Categoría: Promesas

Cuando no podemos con las cargas.

Cuando su corazón está cargado, su cuerpo agotado y sus emociones desgastadas, y se siente desanimado, sin esperanza y abrumado, ¿dónde busca alivio?

¿Se refugia en alguien o en algo como forma de escape?. Existe una mejor opción, y la encontramos en:

 Mateo 11.28: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.

Cuando Cristo ofreció descanso y esperanza a los que estaban cargados, se dirigía a personas que tenían vidas muy difíciles. Estaban oprimidos por Roma, y muchos de ellos vivían en pobreza o esclavitud. Además, el judaísmo se había convertido en una religión legalista, con requisitos que imponían cargas pesadas. Pero esto no solo les ocurrió a las generaciones pasadas. En nuestros días hay muchos que también se sienten agobiados. Algunos sienten que necesitan darse por vencidos; pero a ellos, Cristo también les ofrece ayuda.

En la Biblia se mencionan dos clases de cargas.

Por medio de ellas Él se propone:

1. La carga del Señor. En el Antiguo Testamento, el mensaje que recibía el profeta de parte de Dios era llamado profecía o carga (Zac 12.1 LBLA). El profeta tenía una sensación de peso, urgencia y responsabilidad por compartir con los demás las palabras que el Señor le había dado. En muchas ocasiones esas profecías consistían en una declaración del inminente juicio de Dios hacia una persona o nación. Como esos mensajes provenían del Señor, quedaron escritos en la Biblia.

En nuestros días, contamos con la Biblia, pero quizás sintamos esa carga como una inquietud por orar o ayudar a personas que el Espíritu Santo pone en nuestros corazones. O puede que sintamos la convicción que debemos compartir el evangelio con alguien. En el caso de los pastores, es el sentido de urgencia por predicar a la congregación las verdades de la Palabra de Dios. Ese llamado produce en nosotros una inquietud espiritual, una urgencia y una responsabilidad similar a la que tenían los profetas. Todos esos son métodos que el Señor usa para que ministremos a nuestros hermanos en la fe.

2. Cargas del diario vivir. Dado que vivimos en un mundo caído, en todo momento estamos expuestos a diversas pruebas. Estas se presentan de varias maneras, como problemas económicos, familiares, laborales, de salud, abusos, errores y pecados del pasado, o la muerte de un ser querido. Estas dificultades pueden hacernos sentir más cargados de lo que podemos soportar.

JESUCRISTO OFRECE LA SOLUCIÓN.

1. La invitación. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt 11.28). El Hijo del Dios viviente, quien es Soberano sobre todo lo que existe y tiene todo el poder, está dispuesto y puede ayudarnos. No hay nada que sea demasiado difícil para Él.

El alcance de esta invitación es universal. A los que no creen, les ofrece salvación. Al morir en la cruz llevó sobre sí el castigo del pecado y a todos los que creen en Él les ofrece el perdón de los pecados, la justificación y la vida eterna. “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1 P 2.24).

Como el Señor ya llevó nuestros pecados en la cruz, también llevará nuestras cargas, por menores que parezcan, una vez que seamos creyentes. Nos invita a venir ante Él con todo aquello que nos hace sentir abrumados.

  • En oración. Humillémonos ante el Señor al reconocer nuestras debilidades, al contarle aquello que nos agobia y pedirle que nos ayude.
  • Entreguemos nuestras cargas. En lugar de enfocarnos en la dificultad, pongamos nuestra mirada en Cristo. Nos invita a poner toda nuestra ansiedad sobre Él, pues nos cuida (1 P 5.7). También promete sustentarnos en todo momento para que no caigamos (Sal 55.22). Quizás no nos quite la carga que nos agobia, pero nos fortalecerá para que podamos sobrellevarla.

2. El mandato. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí… porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mt 11.29, 30). El yugo era una pieza de madera que se colocaba sobre los lomos de dos bueyes, para que el peso fuera distribuido y avanzaran al mismo ritmo. En la época de Jesucristo, las personas vivían bajo el yugo religioso de los fariseos, quienes imponían cargas pesadas de legalismo que ni siquiera ellos mismos podían cumplir. El Señor declaró, que aquellos que estuvieran agotados por esas cargas legalistas, tenían la opción de intercambiar yugo al tomar el suyo y aprender de Él.

Recibimos el yugo del Señor por la gracia de Dios, por medio de la fe y no por obras. Para tomar su yugo, debemos confesar nuestros pecados y reconocer que Cristo es nuestro Señor y Salvador. Como sus discípulos, aprendemos de Él y sentimos gratitud y amor a mediada que lo obedecemos. Cuando somos confrontados por las cargas diarias, el Señor nos ayuda a enfrentarlas y nos muestra cómo mantener nuestra paz y confianza en Él, para que esas cargas no se vuelvan insoportables.

3. La certeza. “que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11.29). Los atributos de nuestro Salvador son un gran consuelo cuando nos sentimos cargados. Nunca condena, ni aleja a sus discípulos que vienen ante su presencia en tiempo de necesidad (Jn 6.37). Nos trata con amor y se humilla para ayudarnos a llevar nuestras pesadas cargas.

4. La promesa. “y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mt 11.29). Cuando confiamos en Cristo para salvación y para llevar nuestras cargas, Él nos da la seguridad de la vida eterna y llena de paz nuestros corazones. Al mantener nuestra mirada en el Señor, Él reemplaza la tempestad, el miedo, la ansiedad, el enojo y la frustración con confianza en Él. Nos ayuda a llevar las cargas, para que no las sintamos tan pesadas. Aunque la carga permanezca, nuestras almas estarán en paz, pues confiamos en el Señor incluso ante aquello que no comprendemos.

Lo primero que debemos hacer cuando sentimos que las cargas de la vida están muy pesadas, es venir ante Cristo, llevar su yugo y aprender de Él. Sin importar lo que enfrentemos, Él es más que poderoso para sostenernos. Además, el Señor provee consuelo y fortaleza por medio de su Cuerpo, la Iglesia. Como creyentes hemos sido llamados a servirnos unos a otros, y parte de ese servicio consiste en apoyarnos con las cargas (Ga 6.2). Incluso el Señor Jesús les pidió a tres de sus discípulos más cercanos que oraran con Él en el huerto de Getsemaní (Mt 26.36-38). Cuando buscamos ayuda en otros creyentes, nuestras cargas se aligeran y ambas partes somos bendecidas.

Si usted no ha aceptado a Cristo como su Salvador, sé lo que carga, carga la culpa, carga el peso del pecado y la única persona que puede manejar eso es el Señor Jesucristo, así que le animo a pedirle que perdone sus pecados y a decirle que le entrega su vida a Él, que quiere vivir una vida plena y solo Él puede ofrecerle eso. Si le confiesa sus pecados y le dice que lo acepta como su Salvador personal, basándose en lo que Él hizo en la cruz del Calvario, en ese momento Él perdona sus pecados. Escuche esto, no es condicional, es libertad eterna. El Espíritu de Dios le sella como hijo de Dios al instante. Y de ahí en adelante tiene a alguien que lleva esas cargas. Que caminará con usted, le quitará el peso y facultará para andar en paz y tranquilidad. Talvez sea un creyente y esta en una circunstancia de la que quisiera salir. Y clama a Dios y ha comenzado a dudar de Él, porque no hace esto, diga: «Señor, he escuchado algo distinto hoy, no lo he hecho muy bien», solo dígale: «hoy lo entrego todo a ti». Dios sabe que quizás quiera retomarla mañana. Dígale que se la entrega. Es la única y real libertad genuina y es mediante Jesucristo.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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NUESTRAS MAYORES RIQUEZAS, LAS DE DIOS

Cuando nosotros pensamos en las bendiciones, lo primero que se nos viene a la mente, normalmente pensamos en que tenemos un buen auto, o una buena casa, la ropa que vestimos o un buen empleo o en muchas otras cosas en que podemos dar gracias, pero tenemos que ir mas allá, pensemos en lo que dice la Palabra de Dios respecto a la fuente de nuestras bendiciones.

Pues también debemos pensar en las bendiciones que vienen y tenemos y que has sido compradas con la Sangre de Cristo en el Calvario, bendiciones en las que la mayoría de la gente nunca piensan y muchos nunca han escuchado. y que son nuestras como resultado de nuestra relación con Jesucristo.

  1. Dios nos escogió en Cristo Jesús.

EFESIOS 1: 3-4 » Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,

Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo, es decir que nos escogió desde antes de Genesis 1:1. QUIEN HIZO ESTA ELECCIÓN?, Dios mismo la hizo en Cristo Jesús, no con el objetivo de que la pasemos bien, ni para que seamos famosos, ni para que tengamos fama.

Aquí en ese versículo 4, podemos encontrar la respuesta: PARA QUE FUESEMOS SANTOS Y SIN MANCHA. Tú sabes lo que es esto?, pues que estemos apartados del pecado, que caminemos en su voluntad, cueste lo que cueste, y aunque algunas veces nos podríamos, yo creo que si porque tenemos al Espíritu Santo quien nos ayuda a mantenernos sin pecado y sin mancha, si confiamos en Dios.

EFESIOS 1: 5 » en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

SEÑORES, esto no es la mente, ni la razón humana, es el lenguaje de la Deidad, es el lenguaje de Dios, es el conocimiento del Dios Santo. Predestinados, escogidos en Él y adoptados conforme a su voluntad.

EFESIOS 1: 6-7 » para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

SBE LO BENDECIDO QUE ES USTED COMO HIJO DE DIOS?, Vea lo rico que es usted, es rico con cosas que el dinero no puede comprar y son algo que nadie puede quitarle.

Solo el Dios Todopoderoso puede hacer esta clase de promesas y cundo pienso en la gente que no tiene propósitos ni sentido en la vida, debería de leer este primer Capitulo de Efesios y crea que lo que Dios dice de usted. Todo hijo de Dios puede apropiarse de esos versículos.

2. Dios nos ha sellado como sus hijos.

EFESIOS 1: 13 » En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

El hecho de que Dios nos sello como sus hijos, porque lo que Dios prometio, se cumple y nadie puede romper ese sello del Dios Santo. Y es que estas bendiciones a menudo las pasamos por alto aun cuando ya fueron compradas con la preciosa Sangre de Cristo Jesús.

3. Dios nos ha dado dones.

1 CORINTIOS 12: 7-11 » Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. 8Porque a este es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

Dios ha equipado nuestras vidas para que logremos lo que Él tiene en mente, para que vivamos conforme a ese don y ponerlo al servicio de los santos.

Sí alguno te dice o tu mismo te dices que no eres importante. Déjame decirte que si eres importante, pues Dios te escogió antes de la fundación del mundo, Cristo murió en la cruz por tus pecados, eres morada del Espíritu Santo. Y asi hay promesa tras promesa.

4. Dios nos ama.

JEREMIAS 31:3 » Con amor eterno te he amado, por tanto, te prolongue mi misericordia.»

Quien puede decirte «Te he amado con amor eterno». Nadie, solo Dios. Ese amor eterno dura por la eternidad, nunca cesa, nunca se ha interrumpido, Dios nos ama las 24 horas del día.

Quizas te preguntes porque permite ciertas cosas?. No te lo puedo contestar, pero si puedo decir esto: que nada sucede a los hijos de Dios sin su consentimiento, su presencia y su poder.

Todos hemos sufrido algo que no escogimos, que no nos gusto. Hubiéramos querido que Dios lo hubiera hecho de otro modo, pero Dios lo permitió así. Sin embargo, Él tomará cada circunstancia de la vida y lo cambiará para bien, si confiamos en Él.

5. Dios nos da su paz.

JUAN 14:27 » La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

La paz nos la da Dios, nos la da a todos, es mas, Él quiere que tengamos su paz, pero para ello, es necesario que estemos unidos con Él.

Ademas de su paz, Él nos quiere dar su gozo, su amor y su satisfacción aun en tiempos difíciles. Definitivamente somos bendecidos en maneras que nunca pensamos.

6. Dios suple todas nuestras necesidades.

FILIPENSES 4:19″ Mi Dios, pues suplirá todo lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.»

No dice que suplirá todo lo que queramos, Al confiar en Cristo Jesús como Salvador, estamos bajo la sombra del Omnipotente, de un Dios soberano, quien no solo suple todo lo que nos falta, sino que lo hará a su tiempo, cuando sepa que lo necesitamos y en el momento apropiado, en el mejor momento.

Dios nos cuidará pase lo que pase. No significa que no sufriremos, no quiere decir que no tendremos momentos difíciles. Pero debemos estar agradecidos por todas esas bendiciones eternas, bendiciones que Dios Todopoderoso ha firmado y sellado con su nombre y que nadie puede quitárnoslas.

Si hemos aceptado a Jesucristo como nuestro Salvador, nadie puede quitarnos su seguridad eterna. Y déjame decirte esto: tu eres bendecido, tu eres bendecido a diario, eres bendecido con vida eterna, con la presencia eterna del Dios Santo quien contesta nuestras oraciones y quien te dice: «Nuca te dejaré, ni nunca te desampararé».

7. Tenemos el privilegio de la oración.

Tenemos el privilegio de hablar con el Dios Soberano del Universo. Al orar y meditar en su Palabra lo llegamos a conocer de una manera personal, vemos lo que Él puede hacer, llegamos a ver las cosas desde la perspectiva de Él. Y entendemos que no es alguien distante allá en el futuro, sino que es un Dios vivo, personal, cercano y cálido.

8. Tenemos la promesa divina de nuestra resurrección.

1 CORINTIOS 15: 51-52 » He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 52en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

Lo que esto significa es que hay una resurrección para cada hijo de Dios, que seremos transformados en un cuerpo nuevo, y que existiremos para siempre con el Dios Todopoderoso. Esa es una promesa que tenemos de parte de Él. De ahí que no tememos morir, porque cuando nos encontremos en su presencia, lo veremos cara a cara.

9. Jesucristo nos prepara un lugar en el cielo.

JUAN 14: 2-3 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Talvez te preguntes, y como será el cielo?, No lo se, pero lo que si sé que será como el Dios a quien servimos. Jesús nos lo prometió. «prepararé un lugar para que donde yo estoy, vosotros también estéis.»

10. Dios nos ha dado su Palabra.

Mucha gente no ha visto una Biblia y mucha gente no sabría lo que es. Pero de todo lo que existe, la Biblia es Número !. Aquí esta como comenzó y como terminará, y aquí esta lo que sucederá de principio a fin porque la Palabra es viva y eficaz.

Un consejo: todo hijo debe tener una copia de la Biblia, es el mejor regalo que les podemos dar.

ISAIAS 40:8 » Sécase la hierba, marchítase la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

OREMOS: Padre celestial, este día te agradezco por esta palabra que me has permitido tener. Te pido perdón por mis pecados, me arrepiento y me aparto de ellos. Ven a morar a mi corazón y has de mí una nueva criatura. Que te alabe, te adore y te honre todos los días de mi vida. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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QUE HACER ANTES DE RECIBIR EL MILAGRO DE DIOS

HECHOS 1: 13-14 “Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.”

Se entiende por aposento alto, el mismo lugar donde los discípulos tomaron la cena de la pascua con Jesús; ellos debían volver a ese mismo lugar. Pedro tuvo que inspirar a la gente para que permanecieran en aquel lugar. Finalmente, quedaron ciento veinte personas, de muchas más que habían llegado. Los que permanecieron y perseveraron en aquel lugar, fueron los que vieron el milagro de recibir el bautismo del Espíritu Santo. Si, que difícil es obedecer sin conocer todas las cosas, a veces es más desesperante el obedecer y no ver inmediatamente los resultados.

¿Por cuánto tiempo estás dispuesto a obedecer, sin ver que algo pase?

Hoy veremos 5 cosas que debemos estar haciendo antes de recibir un milagro:

1- PERSEVERA EN EL LUGAR ADECUADO. (Mateo 6:6)(Hab.2:1)

Debes repetirte a ti mismo: Aquí es donde dijo Dios, y aquí me quedo. Pero muchas personas comienzan a desesperarse e irse. Pero a ti, que nadie te desmotive, por causa de que ellos no fueron capaces de esperar. A veces, en nuestra vida espiritual, renunciamos a nuestros milagros por dejar de obedecer en el tiempo que es requerido para que la promesa se manifieste.

2- NO MIRES A LOS SE HAN DESANIMADO. (Nehemías 4:2, 6)

La Biblia claramente nos dice que no hay recompensa para aquel que pone las manos en el arado y mira atrás. También nos dice que no nos cansemos de hacer el bien porque, a su tiempo, segaremos, si no desmayamos. Muchas veces, nosotros mismos hemos cancelado nuestro milagro porque vemos a los que están a nuestro alrededor desanimados, y no somos capaces de esperar por aquello que Dios prometió. Una de las cosas más grandes de la fe de una persona es su capacidad de esperar, y de permanecer firme, y que su fe no sea cancelada porque no conoce todo, y no sabe por cuánto tiempo más tiene que esperar.

3- NO VEAS LO NATURAL. (1 Cor. 2:14)

A veces, no entendemos que, en el mundo espiritual, las cosas ocurren instantáneamente, pero en el mundo natural hay ciertos procesos que no podemos obviar, hay cosas que tienen que ocurrir primero. Sin darnos cuenta, nos unimos con gente que nos desaniman, porque comienzan a rendirse. A Cristo le pasó; sus discípulos se desmotivaron un día cuando Jesús empezó a hablar de cosas complicadas. Ellos le dijeron al Maestro que la gente se estaba yendo, porque no todo el mundo resiste. Por eso es que tienes que saber que no es tan solo

obedecer a Dios sin saber todo lo que quisieras, es también hacerlo por el tiempo que sea necesario hasta que se suceda el milagro.

4- RODEATE DE LOS QUE PERSEVERAN UNÁNIMES EN ORACIÓN Y RUEGO. (Hechos 1:13-14)

Tú no has sido llamado a perseverar solo; tienes que hacerlo con un grupo de personas que esté orando en el mismo sitio en que tú estás. Por eso, es importante saber a qué grupo te unes. ¿Eres de los que persevera, o de los que se rinde? La gente piensa que esperar es no hacer nada. Debes entender que tu tiempo de espera no es por nada, sino que este es un tiempo de oración, es tiempo de declarar que vas a permanecer firme. La oración que estaba haciendo aquel grupo no era para recibir el Espíritu Santo, porque ellos ya habían tenido la promesa. La oración que estaban haciendo era para perseverar allí, en el lugar a donde Dios los había enviado. La oración era para que nada los sacara de su fe y convicciones. Tiene que haber un día en que te puedas unir a un grupo de personas y puedas perseverar en esa oración y conexión divina, para que nada ni nadie te mueva de lo que Dios tiene preparado para ti.

5- NUNCA RENUNCIES A TU MILAGRO. (Marcos 5:25-29)

Cuando tu mente te diga que debes renunciar, ahí es cuando tienes que doblar tus rodillas; cuando tu mente te diga que tus hijos no se van a convertir, ahí es cuando debes perseverar orando, para seguir creyendo que se van a convertir. Dios te promete que, si crees en él, serás salvo tú y tu casa; tu oración no debe ser que sea salva tu casa, sino que permanezcas creyendo esa promesa. Tu mente te va a decir que no lo creas y que no va a ocurrir, la mente te dirá que renuncies; ahí es que necesitas ponerte en oración y declarar la Palabra del Señor, hasta que el milagro ocurra. Y, cuando llegue el día asignado de Dios, el de repente de Dios, es cuando llegará el milagro, cuando menos lo esperes, tus ojos lo verán. Aleluya!

Hay gente que son capaces de perseverar y decir que lo desean tanto que van a esperar lo que tengan que esperar y no se moverán del lugar hasta que reciban lo que Dios prometió que recibirían. Hay que seguir perseverando hasta el último momento. La oración en esta hora es que tu fe se levante en tu corazón para permanecer firme.

Desde hoy, atrévete a moverte al lugar que Dios tiene para ti, a pesar de la incertidumbre. Cuando llegues al lugar que debes llegar, vas a perseverar hasta el momento necesario para que Dios te dé el milagro. Solo el que persevera es el que ve el milagro. Que tu tiempo de espera no te quite la fe; permanece creyendo hasta que la promesa se cumpla. Ora para que tus pensamientos se mantengan en orden, porque la palabra de Dios es firme; lo que Él dijo que haría, lo hará.

Que Dios te bendiga hoy y siempre

FUENTE: Gracias Pastor MIGUEL VARELA por sus enseñanzas

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