Categoría: Promesas

GUIADOS POR DIOS

Algunas de las decisiones que tomamos son tan importantes que pueden llegar a cambiar nuestro futuro. Enfrentamos, dificultades económicas, problemas de salud, situaciones familiares y toda clase de desafíos. Y Puede que hayamos dedicado tiempo para investigar algún asunto en específico, pero quizás aún no sepamos qué decisión debemos tomar.

Puede que nuestro problema pareciera no tener solución, o quizás otras personas hayan pedido nuestro consejo, y no sepamos cómo orientarlas. En situaciones como estas, necesitamos de alguien que nos dé buenos consejos y el único que puede guiarnos bien, en todo momento es definitivamente Dios, quien nunca está demasiado ocupado para escucharnos cada vez que buscamos su dirección.

Mire bien lo que dice esta Palabra de la Biblia:

SALMO 32: 8-11 » 8Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos. 9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti. 10Muchos dolores habrá para el impío; Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia. 11Alegraos en Jehová y gozaos, justos; Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.»

Aqui, Dios nos hace una maravillosa promesa para animarnos cada vez que necesitemos su dirección.

LO IMPORTANTE AQUÍ, ES DARNOS CUENTA, QUE LA BASE DE ESTA PROMESA RADICA EN LA NATURALEZA DE NUESTRO DIOS TODOPODEROSO.

ÉL es el Creador de todo lo que existe, quien tiene todo el conocimiento y poder, quien nos ha prometido: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos” (v. 8). Es que Nuestro Señor, se ha comprometido a hacerlo. Si creemos en Cristo y venimos ante su presencia, nos guiará e indicará la mejor decisión que debemos tomar. Lo anterior es posible porque Dios conoce cada detalle de nuestra vida, sabe lo que enfrentamos, cómo ha comenzado y cómo terminará, si lo obedeceremos o no. Nuestro Padre celestial nos ha prometido guiarnos, y esa promesa se aplica para todos los seguidores de Jesucristo.

MIRE BIEN LO QUE VOY A DECIRLE: EL VALOR DE ESTA PROMESA PROVIENE DE AQUEL QUE NOS LA HA DADO

Es decir, esa promesa proviene de Dios, quien siempre cumple su Palabra. Y no tenemos por qué preocuparnos, pues hará aquello que ha prometido, ya que Él siempre es fiel.

Esta es una promesa perfecta, e incluye todo lo que necesitamos conocer para llegar a tomar la decisión correcta.

  • Dios nos instruye. Ha prometido instruirnos con su Verdad (v. 8). La guía que el mundo nos ofrece está llena de errores, pero la dirección que el Señor nos da siempre nos guía por el camino correcto.
  • Dios nos enseña. Y nos ayuda a entender lo que leemos en su Palabra (v. 8). No solo debemos conformarnos con adquirir conocimiento, sino que tenemos que aplicar lo que hemos aprendido, para así beneficiarnos de sus enseñanzas. Hay momentos en que erróneamente podemos tomar una decisión sin considerar si es buena o mala, solo por tratar de obtener lo que más nos convenga. Por esta razón necesitamos tener sabiduría y discernimiento para tomar buenas decisiones. El Espíritu Santo que mora en nosotros ha prometido guiarnos hacia la Verdad (Jn 16.13). Su deseo es dirigirnos hacia la voluntad de Dios, al ayudarnos a distinguir entre lo bueno y lo malo. Y es que como conoce el futuro, sabe lo que podría suceder si tomamos la decisión equivocada. Él nos guía para que podamos obedecer a Dios y recibir sus bendiciones. Si nos dejamos guiar por el Señor, no sufriremos el remordimiento inevitable que proviene de tomar malas decisiones.
  • Dios nos aconseja. Nuestro Padre celestial promete tener sus ojos sobre nosotros y aconsejarnos (v. 8). Esa promesa nos habla de cuán cerca está Dios de nosotros, pues toda consejería necesita de compañerismo. También revela que andamos bajo la mirada del Señor. Nos ama tanto, que no solo nos observa, sino también nos da consejos sabios para nuestro diario vivir. No podemos ignorar su sabiduría y tomar decisiones basadas en nuestro conocimiento, pues Dios nos ama, quiere lo mejor para nosotros y conoce cada detalle de nuestra circunstancia.
  • Dios nos protege. Al afirmar que tiene su mirada puesta en nosotros, nos hace saber que también nos protege. No importa dónde estemos, el Señor está con nosotros. Conoce todo lo que sucederá cada día de nuestra vida, y nos guía por el camino correcto. Nuestra responsabilidad es estar atentos a su voz y poner nuestra mirada en Cristo. Cada vez que debamos tomar una decisión, debemos preguntarle lo que desea que hagamos. Y si otros nos piden consejos, debemos buscar la dirección del Señor inmediatamente. Cada vez que ofrezcamos consejos, debemos depender de esta promesa, pues somos responsables ante Dios por los consejos que damos.

POR OTRO LADO, EL SEÑOR LES ADVIERTE A AQUELLOS QUE NO ESCUCHAN

Después de haber dado a su pueblo esta maravillosa promesa, también advierte a los que no están dispuestos a buscar su instrucción, ni sus enseñanzas, ni su consejo y les dice:

  • No sean testarudos (v. 9). El Señor desea que sigamos su dirección de manera voluntaria. Si nos resistimos, vendremos a ser como esos caballos o mulas que solo son controlados a la fuerza por el cabestro y el freno. Si rechazamos el consejo de Dios, recibiremos las consecuencias por no haberlo escuchado.
  • El impío sufrirá dolores (v. 10). Cada vez que ignoremos el consejo de Dios, sufriremos problemas y dificultades. En ocasiones vivimos en rebeldía al depender de nosotros mismos y al tomar decisiones según lo que creemos que es mejor para nuestra vida. Y como no dependemos del Señor, andamos en desobediencia, indiferencia y orgullo. Ese es un estilo de vida insensato y eventualmente producirá frutos de amargura.

POR LO TANTO, Y DE ACUERDO A ESA PROMESA DE INSTRUIRNOS Y ENSEÑARNOS, DIOS NOS BENDICE A LOS QUE NOS DETENEMOS PARA ESCUCHARLE.

A diferencia de los testarudos y rebeldes, los que confían en el Señor recibirán los frutos de la obediencia.

  1. Los que siguen esa promesa, el amor y la misericordia nos rodeará (v.10). Si buscamos a Dios y seguimos su dirección, disfrutaremos de su compasión. Eso no significa que estaremos exentos de problemas y dificultades; sin embargo, Dios los usará para aumentar nuestra fe y edificar nuestra comunión con Él. Su misericordia nos rodeará, para así protegernos. Puede que en ocasiones flaqueemos, pero si confesamos nuestros errores y le pedimos que nos perdone, nos guiará de regreso hacia su voluntad.
  2. Nos alegraremos y nos gozaremos. (v. 11). Cuando seguimos las instrucciones del Señor recibimos paz, gozo y contentamiento en medio de las pruebas y las dificultades.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas

Comentarios

MENSAJE DE AÑO NUEVO 2023

Todos hemos pasado por procesos durante el año 2022 y si estamos cerca o no de Dios, seguro que fuimos probados, en la fe, en nuestros caracteres, en las finanzas o a través de la salud o posiblemente en alguna otra área de nuestras vidas. Pero si hay algo seguro, es que el propósito de esas pruebas era para introducirnos a la Gloria de Dios.

2 CORINTIOS 4:17 “ Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 

Claro, posteriormente a ese examen, estoy convencido que tenemos un mayor peso de gloria. Ahora podemos decir: “fui probado, pase la prueba y todavía estoy en pie. Y entraré al año 2023 todavía sobre mis pies y estoy en mi propósito, así que hay un nuevo peso de gloria en mi vida. En el nombre de Jesús. Amén”.

Una conclusión que tenemos hoy, es que Dios ha sido fiel, ha sido bueno, ha sido digno de confianza y podemos depender de Él. Y podemos decir a toda voz: la gloria es para Jesús.

Cuando un nuevo año inicia, nos preguntamos: que trae el futuro para nosotros?.

Lo que puedo decirte en este día, es que cada vez que una nueva temporada comienza, hay tres aspectos que se deben tomar en cuenta:

1. DEBEMOS TENER EXPECTATIVAS.

Expectativas de que algo bueno viene a nuestras vidas. Es decir, esperemos algo bueno, siempre y cuando hemos obedecido a Dios.

JEREMIAS 29:11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el futuro que esperáis.

No importa lo que hayas pasado hasta este momento, Dios te dice: “tengo algo bueno para ti. Por lo tanto, quiero que tu esperes algo bueno en las diferentes áreas de tu vida.

ISAIAS 43:19 “He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.

Esa expectativa que nace en ti, es algo que está a punto de pasar sobrenaturalmente porque Dios trabaja sobre esa expectativa. Él sube la barra de las limitaciones y de esa manera, Dios va a cumplir esa expectativa en tu vida. Asi que espere algo grande en este año 2023.

No vea las circunstancias, ponga sus ojos en Cristo Jesús, y no se desvíe para otro lado porque Dios va hacer algo bueno.

2. EL NUEVO AÑO COMIENZA CON UNA OPORTUNIDAD.

Cada vez que tenemos un año nuevo, Dios se asegura abrir nuevas oportunidades para su pueblo, porque lo que sucedió en su vida, fue una preparación para esa oportunidad que Dios tiene para ti.

Quiero decirte que las oportunidades son portales, son ventanas, son puertas que Dios abre para que aferras a esa oportunidad, pero cuando tú no tomas esa oportunidad Dios la cierra. Hoy quiero decirte que en el año 2023, Dios va abrir puertas que tú nunca habías visto abiertas, así que tómelo.

Hay oportunidades que vendrán en forma de una persona. Cuando el gigante Goliat empezó a desafiar al ejército de Israel, aquel decía en alta voz: “yo los voy a matar a todos”. David se dijo: “esta es mi oportunidad de ser rey”, “la voy a tomar”. El rey Saul dijo: “quien se atreve a matar a ese gigante”.

Entonces, David levanto la mano y dijo: “como este incircunciso se atreve a desafiar al ejército de Jehová?”. Así que tomo esa oportunidad, agarro una honda y le lanzo una piedra en la frente del gigante, lo mato y entro a una nueva temporada.

Nuevas oportunidades están abiertas, tu necesitas tomarlas. Pueden venir en forma de nuevas ideas, ideas creativas. Estate listo.

3. DEBEMOS SEGUIR INSTRUCCIONES.

Dios no te introduce a nuevas oportunidades sin instrucciones. LO que viene para el mundo es muy difícil, pero lo que viene para su Iglesia, para su pueblo es glorioso. Tienes que obedecer sus instrucciones, tienes que obedecer lo que dice en su Palabra, la Biblia, medita en ella de día y de noche.

ISAIAS 1:19 “Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; 20si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.

En otras palabras, se requiere obediencia. Entra al año nuevo haciendo una decisión de obediencia. Queremos lo mejor de la tierra, entonces obedezcamos a Dios porque si obedeces, comeremos lo bueno de la tierra.

Pero, esto se vuelve real cuando primeramente hacemos a Jesús, Señor y Salvador de nuestras vidas. Por eso, te invito a que hagas la siguiente oración en voz alta: “Padre Celestial, vengo delante de tu presencia, pidiéndote perdón por mis pecados. Ven a morar a mi corazón y has de mí una nueva criatura, que te ame, te exalte, te adore y te bendiga. Hoy te hago Señor y Salvador de mi vida. En el nombre de Jesús. Amén”

Y ahora busca una Iglesia cristiana para que te instruya en la Palabra de Dios.

FUENTE: Gracias Pastor GUILLERMO MALDONADO por sus enseñanzas.

Comentarios

ES USTED UN SEGUIDOR DE JESÚS?

Cuando se hace esa pregunta, la gente da una serie de respuestas. Piensan que es creer en Dios, asistir a la iglesia, hacer buenas obras, orar cuando se necesita, vivir una buena vida o ser religioso. Pero ninguno de estos en realidad responde la pregunta, ni prueban que alguien esté siguiendo a Jesús. Aunque estas actividades son practicadas generalmente por cristianos, no todo el que las realiza es cristiano. Para determinar si alguien realmente sigue a Jesús, debemos usar pautas bíblicas.

Mientras Jesús caminaba junto al Mar de Galilea, llamó a Simón Pedro y Andrés a dejar su ocupación como pescadores y seguirlo (Mateo 4:18-19). Su respuesta demuestra lo que implica seguir a Jesús: “Al instante, dejando sus redes, le siguieron” (v. 20). Este fue un compromiso de toda la vida, no una mera actividad religiosa.

¿ENTONCES, QUE CARACTERIZA A UN SEGUIDOR DE JESÚS?

Para evaluar si estamos siguiendo a Jesús, debemos entender qué experiencias son verdaderas de aquellos que son seguidores genuinos:

1. Nacido de nuevo. “De cierto, de cierto os digo, que él que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” Juan 3:3).

Esta es lo primera para convertirse en un seguidor de Jesús. Debemos confesar y arrepentirnos de nuestros pecados, por fe recibir el perdón de Dios, entregar nuestra vida a Cristo como nuestro Salvador y Señor, y comenzar a caminar en Sus caminos. Ser cristiano no es solo mejorar o mejorarnos a nosotros mismos; es una vida completamente nueva nacida del Espíritu.

2. Oración. “En ese momento se fue al monte a orar, y pasó toda la noche orando a Dios” (Lucas 6:12).

Si seguimos a Jesús, seremos personas de oración como él lo fue. De hecho, no solo es una súplica de ayuda cuando la necesitemos. Debe ser una prioridad, debemos convertirla en un hábito diario el tener un tiempo a solas con Dios. Comenzar y terminar cada día en oración es una buena manera de asegurarnos de que estamos caminando en los pasos de Cristo.

3. Escuchando. “Mientras él aún estaba hablando, una nube brillante los cubrió, y he aquí, una voz desde la nube dijo: ‘Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; ¡Escúchenlo!’” (Mat. 17:5).

Muchos de nosotros comenzamos la mañana pensando en todo lo que necesitamos para lograr ese día. Aunque cumplir con nuestras responsabilidades es importante, es más esencial pasar tiempo hablando con el Padre, pidiéndole que nos guíe, proteja y nos capacite para ser obedientes a Él y sensibles a las necesidades de quienes nos rodean que necesitan al Salvador. Como el Señor y Amo soberano no solo del universo sino también de nuestras vidas individuales, Dios requiere nuestra sumisión y obediencia a Su voluntad. Es por eso que debemos tomar tiempo para escucharlo mientras leemos Su Palabra y oramos. (Juan 3:3).

4. Creencia. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Así como confiamos en Cristo para la salvación, debemos continuar viviendo por fe mientras lo seguimos. Si no le creemos, viviremos vidas egocéntricas y no haremos lo que Él dice ni andaremos en Sus caminos. Pero como seguidores genuinos de Cristo, confiaremos en Él con nuestras dificultades, dolores, tentaciones y necesidades, confiando en Él para que nos permita hacer todo lo que Él diga.

5. Obediencia. «Soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).

Seguir requiere obediencia, y cuando este es el deseo de nuestro corazón, reconocemos cuán tonto es seguir nuestro propio camino. El pecado siempre conduce a la pérdida y la muerte de algo, ya sean oportunidades o bendiciones (Romanos 6:23). Si nos negamos tercamente a obedecer a Dios, Él permitirá suficiente angustia y problemas a nuestra vida para corregirnos. Siempre es mejor obedecerle porque Él es la fuente de todo bien.

6. Amor. “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y ​​con toda tu mente, y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30).

No podemos seguir a Cristo con un corazón dividido, mitad en el mundo y mitad con Dios. El amor que debemos tener por Cristo involucra todo nuestro ser. Por lo tanto, no podemos permitir pensamientos, imágenes y palabras impuras en nuestra mente y afirmar amarlo al mismo tiempo. El amor sincero por Cristo afecta lo que pensamos y observamos, lo que hacemos y hacia dónde vamos.

7. Compartir nuestra fe. “Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19).

Este es el mandato de Jesús, y si vamos a seguirlo, compartiremos la verdad de la Palabra de Dios con los demás, sin importar si les agradamos o no. En un mundo de odio, amargura, animosidad y muerte, los seguidores de Cristo están arriesgando sus vidas para llevar el evangelio a las personas de todo el mundo. Cada uno de nosotros seguramente puede decir algo para despertar el interés de alguien que conocemos que no sigue a Jesús.

8. Servicio. “Si alguno me sirve, debe seguirme; y donde yo estuviere, allí estará también mi siervo; si alguno me sirve, el Padre lo honrará” (Juan 12:26).

Jesús vino como siervo y como sus seguidores, eso es lo que debemos hacer nosotros también. Todos nosotros tenemos la capacidad de servir al Señor de alguna manera sirviendo a los demás. El servicio viene en muchas formas diferentes: ayudando, cuidando, animando, consolando, dando, enseñando o compartiendo la Palabra de Dios.

9. Sufrimiento. “Porque a vosotros os es concedido por amor de Cristo, no sólo creer en Él, sino también sufrir por Él” (Filipenses 1:29).

Si estamos siguiendo a Jesús, podemos experimentar alguna forma de sufrimiento. Podemos ser rechazados, sufrir pérdidas financieras o incluso perder relaciones porque hacemos que las personas se sientan incómodas y no encajamos con quienes aman el mundo. Pero esto no debería impedirnos seguir a Jesús y compartir el evangelio.

Aunque podemos tener la tentación de elegir cuál de estas cualidades queremos seguir, todas estas prácticas son elementos esenciales de nuestro caminar con Jesús y deben convertirse en una parte importante de nuestras vidas a medida que lo seguimos.

Si quieres tener esa experiencia maravillosa de experimentar la presencia de Dios en tu vida, la cual estoy seguro que te dará propósitos, y serás bendecido tu y tu familia, es necesario permitirle a Dios que venga a tu vida. Y eso solo esta a una distancia de una oración, la cual haremos juntos, declarándola en voz alta:

«Padre Celestial aquí vengo delante de tu presencia, pidiéndote perdón por mis pecados. Reconozco que tú eres Jesucristo y que veniste a morir por mi para que tenga vida eterna. Hoy decido que tú seas mi Señor y Salvador. Consagro mi vida a partir de este momento, por la eternidad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

Comentarios

CÓMO ACCESAR A LAS PROMESAS DE DIOS

Las promesas del Señor son expresiones de Su amor y cuidado por nosotros. A través de ellos, Él cumple Su voluntad y sus planes para nuestra vida, así como Sus propósitos para el  reino de Dios. Sus promesas incondicionales son inmutables y no hay nada que podamos hacer para frustrarlas. Sin embargo, el cumplimiento de Sus condicionales depende de nuestras respuestas y comportamientos basados ​​en nuestra fe en Él.

Sus promesas deberían ser una parte vital de nuestras vidas porque todo nuestro sistema de creencias depende de ellas; son la base de cómo vivimos cada día. Aunque tenemos acceso a este increíble recurso, algunas personas nunca se dan cuenta de que las respuestas a nuestras necesidades están disponibles en la Palabra de Dios. Es por eso que todas las promesas bíblicas son solo palabras en papel a menos que se reivindiquen y apliquen en situaciones de la vida. Es decir, las promesas de Dios son esenciales para nuestra vida diaria como cristianos.

Para entender cómo reclamarlos personalmente, debemos responder algunas preguntas vitales:

¿Son todas las promesas de la Biblia para nosotros hoy?

Muchas de las promesas bíblicas que no son para nosotros pueden ser para nosotros porque ilustran cómo Dios satisface las necesidades, concede los deseos y obra en la vida de sus hijos. Dado que Sus caminos nunca cambian, podemos contar con Él para que trabaje con nosotros hoy en un estilo similar.

¿Quién tiene derecho a reclamar una promesa de Dios?

Las promesas del Señor pertenecen solo a los creyentes, con una excepción. Los incrédulos son libres de reclamar Su promesa de salvación cuando confían en Jesús como su Salvador personal

ROMANOS 10:9 “  Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Hasta que den ese paso de fe, no hay seguridad de que Dios responderá a sus peticiones. Sin embargo, incluso si pertenecemos a la familia de Dios, perdemos nuestro derecho a reclamar Sus promesas cuando vivimos en pecado.

El Señor no contribuirá a nuestra desobediencia al bendecirnos con el cumplimiento de Sus promesas, pero la confesión y el arrepentimiento nos traerán nuevamente bajo Su dosel de bendición

1 JUAN 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Otro requisito esencial para reclamar una promesa es la confianza

Santiago 1:5-6 “ Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

Y debemos creer que Dios hará lo que ha dicho.

¿Por qué Dios nos promete algo?

Primero, el Señor hace promesas porque nos ama incondicionalmente y quiere darnos guía, provisión y protección. En segundo lugar, Él se revela a sí mismo en formas que muestran su asombrosa sabiduría, poder y gracia. No hay nada que podamos hacer para merecer Sus promesas, por lo que es nuestra responsabilidad simplemente es creer y depender de Él para cumplirlas todas.

¿Cómo podemos saber que Dios cumplirá sus promesas?

Su carácter es nuestra garantía. Como Él es perfecto, inmutable, constantemente veraz y todopoderoso, no dejará de cumplir Su palabra. Nada es imposible para Él. No hay situación para la que el Señor no tenga una solución, y no hay pregunta que Él no pueda responder.

Cada promesa en la Palabra de Dios es segura, y si usamos las Escrituras como nuestra brújula, Él nos mostrará cómo debemos vivir.

¿Cuándo podemos reclamar una promesa?

Aunque las promesas de Dios nos pertenecen, es esencial que entendamos cuándo podemos reclamar una y saber que se cumplirá. Podemos hacerlo cuando:

Se ajusta a una necesidad personal que Él quiere satisfacer. Por ejemplo, si estamos pidiendo instrucción y dirección con respecto a una decisión, podemos confiar en el compromiso del Señor de enseñarnos el camino que debemos seguir porque esta promesa se ajusta a nuestras situaciones específicas

Salmo 32:8 “ Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.

El contexto de la Escritura lo permite. Nadie debe tomar una promesa de la Biblia y reclamarla sin considerar su contexto. Por ejemplo, en

1 Juan 5:14-15 “ Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado»

El Señor promete contestar nuestras oraciones, pero el contexto revela que es condicional: nuestras peticiones deben hacerse de acuerdo con Su voluntad. Debemos asegurarnos de cumplir con los requisitos antes de reclamarlos.

Su cumplimiento lo honra. No debemos esperar que el Señor responda solicitudes egoístas que no lo glorifican. Pero cuando tenemos necesidades legítimas y reclamamos Su promesa de provisión, Dios cumplirá nuestras peticiones porque hacerlo le honra.

Es consistente con Su voluntad inmediata para nuestras vidas. Cualquiera que sea la necesidad, podemos reclamar la promesa de Dios para satisfacerla, pero hay situaciones en las que su tiempo y métodos no coinciden con nuestras expectativas. Cuando esto suceda, debemos recordar que Él tiene algo aún mejor en mente. Si no estamos seguros acerca de Su voluntad en una situación particular, simplemente podemos pedirle que nos muestre lo que Él desea

Mateo 7:7 “ Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

Su cumplimiento es alentador para los demás. Si le pedimos a Dios que brinde tranquilidad a los demás, podemos reclamar Su promesa de proveer. Cuando las personas que nos rodean ven el cumplimiento, descubren cuán fiel y bueno es Él.

Estamos caminando en Su voluntad. Elegir vivir en obediencia nos da el derecho y el privilegio de reclamar Sus promesas. Pero si somos rebeldes y vivimos de acuerdo con nuestros propios deseos, nos hemos colocado fuera de Su voluntad y hemos hecho que Sus promesas sean ineficaces. Aunque Dios es quien cumple.

Si quieres tener derecho a accesar a las promesas de Dios, necesitas venir y entregar tu vida a Jesucristo como Señor y Salvador de tu vida. Para ello has la siguiente oración en voz alta:

Padre Celestial, vengo delante de tu presencia, reconociendo que he pecado contrata ti y contra el cielo. Me arrepiento de mis pecados y te pido que me perdones. Ven a mi corazón y has de mi una nueva criatura conforme a tu Palabra. Gracias por ser mi Señor y Salvador. Te lo pido en el nombre de Jesucristo. Amén.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

Comentarios

YouTube