Todos hemos tenido el privilegio de conocer a alguien que se destaca sobre todos los demás, pero el mayor privilegio otorgado a cualquiera de nosotros es el privilegio de conocer a Dios y a Su Hijo Jesucristo, porque conocer a Dios no solo te trae paz, alegría y satisfacción, sino que también cambia la naturaleza misma de tu existencia y cómo experimentas la eternidad.
Esta fue la pasión de la vida del apóstol Pablo, y que debería ser la búsqueda de todos los que reclaman a Cristo como Salvador y Señor. Él manifiesta que lo que había valorado antes de la salvación, ahora lo considera asi:
FILIPENSES 3:8 “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.»
¿PORQUE TANTA GENTE NO CONOCE A DIOS?
Es una gran tragedia que tan pocas personas quieran conocer al Dios que los creó. Por un lado, hay gente que vive en oscuridad espiritual, es decir, muchos no han oído hablar de Dios, o de Su Hijo, quien hizo posible que ellos sean salvos y conozcan al Padre.
Otros no tiene interés en conocer a Dios. Aman el mundo y todo lo que ofrece. La avalancha de información que los confronta diariamente les impide buscar la verdad que se encuentra en la Biblia. Esto incluso puede sucederles a los creyentes si se distraen tanto que dejan de alimentar el deseo de conocer a Dios más íntimamente.
Por otro lado, hay personas no están dispuestas a pagar el precio requerido para conocer a Dios más profundamente. Hay quienes piensan que la salvación es todo lo que hay. Están contentos de permanecer en una relación superficial con Dios. Nunca crecen espiritualmente porque no están dispuestos a dar el tiempo y el esfuerzo necesarios para aprender a conocerlo a través de Su Palabra.
DIOS DESEA QUE LE CONOZCAMOS.
El Señor nos creó para conocerlo, amarlo, confiar, obedecerle y servirle. Él no está impresionado en absoluto por el sistema de valores del mundo o incluso por nuestras actividades religiosas, sino solo por nuestro conocimiento y comprensión de Él y Sus caminos gloriosos.
JEREMIAS 9:23-24, “Ningún sabio se alabe en su sabiduría, ni el valiente en su valentía, ni el rico en sus riquezas; pero el que se gloríe, gloríese de esto, de que me entiende y me conoce.
JUAN 14:9, Jesús le dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”.
¿CÓMO PODEMOS CONOCER A DIOS?
El Señor es quien toma la iniciativa revelándose a nosotros a través de Su Palabra. Es por Su gracia que somos salvos, y también es por gracia que aprendemos a conocerlo en respuesta a Su auto-revelación:
1. Para conocer a Dios, tenemos que abrirnos a Dios y a su Hijo Jesucristo como Salvador. Su muerte en la cruz es lo único que salva la brecha entre los pecadores y una relación con el Dios santo. Él se nos ha revelado en Su Palabra, pero la única forma en que podemos percibirlo es abriéndonos en completa dependencia para recibirlo.
2. Debemos leer y escuchar la Palabra de Dios y permitir que el Espíritu Santo la interprete y la aplique a nuestras vidas.</strong> Esto requiere meditación mientras leemos y hablamos con el Señor sobre cada pasaje de la Biblia.
3. Al meditar en la Palabra de Dios (La Biblia), observar el carácter y los caminos de Dios. Mientras lee, busque Sus características y acciones.
4. Esté dispuesto a aceptar Su invitación y seguir Sus mandamientos. Por ejemplo, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados” (Mateo 11:28) es una invitación.
5. Reconoce y aprecia cuan grande es el amor de Dios por ti y regocíjate. La alabanza y la adoración que siguen abrirán tu corazón a Él aún más.
QUIERES CONOCER A DIOS?, TE ASEGURO QUE ESTO ES LO MAS IMPORTANTE EN LA VIDA, sobretodo cuando llegue tu último suspiro de tu vida, lo mas importante será tu conocimiento de Dios, y ese conocimiento viene al conocer a Cristo como Salvador.
COMO CONOCERLO?
Debe aceptar lo que dice La Biblia, de que Jesús es el Hijo de Dios, enviado a esta tierra para morir en una cruz y que Dios el Padre puso tus pecados sobre Él y que esté dispuesto a decir en voz alta: «Señor creo que tu eres Dios, que Jesús es tu Hijo y que Su muerte pagó mi deuda de pecado. Acepto por fe tu perdón, acepto por fe a Jesucristo como mi Salvador y Señor.»
FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.