Categoría: Voluntad de Dios

PORQUE ÉL VIVE

Para los creyentes, la muerte y la resurrección del Señor Jesucristo les garantizan la promesa de un hogar eterno con Él en el cielo. Pero ¿qué significa esto para nosotros ahora mismo?

Porque Él vive, no solo tenemos esperanza en cuanto al futuro, ¡sino también la capacidad de caminar con Dios hoy!. Este mensaje enseña que, gracias a la Resurrección de Jesús, podemos vivir sin ansiedades, orar con confianza y tener una vida de influencia piadosa.

Porque Él vive, nosotros también podemos vivir con paz y confianza en su divina presencia cada día.

Nadie esperaba que Jesús resucitara de la muerte después de haber sido crucificado.

Muchos habían sido crucificados, pero ninguno había vuelto a vivir. ¿Por qué entonces las personas de esa época considerarían esa posibilidad? En nuestros días, aquellos que no creen en la resurrección de Cristo, no entienden por qué los creyentes nos reunimos para celebrar aquello que a ellos les parece no tener sentido. Pero ese evento es el cimiento de nuestra fe, no solo porque la Biblia lo menciona, sino porque sabemos que Jesucristo vive en nuestro corazón.

Los que conocían y creían en Jesús, no pensaron que el Señor regresaría a la vida después de haber sido crucificado.

José, un miembro del sanedrín, le pidió a Pilato que le diera el cuerpo, lo preparó para la sepultura y lo depositó en una tumba. El domingo, temprano en la mañana, algunas mujeres vinieron a la tumba con especies aromáticas. Si José y esas mujeres hubieran tenido la expectativa de que Jesús resucitaría, no hubieran hecho nada de eso.

Ni aun los discípulos de Jesús, quienes habían escuchado sus enseñanzas, visto sus milagros y presenciado momentos en que revivió a otras personas, esperaban que Él resucitara. De hecho, al hablarles acerca de su muerte y resurrección, Pedro declaró que algo así nunca debería suceder, y fue reprendido por el Señor (Mt 16.21-23).

Pero tal y como lo había anunciado Jesús, Él murió en la cruz y cuando las mujeres vinieron a la tumba, se dieron cuenta de que estaba vacía. Dos ángeles les dijeron que Jesús había resucitado. Fue en ese momento que recordaron sus palabras sobre lo que sucedería. Sin embargo, cuando les contaron a los discípulos, éstos no les creyeron.

LUCAS 24: 8-12 «Entonces ellas se acordaron de sus palabras, y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás. Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían. Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.

Pero Pedro y Juan corrieron al sepulcro y se dieron cuenta de que era verdad: Jesús no estaba muerto.

¿Qué significado tiene la resurrección de Jesús para nosotros?

Aunque muchos no creen que Jesús resucitó, para aquellos que hemos confiado en Él como nuestro Salvador, su resurrección no solo es real, sino también personal y muy importante.

Porque Él vive . . .

1. No tenemos que vivir con soledad en nuestro corazón. 

Tenemos una confianza absoluta de que Jesús está vivo y mora en nuestro corazón, tal y como lo prometió. No nos ha dejado huérfanos, pues envió al Espíritu Santo para que morase en nosotros.

JUAN 14: 16-18 «Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

Nunca estamos solos, pues Jesús vive en cada creyente por medio de su Espíritu.

2. No tenemos que preocuparnos por la provisión de Dios. 

Desde el comienzo de su ministerio, Jesús le dijo a sus seguidores que su Padre celestial, quien cuida de las aves, las flores y las plantas del campo, también iba a proveer para sus necesidades. Esa promesa no tendría ningún valor si Jesús solo fuera un ser humano, pero al ser el Hijo de Dios, quien además venció la muerte, sabemos que podemos confiar en su Palabra. Nada es superior a su poder. Y en su tiempo perfecto proveerá para nuestras necesidades.

3. Podemos orar con seguridad. 

Después de resucitar, Jesús ascendió a la diestra del Padre, donde intercede por nosotros. Eso nos garantiza que responderá a nuestras oraciones.

 1 JUAN 5: 14-15 “que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye” y concede nuestras peticiones.

En vez de dudar, debemos vivir con la expectativa de la respuesta que nos dará.

4. Podemos tener una influencia espiritual positiva en la vida de otros. 

En el Sermón del monte, Jesús nos dice que somos la luz del mundo y la sal de la Tierra

MATEO 5: 13-16 » Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Por medio del poder de su Espíritu Santo, podemos ser una luz en medio de este mundo oscuro en el que vivimos.

5. Experimentamos al Espíritu Santo en nosotros. 

Aunque los discípulos ya habían vivido tres años cerca de Jesús, no estaban equipados para realizar la misión que les daría. Pero cuando el Espíritu Santo vino a morar en ellos, fueron capacitados para servirle. Fue por eso que el Señor les dijo que se quedaran en Jerusalén hasta que recibieran la promesa del Espíritu (Hch 1.4). Ese mismo Espíritu que ellos recibieron, es el mismo que también mora en el corazón de todos los que reconocen a Jesucristo como su Salvador personal. Es Él quien nos ayuda a comprender que el Señor murió por nosotros, para que nuestros pecados fuesen perdonados y pudiéramos ser salvos. Cuando nos arrepentimos y creemos en Cristo, su Espíritu Santo nos sella como hijos de Dios. Y nadie puede romper ese sello, pues la resurrección de Cristo hace que nuestra salvación sea segura y eterna.

6. Podemos tener paz en medio de los momentos más difíciles de nuestra vida. 

Antes de ser crucificado, Jesús le dijo a sus discípulos:

JUAN 14:27 “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.

La paz de Cristo es como un ancla que nos sostiene en medio de las tormentas. Aunque en ocasiones sintamos temor, el Señor nunca se olvida de los que le amamos, por el contrario, intercede en todo momento por nosotros ante la presencia de nuestro Padre celestial. Jesús comprende nuestras debilidades, y está con nosotros en todo momento para sostenernos y ayudarnos a llegar a ser la persona que desea que seamos.

7. Podemos enfrentar la muerte sin temor alguno. 

Jesús está vivo y es la fuente de nuestra vida eterna. Si es nuestro Salvador, iremos a su presencia una vez que hayamos muerto.

2 CORINTIOS 5:8 » pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.

Porque Él vive, es que nunca moriremos, sino que viviremos para siempre con Él.

8. Solo por medio de Jesús recibimos la esperanza de la vida eterna.

Es al confiar en Cristo como nuestro Salvador, que obtenemos el regalo de la vida eterna.

  • Romanos 10.9 “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. Dos aspectos son esenciales para ser salvos: confesar que Jesús es el Señor y creer en su resurrección.
  • Efesios 2.8, 9 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. La salvación depende del poder de Dios y no de nuestras buenas obras. Tenemos que reconocer que somos pecadores y creer que solo Jesús tiene el poder para perdonar nuestros pecados y hacernos aceptables ante Dios.

Gracias a Dios que Jesús vive y no esta muerto y si queremos tener la seguridad de que no estamos solos, sino experimentar la presencia de Dios en nuestras vidas y la seguridad de su paz, el perdón de pecados, que siempre Dios nos suple nuestras necesidades, de que podemos venir delante de Dios para orar y tener la confianza que Él nos escucha y responde nuestras oraciones y saber con certeza que al morir viviremos con Dios por toda la eternidad, has esta oración repitiendo conmigo:

«Padre celestial, vengo delante de tu presencia, para pedirte perdón por mis pecados, vengas a morar a mi corazón, que hagas de mí una nueva criatura y que seas tú mi Señor y Salvador de mi vida. Qué me inscribas en el Libro de la Vida. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

[fbcomments]

HAMBRE Y SED DE DIOS

¿Sueña con convertirse en alguien conocido? Ser un actor, músico o atleta famoso puede no traer la felicidad que usted piensa porque la fama no satisface el alma. La verdadera satisfacción solo llega cuando pasamos tiempo con el Señor, meditando en la Palabra de Dios, la Biblia.

Es cierto, Dios nos creó con una necesidad intrínseca de Él. Sin embargo, en varias ocasiones optamos por buscar los placeres temporales de este mundo, aunque el Único que puede satisfacer y llenar ese vacío en nuestra alma es Cristo.

En el libro de los Salmos encontramos muchos pasajes que expresan nuestro anhelo por el Señor.

 SALMO 42:1-2: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?”.

David escribió muchos de los salmos y con frecuencia clamó al Señor por liberación en medio de sus problemas. Sin embargo, incluso en medio de su desesperación, meditó y buscó al Señor con todo su corazón.

De la misma manera, a todos nos acompañan los problemas y las decepciones, pero en vez de buscar al Señor, hay quienes tratan de saciarse con otras cosas, pues creen que así quedarán satisfechos. No tienen hambre y sed de Dios, sino que buscan satisfacerse con los placeres terrenales y actividades que carecen de valor eterno.

Lo mismo le puede suceder al creyente que no desarrolle un apetito por el Señor. Dios nos ha creado para Él y desea que lo adoremos (Is 43.21). Existimos para su gloria (Is 43.7). Por tanto, debemos nutrir nuestro deseo por Dios. Si descuidamos nuestro tiempo con el Padre celestial, buscaremos cualquier cosa que el mundo nos ofrezca.

DOS MENÚS

El menú de Satanás es largo y ofrece  muchas opciones, como por ejemplo riqueza, poder y autoridad, reconocimiento y aprobación, placeres sexuales fuera de los parámetros bíblicos y la acumulación de bienes materiales. Todo esto es comida espiritual chatarra, la cual tiene un buen sabor momentáneo, pero no contiene nada nutritivo para los creyentes en Cristo. Aquellos que se deleitan en ese menú buscan satisfacerse, pero llega el punto en el que solo encuentran decepción, desilusión y un gran vacío.

Por el contrario, el menú de Dios solo ofrece un alimento: Jesucristo. Si nos alimentamos en Él, nos da su paz, gozo, contentamiento y seguridad. Solo el Señor nos llena y da la satisfacción que necesitamos.

HAMBRE Y SED DE DIOS

Solo vivimos una vez en este mundo, así que debemos ser sabios y escoger desarrollar nuestra hambre y sed de Dios, en vez de desear aquello que el mundo nos ofrece. Necesitamos anhelar con todas nuestras fuerzas una comunión íntima con Dios, pues eso es lo que en realidad importa en esta vida. Es al sentir hambre del Señor cuando buscamos conocerlo más, y Él nos revela de su persona, y nuestra sed por Él continúa creciendo. La paradoja es que el Señor nos satisface en todo momento, pero al mismo tiempo incrementa nuestra hambre y sed por Él.

Si usted en verdad desea conocerlo mejor, no permitirá que los placeres de este mundo ocupen su lugar. Existen muchas tentaciones a nuestro alrededor que con mucha facilidad pueden captar nuestra atención y desviarnos. Muchas veces tratamos de encontrar nuestra satisfacción en otras personas, pero ningún ser humano puede satisfacernos, pues fuimos creados por el Señor. O quizás hemos creído que nuestros logros y experiencias nos pueden hacer sentir satisfechos, cuando no es así. Solo Dios puede llenar el vacío de nuestras vidas.

Debemos enfocarnos en nuestro amor y devoción hacia Cristo, anhelarlo por sobre todas las cosas. Las amistades se pueden perder, pero si hemos conocido al Señor nunca nos abandonará, pues su amor por nosotros es eterno. La devoción a Jesucristo es esencial, pues sin ella podemos volvernos tibios de espíritu.

La mayoría de las personas creen que la satisfacción y realización están basadas en las circunstancias. Por eso, si no se sienten satisfechos, creen que la solución consiste en cambiar la situación que enfrentan. Pero cuando el Señor es nuestro mayor amor y anhelo, tendremos satisfacción y contentamiento en medio de cualquier circunstancia.

CARACTERÍSTICAS DE AQUELLOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE DIOS.

Cuando lo que más anhelamos en nuestro corazón es estar con Cristo, cada área de nuestra vida se ve transformada.

  • Un mayor interés por la Palabra de Dios. La Biblia es la única fuente de información fidedigna para conocer más del carácter, las obras y los propósitos de Dios.
  • Más deseo por la oración. La comunicación es la manera en la que las relaciones se desarrollan; y ello se aplica a nuestra relación con Dios. Por medio de la oración podemos profundizar nuestra comunión con Él.
  • Un anhelo por conocer los caminos de Dios. Deseará conocer lo que el Señor piensa y su manera de obrar. Ningún conocimiento en todo el mundo puede producir la satisfacción que proviene de conocer más del carácter de Cristo, su manera de pensar, sus caminos y sus deseos.
  • Un creciente deseo de cumplir con la voluntad del Señor en su vida. Su meta consistirá en seguir la dirección de Dios y en hacer su voluntad. Cada vez que se enfrente a una situación difícil y no sepa qué hacer, clamará a Dios para que le guíe, mientras busca su voluntad divina. Lo que Jesucristo desee, eso deseará usted.
  • Un aumento en su fe en Dios. Mientras más le conozca, más confiará en Él en cualquier aspecto de su vida.

Dios siempre desea lo mejor para sus hijos. Nos atrae a su presencia y pone en nuestro corazón el deseo de buscarlo. Para cultivar nuestra hambre y sed de Dios, quizás tengamos que sacrificar algo. Aun así, los beneficios que recibimos al tener una comunión íntima con el Señor son mucho más grandes que cualquier cosa que sacrifiquemos.

OREMOS: Señor, hoy quiero que me atraigas hacia ti, quiero experimentar una intimidad contigo que no experimente antes. Quiero que seas real para mí aun cuando tenga este haciendo esto o aquello, que este consciente de tu presencia. Agita esa hambre dentro de mí, Crea un deseo mas profundo por ti dentro de mi corazón. Y cuando me veas siendo atraído o algo me sea atractivo y me aleje de ti, llévame de vuelta, hazme volver, acércame a ti. Llévame de vuelta a ti. No me permitas renunciar, ni me permitas divagar, sino, crea dentro de mi tal deseo por ti que controle absolutamente mi conversación y mi conducta todo el dīa. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

[fbcomments]

PRINCIPIOS IMPORTANTES PARA TENER UNA VIDA PLENA

Los cristianos tenemos la opción de escoger entre dos caminos completamente opuestos; uno nos guía hacia la paz y el otro al estrés.

Podemos ser guiados por los principios bíblicos o dejarnos llevar por los sentimientos y las presiones del momento. Podemos ser dirigidos por el Espíritu, o dejarnos influenciar por lo que nos rodea. Podemos vivir confiados bajo el propósito y la dirección de Dios, o ir por la vida reaccionando ante las situaciones que enfrentemos.

La Biblia es el Libro que Dios usa para guiarnos en esta vida y contiene los principios que desea que sigamos. Mi propósito en este mensaje es compartir los principios más importantes que me han guiado durante todos estos años. Hay muchos más, pero estos son los que más han impactado mi vida y aquellos por los que estoy muy agradecido.

1. Obedezcamos a Dios y dejemos las consecuencias en sus manos. 

  • PROVERBIOS 3:1-4 » Hijo mío, no te olvides de mi ley,Y tu corazón guarde mis mandamientos;2Porque largura de días y años de vidaY paz te aumentarán.3Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;Átalas a tu cuello,Escríbelas en la tabla de tu corazón;4Y hallarás gracia y buena opiniónAnte los ojos de Dios y de los hombres.

De cierta manera, este principio viene a ser una base para todos los demás. Para que podamos aplicarlo, primero debemos conocer lo que el Señor desea que hagamos. Por eso es crucial que aprendamos a escucharlo. De lo contrario, podemos fácilmente comenzar a actuar por nuestra cuenta, en vez de dejarnos guiar por nuestro Padre celestial y por su Palabra.

2. Aprender a confiar en Dios para todo lo que necesitemos en la vida. 

  • PROVERBIOS 3:5-6 «Fíate de Jehová de todo tu corazón,Y no te apoyes en tu propia prudencia.6Reconócelo en todos tus caminos,Y él enderezará tus veredas.7No seas sabio en tu propia opinión;Teme a Jehová, y apártate del mal;8Porque será medicina a tu cuerpo,Y refrigerio para tus huesos.»

Una de las razones por las que a veces no obedecemos al Señor, es porque deseamos que nos dé todos los detalles de lo que pasará si le seguimos. Pero Dios no está obligado a revelarnos el futuro. Su deseo es que confiemos en Él aun cuando desconocemos las consecuencias que recibiremos. Por eso se requiere de mucho valor para dar pasos de obediencia.

Uno de los métodos que Dios usa para fortalecer nuestra confianza son las pruebas. Cuando enfrentamos oposición, fracasos y dudas, nuestra confianza puede debilitarse, pues no comprendemos su obra. En ese instante es que debemos recordar que el Señor es digno de nuestra confianza. Podemos descansar al tener la seguridad absoluta de que cumplirá cada promesa que nos ha dado. En vez de poner nuestra mirada en la situación que enfrentamos y preocuparnos, nos invita a que descansemos en su fidelidad. De hecho, es al sentirnos sin esperanza e indefensos ante las pruebas que recordamos cuán confiable es Dios.

3. Aprender a esperar la dirección y el tiempo de Dios. 

  • ISAIAS 64:4 » Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera.»

En ocasiones creemos saber el mejor camino que debemos seguir, pero solo el Señor conoce el futuro. Por tanto, debemos esperar a que nos guíe con su infinita sabiduría, conocimiento y entendimiento. Mientras esperamos, obra en nuestra vida para prepararnos, permite situaciones de acuerdo a su plan perfecto y prepara lo mejor para nosotros. Puede que no sea lo que anhelamos, pero nunca se equivoca, pues obra a favor de aquellos que esperan en Él.

4. Dar con generosidad para la obra de Dios. 

  • PROVERBIOS 3: 9-10 » Honra a Jehová con tus bienes,Y con las primicias de todos tus frutos;10Y serán llenos tus graneros con abundancia,Y tus lagares rebosarán de mosto.»

Cuando damos con generosidad, Dios se compromete a suplir para nuestras necesidades, para que podamos continuar contribuyendo a su obra en y por medio de la iglesia. La motivación para ofrendar nunca debe ser aumentar nuestras riquezas, sino vivir en obediencia ante el Dios todopoderoso. La generosidad nos protege contra la avaricia, el egoísmo y el materialismo; además nos enseña a confiar en que el Señor nos proveerá de todo lo que desea que tengamos.

5. Admitir que no puedo llevar la vida cristiana; es Cristo en mí. Esa verdad se expresa en:

  • GALATAS 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”.

Aunque demos nuestro mejor esfuerzo, si estamos apartados de Él, fracasaremos. Debemos depender por completo en Cristo, para que nos transforme y nos fortalezca.

6. Aceptar que Dios nos ama incondicionalmente. Cuando Cristo oró por sus seguidores, declaró que el Padre los amaba tanto como le amaba a Él.

  • JUAN 17:23 » Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

No hay nada que tengamos que hacer para merecer ese amor, pues no está basado en nuestros méritos, sino en la naturaleza de Dios y en nuestra relación con su Hijo. No hay nada que podamos hacer para que Dios nos ame más, o menos, o para que seamos separados de su amor.

7. Saber que Dios tiene control total de cada circunstancia de la vida. 

No somos víctimas de nuestras circunstancias, o de las acciones de otros porque Dios es soberano sobre todo, inclusive sobre las situaciones difíciles y dolorosas.

  • ROMANOS 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a losque conforme a su propósito son llamados”.

Este pasaje nos asegura que nuestro Padre celestial usa cada situación para nuestro bien y para su gloria. Su soberanía debe ser una fuente de consuelo, pues vivimos cubiertos por su divino amor, conocimiento, sabiduría y poder. Siempre es fiel y puede hacer uso de una gran adversidad para edificarnos y fortalecernos.

8. Depender por completo del Espíritu Santo para todo. 

Dios desea que reconozcamos nuestra absoluta dependencia en Él. Es la única manera en la que podemos crecer y estar protegidos contra el orgullo. Mientras un niño madura, se vuelve más independiente; pero en el mundo espiritual, depender más de nuestro Padre celestial es una muestra de madurez. Nos ha dado su Espíritu para enseñarnos su Palabra, transformarnos a la imagen de su Hijo y fortalecernos para obedecer y servirle.

9. Nuestro tiempo personal de meditación debe ser la prioridad de nuestra vida. 

Nada de lo que hagamos será tan esencial, fructífero o valioso como esto. Comience cada día dedicando tiempo con el Señor en oración y leyendo las Sagradas Escrituras. Reflexione en la Palabra de Dios. Humíllese delante de Él en adoración y alabanza, y aplique lo que ha aprendido.

El evangelio de Jesucristo puede penetrar el corazón más endurecido, transformar esa vida y cambiar su destino eterno. Nunca se avergüence de compartir el evangelio, “porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Ro 1.16).

Todo esto y otros principios pueden ser una realidad en su vida, como la ha sido en la mía y la de mi familia, sí tan solo hace a Jesús el Señor y Salvador de su vida. Y para ellos repita esta oración conmigo:

«Padre celestial, vengo delante de tu presencia, humillado ante ti y reconociendo que soy un pecador, los confieso, me arrepiento y me aparto de ellos. Ven a morar a mi corazón y has de mí una nueva criatura. Hago un nuevo pacto contigo de seguir tus mandamientos y preceptos. Abre mis ojos espirituales para que pueda comprender cuál es tu voluntad para mi vida atravez de tu Palabra. En el nombre de Jesús. Amén.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

[fbcomments]

La Clave Para La Vida Cristiana

Muchas personas tienen problemas para vivir la vida cristiana, han recibido a Cristo y creen que su vida será fabulosa pero llega un momento en que sus vidas ya no marchan como deberían y se preguntan si hay algo mejor. Saben que el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, dominio propio, sin embargo, muchas veces no tiene paciencia ni dominio propio.

Pero Dios nos puede revelar porque hemos fracasado en esos aspectos, por eso hablaremos de la clave para la vida cristiana.

GALATAS 2:20 » Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.»

Aqui encontramos la razón de la clave para la vida cristiana. Que Cristo ha venido a vivir en nosotros y a manifestarse por medio nuestro.

En el pasado nosotros vivíamos de otra manera, hasta que finalmente escuchamos la verdad del evangelio y en ese momento ocurrieron varias cosas:

  • El Espíritu Santo nos convenció de pecado. Sentimos remordimiento, verguenza, culpa y quizas un poco de temor por haber vivido fuera de la voluntad de Dios. Por lo que a consecuencia de tomar esta decisión, hubo un cambio maravilloso, nacimos de nuevo. Creímos en Cristo y eso nos dio potestad de ser hijos de Dios y ahora tenemos una nueva relación con el Padre, porque las cosas viejas pasaron he aquí todos son hechas nuevas.
  • Estamos viviendo en un mundo rebelde, desobediente corrupto, de maldad y tenemos que vivir en medio de personas que no les gusta los que creemos.
  • Tenemos que vivir en estos cuerpos terrenales, es decir, en la carne. Lo que significa que tenemos una tendencia y un deseo de hacer lo que no es la voluntad de Dios. Por lo tanto, todos tenemos esa tendencia y tenemos que confrontarlo.

COMO PODEMOS VIVIR LA VIDA CRISTIANA Y CONFRONTAR LOS DESEOS DE LA CARNE?

Reconociendo que al aceptar a Jesús en nuestro corazón, él vino a morar para vivir en y mediante nosotros la vida que Él ha provisto y planeado para cada uno de nosotros.

Recuerda la noche antes de ser crucificado, Él dijo: me iré pero no quiero que se sientan huérfanos porque volveré a ustedes y mi Padre les enviará al Espíritu Santo, El Ayudador, uno igual a yo y cuando Él venga, vendrá a sus vidas y los sellará como hijos de Dios. Por lo que ahora tenemos en nosotros la vida de Cristo.

En este caso, el Espíritu Santo, al morar en nosotros, tiene la responsabilidad principal de vivir en nosotros la vida misma de Cristo. Además de facultarnos para vivir como le agrada a Dios. Y si tenemos la vida de Cristo en nosotros, lo tenemos todo.

ENTONCES PORQUE VINO CRISTO

Sabemos que vino a salvarnos, pero también:

  1. A vivir mediante nosotros, porque sabia que no podríamos hacerlo solos.

Por eso Él dijo: regresaré a vosotros y estaré con ustedes. Y fue a partir del Pentecostés que todo creyente o toda persona que acepte a Jesucristo como Salvador es morada del Espíritu Santo porque Jesús sabía que no podriamos solos y tenemos que admitir que no hemos podido hacerlo, volvemos a pecar, somos débiles y volvemos a decirle a Dios, perdóname Señor una vez más.

Y que hace Él?, es su misericordia, nos perdona, nos da de su amor y quiere que conozcamos la verdad. Por lo tanto, , en eso consiste la vida cristiana, no se centra en nosotros, se trata de Él. Todo consiste en que Cristo viva en nosotros mediante nosotros.

2. Porque de esta manera, Dios lleva a cabo su obra.

Hace su obra en la tierra al vivir en y mediante nosotros los creyentes. Todos hemos pasado y pasaremos en algún momento pruebas o dificultades, pero aquí, la clave esta en quién las pelea.

Si lo hacemos nosotros en nuestras propias fuerzas, o sabiduría, conocimiento, entendimiento pasaremos por dificultades, pero como Él es nuestra vida y si nos rendimos a Él y le entregamos esas dificultades, Él nos dará la victoria y podremos atravesarlas juntamente con Él.

3. Dios desea tener una relación personal con nosotros.

La vida cristiana se trata de tener una relación persona y estrecha con Dios. Déjame explicártelo de esta manera:en que consiste el matrimonio?

Es compartir una casa?, dormir juntos?, manejar el carro juntos?, acaso salir o trabajar juntos?. Mire bien, se trata de una relación y mientras más amorosa es esa relación, más grato será todo lo demás. Es una comunión genuina que llega hasta lo más profundo del corazón.

Y sabes tu cuál es la razón principal porque nos creo?, para poder derramar su amor, su merced, su perdón sobre nosotros y al mismo tiempo, recibir de nosotros, nuestro amor, obediencia, lealtad y fidelidad.

Todo se trata de una relación personal y estrecha con Dios mediante su Hijo Jesucristo. Y para que esto sea una realidad, Cristo debe vivir en nosotros. Y si tenemos a Cristo lo tenemos todo porque lo valioso viene de esa relación.

La clave para la vida cristiana es dejar que el Señor Jesús viva su vida en y mediante nosotros.

QUE PASOS DEBO TOMAR?

  1. Reconocer nuestro fracaso por salvarnos a nosotros mismos y por no poder llevar la verdadera vida cristiana.
  2. Debemos reconocer nuestra incompetencia: no sé qué hacer, he tratado y tratado, y no sabemos como hacerlo.
  3. Debemos reconocer que Cristo no solo vivirá en y mediante nosotros, sino que por ser Dios, es suficiente para suplir toda necesidad que tengamos, toda sabiduría en cualquier situación y nos dará guía y fortaleza.
  4. Debemos estar dispuestos a entregarle nuestra vida a Cristo. Eso significa que debemos decir: «Señor, trate y falle, antes no sabía como hacerlo, pero hoy en adelante, quiero que vivas en mí. Así que limpio mi corazón de depender en mis esfuerzos, mi poder, mi fuerza, mi ego, de esto y de aquello. Señor Jesús, vive tu vida en mi. Confieso mis pecados y me rindo a tu voluntad. Deseo que hagas lo que quieras en mi vida y me entrego a tí para que vivas tu vida en mí.»

Si usted es sabio, permitirá que el Hijo de Dios y el Espíritu Santo, que mora en usted, sea quien tome sus decisiones, dirija su vida y todo lo que enfrente permita que Él le dé dirección, porque esa será la vida en toda toda su plenitud.

No significa que no tendrá cargas, ni sufrimiento, porque una cosa es caminar por la vida solo y otra es con el poder del Dios vivo, quien vive en usted.

Si usted no es cristiano y no conoce la verdad, mi deseo es que su vida cambie y que tenga lo mejor, porque en Dios es lo mejor. Por esto, le invito que si quiere tener todo esto, haga una oración conmigo:

» Acepto que Jesús pago por mis pecados, lo confieso y me arrepiento de ellos. Te acepto como Señor y Salvador personal. Quiero que vivas tu vida en mi, Y confiaré en que me capacitarás para que lo haga. En el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

[fbcomments]

Deprecated: Automatic conversion of false to array is deprecated in /home/theobepd/shekina/wp-content/plugins/ultimate-social-media-icons/libs/sfsi_widget.php on line 539

Deprecated: Automatic conversion of false to array is deprecated in /home/theobepd/shekina/wp-content/plugins/ultimate-social-media-icons/libs/sfsi_widget.php on line 539
Facebook
YouTube