Categoría: Voluntad de Dios

QUE SIGNIFICA LA NAVIDAD?

Estamos próximos a celebrar La Navidad (25 Diciembre) y muchos se preguntarán, cuál es el verdadero significado de la Navidad?, pero, para ello tenemos que ir a la Palabra de Dios.

LUCAS 1: 26- 33 “Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”

Este es el relato del nacimiento del Señor Jesucristo, por lo tanto, la Navidad es la celebración del momento en el cual, Dios vino a la Tierra en la persona de su Hijo amado Jesús, para reconciliar consigo al hombre pecador mediante su muerte expiatoria.

De esto se trata la Navidad. no se trata de pesebres o de pastores sino de la obra del Dios Todopoderoso para redimir a la humanidad.  Nació en el mundo y creció como hombre. Él no se convirtió en Dios, Él ya era Dios y siempre fue Dios. Y vino al mundo por una razón, para que todos pudiéramos convertirnos en hijos de Dios, para que fuésemos reconciliados con Dios, pero tenía que morir en la cruz y de esa manera traernos salvación y tuvieramos una nueva posición en Dios.

CUAL FUE LA MOTIVACIÓN DE DIOS PARA VENIR A SALVARNOS?

  1. No podiamos salvarnos a nosotros mismos. Nunca nadie se ha salvado por ser bueno, la Biblia dice eso, porque nosotros no somos lo suficientemente buenos ya que somos pecadores y no somos salvos por nuestras buenas obras, sino por la Gracia, el amor y la misericordía de Dios. Es decir, que la única condición que puede cambiar la condición de alguien y el rumbo de la eternidad es Jesucristo.
  2. Por su amor incondicional por nosotros. Amor incondicional significa que su amor por nosotros no esta condicionado a nada, no esta condicionado a lo bueno que hagamos, ni a lo que hayamos hecho, ni a lo que haremos, sino por su amor incondicional por nosotros, que nos quiere como sus hijos, para ser salvos, para tener una nueva vida, para escribir nuestros nombres en el Libro de a Vida y anticipar nuestra llegada al cielo un dīa.

Ahora bien!, si Jesús murió por nuestros pecados y vino a salvar al mundo, eso quiere decir que todos son salvos?

NO!, eso significa que pueden ser salvables, porque solo teniendo fe en el Señor Jesucristo hay salvación, ya que Él es el único que murió en la cruz, quien llevó nuestros pecados, por esto es una muerte sustitutiva, ya que Él tomo nuestro lugar y declaró que Él es el camino, la verdad y la vida y solo podremos venir al Dios Padre mediante Él.

Por eso debemos creer en el Señor Jesucristo y aceptar como verdad que Jesús es el Hijo de Dios, nacido de una virgen, el Hijo encarnado de Dios y que fue a la cruz a pagar nuestra deuda de pecado. Y al pedirle perdón y confesar nuestros pecados a Dios, arrepentirse de ellos y entregar su vida a Él, en ese momento nos convertimos en hijos de Dios.

Asi que cuando Cristo viene a una persona que este dispuesto a que Él gobierne y reine en su vida, todo cambia, hay paz, gozo, felicidad, confianza y seguridad. Y aun cuando todo se descontrole en nuestras vidas, podemos seguir firmes porque nuestra confianza está en el Dios Todopoderoso.

Por lo tanto, la Navidad: se trata de Jesús y es la celebración del momento histórico, donde Dios Padre envió a su Hijo amado, Jesucristo para reconciliarnos con Dios y al aceptar a Jesús en su corazón, tener una nueva posición como hijos de Dios y poseer la vida eterna.

Quizas alguien diga: «No soy cristiano, qué hago entonces?». Solo repite conmigo la siguiente oración:

«Padre celestial, vengo delante de tu presencia, pidiéndote perdón por mis pecados, me arrepiento y me aparto de ellos. Declaro que a partir de este momento tu eres mi Señor y mi Dios. Ven a morar a mi corazón. Inscríbeme en el Libro de la Vida y abre mis ojos espírituales para seguir tus mandamientos, tus preceptos y tu voluntad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.»  

Comentarios

LA VERDAD QUE NOS LIBERTA

Muchas personas viven en cautiverio pero no se dan cuenta. Sin embargo, hay libertad para ti y aquí la descubrimos y que proviene de reconocer aquellas trampas que pueden afectar o estancar tu vida material y espiritual, y como salir de ese cautiverio confiando en el Libertador, Jesucristo.

¿TE SIENTES LIBRES ?

Lo más probable es que respondas afirmativamente a esa pregunta. Sin embargo, no estoy hablando de ataduras externas, sino internas. Independientemente de dónde se encuentre físicamente, es posible que esté atrapado en patrones de pensamientos negativos o comportamientos poco saludables.

Confiesas tu pecado y decides hacerlo mejor la próxima vez. Pero cuando aumenta la presión, caes en el mismo patrón destructivo. Otros pudieran experimentar ansiedad, miedo y confusión con regularidad.

La buena noticia es que hay esperanza. Jesús dijo: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). Cristo tiene el poder de romper las cadenas que te mantienen cautivo.

Muchas personas están esclavizadas por aspectos que son erróneos:
“Hay más de una forma de llegar al cielo”. De hecho, solo hay un camino y Jesús lo dijo: “Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).
“Puedes llegar al cielo a través de buenas obras”. Pero la Biblia enseña que somos salvos por la fe, y no por nuestras obras (Efesios 2:8-9).
“Dios me acepta o me rechaza según lo bien que me desempeño”. No, nuestro Padre celestial nos ama incondicionalmente (Romanos 5:8). Y Él no tiene ninguna excepción.
“Dios es amoroso, así que todos irán al cielo”. La verdad es que los que rechazan a Cristo no serán aceptados en el cielo (Juan 3:36).
“Tu salvación puede perderse y recuperarse”. Algunos creen que la vida eterna es un regalo gratuito que debe mantenerse con buenas obras. Pero la vida eterna, es para siempre (Juan 3:16). y es recibida cuando hacemos a Jesús el Señor y Salvador de nuestras vidas.

Otros están esclavizados por sus malas acciones.

Nadie tuvo la intención de convertirse en esclavo del alcohol. Ningún drogadicto planeó estar atado a una sustancia. Lo mismo es cierto para aquellos atrapados en patrones de deshonestidad, robo, engaño, pereza, blasfemia, chismes o cualquier otro tipo de pecado. Pero poco a poco crece en sus vidas el control del pecado. Un día se dan cuenta de que están en cautiverio. Si bien nadie está libre de pecado, Dios quiere que lidiemos con nuestras malas acciones con honestidad y rapidez.

Las personas pueden encontrarse en ataduras emocionales.

A que me refiero son esto, pues simplemente a que hay algunas emociones que pueden esclavizarnos:
1. El Miedo. Aunque debemos actuar con sabiduría y cautela en ciertas situaciones, los que están llenos de temor no están confiando en Dios.
2. Los Celos. No se puede ser envidioso y feliz al mismo tiempo.
3. La Ansiedad. Nos sorprendería saber cuánto dinero se gasta cada año en medicamentos para tratar la ansiedad y el insomnio. Jesús dijo: “Mi paz os doy; no como el mundo da. … No se turbe vuestro corazón, no tenga miedo” (Juan 14:27).
4. La Culpa. ¿Vives con arrepentimiento y tristeza por los errores del pasado? Si eres un hijo de Dios y le has pedido que te perdone algo, Él lo ha hecho (1 Juan 1:9). Recibe Su misericordia en lugar de pedirle perdón una y otra vez.
5. La Amargura. Si está resentido, es hostil o está enojado con alguien, también se extenderá a sus relaciones con otras personas.
6. La Falta de perdón. La Biblia dice que debemos perdonar a los demás como Dios nos ha perdonado a nosotros en Cristo (Efesios 4:32). Cuando se sienta tentado a retener el perdón, recuerde cuán misericordioso ha sido Dios al perdonarlo, cada vez que se lo pida.
7. La Inseguridad. Una profunda sensación de inseguridad interfiere con su capacidad para realizar las tareas necesarias. A menudo es más importante hacer algo, incluso de manera imperfecta, que no hacerlo en absoluto.

¿Cuál es el poder destructivo de la esclavitud en lo espiritual?

  1. Daña nuestra relación personal con Jesucristo. No puedes ser quien Él quiere que seas si estás atado a la incredulidad y la esclavitud.
  2. Daña nuestro testimonio personal. Si está atado al pecado, su rebelión en esa área debilitará su influencia en las vidas de los incrédulos. Vivir una vida piadosa aumenta su eficacia para el evangelio.
  3. Entristecemos el corazón de Dios. Los buenos padres lloran las elecciones autodestructivas de sus hijos; el Padre se entristece cuando somos atrapados en el pecado.
  4. Nos limita para ser usados por el Señor . Si nunca se ocupa de los problemas que lo mantienen en cautiverio, no podrá alcanzar su máximo potencial en Cristo.
  5. Tiene efectos perjudiciales a largo plazo en nuestros cuerpos fïsicos. Esas esclavitudes en nosotros como mencionamos: la ansiedad, la amargura, la falta de perdón, la ira y otras emociones negativas causan estragos en nuestra salud corporal.

Entonces, Cómo podemos ser libres de esas ataduras?

Solo a través del poder de Jesucristo, rendíendo tu vida a Él, pidiéndole perdón por tu faltas y pecados, y entonces, Él vendrá a tu vida, depositara al Espíritu Santo en ti, quien te dará la libertad que necesitas, sentirás paz en tu corazón, limpieza total y espiritualmente hablando, asegurará tu vida para tener una vida abundante aquí en la tierra y que cuando mueras, iras directamente a la presencia de Dios para vivir con Él eternamente.

Para lograr esto, has la siguiente oración conmigo, en voz alta:

» Padre Celestial, vengo delante de ti, pidiéndote perdón por mis pecados, me arrepiento de ellos. Límpiame, lávame y has de mí una persona nueva. Te necesito. Ven a morar a mi corazón y rindo mi vida a Jesucristo, tu Hijo amado. Y Hago un pacto contigo para seguir tus mandamientos y preceptos. En el nombre de Jesús. Amén».

¿Luchas con alguna de las áreas de esclavitud mencionadas anteriormente?

Si has aceptado el regalo de Dios, tu ya eres salvado, eres un hijo de Dios. Tienes acceso al trono de Dios, donde puedes encontrar gracia y misericordia para superar cualquier lucha. A través del poder del Espíritu Santo, puedes rechazar patrones malsanos y cometidos.

Como hijos de Dios, ya tenemos nuestra libertad. Solo necesitamos declararlo por fe. Podrías orar algo como esto: “Señor, confieso que esta área de esclavitud me ha tenido cautivo por demasiado tiempo. Gracias por tu perdón. Reclamo Tu victoria sobre este pecado en mi vida. Confío en que me liberarás, en el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

Comentarios

LA VOLUNTAD DE DIOS EN SU VIDA

¿Le pides al Señor que te muestre su voluntad, o decides cada día cómo quieres vivir y qué vas a hacer?

La realidad es que rara vez la gente piensa mucho en Dios cuando se trata de su vida diaria. Esto es comprensible para aquellos que no lo conocen, pero para aquellos de nosotros que hemos confiado en Jesucristo como Salvador y Señor, buscar la dirección y la provisión de Dios para cada día debe ser una prioridad en nuestros pensamientos, oraciones y decisiones.

Aunque podemos sentirnos tentados a relegar la voluntad de Dios solo a asuntos espirituales, si Jesucristo es nuestro Salvador y Señor, no hay parte de nuestra vida que no le interese y sobre la cual no tenga derecho a gobernar.

LA VOLUNTAD DE DIOS ES EL PRINCIPIO POR EL CUAL DEBEMOS VIVIR TODOS LOS DIAS.

Vivir de forma independiente sin pedirle al Señor Su guía y provisión revela que no creemos que lo necesitemos. Aunque podamos negar esto fácilmente, lo que verdaderamente creemos no se demuestra tanto con nuestras palabras sino con nuestras actitudes, conducta y hábitos.

Si creemos lo que la Biblia dice acerca de Dios, entonces entendemos que Él es soberano sobre cada área de nuestra vida y que la sumisión a Él como Señor es esencial. Por lo tanto, debemos aspirar continuamente a complacerlo y honrarlo en todo lo que hacemos al buscar su guía en nuestras relaciones, decisiones financieras, asuntos laborales y cualquier otra preocupación diaria.

JESUCRISTO ES NUESTRO EJEMPLO A SEGUIR

Incluso el Hijo de Dios vivió en completa dependencia y sumisión a Su Padre. Cuando la perspectiva de la cruz era inminente, no la enfrentó de forma independiente.

Lucas 22:39-42 “Y salió y se dirigió, como acostumbraba, al monte de los Olivos; y los discípulos también le siguieron. Cuando llegó al lugar, les dijo: «Orad para que no entréis en tentación.» Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y se arrodilló y se puso a orar, diciendo: «Padre, si eres si quieres, aparta de Mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.’”

En Su tiempo de angustia, Jesús le preguntó al Padre si había algún otro medio para lograr la redención de la humanidad—no lo había—pero Su principal preocupación era seguir la voluntad de Dios, no la Suya. Y así es exactamente como debemos pensar en cada situación que enfrentamos.

LA VOLUNTAD DE DIOS ES LO QUE ÉL APRUEBA Y DETERMINA REALIZAR

Tiene que ver con Sus elecciones con respecto a qué hacer y qué no hacer. Como Él es omnisciente, podemos confiar en que Él conoce el mejor camino para nosotros. Dios nos creó para encontrar nuestra satisfacción y realización solo en Él. Por lo tanto, ignorar Su voluntad y vivir como si Él no tuviera nada que decir en nuestras vidas es una tontería. Todos nuestros intentos de gobernar nuestras propias vidas no pueden brindarnos el gozo y la paz duraderos que deseamos porque no hay satisfacción eterna aparte de la sumisión al Señor.

VIVIR EN LA VOLUNTAD DE DIOS ES NUESTRA PROTECCIÓN

2 Pedro 3:17-18 dice: “Vosotros, pues, amados, sabiendo esto de antemano, velad, no sea que os dejéis llevar por el error de los hombres sin principios, y caigáis de vuestra firmeza, sino que crezcáis en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”

Si no buscamos la dirección diaria de Dios, seguramente tropezaremos y caeremos. No podemos saber lo que depara el futuro, pero el Señor sí. Solo Él tiene completo entendimiento y sabiduría para dirigir nuestro camino, no solo en las decisiones cruciales, sino en nuestras preocupaciones diarias. Considerando todo esto, nuestra respuesta debe ser hacer de Él nuestra prioridad cada día.

¿CUÁL ES LA VOLUNTAD DE DIOS?

En primer lugar, Él desea que confiemos en el Señor Jesucristo como nuestro Salvador y nos entreguemos completamente a Él. El Señor conoce cada detalle de nuestra vida y nos ha dado a cada uno de nosotros diferentes capacidades y habilidades que nos permiten lograr todo lo que Él tiene planeado para nosotros. Por lo tanto, debemos evitar el peligro de compararnos con los demás y anhelar lo que Él ha confiado a otra persona. En Su sabiduría, Dios ha provisto todo lo que necesitamos para vivir como Él desea y ha prometido guiarnos a Su voluntad si nos rendimos a Él.

NECESITAMOS AL SEÑOR PARA CADA ASPECTO DE NUESTRAS VIDAS

Por lo tanto, debemos orar y leer Su Palabra todos los días para descubrir cómo Él quiere que vivamos y rogar por Su guía. Necesitamos Su sabiduría en nuestro matrimonio, con nuestros hijos, en el trabajo y con los problemas que surjan. Ninguna parte de nuestras vidas debe vivirse independientemente de nuestro Creador sabio y amoroso.

AQUELLOS QUE NO CONOCEN A CRISTO COMO SALVADOR ESTÁN VIVIENDO SIN DIOS.

Es por eso que la vida de algunas personas es un desastre. Intentan llenar el vacío divino con sustitutos, pero el vacío permanece porque sólo hay una persona que puede satisfacer los anhelos profundos del corazón humano, y ese es Jesús.

Dios amó tanto a la humanidad que envió a Su amado Hijo a morir por ellos para que aquellos que creen en Jesucristo puedan ser perdonados y reconciliados con Él. Sin embargo, muchas personas en el mundo nunca se volverán al Señor porque no quieren que nadie, incluido Dios, les diga cómo vivir. Como resultado, se pierden la mejor vida posible porque la paz, el gozo y la plenitud genuina solo se encuentran en una relación con Dios a través de Jesucristo.

La vida es un asunto serio porque después de la muerte vendrá el juicio (Heb. 9:27). Como Creador, Dios tiene derecho a ser el centro de nuestras vidas. La razón por la que nuestra sociedad está en caos es porque la gente piensa que no necesita a Dios ni quiere obedecerle. Pero hasta que confiesen su pecado, reciban a Cristo como Salvador y se entreguen completamente a Él, nunca conocerán Su salvación.

Pero a aquellos de nosotros que nos volvemos a Cristo en arrepentimiento, fe y sumisión, Dios nos da guía para cada paso de la vida. Él es capaz de redimir nuestro pasado y darnos un corazón y una perspectiva de la vida completamente nuevos, en los que Él es el centro y la prioridad. Aunque sus planes para nuestras vidas no siempre son fáciles, siempre son los mejores.

Si queremos que la voluntad de Dios sea revelada a cada uno de nosotros lo primero es pedirle a Dios que venga a morar a nuestros corazones. Para ello, has la siguiente oración en voz alta:

«Padre Celestial, vengo delante de tu presencia, para pedirte perdón por mis pecados, y que vengas y mores en mi corazón. Hoy rindo mi vida a ti, y hago a Jesús por decisión propia, que sea mi Señor y Salvador. Hago un pacto contigo para servirte por el resto de mi vida. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén»

FUENTE: Gracias PASTOR CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

Comentarios

UNA VIDA FIRME

Todos sabemos lo que constituye un cuerpo físico fuerte, pero ¿qué define los atributos de una vida fuerte y cómo podemos usarlos para defendernos de las tormentas de la vida que experimentamos.

Nadie puede determinar con precisión si alguien es fuerte simplemente observando las apariencias externas. Eso es porque un cuerpo físicamente en forma, no es necesariamente un signo de fortaleza interior.

MATEO 7:24-29 » 24Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 26Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Aqui Jesús relató una historia que demuestra vívidamente la diferencia entre una vida fuerte y una vida débil. Dijo que aquellos que son sabios construyen sus vidas sobre el fundamento de roca al escuchar y aplicar la Palabra de Dios.

Sin embargo, una persona que escucha la Palabra, pero no la obedece, básicamente está edificando su vida sobre arenas movedizas. La verdadera prueba de fuerza ocurre cuando las tormentas llegan a nuestras vidas.

Todos están edificando su vida sobre algo, ya sea el fundamento firme de las Escrituras o las arenas inestables de este mundo.

Pero no importa lo que haya hecho en el pasado o la edad que tenga, nunca es demasiado tarde para comenzar a construir sobre la roca. Este es un proyecto de construcción que no terminará hasta que el Señor te lleve a casa.

CARACTERÍSTICAS DE UNA VIDA FUERTE.

Mientras piensa en las siguientes características, pregúntese si son ciertas para usted. Una persona con una vida fuerte:

  • Confía y ha hecho a Jesucristo como su Salvador personal: Este es el punto de partida y el fundamento mismo para una vida fuerte que no puede ser ignorada si desea fortalecerse en la fe
  • Es guiado por el Espíritu Santo de Dios: En el momento de la salvación, Cristo envió a Su Espíritu Santo a vivir dentro de nosotros. Su trabajo es capacitarnos para obedecer, dirigir nuestros caminos y guiar sabiamente nuestras decisiones.
  • Pasar tiempo a solas en oración es una prioridad: Este es nuestro punto de conexión con Dios y el medio para fortalecer nuestra relación con Él. Una persona con una vida fuerte está comprometida con la disciplina diaria de la oración y sabe comunicarse con el Señor sobre todo.
  • Edifica su vida sobre las enseñanzas y la aplicación de la Palabra de Dios: La Biblia es nuestra posesión mas preciada porque es la voz del Señor hablándonos directamente. Obedecer sus verdades debería ser la norma en nuestras vidas, no la excepción. Cuando nos alimentamos constantemente de Su Palabra, Él nos dará Escrituras para fortalecernos en nuestras pruebas y sufrimientos.
  • Ve al Señor Jesús como la fortaleza de su vida: Cuando el apóstol Pablo estaba en la cárcel, escribió estas palabras: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Su fundamento de obediencia a Cristo era tan firme que nada lo detuvo o lo desanimó de completar la obra que Dios le había señalado. Sabía que su fuerza no provenía de sí mismo, sino que fluía de su relación con Cristo.
  • Tiene dirección para la vida: Una vida fuerte tiene un sentido de propósito. Cada actividad y situación es vista como una oportunidad para ser útil al Señor. Incluso el envejecimiento y la enfermedad no deberían obstaculizarnos porque son simplemente formas nuevas y diferentes de servirle.
  • Puede soportar las tormentas y aprender de ellas: Muchos cristianos se quejan y cuestionan el amor de Dios cuando experimentan dificultades y dolor. Pero aquellos que son fuertes entienden que el propósito del Señor no es sacarnos de todas las pruebas, sino usarlas para fortalecernos, transformarnos en personas piadosas y equiparnos para cumplir Su voluntad para nuestras vidas.
  • Tiene una fe fuerte: Cuando se prueba una vida fuerte, sale de las pruebas con mayor fe. Los hombres y mujeres sabios reconocen que hay una lección en cada situación difícil y quieren que cada experiencia aumente su fe.
  • Tiene coraje: Todos necesitamos coraje para manejar las dificultades y los desafíos de la vida, pero el coraje solo crece cuando seguimos el ejemplo de Josué de confiar en el Señor (1:9). A medida que obedecía al Señor y observaba su fidelidad, recibió fuerza interior para enfrentar con valentía todos sus desafíos.
  • Es optimista: Dado que Dios es quien controla y guía nuestras vidas, podemos ser optimistas sobre nuestro futuro, sin importar las incertidumbres que nos rodeen.
  • Desarrolla amistades con personas que enriquecen su vida: Las personas fuertes se rodean de amigos piadosos que los ayudan y los aman.
  • Expresa amor y cuidado por los demás: Aquellos que son fuertes se entregan voluntariamente a los demás estando disponibles, ofreciéndoles ánimo y marcando una diferencia en sus vidas.
  • Sirve a Dios con sus dones espirituales: El Señor da dones espirituales a los creyentes que les permiten servir excepcionalmente bien en un área en particular. Cuando operamos usando nuestros dones, tendremos la fuerza para lograr lo que Dios nos ha llamado a hacer.
  • Es pronto para perdonar: Un espíritu que no perdona afecta nuestras emociones, relaciones e incluso nuestro cuerpo. También obstaculiza todos los aspectos de nuestro caminar con Cristo. Somos fuertes cuando nos damos cuenta de cuánto nos ha perdonado Dios y podemos perdonar más fácilmente a los demás.
  • Tiene paz interior: Cuando nuestra relación con el Señor es correcta, Él nos da una sensación de paz interior, independientemente de nuestras situaciones.
  • Usa el dinero sabiamente: Una persona con una vida fuerte no se preocupa por el dinero porque confía en Dios. Él sabe que el Señor promete bendecir y cuidar a aquellos que le den la primera parte de sus ingresos (Lucas 6:38).
  • Pertenece a una iglesia que enseña la Biblia: nadie supera la necesidad de que se le enseñen las Escrituras. Es por eso que todos necesitamos pertenecer a una iglesia donde podamos crecer en nuestro conocimiento de la Palabra, participar en la adoración y ser fructíferos para el reino de Dios.
  • Obra para construir una familia fuerte: Si tenemos una vida fuerte, querremos ser un ejemplo piadoso para nuestros hijos y educarlos en la fe.
  • Tiene espíritu de servidor: Alguien con fuerza interior se deleita en servir y ayudar a los demás.
  • Está orientado a metas: Dado que el Señor tiene un propósito para nuestras vidas, debemos establecer metas para nosotros mismos de acuerdo con Su voluntad, para que podamos vivir productivamente y lograr lo que Él desea.
  • Tiene confianza: la confianza de Dios no es egoísta. Es seguridad en uno mismo basada en nuestra relación con el Señor. Sabemos que cualquier cosa que Él nos haya llamado a hacer, Él nos ayudará a lograrlo.
  • Es fructífero: Si somos fuertes, los demás verán cómo Dios ha transformado nuestro carácter, conducta y conversación, y querrán que Él haga lo mismo en sus vidas.
  • Impacta la vida de los demás: Las personas fuertes influyen positivamente en otras personas con sus ejemplos y palabras.

Gloria a Dios, porque al estar fundamentados en Cristo Jesús, veremos a Dios actuar y transformar nuestras vidas en las personas que Dios quiere que seamos (a la imagen de Cristo), pero para que todo lo dicho anteriormente suceda, lo primero es hacer a Jesús nuestro Señor y Salvador y para ello, es tan simple como hacer y repetir conmigo la siguiente oración:

«Padre Celestial, vengo delante de tu presencia, reconociendo que soy un pecador y que eso me ha alejado de tí. Pero, hoy quiero que vengas a morar a mi corazón porque creo que Jesús es el Hijo de Dios y que Tú lo resucitaste de entre los muertos. En este momento te haga el Señor y Salvador de mi vida. Y me consagro a tí por el resto de mi vida. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

Comentarios

YouTube