Categoría: Adoración

JESÚS ANDA SOBRE EL MAR

¡Cuántas veces nos encontramos en medio de tormentas en nuestras vidas! ¡Cuántas veces sentimos que los vientos de la adversidad son demasiado fuertes y las olas de los problemas nos sobrepasan! A continuación veremos a los discípulos de Jesús, hombres como tú y como yo, enfrentando una tormenta feroz en medio del mar. El viento era contrario y las olas golpeaban la barca, llenándolos de temor.

MATEO 14: 22-33 «22En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 25Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.»

Nos relata esta historia que en medio de esa tormenta, a la cuarta vigilia de la noche, cuando todo parecía perdido, ¡Jesús apareció! Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y así como Él vino a ellos, hoy Él viene a ti, a tu vida, a tu tormenta, caminando sobre las aguas de tus problemas y tus miedos.

¡No temáis! ¡No temáis, dice el Señor! Porque Jesús les dijo: «¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!» Hermanos, hoy el Señor te dice lo mismo: «¡Ten ánimo! ¡Yo soy! ¡No temas!» En medio de tu tormenta, en medio de tu duda, en medio de tus luchas, Jesús está contigo.

Pedro, con una fe osada, le dijo: «Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.» Y Jesús, con el poder y la autoridad que solo Él tiene, dijo: «¡Ven!» Y Pedro descendió de la barca y caminó sobre las aguas para ir a Jesús. ¡Oh, qué imagen tan poderosa de fe! Hermanos, hoy el Señor te llama a salir de tu barca, a salir de tu zona de confort y a caminar sobre las aguas con Él. En otras palabras, Él te llama a confiar en Su palabra y a dar pasos de fe, aunque el viento sea fuerte y las olas altas.

Pero mirad lo que sucedió, cuando Pedro vio el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. ¡Cuántas veces hemos permitido que nuestros ojos se desvíen de Jesús y se enfoquen en las circunstancias a nuestro alrededor! ¡Cuántas veces hemos comenzado a hundirnos en la desesperación y el miedo! Pero aun cuando Pedro comenzó a hundirse, él clamó: «¡Señor, sálvame!» Y al momento, Jesús extendió Su mano, lo tomó y le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?»

Escucha bien lo que voy a decirte, Jesús está aquí hoy, extendiendo Su mano hacia ti. No importa cuán fuerte sea la tormenta, no importa cuán profundo creas que estás hundiéndote, ¡Jesús está listo para levantarte! ¡No dudes! ¡No tengas poca fe! Porque el mismo Dios que caminó sobre el agua, el mismo Dios que calmó el viento, está contigo y te sostiene.

Y cuando subieron a la barca, el viento se calmó. ¡La presencia de Jesús trae paz! ¡La presencia de Jesús trae calma en medio de la tormenta! Y todos los que estaban en la barca, vinieron y le adoraron, diciendo: «¡Verdaderamente eres Hijo de Dios!»

No sé tú, pero hoy es el día para adorarle, es el día para reconocerle como el Hijo de Dios en nuestras vidas. Es el día para fortalecer nuestra fe, para clamar con valentía en medio de nuestras tormentas, y para caminar con osadía sobre las aguas de nuestras pruebas, sabiendo que Jesús está con nosotros.

¡Levántate ¡Levántate con el fuego del Espíritu Santo! ¡Llénate de valor, de osadía, de fe! Porque el mismo Jesús que calmó la tormenta en el mar de Galilea, está aquí hoy, listo para calmar cada tormenta en tu vida.

TE ESTARÁS PREGUNTANDO: ES ESTA UNA HISTORIA VERDADERA?

¡Sí! Esta historia es verdadera y está registrada en las Sagradas Escrituras, en el Evangelio de Mateo, capítulo 14, versículos 22 al 33. Es un relato histórico que muestra el poder, la divinidad y la autoridad de Jesucristo sobre la naturaleza y sobre todas las cosas.

La Biblia no es solo un libro de historias, es la Palabra viva de Dios, inspirada por el Espíritu Santo. Esta historia no solo ocurrió en un momento específico en la historia, sino que también tiene una aplicación espiritual profunda y relevante para nosotros hoy. Jesús, el Hijo de Dios, mostró Su dominio sobre las aguas y las tormentas, revelando que no hay situación ni adversidad que Él no pueda controlar.

Así como Jesús caminó sobre las aguas y calmó la tormenta para sus discípulos, Él también puede intervenir poderosamente en nuestras vidas. Esta historia es un recordatorio de que, cuando enfrentamos tempestades y desafíos, podemos confiar plenamente en Jesús. Podemos clamar a Él y recibir Su ayuda y Su paz.

La veracidad de esta historia se sostiene no solo por su registro en la Biblia, sino también por la fe y el testimonio de millones de cristianos a lo largo de los siglos que han experimentado el poder transformador y salvador de Jesucristo en sus propias vidas.

Así que, ¡sí! Esta es una historia verdadera y poderosa, que nos invita a poner nuestra fe en Jesús, a confiar en Su poder y a experimentar Su presencia y Su paz en medio de cualquier tormenta.

OTRA PREGUNTA QUE ME HAGO: PORQUE PEDRO TITUBIO DESPUES DE HABER SALIDO DE LA BARCA?

Pedro titubeó y comenzó a hundirse después de salir de la barca porque apartó su mirada de Jesús y se enfocó en las circunstancias a su alrededor. Pedro, al ver el fuerte viento y las olas, permitió que el miedo y la duda invadieran su corazón, lo que lo hizo vacilar y perder el control sobre su situación.

Permíteme exponerte algunos puntos clave que explican por qué Pedro titubeó:

  1. Miedo a las circunstancias: Pedro inicialmente caminó sobre el agua con fe, pero cuando vio la ferocidad del viento y las olas, su fe flaqueó. El miedo a las circunstancias adversas puede hacernos dudar de nuestras capacidades y de la presencia de Dios en nuestras vidas.
  2. Desvío de la mirada de Jesús: Mientras Pedro mantuvo su mirada en Jesús, pudo caminar sobre el agua. Pero al desviar su atención hacia el viento y las olas, perdió la perspectiva de quién era Jesús y de Su poder. Esto nos enseña la importancia de mantener nuestro enfoque en Cristo en lugar de en nuestros problemas.
  3. Poca fe: Jesús, al rescatar a Pedro, le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?» Esto indica que la falta de fe de Pedro fue la razón principal de su titubeo. A menudo, nuestras dudas y temores son resultado de una fe que necesita ser fortalecida.
  4. Naturaleza humana: La reacción de Pedro es también un reflejo de nuestra naturaleza humana. Es fácil comenzar con entusiasmo y valentía, pero cuando enfrentamos dificultades, nuestras debilidades y miedos pueden emerger. La historia de Pedro nos muestra que incluso aquellos que caminan cerca de Jesús pueden tener momentos de debilidad, y que estos momentos son oportunidades para crecer en fe.
  5. Lección de confianza y dependencia: Pedro titubeó para enseñarnos una lección valiosa sobre la confianza y la dependencia en Dios. A través de su experiencia, aprendemos que, aunque podemos comenzar con una fe fuerte, debemos continuamente confiar en Dios y depender de Su poder para sostenernos.

Este episodio de Pedro caminando sobre el agua nos anima a mantener nuestra mirada fija en Jesús, especialmente en medio de las tormentas de la vida. Nos recuerda que, aunque podamos experimentar dudas y temores, Jesús siempre está dispuesto a extender Su mano y salvarnos cuando clamamos a Él. Nos llama a cultivar una fe constante y profunda, confiando plenamente en la presencia y el poder de nuestro Señor.

ES ADMIRABLE VER LA REACCIÓN DE JESÚS ANTE PEDRO Y LOS DISCIPULOS:

La reacción de Jesús ante Pedro y los discípulos en este pasaje es profundamente reveladora de Su carácter y Su enseñanza:

  1. Compasión y Rescate: Cuando Pedro comenzó a hundirse y clamó, «¡Señor, sálvame!», Jesús inmediatamente extendió Su mano y lo tomó. Este acto muestra la compasión de Jesús y Su disposición a rescatar a aquellos que claman a Él en momentos de desesperación. Jesús no demora en ayudar a Pedro, demostrando que Él está siempre listo para salvarnos cuando lo necesitamos.
  2. Corrección con Amor: Después de rescatar a Pedro, Jesús le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?» Esta reprensión, aunque firme, está llena de amor y es una enseñanza para Pedro y para todos nosotros sobre la importancia de la fe. Jesús corrige a Pedro para fortalecer su fe y enseñarle a confiar plenamente en Él, incluso en medio de las tormentas.
  3. Calma la Tormenta: Una vez que Jesús y Pedro subieron a la barca, el viento se calmó. Este milagro muestra el poder de Jesús sobre la naturaleza y Su capacidad para traer paz en medio de las tempestades. La calma del viento no solo fue un alivio físico, sino también una confirmación espiritual para los discípulos de que Jesús tiene autoridad sobre todas las cosas.
  4. Adoración y Reconocimiento: La reacción de los otros discípulos fue de adoración. El pasaje dice que «los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: ‘Verdaderamente eres Hijo de Dios'». Esta respuesta es crucial porque muestra que los discípulos reconocieron la divinidad de Jesús a través de sus acciones y milagros. Su adoración es una afirmación de fe y una respuesta natural al poder y la majestad que habían presenciado.

Estos elementos combinados nos muestran una imagen completa de cómo Jesús, quien responde a nuestras necesidades con compasión, nos corrige con amor para fortalecernos, muestra Su poder sobre las circunstancias que enfrentamos y nos lleva a una mayor comprensión y adoración de Su divinidad.

Aquí Jesús también no solo calma la tormenta externa sino también las tormentas internas de duda y miedo. Nos enseña que, incluso en nuestros momentos de debilidad, podemos confiar en Su presencia y poder. La historia es una poderosa lección de fe, confianza y la respuesta de adoración que surge al reconocer quién es Jesús verdaderamente.

Ahora bien, esta historia no solo es para contarla, sino que también para que se haga realidad en nuestras vidas, pero para ello es vital, venir delante de Dios y hacer de Jesús el Señor y Salvador de nuestras vidas, y para esto, estamos a una distancia de una oración, para la cual te invito a que la repitas conmigo:

“Padre celestial, vengo delante de Tú presencia, reconozco que soy un pecador y vengo a pedirte perdón por mis pecados, me arrepiento de ellos. Ven a morar a mi corazón. Hoy rompo todo pacto con las tinieblas, el mundo y mi carne. Y hago un nuevo pacto contigo de seguir tus mandamientos y preceptos. Decido por mi propia voluntad aceptarte Jesús, como mi Señor y Salvador. Amén.”

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QUE SIGNIFICA LA NAVIDAD?

Estamos próximos a celebrar La Navidad (25 Diciembre) y muchos se preguntarán, cuál es el verdadero significado de la Navidad?, pero, para ello tenemos que ir a la Palabra de Dios.

LUCAS 1: 26- 33 “Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”

Este es el relato del nacimiento del Señor Jesucristo, por lo tanto, la Navidad es la celebración del momento en el cual, Dios vino a la Tierra en la persona de su Hijo amado Jesús, para reconciliar consigo al hombre pecador mediante su muerte expiatoria.

De esto se trata la Navidad. no se trata de pesebres o de pastores sino de la obra del Dios Todopoderoso para redimir a la humanidad.  Nació en el mundo y creció como hombre. Él no se convirtió en Dios, Él ya era Dios y siempre fue Dios. Y vino al mundo por una razón, para que todos pudiéramos convertirnos en hijos de Dios, para que fuésemos reconciliados con Dios, pero tenía que morir en la cruz y de esa manera traernos salvación y tuvieramos una nueva posición en Dios.

CUAL FUE LA MOTIVACIÓN DE DIOS PARA VENIR A SALVARNOS?

  1. No podiamos salvarnos a nosotros mismos. Nunca nadie se ha salvado por ser bueno, la Biblia dice eso, porque nosotros no somos lo suficientemente buenos ya que somos pecadores y no somos salvos por nuestras buenas obras, sino por la Gracia, el amor y la misericordía de Dios. Es decir, que la única condición que puede cambiar la condición de alguien y el rumbo de la eternidad es Jesucristo.
  2. Por su amor incondicional por nosotros. Amor incondicional significa que su amor por nosotros no esta condicionado a nada, no esta condicionado a lo bueno que hagamos, ni a lo que hayamos hecho, ni a lo que haremos, sino por su amor incondicional por nosotros, que nos quiere como sus hijos, para ser salvos, para tener una nueva vida, para escribir nuestros nombres en el Libro de a Vida y anticipar nuestra llegada al cielo un dīa.

Ahora bien!, si Jesús murió por nuestros pecados y vino a salvar al mundo, eso quiere decir que todos son salvos?

NO!, eso significa que pueden ser salvables, porque solo teniendo fe en el Señor Jesucristo hay salvación, ya que Él es el único que murió en la cruz, quien llevó nuestros pecados, por esto es una muerte sustitutiva, ya que Él tomo nuestro lugar y declaró que Él es el camino, la verdad y la vida y solo podremos venir al Dios Padre mediante Él.

Por eso debemos creer en el Señor Jesucristo y aceptar como verdad que Jesús es el Hijo de Dios, nacido de una virgen, el Hijo encarnado de Dios y que fue a la cruz a pagar nuestra deuda de pecado. Y al pedirle perdón y confesar nuestros pecados a Dios, arrepentirse de ellos y entregar su vida a Él, en ese momento nos convertimos en hijos de Dios.

Asi que cuando Cristo viene a una persona que este dispuesto a que Él gobierne y reine en su vida, todo cambia, hay paz, gozo, felicidad, confianza y seguridad. Y aun cuando todo se descontrole en nuestras vidas, podemos seguir firmes porque nuestra confianza está en el Dios Todopoderoso.

Por lo tanto, la Navidad: se trata de Jesús y es la celebración del momento histórico, donde Dios Padre envió a su Hijo amado, Jesucristo para reconciliarnos con Dios y al aceptar a Jesús en su corazón, tener una nueva posición como hijos de Dios y poseer la vida eterna.

Quizas alguien diga: «No soy cristiano, qué hago entonces?». Solo repite conmigo la siguiente oración:

«Padre celestial, vengo delante de tu presencia, pidiéndote perdón por mis pecados, me arrepiento y me aparto de ellos. Declaro que a partir de este momento tu eres mi Señor y mi Dios. Ven a morar a mi corazón. Inscríbeme en el Libro de la Vida y abre mis ojos espírituales para seguir tus mandamientos, tus preceptos y tu voluntad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.»  

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EL SEÑOR ES NUESTRO SOCORRO

¿Alguna vez ha estado en peligro, y le ha atormentado la idea que algo malo le pase?

¿Ha tenido esa sensación de alivio y al mismo tiempo de terror, por lo que experimento y aquello que pudo haberle pasado y no pasó?

Mira lo que dice la Biblia, versión NTV y como de manera clara lo expone: ¿Qué habría ocurrido si el Señor no hubiera estado de nuestro lado?

SALMO 124: 1-8 » “Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando todo el mundo se levantó contra nosotros, nos habrían tragado vivos al encenderse su furor contra nosotros; nos habrían inundado las aguas, el torrente nos habría arrastrado, ¡nos habrían arrastrado las aguas turbulentas! Bendito sea el Señor, que no dejó que nos despedazaran con sus dientes. Como las aves, hemos escapado de la trampa del cazador; ¡la trampa se rompió, y nosotros escapamos! Nuestra ayuda está en el nombre del Señor, creador del cielo y de la tierra.”

Es crucial e importante darnos cuenta que nuestra vida, solo depende de Dios y su cuidado. Cada uno de nosotros está en sus manos amorosas.

¿Qué habría ocurrido si el Señor no hubiera estado de nuestro lado? V1-2 Esta es la pregunta del salmista. Hay mucho asombro en esa pregunta.

Si Dios no hubiera estado nos habrían devorado los enemigos. (Vs 3-5) Los enemigos nos quieren tragar vivos y destruir nuestra memoria.

Usted y yo tenemos enemigos que nos quieren destruir, quieren destruir su familia, quiere destruir su mente, sus sueños y visiones.

Si Dios no está al lado nuestro, perdemos el gozo de la vida.

Como Dios ha estado con nosotros siempre, debemos darle nuestra alabanza y adoración. Hemos dicho que la alabanza y la adoración, no tiene que ver solo con música, la música es un instrumento para brindar alabanza y expresar adoración.

Alabemos a Dios en todo tiempo y en cada circunstancia.

Porque?, porque El Señor es nuestro socorro. Suena como algo tan simple o un cliché para salir del paso. ¡Pero es una verdad central para nuestras vidas! Dios siempre viene en nuestro auxilio, no hay manera que Dios falle o mienta, el es perfecto en sus tiempos y designios. El creador de todo cuanto existe, es su ayudador.

Crea esta verdad y vívala diariamente, hablando con Dios todos los días.

1. Llénese de la palabra de Dios que le dará la seguridad para hacer viva esta declaración.

2. Todos le pueden fallar. Pero la ayuda del Señor es la ayuda que NUNCA falla.

3. Dios es creador y su naturaleza es bendecir y dar.

Conclusión: ¿Qué nos hubiera sucedido si Dios no hubiera estado con nosotros en ese momento preciso? Probablemente no sabremos con detalles que hubiera pasado.

Pero algo si estamos seguros: estaríamos perdidos. Ahora bien, ahora que ya sabemos que Él es nuestro escudo, amparo, fortaleza y socorro; viva adorándole y alabándole. Llénese de su presencia y confíe que sus promesas son reales para su vida. El Señor es nuestro socorro.

FUENTE: Gracias Pastor DORIAN BANEGAS por dejarse usar y compartir esta hermosa palabra.

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LA ADORACIÓN A DIOS QUE LIBERA

Al adorar a Dios debemos hacerlo con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma. Porque cuando eso sucede, las limitaciones, las fronteras, lo imposible se rompen por el poder del Espíritu Santo de Dios. Cuando su pueblo amado le viene a adorar de corazón, él desciende sobre ese lugar.

HECHOS 16: 23-26 » Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. 24El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.25Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 26Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron».

Pablo venia de un viaje misionero pero en diferentes lugares casi siempre era apedreado, azotado, herido o puesto en prisión por algo que no había cometido y esto último, le sucedió cuando llegaron a Filipos.

Todo iba bien mientras ministraban al pueblo de Dios, pero habían echado fuera el espíritu de adivinación de una muchacha y quienes tenían ganancias sobre ella los acusaron injustificadamente diciendo que Pablo y Silas alborotaban la ciudad y traían doctrinas diferentes a las de Roma.

Los historiadores bíblicos manifiestan que esta era una de las peores cárceles de aquel tiempo, estaba construida en piedra debajo de la población de Filipos. Su único delito fue echar fuera un demonio, estaban heridos y azotados en una cárcel llena de suciedad, fría y precaria de la que no sabían si saldrían vivos. Aún en estas condiciones Pablo y Silas estaban cantando y adorando al Dios todo poderoso.

Pablo y Silas estaban haciendo dos cosas:

1. No se quejaban de la situación en la que se encontraban dentro de la cárcel. No tenían una mente de víctima, ni se quejaban con Dios por haber sido puestos en ese lugar. 

2. A media noche cantaban himnos a Dios y los presos los oían. Ellos estaban orando y exaltando al señor Dios Todopoderoso.

Es decir que en medio de esas condiciones difíciles, estos hombres no estaban pensando en otra cosa sino en alabar y exaltar el nombre de Dios. No era una alabanza simple, sino que salía de lo más profundo de su corazón.

Aquí se explica claramente cómo es que nosotros, los hijos de Dios, debemos de alabar al Dios todopoderoso.

HEBREOS 16:26 «Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.

Por causa de la adoración, el poder de Dios descendió sobre esa cárcel y hubo un terremoto que removió sus cimientos. Era tal el impacto de esta adoración y alabanza que todas sus cadenas fueron sueltas.

Cuando adoramos de la manera en que Pablo y Silas adoraban, en espíritu y en verdad, no solo somos liberados nosotros sino también el resto de la gente que está a nuestro lado. La Iglesia por mucho tiempo ha estado deprimida y cansada, pero, no nos podemos quedar todo el tiempo en ese lugar, porque la alabanza y la adoración de un pueblo es poderosa.

Debemos hacerlo de esta manera porque la vida fluye de la adoración y la alabanza a Dios, porque nosotros necesitamos experimentar lo que Pablo y Silas experimentaron en ese momento.

Pablo perseguía a la iglesia en el nombre de Dios pero cuando estaba en la plenitud de su odio contra la iglesia, el Señor se le apareció. y Jesús preguntó a Pablo: «por qué me persigues?,

En ese momento Pablo vio en Jesús algo que desbarató todo su corazón y su vida completamente, en un instante lo transformó de una sola vez. Y desde entonces él pudo decir: Una cosa me he propuesto, predicar a Cristo y a éste crucificado y resucitado.

Lo interesante es que ni los golpes, ni las cárceles, ni que lo apedrearan; nada podía silenciar la adoración y la alabanza de Pablo. ¿Qué hizo Jesus para que Pablo respondiera de esa manera?

1 TIMOTEO 1:13 «Habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.»

Pablo, un asesino y perseguidor de la Iglesia que merecía el juicio de Dios se encontró con Jesucristo y lo que vio en Él fue la misericordia y el amor de Dios hacia él. Fue una transformación increíble, en un instante este hombre cayó rendido y no se levantó si no era con instrucciones de lo que debía de hacer de parte de Dios.

No tenemos que esperar para que algo nos llame, sino que nosotros espontáneamente debemos adorar y exaltar el nombre de Jesus. Y es que cuando Pablo se dio cuenta de su verdadera condición de vida, no le importaron todos sus títulos delante del amor de aquel que murió por él.

¿Por qué es que no podemos adorar a Dios de la manera como Pablo y Silas lo hacÍan?, pues todo es por nuestra falta de amor hacia Jesús, y no le amamos más porque no conocemos cuánto nos ama Dios a nosotros.

El amor de Dios se manifestó enviando a su hijo Jesucristo, para que él pudiera ser crucificado en la cruz del calvario y que nosotros pudiéramos tener la vida eterna. Lo mas grande que existe es que Dios nos ama incondicionalmente y lo que nosotros estamos pasando no nos va a vencer porque el amor de Dios es poderoso.

Si experimentamos el amor de Dios cada día, no hay nada ni nadie que pueda detenernos para exaltar y bendecir el nombre de Dios y darle la gloria y alabanza a nuestro Padre Celestial.

Cuando estamos conscientes que Dios nos ama tanto, que lo que estamos pasando no nos podrá vencer, asi que en cualquier prueba, tribulación, o circunstancia, lo único que podemos hacer es adorarlo y alabarlo de todo corazón.

Romanos 8:37-39 «en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,  ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Con la certeza de que nada nos podrá separa del amor de Cristo, todo lo que estemos pasando tiene que pasar y terminar. Por lo tanto es tiempo de decretar, es tiempo de proclamar tu victoria, tu rompimiento, tu milagro, tu petición, en el nombre de Cristo Jesús.

FUENTE: Gracias PROFETA DIANA, Ministerio El REy Jesús.

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