"Jesus preguntó a sus discípulos: Quien dicen los hombres que es el Hijo de Dios ? Ellos dijeron: unos Juan el Bautista, otros Elias…. El les dijo: Y vosotros, quien decís que soy yo?. Respondiendo Pedro, dijo: Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente." – Mateo 16: 13-17
Jesús es el Hijo eterno de Dios. El creador del universo (Colosenses 1:17-18), quien nació de Maria y le llamó Jesús, el Hijo del Dios Altísimo.
Vino como profeta, como Maestro, sanó enfermedades, hizo milagros (transformó el agua en vino, mutiplicó los panes, etc.), calmó las aguas del mar, resucitó muertos y resucitó El mismo de entre los muertos. Y vino como Mesías a cumplir una misión: a mostrar el amor de Dios Padre, que pudiéramos relacionarnos con El de una manera personal y a morir por nosotros para perdonar nuestros pecados y así tuviéramos vida abundante en este mundo y la vida eterna.
¿Dónde se encuentra?, en dos lugares, primero como dice la Palabra de Dios, a la derecha del Padre intercediendo por cada uno de nosotros, como Sumo Sacerdote, por quien podemos entrar al Santo Lugar, al Trono de la Gracia para alcanzar misericordia y segundo, en nuestro corazón, sellados por el Espíritu Santo de la promesa.
¿Cómo debemos responder ante El, el día de hoy? Creyendo en El, recibiéndole, obedeciéndole, conociéndole, amándole, siguiéndole, sirviéndole, adorándole, y proclamando que El es Hijo de Dios, que está vivo y está con nosotros cada día, cada segundo, que conoce cada cosa de nosotros y esta dispuesto a bendecirnos en todo.
Jesús es el Señor de mi vida y del tuyo también cuando le recibimos en nuestros corazones.
"porque de tal manera amó Dios a los hombres que ha dado a su Hijo Jesucristo para que todo aquel que en El cree no se pierda sino que tenga vida eterna." – Juan 3:16