Categoría: Fe

LA FE EN JESUCRISTO ES LA LLAVE QUE DESATA LOS MILAGROS

Hoy nos sumergimos en el poder de la Palabra de Dios, en una historia que resuena con milagros, fe y la autoridad de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, abramos nuestras mentes y corazones a la siguiente historia que encontramos aquí:

LUCAS 8:40-56 » «Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban. 41Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa; 42porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo. Y mientras iba, la multitud le oprimía. 43Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, 44se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. 45Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? 46Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí. 47Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. 48Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz. 49Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. 50Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva. 51Entrando en la casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, a Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la niña. 52Y lloraban todos y hacían lamentación por ella. Pero él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme. 53Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta. 54Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate. 55Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer. 56Y sus padres estaban atónitos; pero Jesús les mandó que a nadie dijesen lo que había sucedido.»

Imaginemos la escena: Jesús regresa a la ciudad y una multitud le recibe con gozo, ansiosa de ver sus milagros y recibir sus enseñanzas. En medio de la multitud, un hombre distinguido, Jairo, Principal de la Sinagoga, se arrodilla a los pies de Jesús. Porque?, por la desesperación que embarga su corazón, ya que su única hija, de doce años, está al borde de la muerte.

Pero, mientras Jesús avanza, una mujer afligida, que sufre de flujo de sangre durante doce largos años, se acerca sigilosamente. Ha gastado todo lo que tenía en médicos, sin encontrar alivio. Sin embargo, su fe la impulsa a tocar el borde del manto de Jesús, creyendo en su corazón que sería sanada.

¡Oh, qué escena tan poderosa! La fe de esta mujer rompe las cadenas de su enfermedad. Y Jesús, sintiendo el toque de fe, declara: «Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz». ¡Qué cada uno de nosotros, hoy, experimente esa fe que mueve montañas y que nos lleva a la paz que sobrepasa todo entendimiento!

Pero la historia no termina aquí. Jairo recibe la noticia trágica de que su hija ha muerto. ¿Te imaginas el dolor, la desesperación, la impotencia, la tristeza que esa noticia estaba marcando a esta persona? Sin embargo, Jesús, con valentía y autoridad, dice: «No temas; cree solamente, y será salva». ¡Qué palabra tan poderosa para cada situación desesperada que enfrentamos en la vida! «No temas, solamente cree».

Jesús, acompañado solo por algunos discípulos y los padres de la niña, llega a la casa. La gente llora y se lamenta, pero Jesús les dice: «No lloréis; no está muerta, sino que duerme». ¡Qué declaración audaz! En medio de la burla y la incredulidad, Jesús, el vencedor de la muerte, toma la mano de la niña y proclama: «Muchacha, levántate».

¡En ese preciso momento, la vida vuelve a ella! El Espíritu retorna, y ella se levanta. ¡Imagina la asombrosa escena de un milagro que desafía la lógica humana! Jesús, el resucitador de los muertos, el dador de vida, muestra su autoridad sobre la muerte misma.

¿No es esto un recordatorio poderoso de que no hay situación sin esperanza cuando confiamos en Jesús?. Definitivamente no hay enfermedad, no hay problema, y no hay muerte que el poder de Jesús no pueda transformar.

Es mi deseo que estas dos historias de Jairo y la mujer con flujo de sangre resuene en nuestros corazones hoy. Que nos llene de fe, de valentía y de la convicción de que Jesús es la respuesta a todas nuestras necesidades. Y que nuestras circunstancias no dicten nuestra fe, sino que nuestra fe cambie las circunstancias.

Esta historia no es solo una narrativa bíblica, sino un recordatorio vivo de la fe, la valentía y la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y que podemos implementar en nuestro diario vivir. Recuerda:

  1. La Fe mueve montañas:
    • Desarrolla una fe activa y confiada en Jesús en cada aspecto de tu vida. No te limites por las circunstancias, sino cree que el poder de Dios puede transformar cualquier situación.
  2. Mantén un fe viva:
    • Reconoce el poder de un toque de fe. Acerquémonos a Jesús con fe, dedicando tiempo a la oración, busca la presencia de Dios y confía en su intervención en tus desafíos.
  3. No Temas, Solo Cree:
    • Enfrenta tus miedos con la confianza de que Dios está contigo. No permitas que el temor paralice tus decisiones. En cada situación, recuerda las palabras de Jesús: «No temas; cree solamente».
  4. Desafia la Lógica Humana:
    • Enfrenta tus problemas y desafíos con una perspectiva sobrenatural. No te limites a la lógica humana; permite que la autoridad de Jesús transforme tus circunstancias. Recuerda que para Dios no hay nada imposible.
  5. Persiste en la Oración:
    • Jairo persistió en buscar a Jesús, y la mujer con flujo de sangre persistió en tocar su manto. Aprende a perseverar en la oración, incluso cuando no veas respuestas inmediatas. La persistencia en la búsqueda de Dios trae resultados sorprendentes.
  6. Vive en el Poder del Espíritu:
    • Reconoce la presencia del Espíritu Santo en tu vida diaria. Permite que el Espíritu de Dios te guíe, te fortalezca y te dé la sabiduría para enfrentar cada situación.
  7. Comparte tu Testimonio:
    • Al igual que la mujer sanada no pudo mantener en secreto su testimonio, comparte tus experiencias de la fidelidad de Dios. Tu testimonio puede ser una fuente de inspiración y esperanza para otros.

Asi que vive cada día con una fe inquebrantable, sabiendo que nuestro Señor es el mismo ayer, hoy y siempre. ¡Que Dios los bendiga ricamente!.

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COMO AFRONTAR LAS ADVERSIDADES O PRUEBAS

Hay dos formas opuestas de responder a la adversidad.: 1) Algunas personas se amargan ante dificultades inesperadas, hasta enojarse con Dios y alejarse de Él o incluso alejarse completamente de su fe. 2) Otros creyentes atraviesan dificultades pero desarrollan una relación más fuerte con Dios. Crecen en su comprensión de cómo sacar fuerza de Su capacidad sobrenatural para superar los desafíos de la vida, rodeados de Su amor y capacitados por Su poder sustentador.

El apóstol Pablo no era ajeno a las circunstancias difíciles.

2 CORINTIOS 4:8 “Estamos afligidos en todo, pero no aplastados; perplejo, pero no desesperado; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos” .

Mientras Pablo llevaba a cabo la obra de Dios, constantemente enfrentó conflictos y adversidades, azotado, apedreado, naufragios, etc. Podemos aprender mucho sobre cómo afrontar las dificultades de este fiel siervo, PORQUE nunca desmayo, al contrario, se fortaleció en Dios.

¿CUALES SON LAS CIRCUNSTANCIAS MÁS ALLÁ DE NUESTROS LÍMITES?

Todos hemos enfrentado situaciones difíciles, un ambiente laboral o escolar hostil, o la experiencia de rechazo, traición y fracaso. Es posible que seamos llamados a soportar una situación difícil e interminable. Nuestra prueba puede ser dolor físico o enfermedad crónica. Independientemente de la dificultad particular, Dios quiere que confiemos en Su fuerza en lugar de ceder a la tentación de resolver el problema por nuestra cuenta.

COMO PODEMOS AFRONTAR LAS DIFICULTADES?

En el poder que nos da Cristo, podemos encontrar la capacidad de afrontar las dificultades triunfalmente y sin perder la paz ni el gozo.

  1. Fuerza más allá de la capacidad humana. Cuando recibimos a Jesús por fe como nuestro Salvador personal, Él viene a vivir dentro de nosotros a través de la Persona del Espíritu Santo. Jesús dijo: “Yo rogaré al Padre, y él os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” (Juan 14:16). Él vive la vida de Cristo a través de nosotros. En otras palabras, toda la fuerza que necesitamos para resistir ya reside dentro de nosotros. Sólo tenemos que aprender a experimentarlo.
  2. Pablo también escribió:
    • “Fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza” (Efesios 6:10).
    • “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 2:1).
    • “Todo lo puedo en Aquel que me fortalece” (Filipenses 4:13).
  3. Disponible cuando sea necesario. No podemos aprender sobre este poder simplemente leyendo sobre él. De hecho, tenemos que experimentarlo al ser arrojados a una situación imposible. Sólo cuando superamos nuestras propias fuerzas podemos saber que el poder de Cristo fluye a través de nosotros.
  4. Limitado por la voluntad del Padre. Dios nos fortalece sólo para hacer su voluntad. Por ejemplo, el Padre te permitirá hacer lo que te ha facultado a la que te ha llamado, ya que eso está dentro de Su voluntad para tu vida. Incluso cuando te traten injustamente, Él puede empoderarte para que siempre hagas lo correcto en lugar de ceder al resentimiento.
  5. Crece más en nuestra debilidad. El mundo valora el orgullo y la autosuficiencia, pero Dios honra la humildad. A los corintios, Pablo reconoció su completa dependencia del Señor: “Yo estuve con vosotros en debilidad, y en temor y mucho temblor, y mi mensaje y mi predicación no fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder” .
  6. Cuando nos faltan fuerzas, podemos experimentar el poder de Dios. El apóstol escribió: “Más bien me gloriaré en mis debilidades, para que el poder de Cristo habite en mí. Por eso me contento con las debilidades, con los insultos, con las angustias, con las persecuciones, con las dificultades, por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Cor. 12:9-10). En sus momentos más débiles, Pablo pudo experimentar la energía divina y sobrenatural de Dios, dándole poder para vivir victoriosamente.

Cuando Dios introduce una gran prueba en tu vida, es una oportunidad para aprender de Su gran poder y Su fuerza permanente trabajando dentro de ti. No trates de evitar todas las situaciones difíciles de la vida o te perderás de experimentar Su poder sobrenatural.

Ese poder esta disponible para nosotros los que hemos aceptado a Cristo como nuestro Salvador. Este poder es un regalo de Dios, no algo que ganamos. Su presencia no significa que evitemos las dificultades, por supuesto, sino que Él está con nosotros a través de ellas, sosteniéndonos.

¿CÓMO PUEDO LIBERAR ESTE PODER EN MI VIDA?

  1. Reconozca que está totalmente indefenso. Un hijo de Dios en crecimiento valorará la humildad.
  2. Lánzate a la misericordia de Dios. Confía genuinamente en Él para realizar buenas obras a través de ti, dándote fuerza para hacer lo correcto en situaciones imposibles.
  3. Cree que Él hará lo que dijo. “Y mi Dios suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19)

.Dios quiere llevarnos al punto en que confiemos completamente en él. Como dijo Pablo, “no confiaremos en nosotros mismos, sino en Dios” (2 Cor. 1:9). Esto no significa que no haya lágrimas, ni desánimo, ni sufrimiento, sino que a través de todas esas cosas, somos sostenidos por el amor de Dios.

Para superar los desafíos de la vida, rodeados de Su amor y capacitados por Su poder sustentador es necesario venir humillados ante Dios y hacer a Jesús el Señor de tu vida. Y lo haces haciendo la siguiente oración en voz alta:

«Padre Celestial, vengo delante de tu presencia a pedirte perdón por mis pecados, me arrepiento de ellos y a partir de este día te hago el Señor y Salvador de mi vida. Rompo todo pacto con el mundo, conmigo mismo y con las tinieblas. Y hago un nuevo pacto con Jesucristo. Declaro que soy sano y libre, en el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias PASTOR CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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CONFIANZA PARA AFRONTAR EL FUTURO

En esta vida nada está garantizado (empleos, familia, finanzas, salud), y nadie puede predecir los desafíos que vendrán mañana, y mucho menos en los años venideros. Pero se puede encontrar una seguridad genuina e inmutable en nuestra relación con Jesucristo.

Los creyentes de hoy pueden sentirse animados al estudiar personajes del Antiguo Testamento, quienes mantuvieron su confianza en Dios.

HEBREOS 11:27 dice Moises: “Por la fe salió de Egipto, sin temer la ira del rey; porque sufrió, como viendo al que no se ve”.

En otras palabras, el profeta puso su mirada espiritual en el Señor. Al seguir su ejemplo, debemos ver diariamente nuestras circunstancias a la luz de la completa soberanía de nuestro amoroso Padre.

¿PORQUE DEBERÍA IMPORTARNOS LO QUE EL ANTIGUO TESTAMENTO TENGA QUE DECIR?

Cuando vemos cómo Dios trabajó diligentemente en las vidas de los creyentes, podemos sentirnos animados de que Él nos guiará y consolará de manera similar.

ROMANOS 15:4 dice: “Porque todo lo que se escribió en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que mediante la paciencia y la consolación de las Escrituras tengamos esperanza”.

Al leer la Biblia, busquemos principios que muestren cómo opera Dios en la vida de los fieles. Él no ha cambiado. El Padre desea guiarte hacia Su perfecta voluntad para tu vida, de la misma manera que lo hizo con los santos de la antigüedad.

¿COMO SOBREVIVIÓ MOISÉS A LA INCERTIDUMBRE?

Una y otra vez, el profeta atravesó la adversidad con seguridad. Considere cómo regresó ante Faraón para exigir libertad para el pueblo de Dios, cómo soportó las diez plagas o cómo enfrentó la rebelión y la idolatría del pueblo en el desierto.

El secreto es que Moisés “estuvo como viendo al invisible” (Heb. 11:27). La palabra traducida aguantar proviene de una raíz que significa “fuerza, coraje o capacidad de resistir circunstancias difíciles y no darse por vencido a pesar de la presión”. A pesar de las dificultades, este líder hizo la voluntad del Señor con confianza.

¿POR QUÉ DIOS ESPERA QUE TENGAMOS GOZO EN LAS DIFICULTADES?

Las dificultades son la herramienta del Señor para desarrollar nuestra madurez espiritual. Ningún sufrimiento es en vano en la vida de un creyente.

SANTIAGO 1:2-4 “Tened por sumo gozo… cuando os encontréis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Y que la paciencia tenga su resultado perfecto, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada”

Dios sabe exactamente qué tipo de dificultad o prueba traer a nuestras vidas para desarrollar nuestra madurez espiritual.

¿CUÁL ES LA CLAVE DE NUESTRA RESISTENCIA?

Las Escrituras dicen que la razón por la que Moisés pudo aguantar fue porque vio a Dios.

La respuesta es que Moisés vio al Señor a través de los ojos de la fe, en lugar de una visión física. El rey David también obtuvo fortaleza espiritual al tener presente a su Creador:

SALMO 16:8 “He puesto al Señor continuamente delante de mí; porque él está a mi diestra, no seré conmovido”.

Aunque usaron terminología diferente, ambos líderes eligieron continuamente centrarse en Dios.

Hoy tenemos el beneficio de saber aún más cómo es el Padre porque Jesús lo reveló perfectamente Además, el Espíritu Santo vive dentro de cada creyente y nos ayuda a discernir realidades espirituales que no son visibles a los ojos humanos.

¿CÓMO PODEMOS VER LO QUE ES INVISIBLE?

  1. Abra la Palabra de Dios y comience a leer. Vea cómo actúa en las vidas de personas como José, Moisés, David, Daniel y Pablo. Busque principios bíblicos que describan patrones de cómo el Señor interactúa con los creyentes. Él quiere ser tan real para ti como lo fue para los santos bíblicos.
  2. Identifica las obras de Dios a tu alrededor. Una vez que veas los caminos del Señor en la Biblia, comenzarás a ver Su obra en tu vida y en la de tus amigos y familiares. Esto es ver la manifestación de Dios. El Espíritu Santo habita dentro de cada creyente y nos permite ser conscientes de Su presencia y verlo obrar a nuestro alrededor.
  3. Busque un caminar más cercano a Dios. ¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8)? Esto no se refiere a la perfección sin pecado. Más bien, mantenemos una conciencia tranquila al arrepentirnos rápidamente del pecado. Cuando nuestra mente está limpia, podemos “ver” o experimentar la presencia del Señor. Considere este hábito diario: agradezca a Dios al final de cada día por la forma en que obró en su vida y encomiende a Él sus planes para el día siguiente.

¿QUE DIFERENCIA HARÁ ESTO EN TU VIDa?

Verás la vida desde una perspectiva completamente diferente. En lugar de pensar en lo que te falta, te concentrarás en nuestro Dios capaz y omnipotente. Esto lleva a pensar más positivamente, tener mayor confianza al tomar decisiones, ver las dificultades como oportunidades para crecer y desear una mayor intimidad.

Solo le pregunto esto: esta sintiendo que en su vida esta solo, deprimido, viendo lo que le rodea, su futuro, indefenso, ansioso, ocupado, inquieto, inseguro?, entonces lo que necesita es aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador y le aseguro que al acercarse a Dios, Él le mostrará y le guiará por un camino seguro y con propósito.

Para ello, repita después de mi la siguiente oración: «Padre Celestial, vengo delante de tu presencia para pedirte perdón de mis pecados, porque entiendo que mis pecados me alejan de tī. Rompo todo pacto que hice con el mundo, conmigo y con las tinieblas. Y ahora hago un nuevo pacto contigo Jesucristo. Ahora soy libre, soy sano y hago a Jesús el Señor y Salvador de mi vida. Amén.

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CLAMA Y DIOS RESPONDERÁ COMO AL CIEGO BARTIMEO

En la historia de Bartimeo, vemos una lección de fe audaz y persistencia inquebrantable. En medio de la multitud que le decía que se callara, él elevó su voz aún más fuerte, clamando por la misericordia de Jesús. A pesar de las críticas y obstáculos, se aferró a su fe y determinación.

MARCOS‬ ‭10‬:‭46‬-‭52‬ «Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó, él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!. Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.” ‭‭

¡Claro! En esta historia de fe y valentía, vemos cómo la determinación de Bartimeo lo llevó a encontrar la misericordia de Jesús. Su insistencia, a pesar de las críticas, demuestra que la fe audaz mueve montañas. La lección aquí es clara: no dejes que las opiniones de otros te detengan en la búsqueda de tus sueños y bendiciones. ¡Persiste con valentía y fe, y recibirás la gracia que buscas!

Nos enseña que a menudo, en la vida, las voces externas intentarán silenciarnos: opiniones, dudas, incluso temores propios. Sin embargo, la historia de Bartimeo resuena con fuerza, instándonos a mantenernos firmes, a no dejarnos disuadir por las circunstancias o las voces que intentan limitarnos.

La fe audaz no es solo creer; es persistir con valentía, es levantar nuestra voz aún más alto cuando el mundo intenta silenciarnos. Es seguir clamando por aquello que anhelamos, aunque todo parezca indicar lo contrario. Bartimeo no se rindió, y esa perseverancia atrajo la atención de Jesús.

Todos enfrentamos nuestras propias formas de ceguera: limitaciones, desafíos, momentos en los que nos sentimos incapaces de ver una salida. Pero al igual que Bartimeo, podemos arrojar nuestras «capas», dejar a un lado lo que nos limita, y acercarnos a Jesús con la convicción de que podemos ser transformados.

Cuando Jesús le preguntó a Bartimeo qué quería, él pidió recuperar la vista. Y Jesús, reconociendo su fe, le concedió su petición. La fe audaz, esa determinación intrépida, puede abrirnos puertas y concedernos bendiciones más allá de lo que podríamos imaginar.

Entonces, ¿cuál es nuestra ceguera actual? ¿Qué necesitamos pedirle a Jesús con esa misma fe valiente? Que la historia de Bartimeo nos inspire a persistir, a elevar nuestras peticiones con audacia, a arrojar nuestras limitaciones y acercarnos a la gracia de la transformación.

Que seamos como Bartimeo, clamando sin temor, confiando en que nuestra fe audaz moverá el corazón de lo divino, y nos permitirá seguir a Jesús en el camino hacia la plenitud de nuestras bendiciones.

QUE APLICACIONES PRÁCTICAS ENCONTRAMOS EN ESTA HISTORIA:

  1. Persistencia y determinación: Así como Bartimeo persistió a pesar de las adversidades, podemos aplicar su ejemplo en nuestra vida diaria. Cuando enfrentemos obstáculos, mantengamos esa determinación para alcanzar nuestras metas, ya sea en el trabajo, los estudios o proyectos personales.
  2. Eleva tu voz: Bartimeo no se dejó callar, incluso cuando otros lo intentaron. En nuestras interacciones diarias, no temas expresar tus ideas, preocupaciones o necesidades. A veces, levantar la voz de manera respetuosa puede hacer una gran diferencia.
  3. Confianza en la ayuda divina: La historia de Bartimeo nos recuerda que confiar en la ayuda divina puede ser transformador. En situaciones difíciles o decisiones importantes, confiar en algo más grande que nosotros mismos puede darnos claridad y fortaleza.
  4. Fe en acción: Bartimeo creyó en la posibilidad de ser sanado y actuó en consecuencia. De manera similar, podemos practicar la fe a través de acciones que reflejen nuestras creencias, ya sea ayudando a otros, mostrando compasión o siendo un apoyo para quienes lo necesitan.

Estas aplicaciones prácticas nos permiten llevar los principios de la historia de Bartimeo a nuestra vida cotidiana, buscando ser persistentes, auténticos y con una fe activa que nos impulse hacia el crecimiento personal y el bienestar de quienes nos rodean.

Esto solo es posible cuando hacemos a Jesús de una manera permanente como nuestro Señor y Salvador. Y para ello ven y has conmigo la siguiente oración en voz alta: «Padre Celestial, vengo delante de tu presencia a pedirte perdón por mis pecados, reconozco que mi pecado me ha alejado de ti. Pero hoy declaro con mi boca que Jesús murió por mis pecados y que Dios Padre lo levanto de entre los muertos. Rompo todo pacto con la tinieblas, conmigo, y con el mundo. Y hago un nuevo pacto con Jesucristo como mi Señor y Salvador. Amén.»

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