Hoy quiero hablarles de algo que puede cambiar tu vida para siempre. No estoy hablando de filosofías humanas ni de palabras vacías, sino de la Palabra viva y eficaz de nuestro Dios.
HEBREOS 4:12 nos dice:«Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.»
Esta no es una palabra cualquiera. No es letra muerta en un papel. No es un simple libro de historia o moralidad. Es la misma voz del Dios Todopoderoso hablándonos hoy, aquí y ahora.
- La Palabra es VIVA
La Biblia no es un texto antiguo sin relevancia. No es un conjunto de historias del pasado. Es la Palabra del Dios que es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Cuando lees la Biblia, no solo la estás leyendo… ¡ella te está leyendo a ti! Porque la Palabra de Dios trae vida donde hay muerte, esperanza donde hay desesperación, y sanidad donde hay herida. - La Palabra es EFICAZ
Hay muchas voces en este mundo, muchas filosofías, muchas ideologías, pero ninguna tiene el poder transformador de la Palabra de Dios. Su poder es real. Su poder es sobrenatural. Su poder cambia corazones endurecidos y renueva mentes confundidas. - La Palabra es CORTANTE
La espada de Dios no es para destruirte, sino para cortar lo que te impide acercarte a Él. Corta el pecado, corta el engaño, corta la incredulidad. Y como un cirujano celestial, Dios usa Su Palabra para operar en lo más profundo de nuestro ser, separando lo que es de la carne de lo que es del Espíritu. - La Palabra DISCERNE
¿Cuántos saben que Dios no solo mira lo que hacemos, sino lo que pensamos y sentimos? La Palabra de Dios revela lo que hay en nuestro corazón. No podemos escondernos de ella. No podemos disfrazar nuestras intenciones delante de Dios. Pero aquí está la buena noticia: cuando nos rendimos a Su Palabra, Él nos transforma desde adentro.
Amados, hoy Dios te está llamando a sumergirte en Su Palabra. No es suficiente escucharla los domingos. No es suficiente tenerla en la estantería. Hay que leerla, meditarla, vivirla. Porque cuando la Palabra de Dios entra en tu vida, no puedes seguir siendo el mismo.
Hoy te invito a hacer algo: abre tu corazón a la Palabra. Permite que te examine, que te transforme, que te llene de vida. Porque el que edifica su vida en la Palabra de Dios, ¡nunca será sacudido!
Que el Señor nos ayude a amar, obedecer y vivir Su poderosa Palabra.
ORACIÓN: “Señor Jesús, hoy proclamo que Tu Palabra es viva y poderosa para salvar, sanar y libertar. Penetra mi corazón, rompe cadenas y trae luz a mi vida. Espíritu Santo, tocame, despierta la fe y transforma con el fuego de Tú Palabra. Declaro que hoy es mi día de salvación, y que todo yugo se rompe . En el nombre poderoso de Jesús. Amén.”