Mensajes Puros

VALENTÍA PARA CONFRONTAR OPOSICIÓN

Quienes le conocen major, dirían que usted es valiente o cobarde?. Al verle tomar decisiones que fueron muy difíciles, le vieron evadir tales situaciones difíciles o le vieron enfrentarlas con valentía. Al cometer errores, fue valiente para reconocerlos y corregirlos o más bien quiso echarle la culpa a alguien. Y es que la valentía es una cualidad esencial en la vida del creyente por la sencilla razón de que, al aceptar a Cristo como nuestro Salvador y al testificar de Él a otros, a veces, requiere valentía.

La valentía es un elemento vital en la vida. Es muy importante en la vida de nuestros hijos. Desde pequeño debemos enseñarles a ser valientes, a no temer, no echarse para atrás, ser valientes, audaces, osados y francos.

Bien, en el siguiente pasaje bíblico quizás nos hará pensar cómo se es valiente en esto.

GENESIS 6:5-22 “Y el Señor vio que la maldad de los hombres era mucha en la tierra. y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová. Y dijo Jehová, «Raeré de sobre la faz de la tierra los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia y hasta el reptil y las aves del cielo, pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noe, halló gracia ante los ojos de Jehová, y estas son las generaciones de Noé. Noé era varón justo, era perfecto en sus generaciones, con Dios caminó Noé. Y engendró Noé tres hijos, Hacén, Acam, Hafeed, y se corrompió la tierra delante de Dios. Y miró Dios la tierra y aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido. Dijo, pues Dios a Noé, «He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia, a causa de ellos y he aquí que yo los destruiré. Hazte una arca de madera de Gofer, harás aposentos en el arca y la calafatiarás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás, de 300 codos de longitud de la arca equivalente a casi 140 metros, de 50 codos o anchura, unos 23 metros, y de 30 codos o altura, unos 14 metros más o menos, una ventana harás a larga y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba y pondrás la puerta a su lado y le harás piso abajo, segundo y tercero. Y aquí que yo traigo un diluvio de agua sobre la tierra para destruir a todo en que haya espíritu de vida. Debajo del cielo todo lo que hay en la tierra morirá. Más estableceré mi pacto contigo y entrarás en el arca, tu, tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo. Y de todo lo que vive de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo, macho y hembra serán, de las aves según su especie y de las bestias según su especie, de todos reptiless de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo para que tengan vida y toma contigo de todo alimento que se come y almacénalo y servirá de sustento para ti y para ellos. Y lo hizo así, Noé hizo conforme a todo lo que Dios le mandó. Entra tú y toda tu casa en el arca, porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. Y siete días después comenzó a llover.”

Ahora bien, analizaremos este pasaje por el asunto de la valentía. Porque Noé debió haber sido un hombre muy valiente o no habría hecho lo que hizo. En aquel momento, todo plan en la imaginación del hombre siempre era vil, dice que continuamente eran consumidos por el mal y se habían entregado a la maldad. Lo único que les importaba era satisfacer la lujuria de sus corazones.

¿Y cómo se sintió Dios? Lo que él dijo fue, me arrepiento de haber creado la tierra y todo lo que hay en ella a causa de lo que ha pasado. El perfecto corazón de Dios se sintió totalmente rechazado por el hombre a quien amó desde que le creó. Entonces, ¿qué quiso hacer Dios al respecto?  Declaro que los juzgaría ahogándoles, personas, animales, insectos, todo.

Qué tiene esto que ver esto con la valentía? Bien, es interesante que en ninguna parte de estos versículos se hable de valentía per se, no se lo menciona. Pero la verdad está ahí. ¿Por qué esto fue lo que le dijo Dios a Noé? Quiero que hagas esto: construye una arca y te salvaré con esto.

Entonces, si puede imaginar, en esa sociedad vil de la que hemos hablado, un día Noé y  sus hijos empiezan a cortar madera. Seguramente la gente al pasar por ahí decía, ¿qué será lo que están haciendo? ¿Van a construir una casa? O quizás se burlaron de él. Pero Noé, valientemente, siguió siendo obediente a Dios hasta que terminó de construirla.

Luego, lo interesante es que todos los animales vinieron en esa dirección, haciendo exactamente lo que Dios ya había planeado que hicieran. El sembró en ellos algo innato para que poco a poco llegaron a la barca.

Entraron tal como Dios lo había planeado de dos en dos. Macho y hembra. Pasaron siete días y una mañana, despertaron y lloviznaba. Luego empezó a llover un poco más y un poco más fuerte. En poco tiempo llovía a cántaros. Los arroyos se llenaban. Y llovió, llovió, llovió, llovió, llovió, llovió, llovió, llovió. Y el valiente Noé, su pequeña familia y esos animales estaban a salvo en el arca.

Lo que deseo que veamos, Noé cómo pudo construir esa gran arca en medio de tanta oposición y todo lo demás? Trabajo arduamente durante un año  o quizás más. ¿Cómo lo logró?: Tuvo el valor de obedecer a Dios.

¿CUÁL FUE LA BASE DE SU VALENTÍA?

Le daré a una lista y ésta también debería ser la base de nuestra valentía. No importa quién sea usted, la base es la misma.

  1. La seguridad absoluta de que había escuchado a Dios. Esa fue su primera línea de defensa en su valentía. Estaba seguro de haber escuchado al Dios del cielo decir: haz una barca para que entren animales e insectos. Yo cerraré la puerta. Confia en mí. Deseo preguntarle. ¿Cuándo fue la última vez que Dios le habló y usted estuvo completamente seguro de lo que le dijo a usted? Mucha atención. Si usted está pensando. No sé si he escuchado a Dios hablarme. Entonces le pido en el nombre de Jesús qué postrado de rodillas en casa diga: Señor, quiero escucharte, me creaste, tienes un propósito para mi vida, dijiste que el Espíritu Santo viviría en mí, necesito escucharte. Si se pregunta si Dios lo hará, claro que sí. Escuche bien. ¿Lo escuchará la primera vez? Quizás no, pero insista. Miren, no hay nada que hoy usted necesite más que poder escuchar a Dios. Noé estaba seguro de que Dios le había hablado.
  • Lo segundo es esto: el reconocimiento de la presencia de Dios en Él. Cuando pienso en lo que debió de haber sentido en aquellos días. La palabra de Dios dice que Noe era varón justo y perfecto. Con Dios caminó Noe; seguro de su presencia.  ¿Puedo usted decir, estoy seguro de la presencia de Dios en mi vida? No solo la siento, la conozco. Anticipo que Dios se me revele cuando y como sea. Pero sé que Él está en mi vida. Por lo tanto, la base de su valentía, sabía que escuchaba a Dios y sabía que entendía lo que era la presencia de Dios.
  • Lo tercero fue la claridad de las instrucciones que Dios le dio. Dios no le dijo quiero que construyas algo grande, sino que le dijo construye una arca. Con tanto de longitud, altura y anchura, con tres aposentos, una puerta y una ventana. le mostró cómo hacerlo paso a paso. No tenía título en la arquitectura, no era un experto en construcción, pero escuchaba a Dios.
  • Otra razón por la cual Noé fue tan valiente fue la experiencia de la fortaleza de Dios en él. Noé sabía que era posible hacer esa arca solamente con la fuerza de Dios. Recuerde esto, no hay nada que Dios nos llame a hacer sin darnos la fortaleza para hacerlo. Dios no nos llamará a hacer algo sin ayudarnos a hacerlo.  
  • La advertencia del juicio divino venidero, Dios le dijo, quiero que construyas el arca, voy a destruir toda vida sobre la faz de la Tierra, excepto lo que esté dentro del arca, y Él le creyó a Dios. De no haberle creído no habría construido el arca. Le creyó y descubrió que cada vez que Dios le decía algo y Él lo hacía, Dios lo bendecía. ¿Sabe por qué? Porque caminaba con Dios. Y la Biblia dice que tenía su gracia. Me encanta lo que dice este versículo hablando de Él, pero Noé ha hallado gracia ante los ojos de Jehová, permítame preguntarle. ¿Tiene usted la gracia de Dios en su vida? ¿Siente que tiene el favor de Dios? O es una de esas personas que piensan, no sé dónde está Dios, oro, pero no veo nada, no siento nada, de verdad no siento nada o me pregunto, ¿dónde está Dios? Dirás, creo que nunca he sentido eso. ¿Sabe por qué? Número uno, no lo espera. Número dos, al ver su vida piensa, con razón no tengo el favor de Dios. Cuando Dios le muestra su gracia, Él comienza a actuar en su vida de maneras indescriptibles. Al considerar todo esto pienso en lo que dice la Biblia, que Noé camino con Dios, es decir que tenía una relación personal con Dios. No hay una sola persona aquí que no pueda tener una relación personal con Dios y quiere hacerlo. Dios Todo Poderoso puede morar en nosotros, expresarse en nosotros, llenarnos, bendecirnos, como nadie más lo puede hacer.
  • Y desde luego, creo que otra cosa motivaba Noe a ser valiente es la promesa que Dios le había dado de su futuro. Le dijo, destruirá a toda persona sobre la faz de la tierra excepto a ti. ¿Se imagina cómo se habría sentido? Al pensar en eso quisiera postrarme sobre mi rosto ante Dios y decir, señor, dame un vislumbre de lo que sintió Noe. Destruirá a toda persona que ha creado sobre la faz de la tierra, a toda persona, a todos los animales e insectos. Excepto los que estén en el arca, los destruiré salvo a ti. Entonces, al pensar en Noé pienso, señor, gracias por este ejemplo maravilloso.

 ¿Se necesita valentía para obedecer a Dios? Para hacer lo que nos pida hacer, para alejarnos de lo que Él quiere que dejemos, para dar lo que Dios quiere que demos, para entregarle lo que quiere que entreguemos, para obedecerle, seguir sus mandamientos, se necesitaba valor para hacerlo. Le damos muchos otros nombres, pero la verdad, es cobardía.

Solo digo que si no estamos dispuestos a obedecer a Dios somos cobardes, porque Él nos dará la valentía para obedecerle. Mucha atención, no puede vivir, no importa cómo haya vivido en el pasado. Pase lo que pase en su vida, este donde esté, no puede perder en lo absoluto obedeciendo a Dios. Y Él hará en sus circunstancias lo mismo que hizo en las de Noé. Para Noé fue un arca, para usted algo más. Y les ruego que sea lo suficientemente sabio, sensible y valiente, para obedecer a Dios, quien le ama totalmente, sin lugar a dudas. infinita e inmensurablemente, Dios le ama, confiará en Él?

Si nunca ha aceptado a Cristo como Salvador, está manteniéndose aflote. Pero un día de estos se hundirá y todo terminará. Si le pide a Cristo que perdona sus pecados, no importa lo malo que crea que haya sido. Y reconoce que la razón para su perdón no es porque lo merece, sino porque Jesús el hijo de Dios fue a la cruz, dio su vida voluntariamente. Fue una muerte sustituta, voluntaria y expiatoria que pagó nuestros pecados en la cruz. Pídale perdón por sus pecados basado en eso. El Padre le perdonará porque su hijo pagó toda su deuda. Entregue su vida a Él y toda su vida cambiará. Al instante se dará cuenta de qué es la vida y lo que ha perdido. No importa lo que haya tenido, no se compara al gozo, la seguridad, la confianza, el amor y todo lo que Dios hace en nuestras vidas. Nada se le compara a eso. ¿Lo haría usted? ¿Le pediría que perdone sus pecados? ¿Rendiría su vida a Él? ¿Tiene la valentía de entregarle su vida de ser bautizado para que la gente sepa que es seguidor de Jesucristo? Es la decisión más sabia.

Oremos: “Te damos gracias, Padre, porque nada supera tu poder ni tu alcance. Rindo mi vida a Cristo. Me arrepiento de mis pecados. Te pido perdón por haberte ofendido. Ven a morar a mi corazón y haz de mí una nueva criatura que te honre y bendiga todos los días de mi vida. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas

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JESÚS VIENE PRONTO, ESTAS PREPARADO?

Hoy es el día de despertar! Hoy es el día de abrir los ojos y preparar nuestros corazones, porque el mensaje del Señor en Mateo 25:1-13 es un llamado urgente a la preparación, a la vigilancia y a la fidelidad! ¡Escuchemos la voz del Espíritu Santo que clama en medio de la oscuridad de esta generación!

MATEO 25: 1-13: 1Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 5Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 6Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 7Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 8Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

El Reino de los Cielos es semejante a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del Esposo. Pero no todas estaban preparadas, no todas tenían el aceite necesario. Y el Espíritu de Dios nos está hablando en este momento: ¡Prepárate! ¡Prepara tu lámpara, prepara tu corazón!

Vivimos en tiempos oscuros, tiempos peligrosos, tiempos en que el Esposo parece tardar, y muchos se han dormido, muchos han cabeceado, muchos han dejado que el fuego se apague en sus vidas. ¡Pero te digo hoy, no te duermas! No te conformes con una fe superficial, no te contentes con una lámpara sin aceite. Porque en cualquier momento, ¡escucha bien, en cualquier momento puede sonar el clamor en medio de la noche: «¡Aquí viene el Esposo; salid a recibirle!»**

¿Estás listo? ¿Estás lista? ¿Tienes aceite en tu lámpara? No el aceite que se compra con dinero, no el aceite que se consigue en el mundo, sino el aceite del Espíritu Santo, el aceite de la intimidad con Dios, el aceite que fluye cuando pasas tiempo en la presencia del Altísimo.

Cinco de aquellas vírgenes eran prudentes. ¡Eran sabias! Y no solo llevaron sus lámparas, sino también vasijas llenas de aceite. Sabían que la espera podría ser larga, sabían que necesitaban estar preparadas para cualquier eventualidad. ¡Oh, cuántos en la iglesia hoy son como las vírgenes insensatas, que tienen una apariencia de piedad, pero carecen del poder del Espíritu! Tienen lámparas, pero sin aceite; tienen religión, pero sin relación; tienen forma, pero sin sustancia.

¡Despierta, iglesia! ¡Despierta, pueblo de Dios! No seas insensato, no seas necio, no pienses que puedes depender del aceite de otro, porque cuando venga el Esposo, será demasiado tarde para compartir. Las vírgenes prudentes no pudieron dar de su aceite a las insensatas, porque el aceite del Espíritu no se comparte, se recibe directamente de la fuente.

Y mientras las insensatas iban a buscar lo que habían descuidado, el Esposo vino, y se cerró la puerta. ¡Se cerró la puerta! ¡Qué palabras tan aterradoras! DISCÚLPAME QUE TE DIGA ESTO: pero hay una puerta que se cerrará, hay una oportunidad que se perderá si no estamos listos. No es suficiente decir «Señor, Señor». No es suficiente conocer de Él, necesitamos ser conocidos por Él. Porque el Esposo dijo: «De cierto os digo, que no os conozco.»

¡Oh, qué tragedia será para aquellos que han jugado con su fe, para aquellos que han postergado la decisión de seguir a Cristo de todo corazón! Hoy, te exhorto, te ruego, te imploro: ¡Vela! ¡Prepárate! Porque no sabes el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. Jesús viene pronto, y Su venida será como ladrón en la noche, inesperada, repentina.

¿Estás listo para encontrarte con tu Dios? ¿Estás listo para el día de Su venida? Este no es tiempo de jugar a la iglesia, no es tiempo de vivir una vida a medias. ¡Este es el tiempo de buscar al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas!

Hoy es el día de llenar tu lámpara, hoy es el día de buscar el rostro de Dios, hoy es el día de prepararte para la boda del Cordero. No permitas que el mundo te distraiga, no permitas que el pecado te robe el aceite de tu lámpara. ¡Llénate del Espíritu Santo, sé lleno de Su poder, camina en santidad, vive en obediencia!

Iglesia, este es un llamado a la acción, un llamado a la preparación, un llamado a la vigilancia! El Esposo viene, y viene pronto. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora. Pero una cosa es cierta: ¡Él viene! Y solo aquellos que estén preparados, solo aquellos que tengan sus lámparas llenas, entrarán con Él a las bodas.

¡Despierta, iglesia, despierta y prepárate! ¡El Esposo viene, y el clamor de medianoche ya resuena en los cielos! ¡Alista tu lámpara, llena tu vasija, y mantente firme, porque el Rey está a las puertas!

QUE APLICACIONES PRÁCTICAS PODEMOS SACAR DE ESTE MENSAJE:

Este poderoso mensaje, basado en la parábola de las diez vírgenes, nos brinda varias aplicaciones prácticas para nuestra vida diaria. A continuación, te comparto algunas de ellas:

  1. Mantén tu fe viva y activa:
    • No te conformes con una fe superficial o rutinaria. Esfuérzate por mantener una relación íntima y constante con Dios. Dedica tiempo cada día a la oración, a la lectura de la Biblia y a la comunión con el Espíritu Santo. Así como las vírgenes prudentes llevaban suficiente aceite, asegúrate de que tu vida espiritual esté nutrida y floreciente.
  2. Vigila y sé consciente de la brevedad de la vida:
    • Vive cada día con un sentido de urgencia y propósito, recordando que no sabes cuándo el Señor regresará o cuándo será tu último día en la tierra. Aprovecha cada oportunidad para vivir en obediencia, hacer el bien y compartir el evangelio con otros. No postergues decisiones importantes sobre tu vida espiritual.
  3. Prepara tu corazón para la venida de Cristo:
    • Examina tu vida y asegúrate de estar preparado para el regreso de Jesús. Esto incluye vivir en santidad, alejándote del pecado, y siguiendo los mandamientos de Dios. Mantén una actitud de arrepentimiento y humildad, sabiendo que debemos estar listos en todo momento.
  4. No dependas de la fe de otros:
    • Aunque la comunidad cristiana es importante, tu relación con Dios es personal. No puedes depender de la espiritualidad o la fe de otros para estar preparado. Busca a Dios por ti mismo, y asegúrate de que tu fe sea genuina y personal. Toma responsabilidad por tu propio crecimiento espiritual.
  5. Planifica y vive con sabiduría:
    • Como las vírgenes prudentes, planifica tu vida con sabiduría. No vivas al día, sino que anticipa lo que viene y prepárate. Esto puede aplicarse a muchas áreas de la vida: financiera, emocional, espiritual, etc. Toma decisiones que reflejen prudencia y previsión.
  6. Aprovecha el tiempo de gracia:
    • El tiempo de espera antes del regreso de Cristo es un tiempo de gracia en el que tenemos la oportunidad de prepararnos. No lo desperdicies en cosas vanas o sin valor eterno. Usa este tiempo para madurar en la fe, para servir a Dios y a los demás, y para estar siempre listo para el día del encuentro con el Señor.
  7. Comparte el mensaje de preparación:
    • No guardes para ti el llamado a estar preparado. Comparte este mensaje con otros. Exhorta a tus amigos, familiares y conocidos a que también preparen sus corazones para la venida del Señor. Sé un faro de luz que guía a otros hacia la verdad de Dios.
  8. Cultiva la perseverancia:
    • A veces, la espera puede ser larga y desafiante, como en la parábola donde las vírgenes cabecearon y se durmieron. Cultiva la perseverancia en tu caminar cristiano. No te desanimes si las cosas no suceden en tu tiempo o como lo esperas. Mantente firme y vigilante, confiando en que Dios cumple sus promesas en Su perfecto tiempo.

QUE RECOMENDACIONES PUEDO DARTE?

Aquí tienes algunas recomendaciones para aplicar de manera efectiva las enseñanzas de la parábola de las diez vírgenes en tu vida diaria:

  1. Desarrolla una rutina espiritual sólida:
    • Establece un tiempo diario para la oración y la lectura de la Biblia. Dedica al menos 15-30 minutos cada día para estar en la presencia de Dios, escuchar Su voz y meditar en Su Palabra. Esto mantendrá tu «lámpara» llena de aceite espiritual.
  2. Participa activamente en la vida de tu iglesia:
    • Involúcrate en tu iglesia local, asistiendo regularmente a los servicios, participando en grupos de estudio bíblico y sirviendo en algún ministerio. Esto te ayudará a mantenerte conectado con la comunidad cristiana y a fortalecer tu fe.
  3. Haz un examen espiritual regular:
    • Una vez al mes, dedica un tiempo a reflexionar sobre tu vida espiritual. Pregúntate si estás creciendo en tu relación con Dios, si hay áreas en las que necesitas arrepentirte o mejorar, y si estás viviendo de acuerdo con los principios bíblicos.
  4. Mantén la alerta y la preparación constante:
    • Recuerda que la venida de Cristo puede suceder en cualquier momento. Vive cada día como si fuera el último, siendo fiel en todas tus responsabilidades y manteniendo tu corazón limpio y preparado para el encuentro con Él.
  5. Prioriza la obediencia y la santidad:
    • Esfuérzate por obedecer los mandamientos de Dios en todas las áreas de tu vida. Evita situaciones, relaciones o hábitos que te alejen de Dios y busca vivir en santidad, reflejando el carácter de Cristo en todo lo que haces.
  6. Busca el crecimiento espiritual continuo:
    • No te conformes con lo que ya has alcanzado espiritualmente. Busca siempre crecer más en tu fe. Lee libros cristianos edificantes, asiste a conferencias o retiros espirituales, y busca la mentoría de cristianos maduros que puedan guiarte en tu caminar con Dios.
  7. Comparte tu fe con otros:
    • No guardes para ti lo que has recibido de Dios. Comparte el mensaje de la preparación para la venida de Cristo con tu familia, amigos y colegas. Usa oportunidades cotidianas para hablar de tu fe y para invitar a otros a conocer a Jesús.
  8. Administra bien tu tiempo y recursos:
    • Aprende a gestionar tu tiempo, finanzas y talentos de manera que glorifiquen a Dios. Invierte en actividades que tengan un impacto eterno, como servir en la iglesia, ayudar a los necesitados y apoyar la obra misionera.
  9. Ora por discernimiento y sabiduría:
    • Pide a Dios que te dé sabiduría y discernimiento en todas las decisiones que tomes. La prudencia es clave para estar preparado, así que ora para que Dios te guíe en cada paso que des.
  10. No te dejes llevar por la complacencia:
    • Evita caer en la trampa de la complacencia espiritual. Mantente alerta, consciente de que el enemigo siempre busca distraerte y desviarte del camino. Sé intencional en mantener tu enfoque en las cosas de Dios.

Siguiendo estas recomendaciones, podrás vivir una vida que esté en constante preparación para el regreso de Cristo, llena del Espíritu y en sintonía con la voluntad de Dios.

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LA GRANDEZA EN EL REINO DE DIOS

Te invito a reconsiderar nuestras ideas sobre la grandeza y el liderazgo en el Reino de los Cielos y para ello vamos a ir a la Palabra de Dios. El pasaje dice así:

MATEO 18:1-5 En aquel momento, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Quién es el mayor en el Reino de los Cielos?”. Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: “Les aseguro que, a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Así pues, cualquiera que se humille como este niño será el mayor en el Reino de los Cielos. Y el que recibe en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí”.

Este pasaje comienza con una pregunta de los discípulos sobre quién es el mayor en el Reino de los Cielos. Es una pregunta que revela su preocupación por la posición y el estatus. Pero la respuesta de Jesús da un giro radical a esa lógica. Él llama a un niño, lo pone en medio de ellos y usa a este niño como un ejemplo.

En la sociedad del tiempo de Jesús, los niños no tenían un estatus social significativo. Eran vistos como dependientes y sin poder. Por lo tanto, Jesús al señalar a un niño, estaba haciendo una declaración profunda sobre el verdadero significado de la grandeza.

Jesús dice: “Les aseguro que, a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos”. Aquí, Jesús no está diciendo que debemos ser infantiles o inmaduros. Más bien, nos invita a adoptar ciertas cualidades de los niños: la humildad, la inocencia y la dependencia total de Dios.

La humildad es clave en este mensaje. En lugar de buscar poder y estatus, Jesús nos llama a ser humildes, a reconocer nuestra necesidad de Dios y a depender de Él, como lo hace un niño con sus padres. Esta actitud de humildad es lo que nos hace grandes a los ojos de Dios.

Además, Jesús dice: “Cualquiera que se humille como este niño será el mayor en el Reino de los Cielos”. Aquí, la humildad no solo es una puerta de entrada al Reino, sino que también es el camino a la verdadera grandeza. La grandeza en el Reino de los Cielos no se mide por el poder o la fama, sino por la humildad y la capacidad de servir a los demás.

Finalmente, Jesús nos enseña la importancia de recibir y cuidar a los niños. “El que recibe en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí”. Esta es una llamada a cuidar a los más vulnerables y a ver a Jesús en ellos. Cuando acogemos y servimos a los pequeños y a los necesitados, estamos sirviendo a Jesús mismo.

En resumen, este pasaje nos desafía a reconsiderar nuestras prioridades y a buscar la verdadera grandeza a través de la humildad y el servicio. Nos recuerda que, en el Reino de los Cielos, la grandeza no se mide por el poder o el estatus, sino por nuestra capacidad de humillarnos y servir a los demás, especialmente a los más pequeños y vulnerables.

ENTONCES, QUE PUEDO HACER PARA CUMPLIR CON ESTE MANDATO?

Para cumplir el mandato de Jesús en Mateo 18:1-5, podemos llevar a cabo varias aplicaciones prácticas en nuestra vida diaria. Aquí te dejo algunas sugerencias:

  1. Cultivar la Humildad:
    • Autoevaluación: Realiza una autoevaluación sincera y reconoce tus debilidades y dependencias. Pide a Dios que te ayude a mantener un corazón humilde.
    • Evitar el Orgullo: Evita las actitudes de superioridad y arrogancia. Reconoce que todo lo que tienes y eres es gracias a la gracia de Dios.
  2. Ser Como Niños:
    • Confianza en Dios: Desarrolla una confianza total en Dios, similar a la confianza que un niño tiene en sus padres. Ora y confía en que Dios cuidará de ti.
    • Simplicidad: Simplifica tu vida y tus expectativas. Busca la pureza y la sinceridad en tus acciones y relaciones.
  3. Servir a los Demás:
    • Voluntariado: Participa en actividades de voluntariado, especialmente aquellas que benefician a los niños, los pobres y los vulnerables.
    • Actos de Bondad: Realiza actos de bondad y servicio en tu comunidad. Esto puede incluir visitar a los enfermos, ayudar a los vecinos, o simplemente ofrecer una mano amiga.
  4. Acoger a los Niños:
    • Participación en la Iglesia: Participa en el ministerio infantil de tu iglesia. Ayuda en clases de escuela dominical, campamentos de verano o programas de mentoría.
    • Apoyo a Familias: Ofrece apoyo a familias con niños, especialmente aquellas que están luchando. Esto puede ser a través de donaciones, apoyo emocional o tiempo de calidad.
  5. Fomentar la Comunidad y el Amor:
    • Relaciones Saludables: Fomenta relaciones saludables y amorosas en tu entorno. Crea un ambiente donde las personas se sientan valoradas y aceptadas.
    • Resolución de Conflictos: Aborda los conflictos con una actitud de humildad y disposición para reconciliarse. Busca siempre la paz y la unidad.
  6. Desarrollar la Paciencia y la Compasión:
    • Escuchar: Escucha activamente a los demás, especialmente a los niños y a los que suelen ser ignorados. A veces, lo único que alguien necesita es ser escuchado.
    • Empatía: Practica la empatía. Trata de entender y sentir lo que los demás están experimentando. Esto te ayudará a responder con amor y compasión.
  7. Orar y Buscar la Guía de Dios:
    • Oración Diaria: Dedica tiempo diariamente para orar y buscar la guía de Dios. Pide que te dé un corazón como el de un niño, lleno de humildad, confianza y amor.
    • Estudio Bíblico: Estudia la Biblia regularmente para entender mejor la voluntad de Dios y cómo aplicarla en tu vida diaria.

Cumplir con este mandato requiere un cambio de corazón y mente, y una disposición constante para servir y amar a los demás. Al adoptar estas prácticas, no solo estaremos obedeciendo el mandato de Jesús, sino que también estaremos construyendo una vida que refleja el Reino de los Cielos aquí en la tierra.

Que este mensaje nos inspire a vivir con humildad, a depender de Dios y a servir a los demás con amor y compasión.

Talvez para algunos esto resulta un tanto dificil, sin embargo, tendrá sentido cuando venimos le pedimos a Dios que sea Él nuestra guia y para ello, te invito a hacer la siguiente oración en voz alta:

«Padre celestial, vengo ante tí, reconociendo que soy un pecador, te pido perdón por mis pecados y te hago a tí el Señor y Salvador de mi vida. Ven a morar a mi corazón y haz de mí una nueva criatura. En el nombre de Jesús. Amén.»

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TODO ES VANIDAD

El sabio Salomón, en su búsqueda incansable de sentido y propósito, se sumergió en la alegría y el placer del mundo. «Ven ahora», dijo en su corazón, «te probaré con alegría, y gozarás de bienes». Pero, ¿qué descubrió? Que todo esto era vanidad. Hermanos, en medio de la abundancia y el gozo terrenal, Salomón halló vacío. ¿Cuántas veces nosotros también buscamos satisfacción en las cosas de este mundo, solo para encontrarnos con el mismo vacío?

ECLESIASTES 2: 1-12 1Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. 2A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto? 3Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida. 4Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; 5me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. 6Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. 7Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. 8Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música. 9Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría. 10No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. 11Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

El sabio Salomón, en su riqueza y poder, edificó casas, plantó viñas, creó huertos y jardines. Se rodeó de siervos, vacas y ovejas, acumuló plata y oro, tesoros preciosos y músicos que deleitaron sus oídos. Él no negó a sus ojos ningún deseo, ni apartó su corazón de placer alguno. Sin embargo, ¿qué concluyó al final de todo esto? Que todo era vanidad y aflicción de espíritu. ¡Sin provecho bajo el sol!

Hoy, más que nunca, vivimos en una era de consumismo y búsqueda desenfrenada de placer. Pero debemos recordar las palabras de Salomón. No importa cuánto acumulamos, cuántas experiencias buscamos, ni cuántos placeres disfrutamos; si nuestra vida está desconectada de Dios, todo es vanidad.

El verdadero propósito y la verdadera alegría no se encuentran en las cosas de este mundo, sino en nuestra relación con Dios. Es en la comunión con Él donde hallamos plenitud. Jesús nos enseñó en Mateo 6:33: «Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas». No se trata de rechazar las bendiciones que Dios nos da, sino de no poner nuestro corazón en ellas.

Salomón, a pesar de su sabiduría y riquezas, comprendió que sin Dios, todo esfuerzo humano es inútil. Hermanos, nuestro trabajo, nuestras posesiones, nuestros logros, todo es pasajero. Solo en Dios encontramos lo eterno y lo verdadero.

No busquen llenar sus vidas con las cosas de este mundo. No permitan que el engaño de la vanidad los arrastre. ¡Enfoquen sus corazones en el Señor! ¡Dedíquenle su tiempo, sus talentos, sus recursos! Porque solo en Él hay plenitud de gozo y delicias a su diestra para siempre.

 QUE NOS PASA AL VIVIR BUSCANDO LAS SATISFACCIONES TEMPORALES

  1. Vacío Interior
    • A pesar de todas las riquezas, placeres y logros, Salomón se siente vacío por dentro. No encuentra una satisfacción duradera en lo que el mundo ofrece. Esto refleja un vacío espiritual, donde nada en el ámbito material puede llenar el anhelo profundo del alma por algo eterno y significativo.
  2. Frustración y Desilusión
    • La «aflicción de espíritu» también denota una profunda frustración y desilusión. Salomón esperaba encontrar felicidad y propósito en sus logros y placeres, pero en lugar de eso, encontró que estos eran temporales e insatisfactorios. Esta realización trae una sensación de angustia y desengaño.
  3. Esfuerzo Inútil
    • El término puede sugerir un sentimiento de que todo su esfuerzo fue en vano. A pesar del arduo trabajo y la dedicación, el resultado final es insatisfactorio y vacío. Esta es una reflexión sobre la futilidad de trabajar exclusivamente por cosas terrenales sin un propósito eterno.
  4. Ansiedad y Preocupación
    • También puede implicar una sensación de inquietud y preocupación. La constante búsqueda de más y más, sin encontrar verdadera paz o contentamiento, puede llevar a un estado de ansiedad. Esta es la «aflicción de espíritu» que viene al darse cuenta de que las cosas temporales no pueden proporcionar una paz duradera.

QUE PODEMOS HACER PARA TENER UNA VIDA PLENA DE PROPÓSITOS?

¿cómo podemos aplicar esta enseñanza a nuestras vidas?

1. Vivir en Obediencia  la Palabra de Dios. La obediencia a la Palabra de Dios es fundamental para honrarlo. Jesús mismo dijo: «Si me amáis, guardad mis mandamientos» (Juan 14:15). Esto implica leer, estudiar y meditar en la Biblia regularmente, permitiendo que sus enseñanzas transformen nuestras vidas. No se trata solo de conocer la Palabra, sino de vivirla día a día, aplicando sus principios en nuestras decisiones, relaciones y acciones.

2. Oración y Comunión con Dios. La oración es nuestra línea directa con el Padre. A través de la oración, expresamos nuestra dependencia de Él, buscamos Su guía, y nos fortalecemos espiritualmente. Pablo nos exhorta a orar sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17). Dedicar tiempo diario a la oración y la comunión con Dios nos ayuda a mantenernos cerca de Él y alineados con Su voluntad.

3. Adoración y Alabanza. La adoración no es solo un acto de los domingos, sino un estilo de vida. Debemos adorar a Dios en espíritu y en verdad (Juan 4:24), reconociendo Su grandeza y dándole el honor que merece en todo momento. La alabanza nos permite expresar nuestra gratitud y amor por Dios, y nos conecta con Su presencia.

4. Servicio a los Demás. Jesús nos enseñó que el mayor mandamiento es amar a Dios, y el segundo es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22:37-39). Servir a los demás con amor y humildad es una manera poderosa de honrar a Dios. Esto puede manifestarse en actos de bondad, apoyo a los necesitados, y siendo una luz en nuestras comunidades.

5. Santificación Personal. Dios nos llama a ser santos, porque Él es santo (1 Pedro 1:16). Esto significa apartarnos del pecado y vivir una vida que refleje la pureza y justicia de Dios. Implica arrepentirnos de nuestros pecados y permitir que el Espíritu Santo nos transforme a la imagen de Cristo. La santificación es un proceso continuo de crecer en la gracia y el conocimiento del Señor.

6. Mayordomía de los Recursos. Todo lo que tenemos proviene de Dios. Debemos ser buenos mayordomos de nuestros recursos: tiempo, talentos, y tesoros. Esto incluye dar generosamente, usar nuestros dones para edificar la iglesia, y vivir con integridad en nuestras finanzas. Cuando gestionamos bien lo que Dios nos ha dado, le estamos honrando.

7. Testimonio y Evangelismo. Somos llamados a ser testigos de Cristo en todo el mundo (Hechos 1:8). Compartir el evangelio y vivir una vida que testifique de la obra redentora de Jesús es una forma de honrar a Dios. No debemos avergonzarnos del evangelio, sino proclamarlo con valentía y amor.

En conclusion:

  1. Buscar a Dios Primero
    • Mateo 6:33 nos dice: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.» Debemos priorizar nuestra relación con Dios por encima de todo lo demás, sabiendo que solo en Él encontraremos verdadera satisfacción y propósito.
  2. Vivir con Propósito Eterno
    • Al recordar que las cosas terrenales son temporales, debemos enfocarnos en lo que tiene valor eterno. Esto incluye nuestra relación con Dios, nuestra fe, y cómo vivimos según Sus mandamientos. Invertir en relaciones, compartir el evangelio y vivir una vida santa son formas de enfocarnos en lo eterno.
  3. Encontrar Contentamiento en Cristo
    • Filipenses 4:11-13 nos enseña a estar contentos en cualquier circunstancia, confiando en que Cristo es nuestra verdadera fuente de fortaleza y satisfacción. Esto nos ayuda a evitar la «aflicción de espíritu» que viene de buscar contentamiento en las cosas equivocadas.

Salomón dijo: «Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad». Pero al final, se dio cuenta de que todo era vanidad. Aprendamos de su experiencia y busquemos la sabiduría que viene de lo alto, la sabiduría que nos lleva a temer y amar a Dios.

Hoy es el día para reorientar nuestras vidas. Hoy es el día para renunciar a la vanidad y abrazar la verdad eterna de Jesucristo. Porque en Él, y solo en Él, encontramos el propósito y la plenitud que nuestras almas anhelan.

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