Hoy quiero traerles una palabra que va sacudir nuestros corazones y avive nuestra fe.

ISAIAS 41:10 dice:“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”

Esta no es una simple frase para consolarte; ¡es un decreto celestial para tu vida! ¡Es una promesa directa del Dios Todopoderoso, el Creador de los cielos y la tierra!

Hoy te digo: ¡No temas! ¿Por qué? Porque el temor no tiene cabida en el corazón de alguien que está respaldado por el Rey de Reyes. El enemigo intentará usar el miedo para paralizarte, para detenerte, para apagar tu llamado. Pero Isaías 41:10 es un recordatorio de que no estás solo. ¡Dios está contigo!

¿Te has sentido débil? Escucha esto: Él es tu fuerza. No necesitas depender de tus propias capacidades, porque Él te da su poder. ¡El mismo Dios que partió el Mar Rojo, que derribó los muros de Jericó, está ahora a tu lado!

¿Te sientes abandonado? Dios dice: “Yo te ayudaré.” No importa cuán grande sea la batalla, Él está luchando por ti. Sus recursos no tienen límites, y su poder no tiene rival. Cuando creas que no puedes más, recuerda que Él no te soltará ni te dejará caer.

¿Estás enfrentando injusticias? Su diestra de justicia te levantará. Su justicia prevalece sobre todo lo que el mundo pueda lanzar en tu contra. ¡No estás a merced de las circunstancias! Estás en las manos de Aquel que gobierna con justicia eterna.

Así que hoy, declaro sobre tu vida que el temor se va. ¡Declaro que la fe toma su lugar! Declaro que en medio de tus pruebas, comenzarás a caminar con valentía, porque sabes que el Dios del universo pelea tus batallas.

Levanta tu cabeza. Tú no eres cualquier persona; ¡eres un hijo, una hija del Altísimo! La victoria no es una posibilidad para ti; ¡es tu destino!

¡No temas, porque Él está contigo! Camina con osadía, porque su diestra de justicia te sostiene. Y cuando salgas de este lugar, ve con la seguridad de que no importa lo que venga, Dios ya ha ido delante de ti, abriendo camino.

Asi que: ¡agárrate de esta promesa y nunca la sueltes! Porque con Dios a tu lado, el temor no tiene poder, y la derrota no es una opción.

Oración

Padre celestial, venimos delante de Ti con corazones agradecidos. Declaramos que no tememos, porque sabemos que Tú estás con nosotros. Señor, fortaléceme, renueva mis fuerzas y llena mi corazón de valentía.

Declaro que Tú eres nuestro Dios, nuestro escudo, nuestro refugio en tiempos de necesidad. Y te damos gracias porque siempre nos ayudas, porque nunca nos abandonas y porque nos sostienes con Tu diestra de justicia.

Señor, en el nombre de Jesús, reprendemos el espíritu de temor y declaramos que la fe y la confianza en Ti llenan nuestras vidas. Caminaremos en victoria, porque Tú peleas nuestras batallas y nos llevas de gloria en gloria.

¡Gracias, Padre, por Tu fidelidad! Te honramos y te damos toda la gloria. En el nombre poderoso de Jesús, amén.

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