Incluso si lo hacen, el miedo puede obstaculizar su confianza y permanecerán en el nivel más bajo, perdiéndose lo mejor de Dios.

Dios ofrece el don de la fe a cada persona, cristiana o no. De hecho, todos ejercitamos la fe todos los días: vamos a la oficina esperando tener un trabajo allí; y como cristianos oramos porque confiamos en que Dios nos escucha y nos responde. La fe del creyente es dirigida por Dios, mientras que la fe del incrédulo es autodirigida y simplemente elige no ejercer la fe en el Señor.

La fe en Dios es vital para nuestra relación con Él. Determina si tenemos paz o ansiedad y puede significar la diferencia entre el coraje y el miedo. Confiar en Dios impacta cada aspecto de la vida. Incluso la forma en que manejamos las decisiones cotidianas menores está estrechamente relacionada con lo que creemos. La fe puede ser una lucha porque reaccionamos naturalmente de acuerdo con lo que vemos y sentimos. Pero cuando respondemos confiando en Dios, Él nos bendice.

CUALES SON ESTOS NIVELES DE FE ?, COMO PODEMOS DISTINGUIRLOS ?, QUE DICE DIOS SOBRE ELLOS ?

1. NIVEL UNO: POCA FE

Esta una fe inquieta, que se caracteriza por luchar y vacilar entre la esperanza y la incertidumbre. Dice: «Sé que Dios puede, pero no estoy seguro de que lo hará».

Vemos numerosos pasajes de las Escrituras donde Jesús menciona la debilidad de la fe de alguien, no como una crítica sino con un sentido de aliento para pasar a un nivel más profundo.

MATEO 8:23-26 » 23Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. 24Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. 25Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. 27Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es este, que aun los vientos y el mar le obedecen?

Muchas personas permanecen en esta etapa porque su enfoque está en sí mismos, sus circunstancias y sus propios recursos o habilidades en lugar de en el Señor. Son incapaces de creer mucho en Dios y se vuelven irritables.

Santiago 1:6-8 advierte contra este tipo de fe vacilante: dice que la persona que duda “…no debe esperar recibir cosa alguna del Señor, porque el hombre de doble ánimo, es inconstante en todos sus caminos”.

Eso no quiere decir que Dios nunca contestará tus oraciones a menos que alcances el más alto grado de fe. Como Él desea lo mejor para nosotros, no quiere que vivamos en este nivel más bajo.

También debemos darnos cuenta de que ser espiritualmente maduro no significa que un cristiano nunca flaqueará. Hay momentos en los que nos enfrentamos a situaciones nuevas o confusas, y es entonces cuando podemos esforzarnos por conocer la voluntad de Dios.

Para el cristiano que está luchando con la fe de nivel uno, las preguntas que debe hacerse son: ¿Dónde está mi enfoque? ¿Realmente creo que Dios es quien dice ser, que es omnipotente y omnisciente, que me ama incondicionalmente y ha prometido no dejarme ni abandonarme nunca?. Algunos de los obstáculos para la fe de nivel superior son: 1) no saber lo que dice la Escritura acerca del Señor y 2) pensar de acuerdo con el patrón del mundo en lugar de «programar» la mente con la Palabra de Dios. En cualquier caso, la solución es la misma: ingesta regular de la verdad bíblica.

2. NIVEL DOS: GRAN FE.

Esto es la fe que se extiende, que asciende, y se demuestra en creyentes maduros que no están dispuestos a permanecer en un nivel de duda y temor.

La gran fe se basa en la verdad de las Escrituras y no necesita otra prueba que la Palabra de Dios. Su enfoque está en el Señor, no en la dificultad. El problema no es cuán mala es la situación, sino que nuestro Dios soberano es más grande que cualquier cosa que enfrentemos y es lo suficientemente poderoso como para cambiar cualquier circunstancia.

Como resultado, una gran fe está dispuesta a esperar. En el nivel uno, las personas se preocupan y se enfurecen cuando las cosas no salen como se esperaba, y luego se dan por vencidas. La gran fe está dispuesta a perseverar. Dice: «No me rendiré» y confía en Dios con plena expectativa de que Él hará exactamente lo que ha prometido.

MATEO 8:5-10 » Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, 6y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. 7Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. 9Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 10Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe... 13Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.

Aqui se ilustra este nivel de fe. El centurión confiaba tanto en la capacidad del Señor para restaurar la salud de su siervo que ni siquiera consideró necesario que Jesús sanara al hombre en persona. Cuando el oficial declaró: “Solo di la palabra, y mi criado sanará” (v. 8), la respuesta de Jesús fue maravillarse ante tanta fe (v. 10).

3. NIVEL 3: FE PERFECTA.

Esta es la fe que descansa, no lucha, no se afana, ni se extiende, sino que descansa. Qué dice: “Asunto concluido». Una persona que opera en este nivel de confianza sabe qué tiene lo que pide, porque se apoya en la Palabra de Dios con absoluta seguridad. No hay más preocupación, no más manipulación, no más intentos de resolver las cosas y hacer que sucedan.

La fe perfecta debe ser la meta de todo creyente.

MARCOS 11:14-20 «2Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. 13Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. 14Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos…..20Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. 21Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. 22Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. 24Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

Los discípulos notaron que la higuera que Jesús había maldecido, ahora estaba seca de raíz. La respuesta de Jesús fue: “Tened fe en Dios… todo lo que oráis y pidiereis, creed que lo habéis recibido [tiempo pasado], y os serán concedidos [tiempo futuro]” (vv. 22-24). La fe perfecta sabe lo que Dios dice y no lo cuestiona, pero con confianza asume que ya está hecho.

El Señor quiere que nuestra fe sea tal que constantemente veamos cómo las promesas divinas se hacen realidad. Por supuesto, una persona que vive en pecado o que ora por algo fuera de la voluntad de Dios no puede esperar que se le conceda su pedido. Pero el cristiano obediente con fe de nivel tres descansa en las promesas de las Escrituras: no siente la necesidad de mendigar; lo que Dios ya ha prometido ocurrirá.

Poca fe se preocupa porque las circunstancias parecen sombrías y asume que Dios no debe estar escuchando. Gran fe razona: “Padre, dijiste que suplirías mi necesidad, y confío en que lo harás”. La fe perfecta dice: “Tú has prometido que suplirías mi necesidad, y sé que ya has preparado la provisión que tienes en mente. Lo que es una lucha para mí, no lo es para Ti en absoluto. Tú lo tienes todo resuelto. Muchas gracias.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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QUE HACER CUANDO NUESTRAS CARGAS PARECEN INSOPORTABLES

Cuando sientes una carga grande en tu corazón, y te sientes desanimado, desesperanzado y muy agobiado, ¿dónde buscas alivio?, ¿recurres a alguien o algo en busca de consuelo o una forma de escape?. Pero hoy te quiero decir que hay una mejor opción, venir a CristoJesús. MIra lo que Él dijo:

MATEO 11:28, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y agobiados, y yo os haré descansar».

En la Biblia, dos tipos de cargas son mencionados:

1. Las Cargas del Señor. En el Antiguo Testamento, un divino mensaje de Dios dado a un profeta fue llamado una carga o un oráculo. Muchos veces, estas profecías eran una declaración de la voluntad de Dios como un juicio inminente sobre una persona o una nación. Hoy, podemos sentir una carga por orar o ayudar a alguien cuando el Espíritu le traiga esa persona a la mente. O algún sentido de urgencia por predicar las verdades de La Palabra de Dios a la congregación. Estas indicaciones, producen en nosotros una urgencia, y un sentido de la responsabilidad tal como lo experimentaron los profetas.

2. Las Cargas Cotidianas. Vivimos en un mundo caído, y siempre tendremos pruebas que debemos soportar, pueden venir de varias formas, ya sea financieros, de salud, de relaciones familiares, problemas en el trabajo, abuso, arrepentimientos pasados y pecados, dolencias físicas o la muerte de seres queridos. Todas o cada una de ellas, pueden hacernos sentir agobiados más allá de lo que podamos soportar.

Pero!, Jesús ofrece una solución.

1. Nos hace la siguiente invitación. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). El Hijo del Dios viviente, quien es soberano sobre todas las cosas y tiene todo el poder, siempre está dispuesto y es capaz de venir a nuestra ayuda, porque nada es demasiado difícil o pesado para Él puesto que Él, fue quien cargó con nuestros pecados en la cruz del Calvario, y ciertamente llevará nuestros cargas, cualquiera que sea, una vez que hemos recibido a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Él nos invita a venir a Él con nuestras cargas.

  • En oración, admitiendo tu debilidad, diciéndole al Señor lo que es agobiante en tu vida, y pidiéndole Su ayuda.
  • Entrégale a Él tu carga. Estás invitado a lanzar todos tus ansiedad en Él porque Él se preocupa por vosotros (1 Pedro 5:7), y Él promete sostenerte para que no seas sacudido (Sal. 55:22). Puede que Él no levante tu carga, pero Él te fortalecerá para soportarlo.

2. Proseguir de acuerdo a este mandato. “Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí… porque Mi yugo es suave, y Mi carga es liviana” (Mateo 11:29-30). Un yugo es un marco de madera colocado sobre los cuellos de dos bueyes para distribuir uniformemente el peso y alinearlos mientras caminan juntos. En el tiempo de Jesús, la gente estaba bajo el yugo del Imperio Romano y el religioso de los fariseos, quienes impusieron pesadas cargas de legalismo, que incluso, ellos mismos no pudieron sobrellevar. Jesús les dijo a los que estaban cansados de ese legalismo, que intercambiaran esos yugos, tomando el Suyo y aprendiendo de Él.

Para tomar su yugo, confesamos nuestros pecados y recibimos a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Como sus discípulos, respondemos con gratitud y amor, viviendo una vida piadosa de entrega y obediencia. Asi que cuando vengan las cargas diarias de la vida, Él nos ayuda a llevarlas y nos enseña a caminar a través de ellos con paz y confianza en Él, para que no se vuelvan insoportables.

3. Esta es la Garantía. “Porque soy manso y humilde de corazón”(Mateo 11:29). El carácter de nuestro Salvador es un gran consuelo para nosotros cuando nos sentimos agobiados. Él nunca nos condena y nos invita a venir a Él en tiempo de necesidad (Juan 6:37). Él nos trata amablemente y se ofrece para ayudarnos a llevar nuestras cargas pesadas.

4. Esta es la Promesa. “Encontraréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:29). Cuando confiamos en Jesús para salvación y para cada carga diaria, Él nos da la seguridad eterna, y la paz en nuestros corazones. Mientras mantenemos nuestro enfoque en Él, Él reemplaza la confusión, el miedo, la ansiedad, la ira y la frustración con tranquila confianza en Él. Además, Él viene a nuestro lado a llevar nuestras cargas para que no las sintamos tan pesadas. Incluso, aunque la carga permanezca, nuestras almas estarán en paz porque confiamos en Él.

Nuestra primera respuesta cuando las pruebas de la vida se vuelven pesadas debería ser venir a Cristo, tomar su yugo y aprender de él. No importa lo que estemos enfrentando, Él es suficiente para sustentarnos.

Para que esto sea posible en nuestras vidas, debemos estar dispuestos a entregarnos a Dios, aceptando a Jesús como nuestro Salvador y haciendo la siguiente oración en voz alta:

«Padre Celestial, te pido que perdones mis pecados, que vengas a morar a mi corazón, hagas de mi una nueva criatura, que te sirva, que abres mis ojos espirituales, me muestres tu voluntad para mi vida. Lávame con la preciosa Sangre de Jesucristo y lléname de tu Santo Espíritu. Hago un nuevo pacto contigo de seguir tus mandamientos y tus preceptos, en el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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ESCRIBE LA VISIÓN, ESCRIBE TUS METAS

Este año 2023, debe ser un año cuando debemos entrar con grandes expectativas, porque Dios tiene oportunidades que Él va abrir para nosotros, ya sea a traves de una persona o de ideas creativas, pero debemos seguir sus instrucciones y ser obedientes a su Palabra.

Para lo anterior, es importante que establezcamos metas para este nuevo año, las cuales deben ser Medibles, Específicas, con Tiempo de ejecución y Alcanzables. Ya que Dios nos instruye en:

HABACUC 2:2 «Y Jehová me respondió y dijo: Escribe la visión y declárala para que corra el que leyera en ella.«

Aqui se nos indica que debemos escribir nuestras metas, y no solo pensarlas o visualizarlas, porque esta es la manera más adecuada para que Dios pueda actuar y prosperarnos. MIra lo que Él tiene establecido:

3 JUAN 2 » Amado, Yo deseo que tu seas prosperado en todas las cosas, que tengas salud, asi como prospera tu alma.

Presta atención, si tú quieres que este año sea diferente, escribe tu visión, escribe tus metas. Yo no sé si a estas alturas del año ya tienes escritas tus metas, pues de esta manera podemos enfocarnos en ellas y posteriormente evaluarlas para saber si las hemos cumplido y las que no, hacer los ajustes necesarios.

En mi caso particular, las tengo divididas en: Espirituales, Familiares, Profesionales y Personales. Y si tú escribes las tuyas, estoy seguro que Dios bendecirá tu vida y veras la Gloria de Dios de una manera sobrenatural. Te lo hablo por experiencia.

Talves no veamos las metas cumplidas de una solo vez, porque la Palabra de Dios nos dice en:

PROVERBIOS 4:18 » Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.»

Esto nos quiere decir que tu nuestra prosperidad va en aumento y que la expectativa para el año 2023 sea subir, sea crecer, sea ser prospero.

ENTONCES, QUE DEBEMOS HACER ?

1. TOMESE EL TIEMPO PARA PLANIFICAR.

Dios solo bendice el orden, Él no bendice el desorden. Defina que es lo que quiere en su vida, en su vida personal, en el area financiera, en su vida espiritual, es su vida profesional. Pero defínalo, marque fechas para llevarlos a cabo.

Quiere tener una casa,un empleo, una promoción, quieres viajar, quieres crecer espiritualmente hablando, quieres servir en algún Ministerio de tu Iglesia, en alguna organización de servicio. Te comento esto, porque Dios cuando quiere bendecir a alguien, pregunta: QUE QUIERES?.

Recordemos el ejemplo de Jesucristo cuando venían los ciegos o los leprosos. Claro, Él sabia que necesitaban la vista o ser limpios en sus cuerpos. Pero porque preguntaba ?, porque nosotros tenemos que hacer nuestra parte.

Hasta entonces, hasta que el ciego y el leproso decían que querían, Jesús daba la vista al ciego y sanidad al leproso. Él les decía: De acuerdo a lo que has pedido, te sea dado.

Una vez más, escribe la visión, escribe lo que vas hacer. Esto no es una sugerencia, es una orden.

2. EL AHORRO.

Dice la Palabra de Dios, que unos Fariseos vinieron a Jesús para tentarle y poder asi acusarle, preguntándole: Es liito pagar los impuesto?. Y Jesús les contesto: Dar al Cesar lo que el del Cesar y a Dios lo que es de Dios.

En este sentido, lo primero que tenemos hacer es dar nuestros diezmos a Dios, o sea donde recibimos nuestro crecimiento espiritual, en este casa en la Iglesia en que nos congregamos, porque?, porque hay promesa:

MALAQUíAS 3:10-11 » Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.

Podemos ver que al traer los diezmos a Dios, no solo recibiremos bendiciones hasta que sobreabunda, sino que también, Dios reprenderá por nosotros al devorador, al que retraza nuestras bendiciones, al que trae enfermedad a nuestras vidas, al que trae discordias, tristeza, depresiones, etc.

Y así como en otras culturas, se les enseña el hábito del ahorro, nosotros también debemos ahorrar al menos el 10% de nuestros salarios o ingresos. Sino miremos las hormigas, se abastecen durante la época de abundancia para época de escasez. De eso se trata, del ahorro. Sobretodo en esta temporada de crisis, de recesión económica.

3. SEA AGRADECIDO CON DIOS CADA DÍA.

Siempre demos gracias a Dios porque eso es agradable a Él. Recibes tu paga, dale gracias a Dios, recibió un milagro, dele gracias a Dios, se graduó uno de sus hijos, dele gracias a Dios, recibió su sanidad, dele gracias a Dios.

Porque cuando damos gracias a Dios, estamos garantizando un segundo y mayor favor que el primero. Sino veamos, la historia de los 10 leprosos.

LUCAS 10:15-19 » 15Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este era samaritano. 17Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado

Este que había sido sanado de la lepra, fue el único delos 10 que regreso y se postró. Jesús le manifestó, como tu regresaste a dar gracias a Dios, Levántate, vete, tu fe te ha salvado.

Ahora mismo como una forma de manifestar mis agradecimientos, he comprado un cuaderno, donde cada día escribo las cosas por las cuales estoy agradecido cada día y lo hago antes de irme a la cama.

4. ADQUIERE CONOCIMIENTO.

QUE CONOCIMIENTOS VAS ADQUIRIR ESTE AÑO?. Por lo menos lee la Biblia, pero planifíquelo, establezca a que horas lo va hacer, conque Libro de la Palabra vas a comenzar. Te recomiendo el Libro de San Juan. Lee un capítulo cada mañana, medita en ello,.

En mi caso, como testimonio, no solo leo la Palabra, en 4 diferentes Libros, sino que me he propuesto aprender de memoria un versículo cada semana. Ya lo comencé, pero lo maravilloso, es que me he encontrado con capítulos que me llaman mucho la atención y me los estoy memorizando completos.

Además, e he propuesto leer un capítulo de un libro cristiano cada día/cada semana y lo estoy haciendo.

Profesionalmente, aunque tengo Grados de Maestrías, quiero actualizarme en el area de Finanzas Corporativas, Como Vender en Amazon. De hecho ya tomé un seminario de este tema en la Camara de Comercio de Madrid. Lo interesante es que ahora mismo tengo 69 años, y te lo menciono porque estoy expectante de lo que Dios hará este año, y si estoy preparado, Dios me va a dar oportunidades para desarrollarme en eso y hacer que mi vida tenga mayor sentido y propósito y asi ver la Gloria de Dios es esas actividades.

Te podría comentar otras cosas que profesionalmente estoy haciendo por asunto de tiempo, no te lo puedo explicar, sin embargo, iré compartiendo a lo largo de este año.

Planifíquese, tome su tiempo, porque sino lo haces, no lo vas a hacer.

4. LA ORACIÓN.

QUE TIENE PLANIFICADO EN LA ORACIÓN?, TIENE UN TIEMPO DIARIO DE ORACIÓN? Esto es vital, porque ese tiempo es el fundamento diario de todo el año. Planifíquelo. He decidido que mi tiempo de oración sea más apasionante. Además de tener un tiempo de oración una vez a la semana conjuntamente con mi esposa y nos vamos a centrar a orar por las metas.

Donde parte de ese tiempo de oración es para orar por las personas que aun no conocen y que Dios nos de ideas de cómo compartir la Buenas Nuevas del Evangelio con ellas.

Les quiero comentar que comencé mi tiempo de oración desde hace 44 años y ha sido lo máximo. Hemos visto la mano de Dios sobretodos nuestros asuntos de la vida, incluyendo aquellos tiempos dificles, de pruebas, pero trayendo cada cosa a los pies de Dios. Y siempre nos ha mostrado el camino, o nos ha fortalecido, dado paz, protección y provisión.

LUCAS 18:3-8 » 3Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. 6Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. 7¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?.

Les aseguro que así como Nuestro Dios respondió a esa petición de esa viuda, así Nuestro Señor, nos responderá.

6. SER DILIGENTE

Negligente es aquel que sabiendo hacer lo que hacer lo que tiene que hacer, no lo hace. Eso es ser alocado.

Pero un diligente es perseverante, un persistente, es enfocado. Asi que si sabes que tienes que ahorrar, sabes que tienes que diezmar, sabes que tienes que planificar, sabes que tienes que orar, que tienes que leer y no lo haces. Solo tu tienes la respuesta y nadie más.

Que este año marque la diferencia, que este año veas el sol de la aurora, aunque sea un poquito. Alguien decía: «tu no tienes la culpa donde naciste, pero sí tienes la culpa de quedarte así como estas.»

Señores, vamos a ver la Gloria de Dios porque nuestra vida será el producto de una vida ordenada, planificada, dándole a Dios lo que es de Dios, orando, instruyéndonos, sirviendo, pero planificando. Y le aseguro que su vida no será igual.

OREMOS, acompáñame y di en voz alta: » Señor, gracias por tu palabra, vamos a a experiencia de un nuevo año, una nueva oportunidad que nos estas dando, y sé que, dentro de tu misericordia, está que lo terminemos diferente, en una condición mejor. Tú sabes cómo esta mi vida, en el área espiritual, familiar, profesional y personal. Pero quiero declarar que este año es un año diferente, hoy, marca la diferencia en mi vida. En el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor ARTURO LOPEZ MALUMBRES por sus enseñanzas.

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ES USTED UN SEGUIDOR DE JESÚS?

Cuando se hace esa pregunta, la gente da una serie de respuestas. Piensan que es creer en Dios, asistir a la iglesia, hacer buenas obras, orar cuando se necesita, vivir una buena vida o ser religioso. Pero ninguno de estos en realidad responde la pregunta, ni prueban que alguien esté siguiendo a Jesús. Aunque estas actividades son practicadas generalmente por cristianos, no todo el que las realiza es cristiano. Para determinar si alguien realmente sigue a Jesús, debemos usar pautas bíblicas.

Mientras Jesús caminaba junto al Mar de Galilea, llamó a Simón Pedro y Andrés a dejar su ocupación como pescadores y seguirlo (Mateo 4:18-19). Su respuesta demuestra lo que implica seguir a Jesús: “Al instante, dejando sus redes, le siguieron” (v. 20). Este fue un compromiso de toda la vida, no una mera actividad religiosa.

¿ENTONCES, QUE CARACTERIZA A UN SEGUIDOR DE JESÚS?

Para evaluar si estamos siguiendo a Jesús, debemos entender qué experiencias son verdaderas de aquellos que son seguidores genuinos:

1. Nacido de nuevo. “De cierto, de cierto os digo, que él que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” Juan 3:3).

Esta es lo primera para convertirse en un seguidor de Jesús. Debemos confesar y arrepentirnos de nuestros pecados, por fe recibir el perdón de Dios, entregar nuestra vida a Cristo como nuestro Salvador y Señor, y comenzar a caminar en Sus caminos. Ser cristiano no es solo mejorar o mejorarnos a nosotros mismos; es una vida completamente nueva nacida del Espíritu.

2. Oración. “En ese momento se fue al monte a orar, y pasó toda la noche orando a Dios” (Lucas 6:12).

Si seguimos a Jesús, seremos personas de oración como él lo fue. De hecho, no solo es una súplica de ayuda cuando la necesitemos. Debe ser una prioridad, debemos convertirla en un hábito diario el tener un tiempo a solas con Dios. Comenzar y terminar cada día en oración es una buena manera de asegurarnos de que estamos caminando en los pasos de Cristo.

3. Escuchando. “Mientras él aún estaba hablando, una nube brillante los cubrió, y he aquí, una voz desde la nube dijo: ‘Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; ¡Escúchenlo!’” (Mat. 17:5).

Muchos de nosotros comenzamos la mañana pensando en todo lo que necesitamos para lograr ese día. Aunque cumplir con nuestras responsabilidades es importante, es más esencial pasar tiempo hablando con el Padre, pidiéndole que nos guíe, proteja y nos capacite para ser obedientes a Él y sensibles a las necesidades de quienes nos rodean que necesitan al Salvador. Como el Señor y Amo soberano no solo del universo sino también de nuestras vidas individuales, Dios requiere nuestra sumisión y obediencia a Su voluntad. Es por eso que debemos tomar tiempo para escucharlo mientras leemos Su Palabra y oramos. (Juan 3:3).

4. Creencia. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Así como confiamos en Cristo para la salvación, debemos continuar viviendo por fe mientras lo seguimos. Si no le creemos, viviremos vidas egocéntricas y no haremos lo que Él dice ni andaremos en Sus caminos. Pero como seguidores genuinos de Cristo, confiaremos en Él con nuestras dificultades, dolores, tentaciones y necesidades, confiando en Él para que nos permita hacer todo lo que Él diga.

5. Obediencia. «Soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).

Seguir requiere obediencia, y cuando este es el deseo de nuestro corazón, reconocemos cuán tonto es seguir nuestro propio camino. El pecado siempre conduce a la pérdida y la muerte de algo, ya sean oportunidades o bendiciones (Romanos 6:23). Si nos negamos tercamente a obedecer a Dios, Él permitirá suficiente angustia y problemas a nuestra vida para corregirnos. Siempre es mejor obedecerle porque Él es la fuente de todo bien.

6. Amor. “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y ​​con toda tu mente, y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30).

No podemos seguir a Cristo con un corazón dividido, mitad en el mundo y mitad con Dios. El amor que debemos tener por Cristo involucra todo nuestro ser. Por lo tanto, no podemos permitir pensamientos, imágenes y palabras impuras en nuestra mente y afirmar amarlo al mismo tiempo. El amor sincero por Cristo afecta lo que pensamos y observamos, lo que hacemos y hacia dónde vamos.

7. Compartir nuestra fe. “Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19).

Este es el mandato de Jesús, y si vamos a seguirlo, compartiremos la verdad de la Palabra de Dios con los demás, sin importar si les agradamos o no. En un mundo de odio, amargura, animosidad y muerte, los seguidores de Cristo están arriesgando sus vidas para llevar el evangelio a las personas de todo el mundo. Cada uno de nosotros seguramente puede decir algo para despertar el interés de alguien que conocemos que no sigue a Jesús.

8. Servicio. “Si alguno me sirve, debe seguirme; y donde yo estuviere, allí estará también mi siervo; si alguno me sirve, el Padre lo honrará” (Juan 12:26).

Jesús vino como siervo y como sus seguidores, eso es lo que debemos hacer nosotros también. Todos nosotros tenemos la capacidad de servir al Señor de alguna manera sirviendo a los demás. El servicio viene en muchas formas diferentes: ayudando, cuidando, animando, consolando, dando, enseñando o compartiendo la Palabra de Dios.

9. Sufrimiento. “Porque a vosotros os es concedido por amor de Cristo, no sólo creer en Él, sino también sufrir por Él” (Filipenses 1:29).

Si estamos siguiendo a Jesús, podemos experimentar alguna forma de sufrimiento. Podemos ser rechazados, sufrir pérdidas financieras o incluso perder relaciones porque hacemos que las personas se sientan incómodas y no encajamos con quienes aman el mundo. Pero esto no debería impedirnos seguir a Jesús y compartir el evangelio.

Aunque podemos tener la tentación de elegir cuál de estas cualidades queremos seguir, todas estas prácticas son elementos esenciales de nuestro caminar con Jesús y deben convertirse en una parte importante de nuestras vidas a medida que lo seguimos.

Si quieres tener esa experiencia maravillosa de experimentar la presencia de Dios en tu vida, la cual estoy seguro que te dará propósitos, y serás bendecido tu y tu familia, es necesario permitirle a Dios que venga a tu vida. Y eso solo esta a una distancia de una oración, la cual haremos juntos, declarándola en voz alta:

«Padre Celestial aquí vengo delante de tu presencia, pidiéndote perdón por mis pecados. Reconozco que tú eres Jesucristo y que veniste a morir por mi para que tenga vida eterna. Hoy decido que tú seas mi Señor y Salvador. Consagro mi vida a partir de este momento, por la eternidad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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