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PAZ QUE SOBREPASA TODO ENTENDIMIENTO, NAVIDAD 2020

Una de las cosas más interesantes de estos tiempos es el acceso a la información, o la inmediatez de los eventos. Recién acaba de pasar que el Covid 19 apareció en China cuando en este lado del hemisferio ya teníamos noticias. El asunto con esta avalancha de información, no es solamente saber más y recibir más información sino, el asunto y la pregunta que usted debe plantearse es: ¿Qué hago con toda esta información, para que mi vida sea moldeada a la imagen de Cristo?

El día de Nochebuena de 2020, un periodista muy famoso de una televisora enorme en Honduras, salió con un mensaje tan desalentador y tan manipulador, diciendo que NO DEBEMOS DECIR FELIZ NAVIDAD, porque la gente tiene Covid19 y porque la gente se muere. Y porque están afectadas por las inundaciones. Hermanos y amigos, no caiga en ese mensaje barato del mundo. Hay una verdad enorme dicha desde los labios de nuestro Salvador Jesús:

JUAN 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis AFLICCIÓN; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Usted y yo no podemos dejarnos llevar por conceptos humanistas y simplistas, hay un mensaje que sigue haciendo eco en las edades.

JUAN 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

No podemos vivir ni en temor, ni en miedo, ni en zozobra. Debemos abrazar la paz de Dios y que por medio de la fe en Jesucristo podemos tener. Esa paz es diferente a todo lo demás. No ve las circunstancia actuales, sino que mira al cielo, y a diferencia del periodista, que lamenta no tener respuesta del cielo, SI TENEMOS RESPUESTA. Las respuestas a nuestras preguntas, se encuentran en la Palabra de Dios.

Esta mañana le traigo una meditación que he titulado: Paz que pasa el entendimiento en Navidad 2020

Empecemos aclarando algo: La Navidad, no se reduce a una cena e intercambio de regalos o buenos deseos. La Navidad trasciende más allá de la mente finita y es un acto de amor sacrificial. Muchos dicen que no debemos celebrar, porque están damnificados, pero se olvidan que cuando quiso nacer el Salvador, le cerraron las puertas y terminó naciendo en un corral maloliente lleno de animales de campo. Fue perseguido para ser asesinado, es decir que sufrió violencia gubernamental, fue forastero; tuvo que vivir en el exilio sus primero años y fue migrante por el desierto de vuelta a su tierra natal. La Navidad es la venida del Salvador, que movía los engranajes del gran plan celestial que culminaría en el triunfo sobre la muerte, luego de hacer una pausa muriendo en la cruz donde se consumó nuestra redención. La Navidad, es el inicio de nuestra paz. Vamos a meditar ahora en la Palabra de Dios:

JUAN 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis AFLICCIÓN; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Cuando usted medita la Palabra de Dios, SIEMPRE lea los versículos alrededor del pasaje para crear un contexto y así poder encontrar toda la riqueza del versículo. Por cuestión de tiempo no puedo leer todo este capítulo 16 de Juan, pero permítame dejarle tres enseñanzas esta mañana.

1. Jesús prometió paz en Él. (vs.33a Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis ) ¿Qué cosas había hablado antes? Bueno, el capítulo 14, 15 y 16 Jesús les habla a sus discípulos de cómo él se va al Padre, cómo seremos rechazados por su causa… promete su paz, y proclama: Juan 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. También les dice a los discípulos, que separados de Él, nada podemos hacer, y por último en el capítulo 16, dice directamente que si creemos tendremos paz en Él.

      a. Él es quien garantiza nuestra “Para que en mí tengan paz” Él mismo Jesús garantiza nuestra paz, nos envió al Espíritu Santo para ser guiados a toda verdad.

      b. Su Palabra que ha sido dada, nos muestra la “Estas cosas os he hablado” Su Palabra ya fue dada, no hay más que decir, lo ahí dicho está para ser creído y hecho vida. Aplicado a lo cotidiano de nuestro ser. En ella no hay engaño.

      c. Su paz está vigente para “Tengáis paz…” Nos muestra su provisión constante. Siempre hemos de tener su paz, contar con ella como el más valioso recurso en nuestra vida diaria.

2. Jesús NO PROMETIÓ, evitarnos el dolor. (vs. 33b En el mundo tendréis AFLICCIÓN😉 Jamás Jesús vino a    decir que iba quitarnos o evitarnos que sufrimos, Él si vino a dar libertad a los cautivos, a anunciar a los pobres, pero no vino a hacer nuestra vida un colchón de suaves Jesús, está más interesado de nuestra alma y corazón que de lo externo, sanó y sigue sanando, pero para ganar nuestro corazón.

Por ejemplo, Jesús no vino a erradicar la pobreza, y por eso dijo: “Siempre tendrán pobres…” tampoco vino con promesas de erradicar la enfermedad: “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.” Más bien al haber dicho esto dignifica la profesión médica, como instrumentos útiles en las manos de Dios. Y de paso, gracias a todos en el personal médico que arriesga su vida no solo en esta época sino desde tiempos inmemorables.

       a. Estamos en el mundo, pero no somos del “En el mundo…” hace una diferencia del lugar del dolor, la muerte y la aflicción, el mundo, este ámbito terrenal. Allá en su presencia, en nuestra patria celestial, todo será perfecto, no habrá luna ni sol, ni llanto ni dolor, ni muerte ni enfermedad… Pero en el mundo, este mundo caído, este mundo si es un lugar de dolor.

       b. Mientras estemos acá, SIEMPRE, habrá “ tendréis…” No hay nada que podamos hacer para evitar sentir cansancio, hambre, desánimo, enfermedad, etc… nuestra naturaleza pecaminosa, es el cuerpo que sufre, por eso exclama el apóstol Pablo en Romanos 7:24 !!Miserable de mí!¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

        c. En este mundo no faltará la AFLICCIÓN. Tarde o temprano, nos llega la aflicción, con envolturas Una enfermedad, una pandemia, cáncer, injusticia, desolación, la quiebra financiera, la infidelidad, el divorcio, la traición, depresión, una adicción. Nuestros miembros están comprometidos y propensos a caer en la aflicción. Pero NO TODO ESTÁ PERDIDO.

 3. TENEMOS UN LIBERTADOR QUE HA VENCIDO. (vs33c pero confiad, yo he vencido al Cuando más oscuro está es que pronto ha de amanecer. Esta pandemia va a pasar, esta pandemia no será para siempre, y deberíamos decir como los jóvenes ante el horno de fuego: Y AÚN SI NO nos librarara… Dios es digno de toda Gloria y Honra, porque Él es el Dios soberano y todopoderoso

       a. Jesús nos pide ser valientes. Cuando Jesús dice: pero confiad, también nos está diciendo, sean valientes y no tengan miedo. 1 Corintios 16:13 dice: Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. Vivir la vida para Jesús es solamente para valientes. Requiere sacrificio y mucha perseverancia.

        b. Depositemos nuestra confianza en Él. No hay mejor persona en quien confiar, que en la persona de Jesús, él garantiza nuestra paz, él asegura nuestro destino, y nos da la esperanza de caminar siempre en la verdad.

        c. El ha vencido para SIEMPRE. La victoria de nuestro Salvador es tan grande, tan completa, que nada le quita mérito a su obra redentora, que es ÚNICA y completa. 1 Juan 5:4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. Dios nos ha dado una fe, una esperanza, nos ha dado la victoria y en medio del dolor, en medio de la aflicción podemos decir ¡Feliz Navidad! Por medio de su paz que sobrepasa nuestra mente.

Conclusión: El mundo nos dice que nos quedemos callados, que guardemos silencio y no andemos diciendo o deseando “Feliz Navidad” el mundo nos quiere callados, pero como dijo el apóstol Pedro en el libro de Hechos 4:19-20 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios;    20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.

Si usted se calla, otro hablará y si fuera necesario, las piedras hablarán. En esta temporada, proclame que tenemos paz, y que todos pueden tener esa paz. Esa paz está disponible en la persona de Jesucristo. Este mensaje es para usted que lo ha perdido todo, Dios no es ajeno a su dolor, porque Él sufrió, Dios no es ajeno a su pérdida, porque él sabe, al haber entregado a su Único Hijo en rescate por todos. Este mensaje es para usted que no le falta nada, para que abra su corazón para dar, este mensaje es para todos que juntos en amor y empatía lloremos con los que lloran y riamos con los que ríen. Podemos tener “Paz que sobrepasa el entendimiento en esta Navidad” Dios le bendiga.

FUENTE: Gracias Pastor DORIAN BANEGAS por sus enseñanzas.

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LA PAZ DURADERA DE JESÚS

La noche antes de la crucifixión Cristo les hizo una maravillosa promesa a sus discípulos:

JUAN 14:27 “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.

No les prometió una vida cómoda ni tranquila. Todo lo contrario, les dijo que tendrían paz en su corazón aunque estuvieran rodeados de dolor, dificultad e incertidumbre. Y esa es la misma paz que Cristo promete a todos los que somos suyos.

La paz que Cristo ofrece es una satisfacción que solo encontramos en Él. No depende de las circunstancias, sino de nuestra relación con Dios, por medio de Jesucristo. Podemos tener la confianza de que, sin importar lo que enfrentemos, el Señor está con nosotros por medio del Espíritu Santo. Ya sea que vayamos a su presencia al morir o que Cristo regrese, todos los problemas de esta vida se acabarán e iremos al cielo a vivir con Él para siempre. Y entonces disfrutaremos de todo lo que ha prometido; pero hasta que ese momento llegue, podemos disfrutar de su paz en medio de las dificultades y los problemas de este mundo.

La paz de Cristo no es como la que el mundo ofrece.

Esta era no se caracteriza por paz, ni externa ni interna. Las personas sienten ansiedad debido a sus empleos, situación económica, relaciones interpersonales, entre otras cosas; pues el mundo no puede dar la paz que va más allá de las circunstancias. Solo puede ofrecer una paz aparente que se basa en la falsa promesa de que la paz llegará al obtener lo que se desea.

En los días en los que el Señor vivió en este mundo, las autoridades romanas se esforzaban por mantener una paz externa por medio de dos tipos de sometimiento: el poder y el dolor. Sin embargo, la paz que Cristo da no se obtiene a la fuerza. En griego la palabra paz es eirene, la cual significa atar o unir, y da la idea de unidad sin conflicto ni abatimiento. De manera que recibimos la oferta de paz que Jesucristo ofrece al unirnos a Él.

Sin dicha relación personal, nunca disfrutaremos de paz genuina —sin importar todo lo que tengamos. Además, la ansiedad y la falta de tranquilidad pueden ocasionar dolencias físicas. Aunque intentemos buscar alivio en otras alternativas, nunca podremos encontrar paz separados de Cristo.

CRISTO ES LA FUENTE DE PAZ

La paz de Cristo no es algo que podamos obtener por medio de nuestras obras, ya que es un regalo que Dios da a todos los que somos suyos. De hecho, Cristo es el regalo que recibimos al ser salvos. En ese momento establecemos una relación eterna con Cristo, y donde Él está, hay paz. Una de las evidencias de esa relación con el Príncipe de Paz es que venimos a ser pacificadores (Mt 5.9). Y la manera más básica de hacerlo, es al conectar a otras personas con Jesucristo, el mayor pacificador.

EL CAMINO A LA PAZ ES ANGOSTO

El mundo ofrece una amplia gama de maneras de encontrar la paz, pero todas son falsas. Sin embargo, este es el camino que la mayoría de la gente elige. Van de una falsa esperanza a otra, pero nunca logran satisfacer la necesidad de paz que tienen en su corazón.

Cuando el Señor envió a sus discípulos a proclamar el reino de Dios, les dijo:

LUCAS 10:5 “En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: ‘Paz sea a esta casa’” .

Este versículo nos recuerda que debemos orar por los hogares que visitamos. Aunque no conozcamos la situación que enfrentan, el Señor sí la conoce, y podemos orar para que reciban a Jesucristo como Salvador personal, y así disfruten de su maravillosa paz.

En el camino angosto hacia la paz hay obstáculos que intentarán robar nuestra paz.

  • Pensamientos de lujuria.Cuando el cristiano pone su mirada en aquello que no debería y desea algo pecaminoso, no puede tener paz por la convicción de pecado que proviene del Espíritu Santo que mora en su vida. La lujuria siempre produce caos en el corazón y en el alma.
  • Pensamientos de culpa. La paz es frágil y fácil de perder cuando nos sentimos culpables por nuestro pecado. Puede que hayamos dicho o hecho algo indebido, o que hayamos dejado de expresar o de hacer algo que nos había encomendado. De igual manera, nuestra paz se desvanece bajo la convicción del Espíritu Santo.
  • Enojo. La paz y el enojo no pueden coexistir. La hostilidad remueve sentimientos negativos hacia otras personas y nos roba la tranquilidad.
  • Amargura. Si permitimos que las experiencias dolorosas del pasado se enconen, no podremos tener paz, pues nuestra atención estará centrada en el mal que nos han hecho y no en Cristo. El Señor sufrió más injusticias que cualquier otra persona, pero nunca se llenó de amargura y, por tanto, debemos seguir su ejemplo.
  • Egocentrismo. Si vivimos preocupados por lo que deseamos o creemos merecer, no tendremos paz, pues tales pensamientos están basados en el orgullo.
  • Duda. Cada vez que dudamos de la Palabra de Dios o creemos que no contestará nuestras oraciones, dejamos de disfrutar de la paz que Cristo da al reinar en nuestro corazón.
  • Incredulidad. Aquellos que viven sin el Señor Jesucristo no disfrutan de su paz, pues no tienen una relación personal con Él. Pueden expresar una serenidad limitada y temporal, pero no es duradera, pues pueden perderla con facilidad.
  • Envidia. La preocupación que produce desear algo ajeno roba nuestra tranquilidad y contentamiento.

COMO PODEMOS DISFRUTAR LA PAZ DE CRISTO? 

1. Debemos creer que Dios tiene el control de nuestra vida y de nuestras circunstancias. De lo contrario, trataremos de tomar el control, y no hay paz en esa lucha.

2. Debemos creer que su oferta de paz es real, y estar dispuestos a recibirla pese a nuestros sentimientos.

3. Debemos rendir por completo nuestra vida, mente, voluntad y emociones a Cristo como Señor. Esto incluye someter nuestro carácter, conversaciones y conducta a su voluntad.

Tener la paz de Cristo no significa que estaremos exentos de problemas, sufrimientos o enfermedades. Pero cuando tengamos que enfrentar alguna de esas situaciones, podremos tener la confianza absoluta y la certeza que solo encontramos en Cristo. Él es poderoso para sostenernos en medio de cualquier dificultad. De hecho, a veces las situaciones más dolorosas y difíciles vienen a ser el terreno fértil para la maravillosa paz que Dios nos da en momentos como esos.

Talvez tu has estado preocupado e inquieto por algo, o has sentido envidia o codicia o te sientes consternado por por la forma en que te han tratado ,o por lo que podría pasar en tu empleo o negocio, pero ten la seguridad absoluta que Dios tiene el control absoluto y para que la paz de Dios se haga real en tu vida, te invito a entregar tu vida a Cristo.

OREMOS: Señor, aquí estoy, aquí tienes mi vida, confiaré en ti, en lo que tu puedes hacer, confiaré en que tienes el control absoluto de mi vida y que harás que todo salga de manera tal, que sea de bendición para ti Señor y de bendición para mí. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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