Categoría: Oración

ESCRIBE LA VISIÓN, ESCRIBE TUS METAS

Este año 2023, debe ser un año cuando debemos entrar con grandes expectativas, porque Dios tiene oportunidades que Él va abrir para nosotros, ya sea a traves de una persona o de ideas creativas, pero debemos seguir sus instrucciones y ser obedientes a su Palabra.

Para lo anterior, es importante que establezcamos metas para este nuevo año, las cuales deben ser Medibles, Específicas, con Tiempo de ejecución y Alcanzables. Ya que Dios nos instruye en:

HABACUC 2:2 «Y Jehová me respondió y dijo: Escribe la visión y declárala para que corra el que leyera en ella.«

Aqui se nos indica que debemos escribir nuestras metas, y no solo pensarlas o visualizarlas, porque esta es la manera más adecuada para que Dios pueda actuar y prosperarnos. MIra lo que Él tiene establecido:

3 JUAN 2 » Amado, Yo deseo que tu seas prosperado en todas las cosas, que tengas salud, asi como prospera tu alma.

Presta atención, si tú quieres que este año sea diferente, escribe tu visión, escribe tus metas. Yo no sé si a estas alturas del año ya tienes escritas tus metas, pues de esta manera podemos enfocarnos en ellas y posteriormente evaluarlas para saber si las hemos cumplido y las que no, hacer los ajustes necesarios.

En mi caso particular, las tengo divididas en: Espirituales, Familiares, Profesionales y Personales. Y si tú escribes las tuyas, estoy seguro que Dios bendecirá tu vida y veras la Gloria de Dios de una manera sobrenatural. Te lo hablo por experiencia.

Talves no veamos las metas cumplidas de una solo vez, porque la Palabra de Dios nos dice en:

PROVERBIOS 4:18 » Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.»

Esto nos quiere decir que tu nuestra prosperidad va en aumento y que la expectativa para el año 2023 sea subir, sea crecer, sea ser prospero.

ENTONCES, QUE DEBEMOS HACER ?

1. TOMESE EL TIEMPO PARA PLANIFICAR.

Dios solo bendice el orden, Él no bendice el desorden. Defina que es lo que quiere en su vida, en su vida personal, en el area financiera, en su vida espiritual, es su vida profesional. Pero defínalo, marque fechas para llevarlos a cabo.

Quiere tener una casa,un empleo, una promoción, quieres viajar, quieres crecer espiritualmente hablando, quieres servir en algún Ministerio de tu Iglesia, en alguna organización de servicio. Te comento esto, porque Dios cuando quiere bendecir a alguien, pregunta: QUE QUIERES?.

Recordemos el ejemplo de Jesucristo cuando venían los ciegos o los leprosos. Claro, Él sabia que necesitaban la vista o ser limpios en sus cuerpos. Pero porque preguntaba ?, porque nosotros tenemos que hacer nuestra parte.

Hasta entonces, hasta que el ciego y el leproso decían que querían, Jesús daba la vista al ciego y sanidad al leproso. Él les decía: De acuerdo a lo que has pedido, te sea dado.

Una vez más, escribe la visión, escribe lo que vas hacer. Esto no es una sugerencia, es una orden.

2. EL AHORRO.

Dice la Palabra de Dios, que unos Fariseos vinieron a Jesús para tentarle y poder asi acusarle, preguntándole: Es liito pagar los impuesto?. Y Jesús les contesto: Dar al Cesar lo que el del Cesar y a Dios lo que es de Dios.

En este sentido, lo primero que tenemos hacer es dar nuestros diezmos a Dios, o sea donde recibimos nuestro crecimiento espiritual, en este casa en la Iglesia en que nos congregamos, porque?, porque hay promesa:

MALAQUíAS 3:10-11 » Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.

Podemos ver que al traer los diezmos a Dios, no solo recibiremos bendiciones hasta que sobreabunda, sino que también, Dios reprenderá por nosotros al devorador, al que retraza nuestras bendiciones, al que trae enfermedad a nuestras vidas, al que trae discordias, tristeza, depresiones, etc.

Y así como en otras culturas, se les enseña el hábito del ahorro, nosotros también debemos ahorrar al menos el 10% de nuestros salarios o ingresos. Sino miremos las hormigas, se abastecen durante la época de abundancia para época de escasez. De eso se trata, del ahorro. Sobretodo en esta temporada de crisis, de recesión económica.

3. SEA AGRADECIDO CON DIOS CADA DÍA.

Siempre demos gracias a Dios porque eso es agradable a Él. Recibes tu paga, dale gracias a Dios, recibió un milagro, dele gracias a Dios, se graduó uno de sus hijos, dele gracias a Dios, recibió su sanidad, dele gracias a Dios.

Porque cuando damos gracias a Dios, estamos garantizando un segundo y mayor favor que el primero. Sino veamos, la historia de los 10 leprosos.

LUCAS 10:15-19 » 15Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este era samaritano. 17Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado

Este que había sido sanado de la lepra, fue el único delos 10 que regreso y se postró. Jesús le manifestó, como tu regresaste a dar gracias a Dios, Levántate, vete, tu fe te ha salvado.

Ahora mismo como una forma de manifestar mis agradecimientos, he comprado un cuaderno, donde cada día escribo las cosas por las cuales estoy agradecido cada día y lo hago antes de irme a la cama.

4. ADQUIERE CONOCIMIENTO.

QUE CONOCIMIENTOS VAS ADQUIRIR ESTE AÑO?. Por lo menos lee la Biblia, pero planifíquelo, establezca a que horas lo va hacer, conque Libro de la Palabra vas a comenzar. Te recomiendo el Libro de San Juan. Lee un capítulo cada mañana, medita en ello,.

En mi caso, como testimonio, no solo leo la Palabra, en 4 diferentes Libros, sino que me he propuesto aprender de memoria un versículo cada semana. Ya lo comencé, pero lo maravilloso, es que me he encontrado con capítulos que me llaman mucho la atención y me los estoy memorizando completos.

Además, e he propuesto leer un capítulo de un libro cristiano cada día/cada semana y lo estoy haciendo.

Profesionalmente, aunque tengo Grados de Maestrías, quiero actualizarme en el area de Finanzas Corporativas, Como Vender en Amazon. De hecho ya tomé un seminario de este tema en la Camara de Comercio de Madrid. Lo interesante es que ahora mismo tengo 69 años, y te lo menciono porque estoy expectante de lo que Dios hará este año, y si estoy preparado, Dios me va a dar oportunidades para desarrollarme en eso y hacer que mi vida tenga mayor sentido y propósito y asi ver la Gloria de Dios es esas actividades.

Te podría comentar otras cosas que profesionalmente estoy haciendo por asunto de tiempo, no te lo puedo explicar, sin embargo, iré compartiendo a lo largo de este año.

Planifíquese, tome su tiempo, porque sino lo haces, no lo vas a hacer.

4. LA ORACIÓN.

QUE TIENE PLANIFICADO EN LA ORACIÓN?, TIENE UN TIEMPO DIARIO DE ORACIÓN? Esto es vital, porque ese tiempo es el fundamento diario de todo el año. Planifíquelo. He decidido que mi tiempo de oración sea más apasionante. Además de tener un tiempo de oración una vez a la semana conjuntamente con mi esposa y nos vamos a centrar a orar por las metas.

Donde parte de ese tiempo de oración es para orar por las personas que aun no conocen y que Dios nos de ideas de cómo compartir la Buenas Nuevas del Evangelio con ellas.

Les quiero comentar que comencé mi tiempo de oración desde hace 44 años y ha sido lo máximo. Hemos visto la mano de Dios sobretodos nuestros asuntos de la vida, incluyendo aquellos tiempos dificles, de pruebas, pero trayendo cada cosa a los pies de Dios. Y siempre nos ha mostrado el camino, o nos ha fortalecido, dado paz, protección y provisión.

LUCAS 18:3-8 » 3Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. 6Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. 7¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?.

Les aseguro que así como Nuestro Dios respondió a esa petición de esa viuda, así Nuestro Señor, nos responderá.

6. SER DILIGENTE

Negligente es aquel que sabiendo hacer lo que hacer lo que tiene que hacer, no lo hace. Eso es ser alocado.

Pero un diligente es perseverante, un persistente, es enfocado. Asi que si sabes que tienes que ahorrar, sabes que tienes que diezmar, sabes que tienes que planificar, sabes que tienes que orar, que tienes que leer y no lo haces. Solo tu tienes la respuesta y nadie más.

Que este año marque la diferencia, que este año veas el sol de la aurora, aunque sea un poquito. Alguien decía: «tu no tienes la culpa donde naciste, pero sí tienes la culpa de quedarte así como estas.»

Señores, vamos a ver la Gloria de Dios porque nuestra vida será el producto de una vida ordenada, planificada, dándole a Dios lo que es de Dios, orando, instruyéndonos, sirviendo, pero planificando. Y le aseguro que su vida no será igual.

OREMOS, acompáñame y di en voz alta: » Señor, gracias por tu palabra, vamos a a experiencia de un nuevo año, una nueva oportunidad que nos estas dando, y sé que, dentro de tu misericordia, está que lo terminemos diferente, en una condición mejor. Tú sabes cómo esta mi vida, en el área espiritual, familiar, profesional y personal. Pero quiero declarar que este año es un año diferente, hoy, marca la diferencia en mi vida. En el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor ARTURO LOPEZ MALUMBRES por sus enseñanzas.

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ES USTED UN SEGUIDOR DE JESÚS?

Cuando se hace esa pregunta, la gente da una serie de respuestas. Piensan que es creer en Dios, asistir a la iglesia, hacer buenas obras, orar cuando se necesita, vivir una buena vida o ser religioso. Pero ninguno de estos en realidad responde la pregunta, ni prueban que alguien esté siguiendo a Jesús. Aunque estas actividades son practicadas generalmente por cristianos, no todo el que las realiza es cristiano. Para determinar si alguien realmente sigue a Jesús, debemos usar pautas bíblicas.

Mientras Jesús caminaba junto al Mar de Galilea, llamó a Simón Pedro y Andrés a dejar su ocupación como pescadores y seguirlo (Mateo 4:18-19). Su respuesta demuestra lo que implica seguir a Jesús: “Al instante, dejando sus redes, le siguieron” (v. 20). Este fue un compromiso de toda la vida, no una mera actividad religiosa.

¿ENTONCES, QUE CARACTERIZA A UN SEGUIDOR DE JESÚS?

Para evaluar si estamos siguiendo a Jesús, debemos entender qué experiencias son verdaderas de aquellos que son seguidores genuinos:

1. Nacido de nuevo. “De cierto, de cierto os digo, que él que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” Juan 3:3).

Esta es lo primera para convertirse en un seguidor de Jesús. Debemos confesar y arrepentirnos de nuestros pecados, por fe recibir el perdón de Dios, entregar nuestra vida a Cristo como nuestro Salvador y Señor, y comenzar a caminar en Sus caminos. Ser cristiano no es solo mejorar o mejorarnos a nosotros mismos; es una vida completamente nueva nacida del Espíritu.

2. Oración. “En ese momento se fue al monte a orar, y pasó toda la noche orando a Dios” (Lucas 6:12).

Si seguimos a Jesús, seremos personas de oración como él lo fue. De hecho, no solo es una súplica de ayuda cuando la necesitemos. Debe ser una prioridad, debemos convertirla en un hábito diario el tener un tiempo a solas con Dios. Comenzar y terminar cada día en oración es una buena manera de asegurarnos de que estamos caminando en los pasos de Cristo.

3. Escuchando. “Mientras él aún estaba hablando, una nube brillante los cubrió, y he aquí, una voz desde la nube dijo: ‘Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; ¡Escúchenlo!’” (Mat. 17:5).

Muchos de nosotros comenzamos la mañana pensando en todo lo que necesitamos para lograr ese día. Aunque cumplir con nuestras responsabilidades es importante, es más esencial pasar tiempo hablando con el Padre, pidiéndole que nos guíe, proteja y nos capacite para ser obedientes a Él y sensibles a las necesidades de quienes nos rodean que necesitan al Salvador. Como el Señor y Amo soberano no solo del universo sino también de nuestras vidas individuales, Dios requiere nuestra sumisión y obediencia a Su voluntad. Es por eso que debemos tomar tiempo para escucharlo mientras leemos Su Palabra y oramos. (Juan 3:3).

4. Creencia. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Así como confiamos en Cristo para la salvación, debemos continuar viviendo por fe mientras lo seguimos. Si no le creemos, viviremos vidas egocéntricas y no haremos lo que Él dice ni andaremos en Sus caminos. Pero como seguidores genuinos de Cristo, confiaremos en Él con nuestras dificultades, dolores, tentaciones y necesidades, confiando en Él para que nos permita hacer todo lo que Él diga.

5. Obediencia. «Soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).

Seguir requiere obediencia, y cuando este es el deseo de nuestro corazón, reconocemos cuán tonto es seguir nuestro propio camino. El pecado siempre conduce a la pérdida y la muerte de algo, ya sean oportunidades o bendiciones (Romanos 6:23). Si nos negamos tercamente a obedecer a Dios, Él permitirá suficiente angustia y problemas a nuestra vida para corregirnos. Siempre es mejor obedecerle porque Él es la fuente de todo bien.

6. Amor. “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y ​​con toda tu mente, y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30).

No podemos seguir a Cristo con un corazón dividido, mitad en el mundo y mitad con Dios. El amor que debemos tener por Cristo involucra todo nuestro ser. Por lo tanto, no podemos permitir pensamientos, imágenes y palabras impuras en nuestra mente y afirmar amarlo al mismo tiempo. El amor sincero por Cristo afecta lo que pensamos y observamos, lo que hacemos y hacia dónde vamos.

7. Compartir nuestra fe. “Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19).

Este es el mandato de Jesús, y si vamos a seguirlo, compartiremos la verdad de la Palabra de Dios con los demás, sin importar si les agradamos o no. En un mundo de odio, amargura, animosidad y muerte, los seguidores de Cristo están arriesgando sus vidas para llevar el evangelio a las personas de todo el mundo. Cada uno de nosotros seguramente puede decir algo para despertar el interés de alguien que conocemos que no sigue a Jesús.

8. Servicio. “Si alguno me sirve, debe seguirme; y donde yo estuviere, allí estará también mi siervo; si alguno me sirve, el Padre lo honrará” (Juan 12:26).

Jesús vino como siervo y como sus seguidores, eso es lo que debemos hacer nosotros también. Todos nosotros tenemos la capacidad de servir al Señor de alguna manera sirviendo a los demás. El servicio viene en muchas formas diferentes: ayudando, cuidando, animando, consolando, dando, enseñando o compartiendo la Palabra de Dios.

9. Sufrimiento. “Porque a vosotros os es concedido por amor de Cristo, no sólo creer en Él, sino también sufrir por Él” (Filipenses 1:29).

Si estamos siguiendo a Jesús, podemos experimentar alguna forma de sufrimiento. Podemos ser rechazados, sufrir pérdidas financieras o incluso perder relaciones porque hacemos que las personas se sientan incómodas y no encajamos con quienes aman el mundo. Pero esto no debería impedirnos seguir a Jesús y compartir el evangelio.

Aunque podemos tener la tentación de elegir cuál de estas cualidades queremos seguir, todas estas prácticas son elementos esenciales de nuestro caminar con Jesús y deben convertirse en una parte importante de nuestras vidas a medida que lo seguimos.

Si quieres tener esa experiencia maravillosa de experimentar la presencia de Dios en tu vida, la cual estoy seguro que te dará propósitos, y serás bendecido tu y tu familia, es necesario permitirle a Dios que venga a tu vida. Y eso solo esta a una distancia de una oración, la cual haremos juntos, declarándola en voz alta:

«Padre Celestial aquí vengo delante de tu presencia, pidiéndote perdón por mis pecados. Reconozco que tú eres Jesucristo y que veniste a morir por mi para que tenga vida eterna. Hoy decido que tú seas mi Señor y Salvador. Consagro mi vida a partir de este momento, por la eternidad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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¿LA ORACIÓN INFLUYE EN DIOS?

Uno de los dones prácticos más poderosos que Dios ha dado a los cristianos es el privilegio de la oración, pero a menudo se descuida porque no estamos seguros de si influye en Dios o no.

En lugar de acercarnos al Señor con la confianza de que Él escuchará y responderá, tendremos un tipo de vida de oración de “eso espero”.

Sin embargo, mire lo que la Palabra de Dios dice en:

MATEO 7:7-11, Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?, ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?, Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? ”.

Según este versículo, nos asegura que el Padre celestial nos ama y nos cuida. Incluso los padres humanos dan buenas dádivas a sus hijos, entonces, ¿cuánto más nuestro Padre que está en los cielos nos dará lo que es bueno para nosotros cuando se lo pidamos?

Con esto en mente, consideremos varios aspectos de la oración que responden a la pregunta:

«¿PORQUE DIOS NOS PIDE QUE OREMOS?»

  1. Porque la oración honra a Dios. Cuando nos humillamos en oración ante el Soberano del cielo y la tierra, lo honramos al reconocer que Él controla todo y es la fuente de todas nuestras necesidades.
  2. La oración es un medio principal para el crecimiento espiritual. A medida que leemos la Palabra de Dios, oramos en respuesta y obedecemos lo que Él dice, Él iluminará nuestro entendimiento para que podamos crecer en el conocimiento de Él y en la intimidad con Él. Pero la falta de oración es un camino a la derrota espiritual porque careceremos del poder de Dios en nuestro caminar cristiano.
  3. La oración es una manera de participar en la obra de Dios. Una oración ofrecida con un corazón puro de acuerdo con Su voluntad es poderosa. Es como un triángulo. Nuestras intercesiones suben al Padre que está en los cielos, quien luego responde impactando las vidas de los destinatarios para lograr Sus propósitos. Esa persona es bendecida y Dios es glorificado en el proceso.
  4. La oración es el medio por el cual se satisfacen nuestras necesidades. Dios sabe lo que necesitamos incluso antes de que lo pidamos (Mateo 6:8). Sin embargo, solicitar Su provisión lo honra al reconocer que dependemos totalmente de Él para satisfacer nuestras necesidades.

EXHORTACIONES EN LA ORACIÓN

  • Lucas 6:28 “Orad por los que os ultrajan”.
  • Lucas 22:40 “Orad para que no entréis en tentación.”
  • Mateo 9:37-38 “La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies”.
  • Efesios 1:18-19 “Orad para que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza a que os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál es la abundancia grandeza de su poder para con nosotros los que creemos”.
  • Colosenses 4:3-4 Oren “para que Dios nos abra puerta a la palabra, a fin de que anunciemos el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso; para que lo aclare en la forma en que debo proclamarlo.”
  • Santiago 5:14-15 “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Luego debe llamar a los ancianos de la iglesia y ellos deben orar por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor; y la oración de fe restaurará al que está enfermo, y el Señor lo levantará, y si ha cometido pecados, le serán perdonados.”

PROMESAS DE ORACIÓN

  • Juan 14:14 “Si algo me pidiereis en mi nombre, lo haré.” Esto no significa que podamos obtener todo lo que queremos de Dios si agregamos la frase, “En el nombre de Jesús”. Orar en Su nombre significa que nos ponemos bajo Su autoridad y hacemos nuestras peticiones en sumisión a Su voluntad.
  • Juan 15:7 “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis, y os será hecho”. Esta promesa está condicionada a permanecer en Cristo y que Sus palabras permanezcan en lo más alto de nuestras vidas.
  • 1 Juan 5:14-15 “Esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho”.

RESPUESTAS A LA ORACIÓN

Dios no siempre responde a nuestras solicitudes de inmediato, y es posible que no veamos los resultados de nuestras oraciones durante nuestra vida, pero Él siempre es fiel. Sé paciente.

  • Salmo 40:1-3 “Pacientemente esperé a Jehová; y se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó del pozo de la destrucción, del lodo; y Él puso mis pies sobre una roca, haciendo firmes mis pisadas. Puso en mi boca cántico nuevo, cántico de alabanza a nuestro Dios; muchos verán y temerán y confiarán en el Señor.”

PREGUNTAS SOBRE LA ORACIÓN

  1. Si Dios ya conoce mis necesidades, ¿por qué tengo que pedir? No informamos al Señor con nuestras peticiones, pero al pedirle que provea, estamos demostrando una completa dependencia de Él como nuestra única fuente de ayuda.
  2. Si el Señor ya ha predeterminado lo que va a hacer en una situación, ¿por qué debo orar al respecto?
  • Aunque Dios conoce el resultado que desea, nosotros no. Por ejemplo, no sabemos si Él sanará a un amigo enfermo, pero debemos continuar intercediendo hasta que Su voluntad se aclare.
  • Nuestras oraciones pueden ser los medios que el Señor usa para llevar a cabo Su plan predeterminado.
  1. ¿Depende el éxito de los decretos eternos de Dios de nuestras oraciones? No. Un decreto eterno es un curso de acción que el Señor determinó antes de la creación. Estas son cosas que Él hará pase lo que pase. Sin embargo, se espera que seamos fieles en la oración. Si no lo somos, nuestras vidas serán infructuosas e impotentes.
  2. ¿Nuestras oraciones cambian la mente de Dios? No. Hay pasajes como Éxodo 32:9-14 que dicen que el Señor cambió de opinión después de que Moisés intercediera por Israel. Pero en realidad, Dios movió a Moisés a suplicar misericordia debido a Su promesa a Abraham, Isaac y Jacob, que se cumpliría en Israel. El carácter, las promesas y los propósitos de Dios nunca pueden cambiar.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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HAMBRE Y SED DE DIOS

¿Cuál es la fuerza impulsora en tu vida? ¿Qué ocupa su tiempo e influye en todas sus decisiones? Podría ser su trabajo, una relación o un pasatiempo favorito. Otras cosas pueden dar un cumplimiento temporal, pero solo la devoción al Señor Jesucristo satisface verdaderamente al alma.

Los sentimientos que tenemos hacia otras personas están determinados por lo bien que las conocemos y esto, a su vez, influye en cómo nos relacionamos, respondemos y nos comportamos con ellas. Estas mismas verdades también se aplican a nuestra relación con el Señor y gobiernan si tenemos hambre de Él o no.

SALMOS 63:1-8 » Busca al Señor fervientemente. Ve Su gloria y poder. Reconoce que el favor amoroso de Dios es mejor que la vida. Se compromete a bendecir al Señor mientras viva. Ora en Su nombre. Se sacia del Señor como del más rico de los alimentos. Alaba a Dios con un corazón alegre. Recuerda al Señor por la noche y medita en Él. Confiesa que Dios ha sido su ayuda. Canta de alegría por Su protección. Se aferra al Señor. Reconoce que Dios es quien lo sostiene.»

Estas son descripciones de una relación íntima con el Señor. No importa lo que David enfrentó en la vida, siempre se acercó a Dios y encontró consuelo, estabilidad y alegría en Él a pesar de todas sus dificultades y sufrimientos.

Para muchas personas, Dios es más un extraño que el deleite de sus vidas porque no lo han llegado a conocer. Rara vez piensan en Él, no sienten pasión por Él y lo han relegado a la periferia de sus vidas. Aunque asistan a la iglesia, Dios tiene un lugar muy limitado en sus vidas durante el resto de la semana.

Toda persona nace con un vacío en el alma que solo el Señor puede llenar. Cuando alguien es salvo, el Espíritu Santo pone un anhelo de Dios en el corazón. A medida que se nutre, crece el hambre por el Señor, pero si se descuida, ese apetito disminuye. Entonces los placeres y las búsquedas del mundo y los deseos de la carne se vuelven más atractivos, y Dios es desplazado.

EL PROPÓSITO DEL HAMBRE POR DIOS

Hay varias razones por las que el Señor nos da un anhelo por Él.

  • Para amarlo. Dios nos creó como una expresión de Su amor y nos dio el deseo y el hambre de amarlo a cambio.
  • Para Transformarnos. Él nos dio el anhelo de conocerlo íntimamente y convertirnos en la persona que Él diseñó para que fuéramos y lograr lo que Él quiere que hagamos.
  • Para Conocerlo. El Señor quiere que conozcamos Su amor, bondad, misericordia y amabilidad, y que evitemos la decepción y la desilusión que producen las actividades menores.
  • Para Protegernos. Una relación íntima con Dios es una protección contra la tentación y proporciona la estabilidad necesaria para soportar las pruebas y tormentas de la vida.
  • Para Madurarnos. Una pasión por el Señor produce crecimiento en nuestro conocimiento de Él y da como resultado menos temor y ansiedad y mayor paz, gozo y satisfacción. Distinguir entre el hambre de Dios y el hambre de las cosas del mundo

Cuando alimentamos el hambre que el Espíritu de Dios pone en nosotros, nos movemos hacia el Señor en nuestros pensamientos, afectos y acciones. Cada aspecto de nuestra vida se verá afectado por nuestro anhelo de Dios. Encontraremos nuestra satisfacción en Él y, al mismo tiempo, anhelamos conocerlo más.

Si nos falta este tipo de anhelo de Dios, trataremos de encontrar satisfacción en los placeres de esta vida. Pero las posesiones materiales, los logros y las relaciones proporcionan solo una satisfacción temporal. Eventualmente decepcionarán, dejándonos buscando algo o a alguien más. Pero nada en este mundo puede llenar el vacío espiritual que Dios ha puesto en el corazón humano.

El mundo ofrece lo que agrada a la carne, la parte natural de nosotros que es egoísta y pecaminosa. Pero el Señor ofrece lo que agrada al espíritu: la persona que verdaderamente somos en Cristo.

INDICACIONES DE UNA VIDA HAMBRIENTA DE DIOS

  1. Amor y deseo por la Palabra de Dios. La Biblia es nuestra única fuente para descubrir quién es el Señor. Así que aquellos que tienen hambre de Él están ansiosos por leer y meditar en Su Palabra para conocer Sus pensamientos, deseos, atributos, obras, caminos y mandamientos. A medida que aplican las verdades bíblicas, obtienen conocimiento, sabiduría, fortaleza y guía para la vida y ven las bendiciones de la obediencia y las dolorosas consecuencias del pecado. Buscar al Señor en las páginas de las Escrituras es como buscar pepitas de oro. Con cada verdad y principio que descubren, obtienen una mayor fe en el Señor y una adoración más profunda hacia Él.
  2. Tiempo en intimidad con el Señor. Cuando anhelamos a Dios, queremos pasar tiempo con Él en Su Palabra y oración. Nuestras oraciones se convertirán en un momento para expresar nuestro amor, adoración, alabanza y gratitud a Él, así como nuestras peticiones. Estaremos más seguros en Su amor y cuidado por nosotros, y nuestra confianza en Él se fortalecerá.
  3. Aumentar la libertad de la tentación y de los atractivos del mundo y de la carne. A medida que crezca nuestro conocimiento y amor por el Señor, disminuirá nuestro deseo por el mundo y sus placeres.
  4. Anhelo de compañerismo con otros creyentes. Amar al pueblo de Dios fluye de amar a Cristo. Asistir a la iglesia, aprender la Palabra de Dios, adorar juntos y servirnos unos a otros será el deseo de nuestro corazón.
  5. Pasión por compartir el evangelio con los demás. Aquellos que están creciendo en su conocimiento y amor por el Salvador y la salvación que Él ofrece a aquellos que creen en Él.

PASOS PARA CULTIVAR EL HAMBRE DE DIOS

  • Confía en Jesucristo como Salvador y Señor. Solo aquellos que han sido salvos y reciben el Espíritu Santo pueden tener un hambre genuina de Dios.
  • Comprométete a buscar una relación más íntima con Él.
  • Pídele a Dios que cree en ti un corazón que lo anhele.
  • Lea, estudie, medite y aplique la Palabra de Dios.
  • Confiesa y arrepiéntete del pecado. A medida que el Espíritu Santo usa las Escrituras para revelar el pecado en tu vida, confiésalo y arrepiéntete de inmediato. Tu relación con el Señor no puede progresar sin una confesión y un arrepentimiento genuinos.
  • Sea constante en estos pasos. El hambre del Señor no se desarrolla con un acercamiento esporádico sino con una búsqueda persistente. Cuando vaciles, no tardes en empezar de nuevo.

Por lo tanto, si quieres tener hambre y sed de Dios, lo primero es hacer a Jesús, el Señor y Salvador de tu vida, haciendo esta oración, repite en voz alta conmigo:

«Padre celestial, vengo delante de ti, reconociendo que soy un pecador, y pidiéndote perdón por mis pecados. Límpiame, lávame y cúbreme con la preciosa Sangre de Cristo Jesús. Ven a mi corazón y has de mi una nueva criatura que te ame y adore y hago un pacto de consagrarme a ti por la eternidad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

FUENTE: Gracias por sus enseñanzas PASTOR CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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