Mensajes Puros

COMO CRECER EN TIEMPOS DE ADVERSIDAD

Al igual que cuando nace un niño, esperamos que crezca, y si no lo hace, hay un problema, y desde luego, este principio se aplica también a la vida cristiana. .

Después de nacer de nuevo por la fe en Jesús, debemos crecer continuamente en la gracia y el conocimiento de Él. Al leer la Biblia, orar y observar cómo obra el Señor, aumentaremos en semejanza a Cristo, y en obediencia.

Pero el Señor también usa la adversidad, con el fin de llevarnos a la madurez y que es la experiencia universal de todos los creyentes, misma que puede obstaculizar o acelerar nuestro crecimiento espiritual; todo depende de cómo respondamos.

La adversidad es una condición que se presenta como angustia, presión, pruebas o decepciones. Esta puede ser de naturaleza física o emocional, y de corta o larga duración, pero siempre causa dolor. Aunque ninguno de nosotros deseamos tener dolor o problemas, y sí llegan, tenemos dos opciones: podemos desperdiciar nuestras penas o sino crecer en nuestra relación con el Señor.

POR LO TANTO, EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL EN LA ADVERSIDAD DEPENDE DOS FACTORES:

1. Nuestra comprensión del propósito de Dios:

  • Para llamar nuestra atención. Cuando la vida transcurre sin problemas, es fácil ignorar al Señor; pero en la adversidad, de repente tiene toda nuestra atención.
  • Para conquistar el orgullo. Si lo estamos haciendo bien, podríamos tener la tentación de menospreciar a los que están luchando, pero la adversidad nos humilla. El apóstol Pablo recibió asombrosos privilegios y conocimientos, pero junto con ellos vino un «aguijón en la carne» para evitar que se exaltara a sí mismo (2 Corintios 12:7-10). Dios permite humillar el dolor porque sabe que la soberbia nos impide serle útiles.
  • Para recordarnos nuestra debilidad. Un sentido de fortaleza y suficiencia personal nos mantiene autosuficientes, pero el Señor sabe cómo debilitarnos con la aflicción para que nos volvamos a Él en busca de dirección y fortaleza.
  • Para aumentar nuestro odio al pecado. El sufrimiento que viene con la desobediencia nos recuerda el terrible impacto del pecado. Dios a veces nos disciplina con la adversidad para que aprendamos a odiar el pecado y practicar la justicia.
  • Para demostrar Su fidelidad. Solo en nuestra mayor necesidad entenderemos cuán confiable es el Señor. El dolor y las dificultades nos impulsan a buscar su ayuda, y en medio de nuestro sufrimiento, descubrimos que Él es siempre fiel.
  • Equiparnos para consolar a otros. Cuando Dios nos consuela en nuestra aflicción, nos convertimos en fuente de consuelo para los demás, según 2 Corintios 1:3-7 «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios».  Habiendo pasado por el dolor, somos más capaces de empatizar con aquellos que están pasando por una situación similar.
  • Para prepararnos para el servicio. Experimentar dificultades y sufrimiento nos equipa para servir al Señor de varias maneras y satisfacer las necesidades de los demás.
  • Para expresar Su amor por nosotros. Debido a que Dios nos ama tanto, envía la adversidad para rescatarnos de los peligros que no vemos y para llevarnos a la seguridad de una vida completamente rendida a Él.
  • Para cambiar nuestra dirección. Dios usa la adversidad para evitar que nos desviemos y redirigir nuestro camino hacia Su voluntad.

2. Para crecer espiritualmente a partir de las pruebas en nuestra vida, debemos responder como el Señor desea. Él ha prometido enseñarnos el camino que debemos seguir.

SALMOS 32:8 » Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.»

  • Véalo como viniendo de Dios. Nuestra primera respuesta debe ser leer la Palabra de Dios para ver nuestra situación desde Su perspectiva. Según Romanos 8:28, Él “hace que todas las cosas cooperen para bien de los que aman a Dios, esto es, de los que conforme a su propósito son llamados”. Si ha permitido el sufrimiento, tiene algo bueno que lograr a través de él.
  • Pídale al Señor que le revele Su meta para la adversidad. Las situaciones dolorosas en nuestras vidas no son eventos aleatorios sino oportunidades de aprendizaje. Si sacamos todo lo que podamos de nuestro sufrimiento, las verdades que aprendamos valdrán la pena.
  • Entregarse a la voluntad de Dios. Incluso si no entendemos completamente por qué estamos sufriendo, la respuesta correcta es rendirnos a lo que sea que el Señor esté haciendo, sabiendo que Él solo hace lo mejor para la vida de Sus hijos.
  • Descansar confiando en su fidelidad. El Señor siempre hace lo que ha prometido y es digno de confianza en cada situación. Incluso en nuestro dolor, podemos descansar en Su fidelidad para ayudarnos a superar nuestra adversidad de una manera que lo agrade y lo honre.

NUESTRAS RESPUESTAS A LA ADVERSIDAD REVELAN ALGO SOBRE NOSOTROS.

• Nuestra visión de Dios. ¿Creemos que Él es digno de confianza?
• Nuestra visión de nosotros mismos. ¿Nos vemos como hijos amados de Dios?
• La importancia de las cosas en nuestra vida. Si el Señor quita algo que queremos conservar, nuestra respuesta revela su prioridad en nuestro corazón.
• Nuestras fortalezas y debilidades. Es en las dificultades que descubrimos cuán fuertes o débiles somos realmente.
• Nuestra capacidad de resistencia. ¿Tenemos un fundamento firme de fe que nos permita perseverar, o nos damos por vencidos rápidamente?
• Nuestra fe en Dios. ¿Cuánto confiamos en el Señor y creemos que Él usa la adversidad para nuestro bien?

Nuestro crecimiento espiritual está determinado por la forma en que vemos la adversidad. O lo vemos como un obstáculo en nuestra vida o como una oportunidad para crecer en nuestra relación con el Señor. En cada prueba, Su objetivo es que aumentemos nuestro conocimiento y comprensión de Sus caminos, y que confiemos en Su fidelidad.

La única manera en que nosotros podamos pasar por cualquier adversidad en paz, es rindiendo nuestras vidas a Cristo Jesús, pues cuando eso sucede, Dios Padre nos convierte en hijos de Dios, y hacemos a Jesucristo el centro de nuestras vidas y Él viene a ser para nosotros como la roca en quien podemos fundamentar nuestra fe y tenemos la confianza que Él nos sacará adelante, porque Él es Todopoderoso y nos ama incondicionalmente.

Pa ello, quiere invitarte hacer la siguiente oración: Padre Celestial, vengo delante de tu presencia a pedirte perdón por todos mis pecados. Me arrepiento de ellos. Y te pido que vengas a morar a mi corazón. Anulo todo pacto que haya hecho en el pasado y hago un nuevo pacto para seguir tus mandamientos y preceptos. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

[fbcomments]

El RETORNO DE JESUCRISTO

Mucha gente duda de la venida de Cristo, pues han dicho que han pasado más de 2,000 años. Sin embargo, Cristo expreso que volvería.

MATEO 24:1-3 » Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 

De acuerdo a estos versículos, los discípulos le hicieron a Jesús las siguientes preguntas:

  1. Cuando pasará lo de las piedras derribadas?, lo cual paso 40 años después cuando el General Tito destruyo Jerusalén.
  2. Que señal habrá de tu venida?
  3. Y del fin del siglo?

No significa que todo esto deba suceder antes de la venida de Cristo. De hecho, si vemos en este otro versículo, nos dice que vendrá y lo lamentarán cuando eso suceda.

MATEO 24 :30 «Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.»

Aqui nos muestra que cuando Jesucristo regrese lo hará con poder y gloria, sobre las nubes. Entonces podemos deducir que en toda la Biblia se promete su venida. Mire bien, Jesucristo pudiera venir en cualquier momento. Si nos enfocamos en esa convicción, viviríamos como le agrada a Dios, viviríamos piadosamente y consagrados en espera de su venida.

Si supiera que Él viene mañana, tienes algo en tu mente que deberías cambiar?, quizas alguien a quien deberías perdonar, o alguien a quien le debes dinero?

Pero también nos dice que debemos vivir seguros de que Él puede venir en cualquier momento.

CON ESTO EN MENTE, CONSIDEREMOS EL TIEMPO DE SU VENIDA

MATEO 24:42-44 «Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.»

Así que debemos estar sensibles de qué Jesucristo puede venir en cualquier momento. Y claro, Él resuelve este asunto: nadie sabe cuando regresará.

MATEO 25:13 «Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.»

MATEO 24:34-36 «De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre.» 

El lapso del plazo y lo que sucederá, Dios ya lo ha resuelto. Por esto los creyentes debemos creer que Cristo regresará en el tiempo que el Padre escoja. El tiempo no es asunto nuestro.

Así que no se trata de cuando, sino que debemos hacer hasta que Él vuelva, es su estilo de vida hasta que Él vuelva porque Dios el Padre ha fijado el día y la hora en su potestad divina. Jesús mismo, dijo: ni yo mismo lo sé. Por lo tanto, nadie sabe cuando regresará Cristo. Podría ser en cualquier momento.

Puede ser ahora mismo:

1 CORINTIOS 15:52 «…en un momento, en un abrir y cerrar de ojos,

Vendrá como un ladrón en la noche. En la Palabra menciona que vendrá por su Iglesia, y que no pasaremos por la ira de la Tribulación.

CUAL ES NUESTRA RESPONSABILIDAD HASTA ENTONCES?

1. VELAR FIELMENTE

La venida de Cristo debe motivarnos a vivir en rectitud, de tal manera que velemos por nuestro testimonio y nuestra manera de vivir. Ocupados, haciendo lo a Él le agrada fielmente como hijos de Dios, sus seguidores y para expandir la verdad del evangelio, con el objetivo de expandir el Reino de Dios.

Velar no es una opción sino una responsabilidad. Y en este sentido, debemos estar conscientes de que Él podría venir en cualquier momento y concluirlo todo.

2. DEBEMOS ESPERAR EN PAZ.

Es decir, no debemos preocuparnos, ni estar obsecionados por ello.

FILIPENSES 4:6-7 » Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Esto se escribió cuando Roma tenia control de Israel, se odiaban, se sentían esclavos de Roma, pero Jesús les hablo de paz, porque sabemos que somos hijos de Dios, sabemos que tenemos el don de vida eterna, sabemos que nuestros nombres están escritos en libro de la vida y que en nosotros mora el Espíritu Santo, quien es Todopoderoso y siempre esta con nosotros, nos suple todas nuestras necesidades, nos protege y nos cuida.

3. DEBEMOS TRABAJAR DILIGENTEMENTE.

Esto se refiere a que le servimos y trabajemos con esmero, basándonos en que Jesucristo puede venir en cualquier momento, porque vendrá como ladrón en la noche.

Así que, que estas haciendo?, no necesitas predicar, cantar o ser misionero para servirle. Pero recuerda, nosotros somos responsables ante Dios de vivir en rectitud y en devoción a Él y servirle hasta el último respiro.

Seamos diligentes. Cuando viene?, no sabemos. Lo importante no es el tiempo. Lo importante es ser obedientes al Hijo de Dios, quien fue a la cruz, derramo su Sangre por usted y por mi, y de esa manera hizo posible nuestra salvación.

4. DEBEMOS ADORAR A DIOS CON GOZO.

Cuando nos reunimos debemos de gozarnos en adorar a Dios, y teniendo presente que Cristo vendrá en un cerrar de ojos. Nos pasará el tiempo, pero estamos aprovechándolo?, lo perdemos o lo invertimos?.

Si lo amamos, aprovecharemos cada dia de nuestras vidas.

Cualquiera pensaria que velar, esperar en paz, trabajar diligentemente y adorar a Dios son pasos difíciles. Si lo son si los hacemos con nuestras propias fuerzas, pero cuando dependemos de Dios, esa es otra historia.

Para que estas acciones no sean una carga, necesitamos rendir nuestras vidas a Cristo y hacerlo nuestro Señor y Salvador, De ahi que te invito a que hagas conmigo la siguiente oración:

«Padre Celestial, venimos delante de tu presencia, pidiéndote perdón por mis pecados, me arrepiento de cada uno de ellos. Declaro que Jesucristo en el Hijo de Dios y que Dios el Padre, lo resucito de entre los muertos. Por eso, te pido que hagas de mí una nueva criatura, y escribas mi nombre en el Libro de la Vida. Ven a morar a mi corazón y muéstrame cual es tu voluntad en mi vida. Abre los ojos de mi corazón para que pueda descubrir tú voluntad en mí. Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

[fbcomments]

COMO ELEVAR NUESTRO NIVEL DE FE

Al enfrentar dificultades y adversidades, ¿cómo respondes? con duda y miedo?, o talvez respondes con fe?

Ciertamente, cuanto más vivamos, más deberíamos funcionar a un nivel de fe más elevado. Sin embargo, algunas personas ni siquiera se dan cuenta de que hay grados de fe. Incluso si lo hacen, el miedo puede obstaculizar su confianza y permanecerán en el nivel más bajo, perdiéndose lo mejor de Dios.

Dios ofrece el don de la fe a cada persona, cristiana o no. De hecho, todos ejercitamos la fe todos los días: vamos a la oficina esperando tener un trabajo allí; y como cristianos oramos porque confiamos en que Dios nos escucha y nos responde. La fe del creyente es dirigida por Dios, mientras que la fe del incrédulo es autodirigida y simplemente elige no ejercer la fe en el Señor.

La fe en Dios es vital para nuestra relación con Él. Determina si tenemos paz o ansiedad y puede significar la diferencia entre el coraje y el miedo. Confiar en Dios impacta cada aspecto de la vida. Incluso la forma en que manejamos las decisiones cotidianas menores está estrechamente relacionada con lo que creemos. La fe puede ser una lucha porque reaccionamos naturalmente de acuerdo con lo que vemos y sentimos. Pero cuando respondemos confiando en Dios, Él nos bendice.

CUALES SON ESTOS NIVELES DE FE ?, COMO PODEMOS DISTINGUIRLOS ?, QUE DICE DIOS SOBRE ELLOS ?

1. NIVEL UNO: POCA FE

Esta una fe inquieta, que se caracteriza por luchar y vacilar entre la esperanza y la incertidumbre. Dice: «Sé que Dios puede, pero no estoy seguro de que lo hará».

Vemos numerosos pasajes de las Escrituras donde Jesús menciona la debilidad de la fe de alguien, no como una crítica sino con un sentido de aliento para pasar a un nivel más profundo.

MATEO 8:23-26 » 23Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. 24Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. 25Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. 27Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es este, que aun los vientos y el mar le obedecen?

Muchas personas permanecen en esta etapa porque su enfoque está en sí mismos, sus circunstancias y sus propios recursos o habilidades en lugar de en el Señor. Son incapaces de creer mucho en Dios y se vuelven irritables.

Santiago 1:6-8 advierte contra este tipo de fe vacilante: dice que la persona que duda “…no debe esperar recibir cosa alguna del Señor, porque el hombre de doble ánimo, es inconstante en todos sus caminos”.

Eso no quiere decir que Dios nunca contestará tus oraciones a menos que alcances el más alto grado de fe. Como Él desea lo mejor para nosotros, no quiere que vivamos en este nivel más bajo.

También debemos darnos cuenta de que ser espiritualmente maduro no significa que un cristiano nunca flaqueará. Hay momentos en los que nos enfrentamos a situaciones nuevas o confusas, y es entonces cuando podemos esforzarnos por conocer la voluntad de Dios.

Para el cristiano que está luchando con la fe de nivel uno, las preguntas que debe hacerse son: ¿Dónde está mi enfoque? ¿Realmente creo que Dios es quien dice ser, que es omnipotente y omnisciente, que me ama incondicionalmente y ha prometido no dejarme ni abandonarme nunca?. Algunos de los obstáculos para la fe de nivel superior son: 1) no saber lo que dice la Escritura acerca del Señor y 2) pensar de acuerdo con el patrón del mundo en lugar de «programar» la mente con la Palabra de Dios. En cualquier caso, la solución es la misma: ingesta regular de la verdad bíblica.

2. NIVEL DOS: GRAN FE.

Esto es la fe que se extiende, que asciende, y se demuestra en creyentes maduros que no están dispuestos a permanecer en un nivel de duda y temor.

La gran fe se basa en la verdad de las Escrituras y no necesita otra prueba que la Palabra de Dios. Su enfoque está en el Señor, no en la dificultad. El problema no es cuán mala es la situación, sino que nuestro Dios soberano es más grande que cualquier cosa que enfrentemos y es lo suficientemente poderoso como para cambiar cualquier circunstancia.

Como resultado, una gran fe está dispuesta a esperar. En el nivel uno, las personas se preocupan y se enfurecen cuando las cosas no salen como se esperaba, y luego se dan por vencidas. La gran fe está dispuesta a perseverar. Dice: «No me rendiré» y confía en Dios con plena expectativa de que Él hará exactamente lo que ha prometido.

MATEO 8:5-10 » Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, 6y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. 7Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. 9Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 10Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe... 13Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.

Aqui se ilustra este nivel de fe. El centurión confiaba tanto en la capacidad del Señor para restaurar la salud de su siervo que ni siquiera consideró necesario que Jesús sanara al hombre en persona. Cuando el oficial declaró: “Solo di la palabra, y mi criado sanará” (v. 8), la respuesta de Jesús fue maravillarse ante tanta fe (v. 10).

3. NIVEL 3: FE PERFECTA.

Esta es la fe que descansa, no lucha, no se afana, ni se extiende, sino que descansa. Qué dice: “Asunto concluido». Una persona que opera en este nivel de confianza sabe qué tiene lo que pide, porque se apoya en la Palabra de Dios con absoluta seguridad. No hay más preocupación, no más manipulación, no más intentos de resolver las cosas y hacer que sucedan.

La fe perfecta debe ser la meta de todo creyente.

MARCOS 11:14-20 «2Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. 13Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. 14Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos…..20Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. 21Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. 22Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. 24Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

Los discípulos notaron que la higuera que Jesús había maldecido, ahora estaba seca de raíz. La respuesta de Jesús fue: “Tened fe en Dios… todo lo que oráis y pidiereis, creed que lo habéis recibido [tiempo pasado], y os serán concedidos [tiempo futuro]” (vv. 22-24). La fe perfecta sabe lo que Dios dice y no lo cuestiona, pero con confianza asume que ya está hecho.

El Señor quiere que nuestra fe sea tal que constantemente veamos cómo las promesas divinas se hacen realidad. Por supuesto, una persona que vive en pecado o que ora por algo fuera de la voluntad de Dios no puede esperar que se le conceda su pedido. Pero el cristiano obediente con fe de nivel tres descansa en las promesas de las Escrituras: no siente la necesidad de mendigar; lo que Dios ya ha prometido ocurrirá.

Poca fe se preocupa porque las circunstancias parecen sombrías y asume que Dios no debe estar escuchando. Gran fe razona: “Padre, dijiste que suplirías mi necesidad, y confío en que lo harás”. La fe perfecta dice: “Tú has prometido que suplirías mi necesidad, y sé que ya has preparado la provisión que tienes en mente. Lo que es una lucha para mí, no lo es para Ti en absoluto. Tú lo tienes todo resuelto. Muchas gracias.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

[fbcomments]

CONOCIENDO A DIOS COMO PADRE NUESTRO

Quizás el título de Dios más reconfortante e íntimo que se comparte en la Biblia es el de “Padre”. Y no importa cuál sea nuestra necesidad, tenemos el privilegio de volvernos hacia el Soberano del universo como un niño se vuelve hacia un padre terrenal. El Padre siempre está ahí para guiar, proveer y proteger. Qué gran privilegio tenemos de acercarnos al Señor, en una relación cercana y amorosa, que solo es posible a través de Su Hijo, Jesucristo.

En el Sermón de la Montaña, Jesús enseñó a Sus discípulos cómo acercarse a Dios en lo que a menudo se llama “El Padre Nuestro”, un modelo a seguir para nosotros. Él dijo lo siguiente:

MATEO 6:8-13 “Vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de que se lo pidáis. Orad, pues, así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal.»

DEFINITIVAMENTE SI PODEMOS CONOCER A DIOS COMO PADRE, POR LA REVELACIÓN DE SU HIJO JESUCRISTO.

En el Antiguo Testamento, Dios es llamado el Padre de la nación hebrea. Sin embargo, los individuos no podían reclamar Su paternidad de ninguna manera especial para ellos mismos. En contraste, el Nuevo Testamento revela que cada creyente puede relacionarse personalmente con el Padre como parte de una relación amorosa e íntima con su Hacedor.

JESÚS MISMO, SE REFIRIO A DIOS COMO PADRE

Cristo nos reveló al Creador, no como una deidad distante y trascendente, sino como un Padre celestial amoroso.

• En la oración modelo, Jesús instruyó a sus discípulos a comenzar sus oraciones con “Padre nuestro…” (Mat. 6:9), tal como lo leímos al inicio de este devocional.
• Explicó la importancia de hacer la voluntad del Padre (Mateo 7:21).
• En el jardín de Getsemaní, Jesús oró: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa” (Mateo 26:39).
• Cuando estaba fuera de la tumba de Lázaro, dijo: “Padre, te doy gracias porque me has oído” (Juan 11:41).
• Y La noche antes de la crucifixión, Jesús comenzó Su oración: “Padre, ha llegado la hora…” (v. 17:1).

Y es que Jesús siempre se dirigió a Dios como Padre, y el mensaje del Nuevo Testamento, es que estamos invitados a experimentar una relación similar con el Señor.

ASIMISMO, EL APOSTOL PABLO TAMBIÉN CONOCIA A DIOS COMO PADRE

Pablo comenzó cada una de sus epístolas con una referencia a Cristo. La teología de Pablo se basa en esta relación íntima; somos hijos de Dios, parte de Su familia y coherederos con el Hijo, Jesucristo. El mensaje de las cartas del apóstol, es que podemos conocer a nuestro Hacedor, no solo en Su grandeza, sino como un Padre capaz y amoroso.

Y ES A TRAVÉS DE JESUCRISTO QUE PODEMOS CONOCER A DIOS COMO NUESTRO PADRE CELESTIAL

En cierto sentido, el Creador es el Padre de toda la humanidad. Sin embargo, es solo a través de la confianza en Jesús que una persona se convierte en hijo de Dios (Gálatas 3:26). Algunas personas afirman que no importa si alguien cree en Cristo, todavía puede tener una relación íntima con Dios como Padre. Pero eso no es lo que dijo nuestro Salvador:

JUAN 8:42 » Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.

La buena noticia es que HOY, cualquiera puede invocar el nombre de Jesús y convertirse en hijo de Dios. Pablo dice que “hemos recibido un espíritu de adopción como hijos e hijas por el cual clamamos: ‘¡Abba! ¡Padre!’” (Romanos 8:15). Nos colma de afecto: “¡Qué gran amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios!” (1 Juan 3,1). Nuestras acciones, en general, reflejarán que pertenecemos a Jesús (v. 10).

Afortunadamente, incluso si fallamos de vez en cuando, nuestra relación con Dios está sellada y segura. Jesús dijo de Sus seguidores:

JUAN 10:29 “Mi Padre que me las ha dado, es mayor que todos; y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre”.

VEAMOS LO SIGUIENTE: ¿CÓMO ES QUE DIOS EXPRESA LA PATERNIDAD HACIA NOSOTROS?

Un buen padre cuida y provee para sus hijos. Jesús reveló a un Padre amoroso que…

1. Desea de tener una relación íntima con nosotros. Una amistad con Dios es posible a través de Jesucristo. Podemos ser honestos con Él y compartir nuestras luchas. Él está listo para ayudarnos a vencer la tentación y deseoso de proveer para nosotros. Conocer a Dios cómo Padre nos da comunión y un sentido de unidad con Él.

2. Quiere comunicarse con nosotros. Cuando oramos, Él escucha. Cuando Él habla, podemos reconocer Su voz. Jesús dijo: “Pedid, y se os dará; Busca y encontraras; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y al que llama se le abre” (Mateo 7:7-8). Dios es como un buen padre que se deleita en satisfacer las necesidades de sus hijos (v. 6:6).

3. Nos ama incondicionalmente. El Señor está comprometido con nosotros basado en Su propia naturaleza amorosa, no en una actuación sin pecado. La palabra “incondicional” puede no aparecer en la Biblia, pero Dios Padre nos ama tal como amó a Jesús (Juan 17:23).

4. Satisface todas nuestras necesidades. Nuestro Padre sabe lo que necesitamos antes de que lo pidamos (Mat. 6:8). No tenemos que estar ansiosos por la provisión básica; Él proveerá las necesidades, tal como lo hace con las aves (vv. 6:25-26). Ningún padre humano puede estar siempre disponible para ayudar. Pero tenemos un Padre amoroso que nunca nos deja (Juan 15:26-27).

5. Nos disciplina. El hecho de que Dios nos corrija es una de las señales de que somos sus hijos (Hebreos 12:5-11). Así como los padres terrenales disciplinan a sus hijos para ayudarlos a desarrollar el carácter, el Padre nos corrige para que crezcamos en santidad. No es agradable ser castigado, pero la disciplina eventualmente conduce a una cosecha de justicia.

5. Nos guía para hacer lo correcto. Proverbios 3:5-6 dice: “Fíate de Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas”. El Salmo 32:8 expresa una seguridad similar: “Te instruiré y te enseñaré el camino en que debes andar; Yo te aconsejaré con Mi ojo sobre ti.”

Esta es la clase de Padre que tenemos cuando hemos recibido a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Y hemos recibido esta revelación, la cual nadie nos la puede quitar. Y es por eso, que podemos venir confiadamente al trono de la Gracia de Dios para alcanzar la misericordia y la Gracia para el oportuno socorro.

Mi pregunta para tí es: quieres experimentar a Dios como Padre?

Si has dicho que si, quisiera hacer una oración contigo, para lo cual te pido que la repitas conmigo en voz alta: «Padre Celestial, vengo delante de tu presencia, a pedirte que perdones mis pecados. Creo que Jesucristo murió por mi. Te pido que me salves y me hagas uno de tus hijos. En el nombre de Jesús. Amén».

Te aseguro que Dios Padre contestará esa oración de inmediato.

FUENTE: Gracias PASTOR CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

[fbcomments]

Deprecated: Automatic conversion of false to array is deprecated in /home/theobepd/shekina/wp-content/plugins/ultimate-social-media-icons/libs/sfsi_widget.php on line 539

Deprecated: Automatic conversion of false to array is deprecated in /home/theobepd/shekina/wp-content/plugins/ultimate-social-media-icons/libs/sfsi_widget.php on line 539
Facebook
YouTube