Categoría: Obediencia

TU ERES IMPORTANTE PARA DIOS

Hoy quiero hacer una declaración que considero es muy importante en este tiempo: «TU ERES IMPORTANTE PARA DIOS». Sobretodo, si estas pasando por algún problema, dificultad, sufrimiento, dolor o dudas pudieran parecer evidencias de que no le importamos al Señor; pero eso no es cierto.

Algunos de los creyentes más reconocidos en la historia del cristianismo enfrentaron sufrimientos inimaginables, sin dudar del amor de Dios por ellos. Aunque nuestro Padre celestial no nos ha prometido una vida fácil, aun en medio de las pruebas, podemos tener la certeza de que nuestra vida es importante para Él.

Ser importante significa ser de valor para alguien, y para Dios todos sus hijos son valiosos. Nos conoce muy bien a cada uno, incluso nuestros pecados, fracasos y debilidades; y aún así nos ama y nos valora. Hasta en medio del dolor y del sufrimiento que permite en nuestra vida, se interesa por nosotros y cumple sus promesas.

HEBREOS 13: 5 » El Señor ha prometido que no nos dejará, ni nos desamparará, y lo cumplirá.»

Cuando el apóstol Juan escribió su primera epístola era un hombre de 80 o 90 años. Su carta fue dirigida a los cristianos, y en los primeros tres versículos del capítulo 3, los alentó a considerar al amor que Dios demostró al salvarlos.

1 JUAN 3: 1-3 “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro”.

La salvación comienza cuando aceptamos que estamos separados de Dios por nuestros pecados. Luego, al reconocer quién es Jesucristo y lo que hizo en la cruz, confiamos en que puede salvarnos, perdonar nuestros pecados y reconciliarnos con Dios. Una vez que somos salvos, somos transformados para siempre y nunca más podremos volver a ser quienes éramos sin Cristo, pues hemos sido unidos con Dios por toda la eternidad. La garantía de esa seguridad es el Espíritu Santo, quien ha venido a morar en nosotros para siempre.

Como hijos de Dios, somos sensibles al pecado, sensibles a nuestra relación con Dios, sensibles a la Palabra de Dios, y deseamos leer la Biblia y llevar una vida obediente y consagrada. Cada vez que pecamos tenemos la opción de venir ante el Señor para que nos purifique; pero si continuamos en esa desobediencia, nos disciplinará con amor, pues es nuestro Padre celestial. Aunque permite que las pruebas lleguen a nuestra vida por diversas razones, en ocasiones las usa para que regresemos a Él arrepentidos.

EVIDENCIAS DE QUE SOMOS IMPORTANTES PARA DIOS

Aunque puede que sintamos que no somos valiosos para nadie en este mundo, como hijos de Dios sí somos muy importantes para Él, y Juan provee evidencias que demuestran lo mucho que Dios nos cuida.

1. El gran amor que nos ha dado. “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre” (1 Jn 3.1). Su gran amor se expresa en todo lo que ha hecho por nosotros.

  • Nos salva. Dios llegó a nuestra vida por medio de su Palabra para abrir nuestra mente y corazón y que pudiéramos entender el evangelio de Jesucristo. El Espíritu Santo nos convenció de nuestra condición pecaminosa y de nuestra necesidad de ser perdonados. Al reconocer que solo Jesucristo puede salvarnos, confiamos en Él para recibir el perdón de nuestros pecados.
  • Nos santifica. El Señor nos ha separado para que vivamos solo para Él. Su Espíritu ahora está sentado en el trono de nuestro corazón, guía nuestra vida, nos da entendimiento de su Palabra, nos capacita para obedecerle y nos transforma a la imagen de su Hijo.
  • Suple nuestras necesidades. Dios ha prometido suplir cada una de las necesidades de sus hijos “conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Fil 4.19). Además de darnos salvación, Dios se compromete a suplir todas nuestras necesidades porque se interesa por nosotros. Sus recursos son inagotables y nuestras bendiciones en Cristo son abundantes.
  • Envió al Espíritu Santo a morar en nosotros. Una vez que fuimos salvos, el Señor envió a su Espíritu Santo a morar en nuestra vida. Sin Él seríamos incapaces de vivir como Dios desea. El Espíritu Santo es quien nos equipa para que lleguemos a ser la persona que Dios desea.

2. Somos llamados hijos de Dios. “ahora somos hijos de Dios” (1 Jn 3.2). Todos comprendemos el amor tan especial que los padres tienen hacia sus hijos, pero eso es solo una sombra del gran amor y cuidado que Dios tiene por sus hijos. Él ha derramado sobre nosotros promesas y bendiciones espirituales, y nada podrá jamás separarnos de Él.

3. Nuestra vida aún no es como será. “aún no se ha manifestado lo que hemos de ser” (1 Jn 3.2). Lo que ahora vemos en nuestro mundo y en nuestra condición humana es temporal. Si ponemos nuestra mirada en la sociedad, podríamos desanimados, pues está peor que nunca. Muchos no conocen a Dios, pues lo han ignorado o rechazado (v .1). El ajetreo, las riquezas y los placeres de este mundo amenazan con desviar nuestra atención del Señor y distraernos para que no leamos su Palabra. Sin embargo, necesitamos de la Biblia para llevar una vida como Dios desea. Sus mandamientos no nos privan de nada, sino que al obedecerlos, nos dan aquello que nuestro Padre celestial sabe que es mejor.

4. Seremos semejantes a Él. “Sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él” (1 Jn 3.2). Cuando Cristo regrese seremos transformados para ser como Él. En la porción bíblica que más enseña sobre la resurrección, Pablo escribió: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho” (1 Co 15.20). No solo Dios provee todo lo que necesitamos para llevar una vida consagrada en el presente, sino que también nos esperan muchas más provisiones en el futuro cuando seamos resucitados con cuerpos glorificados. Aunque no sabemos cómo será el cielo, contamos con la promesa de que nuestros nombres han sido escritos en el libro de la vida del Cordero y estaremos con el Señor para siempre.

5. Podemos llevar una vida pura por el poder del Espíritu Santo, glorificándolo por toda la eternidad. “todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro” (1 Jn 3.3). Nuestra vida es importante porque Dios desea lo mejor para nosotros. Quiere que tengamos vidas puras y santas por el poder del Espíritu Santo. Conocer nuestro futuro glorioso debe motivarnos a obedecer la Palabra de Dios y a dejarnos guiar por su Espíritu.

FUENTE: Gracias PASTOR CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

Comentarios

NUESTRAS CONVICCIONES

Como cristianos, debemos tener convicciones que definan nuestra identidad y determinen nuestro estilo de vida y decisiones.

Y Dios nos ha dado principios bíblicos con el propósito de protegernos, guiarnos, motivarnos y ayudarnos a vivir de acuerdo a su voluntad. Como nuestras convicciones tienen una influencia tan poderosa, debemos examinarlas para determinar si contribuyen o no a nuestro crecimiento espiritual, o si nos acercan o separan de Dios.

Cuando Pedro y Juan fueron lanzados en la cárcel por haber sanado a un hombre cojo, se les amenazó para que no hablasen o enseñasen en el nombre de Jesús. Sin embargo, se mantuvieron firmes en sus convicciones y dijeron:

HECHOS 4: 19-20 “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”.

El verdadero significado de la convicción

La palabra convicción puede ser definida:

  • Una creencia que se sostiene con firmeza. Como el hecho de que estamos seguros de que Jesucristo es el Hijo de Dios, quien ha resucitado y quien es el único camino al cielo.
  • Un sentimiento de culpabilidad que proviene del Espíritu Santo, pues Él es quien convence al mundo de pecado, justicia y juicio (Jn 16.8).

Tales convicciones son las que están relacionadas con nuestra fe. Las mismas deberían tener un efecto decisivo en nuestra conducta y marcar la diferencia cada vez que debamos demostrar nuestras creencias a quienes no piensan igual que nosotros.

LA DIFERENCIA ENTRE CONVICCIONES Y PREFERENCIAS

Al examinar nuestra vida, debemos determinar si vivimos por convicciones o preferencias.

  • Las preferencias son creencias que varían de acuerdo a las circunstancias y que podemos modificar para beneficiarnos. Las preferencias no proveen un cimiento sólido para nuestra vida, pues dependen de lo que nos ocurra, o pueden ser cambiadas si se nos ofrece algo mejor, por lo cual son fácilmente abandonadas ante las tentaciones.
  • Una convicción es una creencia sólida y firme, que está basada en la confianza en la Palabra de Dios. La cual nos hace estar completamente convencidos de su verdad, de tal manera que asumamos una postura sin importar las consecuencias. Las convicciones moldean, no solo nuestras creencias, sino también la manera en la que vivimos y en la que morimos. Definen nuestra identidad y proveen una dirección sólida que nos mantiene en el camino correcto sin importar las circunstancias o tentaciones que enfrentemos.

CARACTERÍSTICAS DE UNA PERSONA CON CONVICCIONES.

Nuestra meta como creyentes es llegar a ser como Pedro y Juan, quienes se mantuvieron firmes en su fe en Cristo y en la responsabilidad que tenían de proclamar su salvación, sin importar las amenazas que recibieron. Al imitar su ejemplo expresaremos las siguientes características:

  • Sentido de propósito. Sabemos hacia donde nos dirigimos y andamos por un camino definido para llegar ahí, al buscar aquello que va de acuerdo con nuestra identidad en Cristo y al dejar a un lado lo que no sea de su agrado. En vez de imitar a la mayoría, o buscar nuestro propio placer, seguimos los principios bíblicos, al buscar la voluntad de Dios para abstenernos de los pecados que nos rodean.
  • Fe en Dios para poder vivir con convicciones. La fuerza que nos permite mantenernos firmes en nuestras convicciones proviene de la fe en Cristo como nuestro Salvador y de la Palabra de Dios.
  • Valentía ante los desafíos. Es fácil mantener convicciones firmes cuando estamos en la iglesia, rodeados de personas que piensan igual que nosotros. Pero si nos rodean personas que creen que los cristianos somos intolerantes y tontos, necesitamos valor para declarar que somos seguidores de Cristo y para proclamar la Palabra de Dios.
  • Perspectiva en mente. Antes de rendir nuestras convicciones o de negar lo que realmente creemos, debemos examinar los efectos a largo plazo que sufriremos al hacerlo.
  • Fortaleza inusual. Desde el momento en que fuimos salvos, el Espíritu Santo vino a vivir en nosotros y nos selló como hijos de Dios (Ef 4.30). Él es nuestro consolador, quien nos capacita para comprender la verdad y nos da la fortaleza física, emocional y espiritual para hacer lo correcto en medio de las pruebas y las dificultades (Jn 14.26). Nunca estaremos solos al ser firmes en nuestras convicciones, pues el Espíritu de Dios está siempre con nosotros para ayudarnos en lo que fuese necesario.
  • Entendimiento adecuado. El Espíritu Santo es quien nos da el discernimiento para reconocer la mentira. Las promesas del mundo de felicidad, prosperidad y placer para los que comprometen las convicciones bíblicas son un gran engaño. De manera que, si basamos nuestras convicciones en nuestras propias ideas, deseos y satisfacciones, nos encaminaremos al desastre. Es al vivir de acuerdo a las convicciones que provienen de Dios que podemos evitar las consecuencias de seguir los valores de este mundo.

¿PORQUE CLAUDICAMOS DE NUESTRAS CONVICCIONES?

  • El temor a las críticas. Vivimos en una sociedad donde muchos proclaman tener el derecho de hacer lo que les conviene. Es por eso que somos criticados al mantenernos firmes en nuestras convicciones cristianas, o al proclamar lo que Dios enseña acerca del estilo de vida pecaminoso que otros llevan.
  • El temor al rechazo. Si expresamos lo que creemos, o si vivimos de acuerdo a nuestras convicciones cristianas, puede que no seamos aceptados por quienes viven de acuerdo a sus propios deseos. Sin embargo, no debemos sacrificar esas convicciones para complacer a los demás, pues podemos perder las bendiciones que Dios nos ha preparado.
  • El temor a las pérdidas. En ocasiones, nos negamos a mantenernos firmes en nuestras convicciones, por temor a llegar a perder a nuestros amigos. Sin embargo, cualquier persona que trate de alejarnos de los caminos del Señor no es verdaderamente nuestro amigo.

Es tiempo de que los hijos de Dios nos mantengamos firmes, sin importar las consecuencias. Nuestra prioridad debe ser agradar a Cristo para que seamos hallados fieles a Él y a su Palabra.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

Comentarios

VENCIENDO AL MUNDO

Permítame le cuento una historia a manera de introducción:

Durante sus vacaciones en la costa, una familia presenció una gran tempestad. Las olas subían a enormes alturas mientras que los vientos fuertes sacudían violentamente las embarcaciones que estaban amarradas al muelle.

Un niño, que miraba desde la ventana, se fijó en que sólo la boya flotaba serenamente en aquel turbulento mar y se mantenía en su lugar a pesar de los vientos fuertes.

El niño comentó con los demás que la boya era la única cosa que había allí afuera que parecía no tener miedo, porque aunque se hundía de vez en cuando, siempre volvía a subir sin daño y en el mismo lugar.

Entonces el papá les explicó que la boya se mantenía firme a pesar del viento fuerte porque estaba amarrada a un ancla en el fondo del mar, y agregó que también así es nuestra vida.

Cuando nuestra fe está anclada en Cristo podemos enfrentarnos sin temor y con calma a cualquier viento contrario en la vida. No existe bendición como la de una perfecta confianza en el Señor.

Todos los días nos enfrentamos a desafíos terribles, y creo que en este tiempo tan extraño e impensable, esos desafíos se han acentuado.

En medio de esta situación… hay esperanza, porque podemos seguir la vida “Venciendo al mundo” Somos vencedores en la fe del Hijo de Dios.

Leamos la Palabra de Dios:

  1. Juan 5:1-5 1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.
  2. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.
  3. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.
  4. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
  5. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Una verdad enorme es esta, la fe en Cristo nos da propósito y nos hace vivir plenamente. De todos los conocimientos, el más importante es conocer a Dios. Vamos a meditar en este pasaje, pero nos enfocaremos especialmente en los versículos 4-5

  1. LOS QUE HAN NACIDO DE NUEVO VENCEN AL MUNDO. Vs.4a Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo;
  • Es un vencedor siempre. Ya vencimos por los méritos de Cristo, por ello debemos vernos a nosotros mismos como vencedores, no como derrotados:

1 Corintios 4:7-9 dice: 7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, 8 que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;

  • Dios nos ha capacitado para vencer. (La Palabra de Dios, los dones del Espíritu Santo)
  • Debemos ejercitarnos en vencer. (Determinación, perseverancia y constancia).

2. NUESTRA FE EN CRISTO, ES NUESTRA VICTORIA. Vs. 4b …y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. La fe en Jesús, el Hijo de Dios, nos cubre, nos capacita, nos levanta y nos sostiene para contemplar la victoria.

  • La persona de Cristo es lo más importante. No es una fe cualquiera, ni una fe impersonal, es una fe directamente en una persona, la persona más importante del cosmos: ¡Cristo mismo!
  • Creer y aferrarse a esa fe. (Esta fe es suficiente para cruzar cada día y sus desafíos)
  • Esta guerra está ganada, nosotros debemos ganar las batallas. (Ya ganó Cristo, pero él nos manda, a ser más que vencedores y asumir ese rol, a diario. ¿Cómo? Disciplinas espirituales: orar, leer la Biblia, compartir)

3. VENCER AL MUNDO ES COSA DE TODOS LOS DÍAS. Vs. 5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Si nota algunas palabras claves: ¿Quién es el que VENCE? VENCE, en presente. No dice venció, ni vencerá, dice vence… porque es una situación diaria. Siempre le comparto a un buen amigo que está luchando con su vida: hermano, es un día a la vez.

  • Vencemos porque DEBEMOS hacerlo. No tenemos opción. Si hemos nacido de Dios, nuestra naturaleza ahora, es ser vencedores, y DEBEMOS hacerlo. DIARIAMENTE.
  • Vencemos porque CREEMOS en Jesús. Como nuestra fe está puesta en Jesús, DEBEMOS vencer, como producto de CREER en Jesús. Vencemos porque CREEMOS en Cristo.
  • Vencemos porque el mundo está VENCIDO. Juan 16:33 dice: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.Jesús no miente.Jesús ya lo hizoSimplemente viva en esa verdad.

Esto suena muy bien, pero ¿Cómo lo logro? Comience a dar pequeños pasos de fe:

  • Lea su Biblia TODOS los días,
  • Ore a Dios, por unos minutos SIEMPRE;
  • comparta sus logros y desafíos con un amigo, un hermano en la fe que sea maduro y le anime.

No luche solo, no sufra en silencio. Usted y yo podemos ¡VIVIR VENCIENDO AL MUNDO SIEMPRE! Solamente por la gracia de Dios. Ánimos, la guerra ya está ganada, pero prepárese para la batalla de cada día, en el nombre de Jesús. Dios le bendiga.

FUENTE Gracias Pastor DORIAN BANEGAS por sus enseñanzas

Comentarios

OBSTÁCULOS PARA SEGUIR LA VOLUNTAD DE DIOS Y COMO DESCUBRIR LA VOLUNTAD DE DIOS

Uno de los temas más importantes de la Biblia es la Voluntad de Dios. Los no creyentes se burlan de ella y a menudo los creyentes la ignoran. La verdad es que cada día o vivimos en la voluntad de Dios o fuera de ella. La verdad es que es una elección propia.

Definiendo la voluntad de Dios, podemos decir que es el propósito y el plan de Dios para nuestras vidas.

Y por eso, hoy, hablaremos primero de: LOS OBSTÁCULOS PARA SEGUIR LA VOLUNTAD DE DIOS

  1. El primer obstáculo es la terquedad. Esto se trata del orgullo y del egoísmo de nuestra parte de no querer consultar a Dios muchas cosas. Solo las hacemos y luego le pedimos su bendición. Pero, ese no es su modo de operar, porque ninguno de nosotros es suficientemente capaz de llevar acabo la voluntad de Dios para nuestra vida.
  2. Otro obstáculo es la influencia de otras personas. Si alguien te dice » SI YO FUERA TU !, cuidado!, porque no son usted, no pueden serlo, no saben cuales son los planes de Dios para su vida, ni saben lo que Dios esta haciendo, pero, Dios sí puede mostrárselo, si estas dispuestos a escucharle.
  3. Desconocimiento de los principios divinos. No podemos andar en la voluntad de Dios sin conocer sus principios: a) Aprender a esperar en Dios, porque el tiempo es un asunto primordial en su vida cristiana. b) Aprender a confiar en Dios, y dejar las consecuencias en sus manos. c) Dios suplirá nuestras necesidades, porque al andar en su voluntad tendremos lo que necesitamos. d) El andar en su voluntad, damos un paso a la vez, la voluntad de Dios no nos dará el cuadro completo, Dios hará que demos un paso a la vez, confiar en Él, obedecerle y creerle. Creer que lo que no puedo ver en el futuro, Dios ya lo ha visto y me llevará allí en el momento propicio.
  4. Otro obstáculo, es el pecado deliberado y conocido en nuestra vida. a) El pecado, ensordece nuestros oídos a la voz de Dios. Y eso hace que no lo escuchemos con claridad. b) El pecado ciega los ojos a la visión de Dios. Esto provoca que la gente sea infeliz, porque no saben en qué rumbo van. c) Endurece el corazón al conocimiento de Dios. La desobediencia a Dios siempre endurece el corazón y no hay promesa en la Palabra de Dios que diga que Él bendice el pecado y la desobediencia. d) Insensibiliza la conciencia a la Palabra de Dios. pues al estar fuera de la voluntad de Dios, comenzamos a sentir que algo no esta bien, y nos preguntamos porque?. No busque en ningún otro lado, examine su corazón para ver qué hay en su vida.
  5. Otro obstáculo es la duda. Debido a que la vida cristiana no es fácil, es fácil dudar y entonces al dudar, podemos tomar decisiones equivocadas y salirnos de la voluntad de Dios. Lo que pasa es que no estamos escuchando a Dios. Está escuchando el deseo del diablo para hacer lo que a menudo es la parte más hermosa de la voluntad de Dios, porque Dios tiene preparado algo para su futuro que no puede descifrar. Dios tiene un plan nuestra vida, donde nos sostendrá y suplirá toda necesidad. Es cierto que habrán dificultades pero Dios hará que todo eso nos ayude a bien. para hacernos crecer, madurar, forjarnos, cambiarnos, quitar de nuestra vida lo indebido y transformarnos a la semejanza de Cristo.

Mire!, no subestime lo que Dios piensa que usted puede hacer, porque Él está aquí para ayudarle; así que no base su decisiones en su modo de pensar, sino en lo que Dios le ha llamado a hacer.

Ahora bien, el segundo tema a tratar es:

COMO DECUBRIMOS LA VOLUNTAD DE DIOS?

Sabemos que no podemos cambiar el pasado, pero si podemos hacer algo a partir de hoy para conocer la voluntad de Dios y la mente de Cristo y saber lo que es del agrado de Dios.

  1. Atravez de la Palabra de Dios. Podemos ver algunos ejemplos de su voluntad: a) Es que seamos salvos: JUAN 3:16 «Porque de tal manera amo Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en Él crea, no se pierda, sino tenga la vida eterna. b) El deseo de Dios es que demos gracias a Dios en todo momento. 1 TESALONISENSES 5:18 » Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.» c) La voluntad de Dios es la santificación. 1 TESALONISENSES 4: 3-5 » pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación,…..Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación».
    • La voluntad de Dios es que vivamos vidas santas y nos abstengamos de aquello que es inmoral y que nos aleje de la voluntad de Dios. Esos son algunos aspectos, hay muchos otros más.Y por eso es que la Biblia es el manual de vida, para que tengamos una guía en este mundo y sepamos cómo tener una relación intima con el Padre Celestial. Pero si optamos por ignorar la Palabra de Dios, desperdiciaremos nuestra vida y nos perderemos las bendiciones que Dios ha preparado para cada uno de sus hijos e hijas.
    • En la Palabra de Dios también descubriremos al Señor Jesucristo, quien sabe cada detalle de nuestra vida y sabe lo que mas nos conviene.
    • Asimismo, es en la Biblia donde hallamos aquellas advertencias para llegar a conocer su voluntad para nuestras vidas y hacer aquello que le agrada a Dios.

2. Podemos conocer la voluntad de Dios por medio de la oración. No podemos separar la Biblia de la oración, pues debemos leerla con una actitud de oración. Son las enseñanzas bíblicas las que nos ayudan a darnos cuenta de aquellas areas de nuestra vida que debemos trabajar para andar en la voluntad de Dios.

3. Por medio de las circunstancias. En ocaciones Dios hace uso de ellas para llevarnos al camino que Él desea.

4. Dios usa a otros para guiarnos. Hay ocaciones en que Dios nos da sabios consejos atraves de otras persona, pero también no debemos aceptar todos los consejos, a menos que estemos convencidos que es sabio y proviene del Señor.

5. Por medio del Espíritu Santo. JUAN 16:13 «pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad..», Si tenemos la mente de Cristo y andamos en el Espíritu podremos enfrentar cualquier situación que venga a nuestra vida y tomar decisiones correctas. Habrán momentos en que no sabremos qué dirección tomar o que camino elegir, porque el Espíritu de Dios nos guiará para que podamos mantenernos en su voluntad.

6. No dejarnos guiar por nuestros propios sentimientos. Pues son engañosos, pero nos pueden acompañar en nuestras acciones, siempre y cuando estemos convencidos de que el Espíritu de Dios ha confirmado nuestra decisión, dándonos la seguridad y la paz de que hemos tomado la mejor decisión y que es de su agrado.

ROMANOS 12:2 «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.»

Para que podemos andar en la voluntad de Dios, lo primero es hacer a Jesús el Señor y Salvador de nuestras vidas. A partir de ese momento, se activará te convertirás en un hijo de Dios, y Él te revelará sus secretos. Por eso te invito a hacer la siguiente oración:

OREMOS: Padre celestial, te pido que me perdones mis pecados, me arrepiento de cada uno de ellos. Ven a morar a mi corazón y has de mi una nueva criatura. Lávame con la preciosa Sangre de Jesucristo. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

Comentarios

YouTube