Categoría: Reino de Dios

“¡EL FUEGO REVELARÁ QUIÉN ERES!”

¡Amado, escúchame con atención! ¡Porque el Espíritu de Dios está hablando en esta hora!

MATEO 13:24-30 Jesús dijo: “El Reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo…” Pero mientras los hombres dormían… vino el enemigo. ¡Y sembró cizaña entre el trigo!

¡OH, IGLESIA! ¡NO TODO LO QUE CRECE ES DE DIOS! ¡NO TODO LO QUE PARECE VIDA, ES VIDA! Porque hay trigo… y hay cizaña. ¡Y están juntos en el mismo campo!

El trigo fue sembrado por el Hijo del Hombre.
Pero la cizaña fue sembrada por el enemigo.
Y mientras crecen, se parecen. Se mezclan. Se confunden.
Pero llegará el día… ¡el día del juicio!
El día de la siega, el día de la verdadera separación… y ese día el fuego hablará.

¡EL FUEGO REVELARÁ QUIÉN ERES!

Hay muchos que aparentan piedad, pero niegan el poder.
Son hojas sin fruto. Son lámparas sin aceite.
Pero el Señor dice: “¡Dejad crecer juntos el trigo y la cizaña hasta la siega!”
Porque vendrá el tiempo en que los ángeles —sí, los segadores celestiales—
recogerán primero la cizaña… y la echarán en el horno de fuego.

¡Pero el trigo… el trigo brillará como el sol en el Reino de su Padre!

Tú decides hoy lo que eres.
No por lo que dices… sino por la semilla que hay en ti.
¿Eres semilla del Reino? Entonces darás fruto.
¿Eres del Reino? Entonces resistirás la prueba.
¿Eres del Reino? Entonces arderás por dentro con la llama del Espíritu.

¡Porque el trigo verdadero no solo crece… el trigo arde!
¡El trigo se dobla en humildad, el trigo se llena de peso de gloria, el trigo se entrega a la cosecha!

Pero la cizaña es altiva. Es ligera. No tiene fruto. No tiene peso.
¡Y no soportará el fuego que viene!

¡Iglesia!, Dios está limpiando su campo.
Dios está trayendo separación.
¡Ya no es tiempo de parecer! ¡Es tiempo de ser!
¡Ya no es tiempo de jugar! ¡Es tiempo de decidir!

El fuego viene… y el fuego no miente.
Lo que es oro, será purificado.
Lo que es paja… será consumido.

Y tú… ¿eres trigo o cizaña?

Ríndete hoy a Jesús.
Hazte buena semilla.
Da fruto digno del Reino.
¡Y prepárate… porque la siega está cerca!

“El que tenga oídos para oír… oiga.”

OREMOS: “Padre Celestial, examina hoy mi corazón. Arranca toda cizaña que el enemigo haya sembrado en mi alma. Hazme trigo puro, fruto de tu Reino. Que el fuego de tu Espíritu me limpie, me transforme y me prepare para la siega final. No quiero aparentar, quiero ser real. No quiero ser desechado, quiero ser recogido en tu gloria. En el nombre poderoso de Jesús… ¡Amén!”

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COMO MANEJAR LA ANSIEDAD

Amados AMIGOS MIOS, vivimos en la era de la ansiedad. La preocupación parece envolver a todo el mundo: por el trabajo, la familia, el futuro… Pero hoy el Señor nos recuerda que la ansiedad no es el plan de Dios para sus hijos.

En Mateo 6, Jesús nos dice claramente: «No os afanéis por vuestra vida». Mirad las aves del cielo, mirad los lirios del campo. Ellos no se preocupan, y aun así nuestro Padre celestial cuida de ellos. ¿Cuánto más no cuidará de nosotros?

La ansiedad nace cuando nuestra mente se divide: queremos confiar en Dios, pero también queremos controlar las circunstancias. Sin embargo, el Señor nos llama a echar toda nuestra ansiedad sobre Él, porque Él cuida de nosotros (1 Pedro 5:7).

¡Escúchame bien, querido hermano, querida hermana! La ansiedad no proviene de Dios. Él es fuente de paz, de confianza, de seguridad. Y si hoy tu corazón está cargado, si las preocupaciones te roban el sueño, el Señor te dice: «Ven a mí».

¿Sabes cuál es el secreto para vencer la ansiedad? Jesús mismo nos lo dijo: «Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas». No pongas tu esperanza en el dinero, en la fama, en el éxito. Pon tu vida en las manos de Cristo. Él se encargará de suplir cada necesidad conforme a Su perfecta voluntad.

No vivas en el mañana, no te afanes por lo que vendrá. Cada día trae su propio afán, y cada día tiene su provisión de parte de Dios. Hoy, en este mismo momento, puedes decidir: «Señor, te entrego mi ansiedad, mis temores, mis cargas, y confío en tu amor perfecto».

Y si tú todavía no has entregado tu vida a Jesús, permíteme decirte: sin Cristo, no hay promesa. Hoy es el día de salvación. Hoy puedes recibir la paz que sobrepasa todo entendimiento. Solo debes creer que Él murió por tus pecados, resucitó, y vive para darte vida eterna.

Así que querido hermano, querida hermana: deja tu carga en las manos de Jesús. Confía en Él. Vive en Su paz. ¡Él es fiel y nunca te fallará!

OREMOS: Padre celestial, hoy vengo delante de Ti para entregarte toda ansiedad, todo temor y toda carga que oprime mi corazón. Ayúdame a confiar plenamente en Tu cuidado, a buscar primeramente Tu reino y Tu justicia, sabiendo que Tú suplirás cada necesidad. Llena mi alma de Tu paz que sobrepasa todo entendimiento, y enséñame a descansar en Tu amor fiel. En el nombre poderoso de Jesús, amén.

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EL LUGAR SEGURO PARA TODOS

Cuántas veces decimos que creemos pero no es así. Pensamos que Cristo es el Salvador del Mundo pero no creemos que sea nuesto Salvador.

Todos nosotros tenemos algo seguro a lo que nos aferramos para algo. En nuestra vida ese asidero seguro es la persona de Jesucristo.

Véamos lo que nos dice el Salmo 16 un «Salmo de oro», considerado una joya preciosa.

SALMOS 16: 1 Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. 2 Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti. 3 Para los santos que están en la tierra, Y para los íntegros, es toda mi complacencia. 4 Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, Ni en mis labios tomaré sus nombres. 5 Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. 6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado. 7 Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia. 8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. 9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente; 10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción. 11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.

En este día, es mi deseo que usted y yo sepamos y tengamos ese deseo de permanecer cerca de Jesús y estar seguros completamente en Él.

  1. YA NO BUSQUE MÁS, JESÚS ES EL LUGAR SEGURO. Vs. 1-2 Guárdame… otra versión dice: Manténme a salvo, porque a ti he acudido por refugio. Toda la vida buscamos estar seguros, bueno, le tengo buenas noticias, ya no busque más, su lugar de seguridad y paz se llama Jesús. En Él hay seguridad plena.
    • Podemos poner nuestra confianza plena en él. Todos vamos a fallar, todos pecamos. Pero hay una persona que no falla, Jesús, por lo tanto, ponga todo se ser en sus manos y confíe que Él es nuestro lugar seguro para siempre.
    • De manera deliberada el Espíritu Santo nos guía a declarar a Jesús como nuestro Señor. Juan 16:13 dice: Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”.
    • No hay nada bueno en nosotros, lo único bueno en nosotros viene solamente de Él. “No hay para mí bien fuera de ti.” Si usted puede amar, es por la obra de Cristo en usted. Si usted le sirve, es porque ese deseo viene de Dios solamente. Las personas intentan llenar su vacío y necesidad con distracciones, y no atacan la raíz del problema. El problema radica en creer que nosotros podemos darnos la seguridad que necesitamos, solo en Dios está nuestro refugio total.
  2. SALIRNOS DE ESE LUGAR SEGURO, NOS TRAERÁ DOLOR. Fuera de la voluntad de Dios, fuera de su cobertura, nos espera, dolor, sufrimiento, sin ninguna esperanza. Porque si estamos en su voluntad, podemos experimentar dolor o sufrimiento pero CON esperanza.
    • Los dolores de los que van detrás de otro Dios se multiplicarán. Vivir fuera de la voluntad y la cobertura de Dios es muy mala idea. Salirse de la presencia de Dios, es lento y sutil, cuide su vida de oración, cuide su comunión con Dios, cuide su vida personal, porque hay muchísimas distracciones.
    • Cuidado lo que sale de nuestra boca. Lo que sale de nuestra boca es producto de lo que tenemos dentro. Cuidado entonces con lo que entra a nuestro corazón. ¿Que hablamos? ¿Qué vemos? ¿Qué ocupa nuestro corazón y qué ocupa nuestro día?
    • Estar en ese lugar seguro nos hace íntegros. Dios se complace en nuestra vida, si le amamos, y seguimos sus mandamientos. Juan 14:21 dice: El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
  3. EL SEÑOR SE ENCARGA DE MANTENERNOS SEGUROS. El Espíritu Santo nos ha dado convicción de pecado. Y Él es quien provee TODO, esto es lo maravilloso, en el proceso de redención, Dios es quien toma la iniciativa. Dios es quien hace todo. Y vea todos los beneficios de estar de su lado.
    • Mi herencia es Él. Vs. 5a Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; (Mi futuro está asegurado) ¿Cuántas personas sueñan con que alguien les deje una fortuna en herencia? Bueno, ya no busque ni espere más, usted y yo tenemos un Padre amoroso, Todopoderoso, que dice: hijo mío, hija mía: YO SOY TU HERENCIA y TU SUSTENTO.
    • Mi suerte ya está segura en Él. Vs. 5b Tú sustentas mi suerte… Su vida no es producto del azar, es un camino ya trazado de manera intencional por la mente poderosa de Dios. ¿Cómo es eso? Realmente no lo sé. Pero!, se ocupa menos fe, para creer que Dios diseñó mi vida, que creer que soy producto de la casualidad y del azar.
    • Aún mi sueño es guardado y guiado por Él. Vs7 Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia. ¿Qué quiere decir esto? Usted está llenandose de Dios, su conciencia continuamente sigue recordando todo esos tesoros de parte de Dios. Es decir que si nos llenamos de Dios, viviremos de Dios a cada instante. No hay manera de meter nada más cuando Dios ocupa el 100% de nuestro ser.
  4. JESÚS ES MI LUGAR SEGURO, NADIE ME MOVERÁ. Vs.8-11 Dios es nuestra Roca, nuestro amparo y fortaleza. En este lugar seguro estoy lleno de gozo y contentamiento. Vs. 9  Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;
    • Él va delante de mí, nunca seré conmovido. Vs. 8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Recuerda la enseñanza de Jesús, sobre los dos cimientos? Usted y yo tenemos un lugar seguro en Cristo. Ya no busque más, su gracia está fluyendo abundante sobre usted y su familia, procure que esa gracia nunca falte, mantenga el fuego del don de Dios bien encendido. 2 Timoteo 1:6
    • La muerte no tiene poder sobre mí. Ya no soy esclavo de la muerte, ni del pecado. Soy su hijo, redimido y salvado, tengo vida, y vida en abundancia.
    • Mi caminar en la vida está iluminado por Él y su palabra. Salmos 119:105 Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino. Mi vida tiene un rumbo definido trazado por el Autor de la Vida, estoy seguro que llegaré a puerto seguro.
    • Su gozo me traerá contentamiento. Si hay algo que a esta generación que vivimos le cuesta, es tener contentamiento. Su palabra me dice que tendré “delicias a mi diestra PARA SIEMPRE” Salmos 16:11, dice: Me mostrarás el camino de la vida; me concederás la alegría de tu presencia y el placer de vivir contigo para siempre. Cuando Dios está conmigo, no necesito más!!!

El rey David escribió este Salmo y nos enseña con este Salmo que:

  1. Dios es nuestro refugio seguro.
  2. Que todo lo bueno que tenemos viene de Él.
  3. Que Dios es nuestra herencia y que buena herencia tenemos en Él.
  4. Declaramos que nuestra suerte no es producto del azar sino de un diseño y trazo intencional del corazón lleno de gracia de nuestro Dios.
  5. Declaramos que en Dios tenemos todo lo que necesitamos, y estaremos contentos.

Se atreve a declarar este Salmo hoy para su vida y la de si familia. Es mi deseo y oración que así sea.

FUENTE: Gracias Pastor DORIAN BANEGAS por sus enseñanzas.

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ES USTED UN SEGUIDOR DE JESÚS?

Cuando se hace esa pregunta, la gente da una serie de respuestas. Piensan que es creer en Dios, asistir a la iglesia, hacer buenas obras, orar cuando se necesita, vivir una buena vida o ser religioso. Pero ninguno de estos en realidad responde la pregunta, ni prueban que alguien esté siguiendo a Jesús. Aunque estas actividades son practicadas generalmente por cristianos, no todo el que las realiza es cristiano. Para determinar si alguien realmente sigue a Jesús, debemos usar pautas bíblicas.

Mientras Jesús caminaba junto al Mar de Galilea, llamó a Simón Pedro y Andrés a dejar su ocupación como pescadores y seguirlo (Mateo 4:18-19). Su respuesta demuestra lo que implica seguir a Jesús: “Al instante, dejando sus redes, le siguieron” (v. 20). Este fue un compromiso de toda la vida, no una mera actividad religiosa.

¿ENTONCES, QUE CARACTERIZA A UN SEGUIDOR DE JESÚS?

Para evaluar si estamos siguiendo a Jesús, debemos entender qué experiencias son verdaderas de aquellos que son seguidores genuinos:

1. Nacido de nuevo. “De cierto, de cierto os digo, que él que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” Juan 3:3).

Esta es lo primera para convertirse en un seguidor de Jesús. Debemos confesar y arrepentirnos de nuestros pecados, por fe recibir el perdón de Dios, entregar nuestra vida a Cristo como nuestro Salvador y Señor, y comenzar a caminar en Sus caminos. Ser cristiano no es solo mejorar o mejorarnos a nosotros mismos; es una vida completamente nueva nacida del Espíritu.

2. Oración. “En ese momento se fue al monte a orar, y pasó toda la noche orando a Dios” (Lucas 6:12).

Si seguimos a Jesús, seremos personas de oración como él lo fue. De hecho, no solo es una súplica de ayuda cuando la necesitemos. Debe ser una prioridad, debemos convertirla en un hábito diario el tener un tiempo a solas con Dios. Comenzar y terminar cada día en oración es una buena manera de asegurarnos de que estamos caminando en los pasos de Cristo.

3. Escuchando. “Mientras él aún estaba hablando, una nube brillante los cubrió, y he aquí, una voz desde la nube dijo: ‘Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; ¡Escúchenlo!’” (Mat. 17:5).

Muchos de nosotros comenzamos la mañana pensando en todo lo que necesitamos para lograr ese día. Aunque cumplir con nuestras responsabilidades es importante, es más esencial pasar tiempo hablando con el Padre, pidiéndole que nos guíe, proteja y nos capacite para ser obedientes a Él y sensibles a las necesidades de quienes nos rodean que necesitan al Salvador. Como el Señor y Amo soberano no solo del universo sino también de nuestras vidas individuales, Dios requiere nuestra sumisión y obediencia a Su voluntad. Es por eso que debemos tomar tiempo para escucharlo mientras leemos Su Palabra y oramos. (Juan 3:3).

4. Creencia. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Así como confiamos en Cristo para la salvación, debemos continuar viviendo por fe mientras lo seguimos. Si no le creemos, viviremos vidas egocéntricas y no haremos lo que Él dice ni andaremos en Sus caminos. Pero como seguidores genuinos de Cristo, confiaremos en Él con nuestras dificultades, dolores, tentaciones y necesidades, confiando en Él para que nos permita hacer todo lo que Él diga.

5. Obediencia. «Soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).

Seguir requiere obediencia, y cuando este es el deseo de nuestro corazón, reconocemos cuán tonto es seguir nuestro propio camino. El pecado siempre conduce a la pérdida y la muerte de algo, ya sean oportunidades o bendiciones (Romanos 6:23). Si nos negamos tercamente a obedecer a Dios, Él permitirá suficiente angustia y problemas a nuestra vida para corregirnos. Siempre es mejor obedecerle porque Él es la fuente de todo bien.

6. Amor. “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y ​​con toda tu mente, y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30).

No podemos seguir a Cristo con un corazón dividido, mitad en el mundo y mitad con Dios. El amor que debemos tener por Cristo involucra todo nuestro ser. Por lo tanto, no podemos permitir pensamientos, imágenes y palabras impuras en nuestra mente y afirmar amarlo al mismo tiempo. El amor sincero por Cristo afecta lo que pensamos y observamos, lo que hacemos y hacia dónde vamos.

7. Compartir nuestra fe. “Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19).

Este es el mandato de Jesús, y si vamos a seguirlo, compartiremos la verdad de la Palabra de Dios con los demás, sin importar si les agradamos o no. En un mundo de odio, amargura, animosidad y muerte, los seguidores de Cristo están arriesgando sus vidas para llevar el evangelio a las personas de todo el mundo. Cada uno de nosotros seguramente puede decir algo para despertar el interés de alguien que conocemos que no sigue a Jesús.

8. Servicio. “Si alguno me sirve, debe seguirme; y donde yo estuviere, allí estará también mi siervo; si alguno me sirve, el Padre lo honrará” (Juan 12:26).

Jesús vino como siervo y como sus seguidores, eso es lo que debemos hacer nosotros también. Todos nosotros tenemos la capacidad de servir al Señor de alguna manera sirviendo a los demás. El servicio viene en muchas formas diferentes: ayudando, cuidando, animando, consolando, dando, enseñando o compartiendo la Palabra de Dios.

9. Sufrimiento. “Porque a vosotros os es concedido por amor de Cristo, no sólo creer en Él, sino también sufrir por Él” (Filipenses 1:29).

Si estamos siguiendo a Jesús, podemos experimentar alguna forma de sufrimiento. Podemos ser rechazados, sufrir pérdidas financieras o incluso perder relaciones porque hacemos que las personas se sientan incómodas y no encajamos con quienes aman el mundo. Pero esto no debería impedirnos seguir a Jesús y compartir el evangelio.

Aunque podemos tener la tentación de elegir cuál de estas cualidades queremos seguir, todas estas prácticas son elementos esenciales de nuestro caminar con Jesús y deben convertirse en una parte importante de nuestras vidas a medida que lo seguimos.

Si quieres tener esa experiencia maravillosa de experimentar la presencia de Dios en tu vida, la cual estoy seguro que te dará propósitos, y serás bendecido tu y tu familia, es necesario permitirle a Dios que venga a tu vida. Y eso solo esta a una distancia de una oración, la cual haremos juntos, declarándola en voz alta:

«Padre Celestial aquí vengo delante de tu presencia, pidiéndote perdón por mis pecados. Reconozco que tú eres Jesucristo y que veniste a morir por mi para que tenga vida eterna. Hoy decido que tú seas mi Señor y Salvador. Consagro mi vida a partir de este momento, por la eternidad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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