Jesús fue amigo de muchos tipos diferentes de personas. ¿Sabías que Él también puede ser tu mejor amigo?
No importa cuán bueno sea un amigo, siempre habrá malentendidos y decepciones porque esa es la naturaleza de las relaciones humanas. Pero los creyentes tienen un amigo que es superior a todos los demás, y ese es el Señor Jesucristo.
Él no solo es nuestro Creador, Gobernante Soberano, Salvador y Señor, sino también nuestro amigo íntimo. Él nunca se irá, y nada podrá jamás separarnos de Su amor.
Debido a Su asombrosa grandeza, la idea de que Jesús sea nuestro amigo puede ser difícil de imaginar, pero Él no tiene ningún problema en vernos como Sus amigos. Cuando vivió como hombre en la tierra, se refirió a muchas personas como “amigo”.
• Lucas 5:19-20. Cuando algunos hombres que estaban trayendo un hombre paralítico a Jesús para que lo sanara no pudieron entrar por la puerta, bajaron al hombre por el techo. Al ver su fe, Jesús respondió: “Amigo, tus pecados te son perdonados”.
COMO EXPRESA JESÚS SU AMISTAD.
• Lucas 7:33-34. Los fariseos y saduceos se sintieron ofendidos por Jesús debido a su asociación con personas pecadoras. Lo acusaron, diciendo: “¡He aquí un hombre comilón y bebedor empedernido, amigo de publicanos y de pecadores!”.
• Lucas 12:4. En otra ocasión, Jesús dijo a sus discípulos: “Ahora os digo, amigos míos, no temáis a los que matan el cuerpo, y después de eso no tienen nada más que hacer”.
• Juan 11:11. Cuando Jesús escuchó que su amigo Lázaro estaba enfermo, les dijo a sus discípulos: “Nuestro amigo Lázaro se ha dormido; pero voy para despertarlo del sueño.
• Mateo 26:49-50. El caso más impactante en el que Jesús llamó a alguien «amigo» fue cuando Judas lo estaba traicionando. “Jesús le dijo: Amigo, haz aquello a lo que has venido. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y lo arrestaron” .
Juan 15:12-17 es una maravillosa descripción de cómo Cristo demuestra Su amistad con nosotros.
• Amándonos de una manera sacrificial. “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (v. 13). Siempre ha habido personas que han dado su vida para salvar a otros, pero el sacrificio de Jesús es mucho mayor. Cuando alguien da su vida para salvar a otro, suele ser un acto espontáneo en un momento de gran peligro. En contraste, Jesucristo planeó dar Su vida por nosotros antes de la fundación del mundo. Él nos amó antes de que naciéramos y murió en la cruz para rescatarnos del pecado cuando todavía éramos sus enemigos (Romanos 5:10). A diferencia de una persona que muere para salvar físicamente a otra persona, la muerte de Jesús en la cruz nos rescata del castigo eterno y nos da vida eterna.
• Tomando la iniciativa anticipadamente para ser nuestro amigo. “Ustedes no me eligieron a mí, sino que yo los elegí a ustedes” (Juan 15:16). Nadie puede elegir ser amigo de Cristo; Solo él toma la iniciativa. Él no nos escogió como sus amigos por algo digno en nosotros o por nuestras buenas obras. La única razón por la que podemos tener una relación con el Señor es por lo que Él hizo por nosotros. Nuestro único papel era responder a la convicción del Espíritu Santo de nuestro pecado y clamar por misericordia y salvación.
• Transformando Nuestras Vidas. “Este es mi mandamiento, que os améis unos a otros, así como yo os he amado” (v. 12). “Vosotros sois Mis amigos si hacéis lo que Yo os mando. Ya no os llamaré esclavos, porque el esclavo no sabe lo que hace su amo; pero yo os he llamado amigos” (vv. 14-15). Cuando fuimos salvos, nuestras vidas cambiaron por completo. Se nos dio un nuevo corazón y espíritu. Ahora nos relacionamos con Cristo de una manera completamente diferente: como sus amigos íntimos. Esta transformación se caracteriza por una vida de obediencia a sus mandamientos y amor cristiano el uno por el otro.
• Revelando la Verdad Divina. “Os he llamado amigos, porque todas las cosas que he oído de mi Padre os las he dado a conocer” (v. 15). Mientras Jesús estaba con sus discípulos, reveló verdades divinas de su Padre que no podrían haberse conocido de otra manera. Estas revelaciones no fueron dadas a todos, sino solo a aquellos a quienes Él llamó amigos. Después de la ascensión de Cristo, el Espíritu Santo recordó todo lo que Jesús les había dicho a Sus discípulos, y ahora está registrado en la Biblia para que todos lo sepamos.
• Desafiándonos para que demos fruto. “Yo os elegí y os puse para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca” (v. 16). El fruto que Cristo quiere que llevemos como sus amigos son cualidades internas del fruto del Espíritu (amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio) y buenas obras que Él ha planeado que hagamos. . En otras palabras, Él nos desafía a convertirnos en quienes Él desea que seamos y lograr lo que Él ha planeado que hagamos.
EL TIPO DE AMIGO QUE ES JESÚS
- Nos acepta como somos pero no nos deja así.
- Tiene tiempo para nosotros y nunca está demasiado ocupado.
- Él nos habla a través de Su Palabra escrita.
- Él nos escucha cuando oramos.
- Él nos perdona y nos concede Su registro perfecto de justicia.
- Él nos comprende en nuestras luchas y debilidades.
- Él camina con nosotros a través de nuestras pruebas.
- Está disponible para satisfacer nuestras necesidades en toda circunstancia.
- Está abierto y no trata de esconderse. Él ha revelado Sus caminos y pensamientos en Su Palabra.
- Es sensible y nos conoce mejor que nosotros mismos.
- Él nos anima a lo largo de la vida.
- Él es paciente y longánimo con nosotros en nuestras batallas y debilidades personales, y nos guía en nuestro crecimiento espiritual.
- Es un dador. Todo lo que tenemos es de Él, incluida la vida misma.
- Él nos toca en nuestros momentos de necesidad a través de las manos de Su pueblo y Su presencia con nosotros.
- Él siempre es veraz y nunca nos engañará.
- Siempre es fiel. Todo lo que Él diga, Él lo hará.
- Él está comprometido con nosotros y cumplirá sus promesas.
- Nos confronta cuando pecamos porque nos ama.
- Él desea lo mejor para nosotros. A veces eso significa que Él debe reorganizar nuestros planes para hacerlos como los Suyos.
- Él nos ama incondicionalmente. No hay nada que tengamos que hacer para ganar o merecer Su amor.
- Dio su vida por nosotros.
- Ha preparado un lugar en el cielo para nosotros.
- Él va a pasar la eternidad con nosotros.
Si tu quieres conocer a Jesús como tu amigo entonces tienes que venir delante de su presencia y pedirle que venga a morara tu corazón mediante una sencilla oración:
«Padre Celestial, vengo delante de tu presencia para pedirte perdón por mis pecados. Creo que tu moriste en la cruz del Calvario y que Dios te levanto de entre los muertos. Hoy, te hago Señor y Salvador de mi vida.Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.»
FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.