LUCAS 5:4-6 “Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.”
Pueblo de Dios, escucha la voz del Espíritu en esta hora:
Hay momentos en la vida en los que has trabajado toda la noche, y no tienes nada que mostrar. Te has esforzado, has sido fiel, te has mantenido firme… y sin embargo, el cielo ha estado en silencio. ¡Pero vengo a decirte por el Espíritu de Dios: tu noche sin fruto ha sido autorizada por el cielo para preparar el escenario de la gloria de Cristo!
Jesús se sube a la barca después del fracaso.
Él no llega cuando todo está funcionando. Él llega cuando no queda fuerza, ni red, ni esperanza.
¿Por qué? Porque quiere mostrarte que no se trata de tus redes… ¡sino de Su Palabra!
Simón dice: “Maestro, nada hemos pescado… pero en tu palabra echaré la red.”
Ahí está la clave. ¡Fe en medio del cansancio! Obediencia a pesar del historial de fracasos.
¡Y fue en esa palabra, no en la estrategia, donde vino el milagro!
Escucha bien:
Tu red no es suficiente, pero Su palabra es inquebrantable.
Tu noche fue estéril, pero Su instrucción es fructífera.
Lo que no lograste en esfuerzo, lo alcanzarás en obediencia.
Dios no necesita tus métodos; necesita tu oído. Él no multiplica redes vacías, Él llena redes obedientes.
¡Y cuando obedecieron… las redes se rompían de la cantidad! Cuando viene el mover profético del Espíritu, no hay estructura que aguante la abundancia que Él libera. Prepárate. Viene una pesca sobrenatural. Pero solo para los que están dispuestos a bogar mar adentro.
¿Sabes qué significa eso?
Significa salir del borde cómodo, de la orilla de lo conocido, y meterte en las profundidades de la fe.
¡Hay dimensiones del Espíritu que no se revelan en la orilla!
Los milagros no ocurren donde es seguro. Ocurren donde dependes sólo de Él.
Hoy te hablo como apóstol y profeta de Jesucristo: Este es el tiempo de obedecer sin lógica, de creer sin evidencia, de lanzar la red sólo porque Él habló.
Y verás lo que ojos no vieron. Verás la red romperse. Verás la barca llenarse. Verás el corazón arder.
Porque tu fracaso ha sido el campo de entrenamiento de tu fe. Y tu cansancio ha sido el lugar donde Dios eligió mostrar Su poder.
¡Ahora es el momento! Boga mar adentro. Escucha Su voz. Echa la red.
Y prepárate… porque la pesca que viene, no será natural… será gloriosa. Será profética. Será sobrenatural.
OREMOS: Señor Jesús, reconozco que sin Ti mi barca está vacía. He intentado vivir a mi manera y he fracasado. Pero hoy te abro mi corazón. Súbete a mi barca, dirige mi vida. Perdona mis pecados y hazme nuevo. Creo que moriste y resucitaste por mí. Desde hoy, te seguiré y confiaré en Tu palabra. ¡Entra, Señor… y llena mi alma con Tu gloria! Amén.