Mucha gente quiere estar seguro de los resultados y de lo que va a pasar en el futuro. Quieren estar seguros en su toma de decisiones respecto a situaciones económicas o en sus relaciones personales, porque de lo contrario no se sienten a gusto. Por lo tanto, para esas personas es anadmisible correr riesgos.
Pero, será esa la manera en que Dios vé tu vida?. La verdad que no. Porque, nunca te convertiras en la persona que Dios quiere que seas, ni lograrás las cosas que quieres en tu vida, sino estas dispuesto a correr riesgos.
Veamos a la luz de la Palabra de Dios, a un hombre llamado Pedro dispuesto a correr riesgos.
Mateo 14: 22-33 " En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.
Riesgo es la posibilidad de sufrir una pérdida o de correr algún peligro. Eso también está relacionado con la Fé. Es estar dispuesto a confiar en Dios, aunque haya un poco de temor al fracaso o que las cosas no funcionen como se planearon. Eso no tiene nada de malo, porque habrá momentos en que digamos pues no estoy seguro de esto. Y que pasa? dejamos de concentarnos en Dios.
Como Pedro lo hizo cuando empezó a hundirse en la duda. Lo mismo nos pasa a nosotros. Sabemos lo que Él Señor dijo y decimos que voy a hacer lo que me pida y luego dejamos de concentrarnos en Él. Vemos las barreras, los impedimentos y las imposibilidades que parecen temibles. Que pasa entonces?, empezamos a dudar y Él tiene que volver a levantarnos y corregir nuestro enfoque.
Pero Dios nos llama a arriesgarnos, nos llama a hacer algo que no nos sentimos capaces de hacer, o no nos sentimos en condición de hacerlo y debemos decidir si corremos o no el riesgo.
Pensemos en Pedro, estaba en la barca, enmedio de la tormenta. Podría haber dicho: Señor eres tu ?. Entonces si eres tú, entra en la barca con nosotros.
Pero no dijo eso. Mas bien dijo: si eres tú, dime que vaya a tí.
Que cree que pasaba por la mente de Pedro?. No estoy seguro pero me imagino lo siguiente: Pedro vió a Jesucristo caminar sobre las aguas; sabia que era Él, lo cual era humanamente imposible. Pero Pedro debe haber pensado, si me dijera que fuese a Él, casi que puedo caminar sobre las aguas. Y salió de la barca. Porque creo que Pedro pensó rapidamente: esta es mi única oportunidad en la vida de hacer algo imposible, no la voy a dejar pasar, no importa si me hundo, voy a hacerlo.
LLegó a salir de la barca y caminar sobre las aguas. Alguien dirá: cuan lejos llegó?, pues la verdad es que camino sobre el agua y no importa cuanto, camino suficiente. Pudo haber sido unos cuantos metros, dá lo mismo.
Luego cometió el error que todos cometemos, apartó la mirada del Señor, comenzó a ver la profundidad del agua, la tormenta y todo lo que sucedía alrededor.
Es probable que Dios nos llame a hacer cosas peligrosas, no debemos preocuparnos por lo que Dios haga acerca de esto o de aquello, Él siempre hace lo correcto en cada circunstancia de la vida. Dejar el empleo que le ha pedido dejar, que rompa esa relación, y es que Él sabe porque de eso, porque tiene algo mejor para tí.
Sino corres riesgos, un día de estos vas acabar arrepentido y te preguntarás, de que me habré perdido?. Dios está de su lado y quiere que logre cosas que se realicen y que llegue a ser alguien.
Porque debemos arriesgarnos?
1. Porque al hacerlo, lo hacemos con Dios.
2. Porque detras de dicho riesgo, está el Dios viviente y Todopoderoso.
3. Porque Él es capaz de manejar cualquier asunto y todas las turbulencias que experimentamos en la vida, sin importar cuales sean.
4. El riesgo no es con Él, ni con lo que pueda hacer, sino con nosotros mismos.
Déjame decirte, que si quieres vivir una vida consagrada a Dios, tendrás que correr riesgos. Si quieres caminar en la voluntad de Dios, tendrás que correr riesgos. Si quieres obedecer a Dios, tendrás que correr riesgos. Si quieres aceptar los desafios de Dios en tu vida, tendrás que correr riesgos. Si quieres crecer y convertirte en la persona que alcanza aquello que Dios quiere en tu vida, tendrás que correr riesgos. No todo será tan seguro y sin riesgos.
Al observar a todos los personajes del Antiguo y Nuevo Testamento, tal como el ejemplo del Apostol Pedro y Pablo, y ver lo que Dios hizo en sus vidas, todos corrieron riesgos para obedecer al Dios Vivo.
Tuvieron sus momentos de miedo, sus momentos de duda, pero fueron solo eso, momentos, períodos cortos de temor y duda, pero volvian a poner su enfoque en Dios. Y cuando pones tu enfoque en Dios, esto es lo que pasa: empiezas a pensar quien es Él, lo que puede hacer, o lo que prometió hacer.
Entonces que sucede?, tu sales del agua, vuelves a caminar sobre el agua una vez más, porque tu enfoque está donde debería estar. Y cual es el resultado final: bendición sobre bendición, sobre bendición.
Que te dice Dios HOY:
1. Confía en mí y en lo que soy. Corre el riesgo de confiar en mí.
2. Te amo incondicionalmente y quiero lo mejor para tí.
3. Creeme.
4. No tengas miedo de lo que puedas sacar de tu vida.
Quieres alcanzar tu mayor potencial en la vida, tienes que arriezgarte, entonces abre la puerta para que Dios te dé lo mejor, porque entonces si lo abres, correrás el riesgo sin importar cual sea.
OREMOS: Padre mío, estoy tan agradecido porque tomar el riesgo es lo más acertado que pudiera hacer, perdóname por dar tanta excusa, por permanecer en mi zona de comodidad. Te pido que tu Santo Espíritu, abra mis ojos, abra mi mente, para que me lleve a pensar en lo que Dios quiere que haga, a ser osado, para tomar los riesgos que Tú quieres que tome, confiando en tí y en lo que has dispuesto para mí. En el nombre de Jesús, amén.
Fuente: Gracias Pastor Charles Stanley por sus enseñanzas.