A veces perdemos nuestra alegría cuando nos desviamos de las responsabilidades, las luchas y los desafíos de la vida, pero los que creemos en Cristo debemos rebosar de gratitud y recordar que la seguridad que tenemos viene de nuestra relación con Él.

Como creyentes, nuestra gratitud debe desbordarse en respuesta a los beneficios que recibimos como hijos de Dios. De hecho, un corazón agradecido es una característica que define a una persona piadosa, ya que es una expresión de la presencia de Dios en su interior.

Nuestra gratitud desbordante comienza tan pronto como reconocemos y aceptamos como Salvador y Señor a Jesucristo.

COLOSENSES 2:6-7 » 6Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él, 7arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó y llenos de gratitud.»

Aqui Pablo nos enseña que debemos estar agradecidos porque:

  • Tenemos una relación estrecha y sellada con Dios. En el momento en que confiamos en Jesús por primera vez, nuestra relación con Él quedó sellada y nos convertimos en hijos de Dios. Ese solo hecho debería crear una vida de gratitud.
  • Podemos caminar con Él. Como creyentes, entramos en una relación intima con Jesús que puede continuar creciendo hasta semejarnos a Cristo.
  • En Él estamos firmemente arraigados. En Jesús, estamos firmemente cimentados como árboles con fuertes raíces que nos mantienen erguidos durante las tormentas de la vida. Estas raíces crecen profundamente y se nutren de la Palabra de Dios para evitar que la adversidad nos influya.
  • Estamos siendo edificados en Él. La salvación es el fundamento de la vida cristiana, pero tenemos la responsabilidad de construir sobre ella leyendo las Escrituras y aplicando sus verdades a nuestras vidas.
  • Podemos ser establecidos en nuestra fe. En un mundo lleno de religiones distorsionadas y filosofías falsas, podemos estar arraigados en la verdad de nuestra fe y reconocer el engaño cuando lo encontramos.

RAZONES DE TENER UNA GRATITUD DESBORDANTE

Aunque por lo general estamos agradecidos por bendiciones tales como la buena salud y la familia, no debemos pasar por alto las muchas bendiciones espirituales que obtenemos a través de Jesucristo. Por ejemplo, nosotros, porque:

  • Fuimos elegidos por Dios antes de la fundación del mundo.
  • El Espíritu Santo mora en nosotros quién nos guía y nos capacita para hacer la voluntad del Padre.
  • Estamos eternamente seguros, y nadie nos lo puede quitar.
  • Hemos recibido los dones del Espíritu para ayudarnos a lograr a lo que Dios nos ha llamado a hacer.
  • Disfrutamos de una relación íntima con el Señor, que es más satisfactoria que cualquier vínculo humano.
  • Tenemos la paz del Señor en nuestros corazones.
  • Somos amados incondicionalmente por Dios, sin importar nuestros errores.
  • Experimentamos la presencia del Señor con nosotros momento a momento, sin importar dónde estemos.
  • Servimos a un Dios que ha prometido suplir todas nuestras necesidades.
  • Disfrutamos de su protección, que es algo que entenderemos completamente solo cuando lleguemos al cielo.
  • Podemos confiar en la promesa de una resurrección corporal.
  • Tenemos un hogar en el cielo y lo veremos algún día.
  • Tenemos la Biblia para enseñarnos y guiarnos.

SOMOS PERSONAS VERDADERAMENTE AGRADECIDOS ?

Podemos evaluar nuestras relaciones con el Señor midiendo nuestra gratitud. Es por eso que Pablo usó la palabra sobreabundar para describir cuán grande debe ser nuestro agradecimiento. Las personas que tienen corazones agradecidos son:

  • Positivos. El agradecimiento nos mantiene enfocados en lo que el Señor está haciendo en nuestras vidas.
  • Conscientes de la presencia de Dios. Cuando sabemos que el Señor está activamente involucrado en nuestras vidas y nos ayuda en cada dificultad, podemos sentir Su presencia.
  • Humildes. Reconocemos al Señor como la fuente de todo bien y admitimos que no tuvimos nada que ver con eso.
  • Pacíficos. Cuando ponemos nuestra confianza en Cristo y velamos por Su actividad en nuestras vidas, tenemos Su paz.
  • Sensibles a las necesidades de los demás. La gratitud nos hace sensibles a las necesidades de quienes nos rodean y dispuestos a ayudarlos.
  • Generosos. Cuando reconocemos todo lo que Dios ha hecho por nosotros, buscamos formas de transmitir bendiciones a los demás.
  • Desinteresados. Si estamos agradecidos, estamos dispuestos a compartir con alegría todo lo que tenemos.
  • Expresivos. Ver lo que Dios está haciendo en nuestras vidas nos motiva a contárselo a otros y animarlos a confiar en Él.
  • Amigables. Las personas agradecidas son agradables y amables con los demás.
  • Contagiosos. Una actitud agradecida muestra el carácter de Jesús en nuestras vidas, y eso es muy atractivo para quienes nos rodean.
  • Motivados. El agradecimiento nos impulsa a dar, compartir y servir.
  • Corazón de siervo. Queremos servir a Cristo entregándonos a los demás.
  • Fieles. Después de ver a Dios trabajar repetidamente en nuestras vidas, desarrollamos una gran confianza en Él que influye en nuestro pensamiento.
  • Fructíferos. En lugar de centrarnos en nosotros mismos, deseamos ser usados ​​por nuestro Padre celestial para lograr Sus propósitos.
  • Alegres. La gratitud produce un gozo profundo y duradero porque sabemos que Dios está obrando en nosotros, incluso a través de las dificultades.

Para que fluya en nosotros el agradecimiento a Dios, es vital que demos un primer paso y ese es hacer a Jesús el Señor de nuestras vidas y para ello, acompáñeme en esta oración:

«Padre Celestial, vengo delante de Tu presencia, reconociendo Tú Señorío en mi vida. Reconozco que soy un pecador y me arrepiento de ello. Hoy, te pido que vengas a morar a mi corazón y hagas de mí una nueva criatura. Lávame con la preciosa Sangre de Jesús e inscríbeme en el Libro de la vida. En el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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