Mensajes Puros

QUIEN NOS SEPARARÁ DEL AMOR DE CRISTO?

Escuchen la poderosa verdad de Dios hoy! ¡La palabra de Dios nos declara en Romanos 8:35-39 que absolutamente nada, escuchen bien, nada nos puede separar del amor de Cristo! No importa cuán grande sea la tribulación, cuán oscuro sea el valle, cuán feroz sea la batalla, el amor de Dios permanece firme, eterno e inquebrantable.

ROMANOS 8:35-39 «¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36Como está escrito:Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;Somos contados como ovejas de matadero.37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.»

El apóstol Pablo nos hace esta pregunta retórica: ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Será la tribulación? ¿La angustia? ¿La persecución? ¿El hambre, la desnudez, el peligro o la espada? ¡Y su respuesta es un grito de victoria! ¡En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó!

¡No somos simplemente sobrevivientes! ¡No somos simplemente conquistadores! ¡SOMOS MÁS QUE VENCEDORES! No por nuestra fuerza, no por nuestras obras, sino por el poder del amor de Jesucristo que nos ha comprado con su sangre.

Hay un enemigo que quiere que creas que estás derrotado, que estás abandonado, que no hay esperanza. Pero escucha esto: “Ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”

¡Eso significa que no hay enfermedad que pueda separarte de su amor! ¡No hay traición que pueda arrancarte de su mano! ¡No hay pecado tan grande que su gracia no pueda cubrir! ¡No hay demonio en el infierno que pueda quebrantar el pacto eterno de su amor contigo!

Quiero que mires tu problema hoy y declares con fe: «No importa lo que enfrente, ¡el amor de Cristo me sostiene!» Sí, habrá momentos difíciles, pero el amor de Cristo es tu ancla. ¡Cuando las tormentas de la vida rugen, su amor te mantendrá firme!

El amor de Dios no es un amor humano. No es un amor que se cansa, no es un amor que se agota, no es un amor que depende de tus méritos. ¡Es un amor eterno, perfecto, sobrenatural! Un amor tan grande que lo llevó a la cruz, un amor tan fuerte que venció la tumba, y un amor tan cercano que habita en ti a través de su Espíritu Santo.

Así que hoy, levántate en fe. Mira al enemigo y dile: “Nada me separará del amor de Cristo.” Proclama esto sobre tu vida, sobre tu familia, sobre tu ministerio. Vive como un hijo de Dios que camina bajo el amor eterno del Rey de Reyes.

Porque si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? ¡Nada, absolutamente nada, te separará del amor de Cristo! Así que camina con autoridad, con valentía, con el fuego del Espíritu Santo en tu corazón. ¡Levántate como más que vencedor, porque en Cristo la victoria es tuya!

ORA CONMIGO:
«Padre celestial, te damos gracias porque nada nos puede separar de tu amor en Cristo Jesús. Hoy declaramos con fe que somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Señor, en medio de las pruebas, en la angustia, en el dolor, tu amor permanece firme y eterno. Llena nuestro corazón con tu Espíritu Santo y danos la valentía para caminar en esta verdad cada día. Reprendemos todo temor, toda duda, y proclamamos tu victoria sobre nuestras vidas. ¡A ti sea la gloria, la honra y el poder por los siglos de los siglos! En el nombre poderoso de Jesús. Amén.»

Comentarios

NO NOS DEJEMOS ENGAÑAR

Amados, la Palabra de Dios nos advierte claramente en 2 Tesalonicenses 2:3-4 sobre un tiempo de gran engaño y rebelión. Nos dice:

“Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición.”

Este pasaje es una alerta espiritual para todos nosotros, porque vivimos en tiempos en los que el espíritu de la apostasía ya está operando, y muchos corazones se están enfriando.

El apóstol Pablo nos habla de dos eventos que precederán la venida gloriosa de nuestro Señor Jesucristo: la apostasía y la manifestación del hombre de pecado. Y hoy, mi objetivo es animarlos a estar firmes, a discernir los tiempos y a vivir con un corazón preparado.

1. ¿QUE ES LA APOSTASÍA?
La apostasía, es el abandono de la fe verdadera. No estamos hablando de gente que nunca conoció al Señor, sino de aquellos que, habiendo conocido la verdad, han decidido apartarse, seducidos por las mentiras del enemigo. Este fenómeno no ocurre de la noche a la mañana. Es sutil. Empieza con pequeños compromisos, con tolerar el pecado, con priorizar las cosas del mundo sobre las cosas de Dios.

Jesús mismo nos advirtió en Mateo 24:12: “Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” ¿Estamos viendo esto en nuestra generación? ¡Claro que sí! La gente ya no busca la santidad, ya no llama al pecado por su nombre. Pero yo les digo hoy: ¡Despierten! ¡No caigan en el letargo espiritual!

2. EL HOMBRE DE PECADO: UN FALSO DIOS EN EL TEMPLO.
El apóstol Pablo nos describe al «hombre de pecado,» el anticristo, como alguien que “se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto.” Este hombre será el máximo engañador, sentándose en el templo de Dios y haciéndose pasar por Dios mismo.

Pero, ¿sabían que el espíritu del anticristo ya está activo en el mundo? 1 Juan 2:18 nos dice: “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos.” Esto significa que ya vemos sistemas, ideologías y filosofías que buscan reemplazar a Dios en nuestras vidas. Por eso debemos estar alertas y firmes en la verdad.

3. ¿COMO DEBEMOS RESPONDER?
Amados, este mensaje no es para llenarlos de temor, sino para prepararlos. ¿Qué podemos hacer como iglesia en estos tiempos peligrosos?

  • Permanezcan firmes en la Palabra: En tiempos de engaño, la única verdad es la Palabra de Dios. Jesús oró al Padre diciendo: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Lean, estudien, mediten y obedezcan las Escrituras diariamente.
  • Disciernan los tiempos: No ignoren las señales. No permitan que las cosas de este mundo los distraigan del propósito eterno.
  • Guarden sus corazones: Proverbios 4:23 dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” No permitan que el pecado, el orgullo o la tibieza se apoderen de sus vidas.
  • Vivan con esperanza: Aunque el mundo se oscurezca, nosotros no somos de los que retroceden. ¡Cristo viene pronto! Y cuando Él venga, toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor.

Conclusión: Manténganse en Cristo
Amados, no hay lugar para la tibieza en este tiempo. No hay lugar para la indiferencia. Hoy es el día de afirmar nuestra fe y de proclamar con toda convicción: “El Señor es mi refugio y mi fortaleza.” No temamos al hombre de pecado ni a los tiempos difíciles, porque tenemos una promesa: “Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).

Así que, ¡levántense como iglesia! No se dejen engañar, no se dejen seducir por los placeres temporales, y vivan con la mirada puesta en el cielo, porque nuestro Redentor Jesucristo vive y pronto vendrá con gloria y majestad.

Oración:

Señor Dios Todopoderoso, gracias por Tu Palabra que nos guía y nos alerta. Hoy te pedimos discernimiento para reconocer los tiempos y las artimañas del enemigo. Guarda nuestros corazones, Señor, para que no caigamos en el engaño ni en la apostasía. Fortalece nuestra fe para permanecer firmes en Tu verdad, viviendo en santidad y esperando con esperanza el regreso glorioso de nuestro Señor Jesucristo. Llénanos de Tu Espíritu Santo, para que seamos luz en medio de la oscuridad y nunca olvidemos que Tú eres nuestro refugio y nuestra fuerza. En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

“¡No Temas, Dios Está Contigo!”

Hoy quiero traerles una palabra que va sacudir nuestros corazones y avive nuestra fe.

ISAIAS 41:10 dice:“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”

Esta no es una simple frase para consolarte; ¡es un decreto celestial para tu vida! ¡Es una promesa directa del Dios Todopoderoso, el Creador de los cielos y la tierra!

Hoy te digo: ¡No temas! ¿Por qué? Porque el temor no tiene cabida en el corazón de alguien que está respaldado por el Rey de Reyes. El enemigo intentará usar el miedo para paralizarte, para detenerte, para apagar tu llamado. Pero Isaías 41:10 es un recordatorio de que no estás solo. ¡Dios está contigo!

¿Te has sentido débil? Escucha esto: Él es tu fuerza. No necesitas depender de tus propias capacidades, porque Él te da su poder. ¡El mismo Dios que partió el Mar Rojo, que derribó los muros de Jericó, está ahora a tu lado!

¿Te sientes abandonado? Dios dice: “Yo te ayudaré.” No importa cuán grande sea la batalla, Él está luchando por ti. Sus recursos no tienen límites, y su poder no tiene rival. Cuando creas que no puedes más, recuerda que Él no te soltará ni te dejará caer.

¿Estás enfrentando injusticias? Su diestra de justicia te levantará. Su justicia prevalece sobre todo lo que el mundo pueda lanzar en tu contra. ¡No estás a merced de las circunstancias! Estás en las manos de Aquel que gobierna con justicia eterna.

Así que hoy, declaro sobre tu vida que el temor se va. ¡Declaro que la fe toma su lugar! Declaro que en medio de tus pruebas, comenzarás a caminar con valentía, porque sabes que el Dios del universo pelea tus batallas.

Levanta tu cabeza. Tú no eres cualquier persona; ¡eres un hijo, una hija del Altísimo! La victoria no es una posibilidad para ti; ¡es tu destino!

¡No temas, porque Él está contigo! Camina con osadía, porque su diestra de justicia te sostiene. Y cuando salgas de este lugar, ve con la seguridad de que no importa lo que venga, Dios ya ha ido delante de ti, abriendo camino.

Asi que: ¡agárrate de esta promesa y nunca la sueltes! Porque con Dios a tu lado, el temor no tiene poder, y la derrota no es una opción.

Oración

Padre celestial, venimos delante de Ti con corazones agradecidos. Declaramos que no tememos, porque sabemos que Tú estás con nosotros. Señor, fortaléceme, renueva mis fuerzas y llena mi corazón de valentía.

Declaro que Tú eres nuestro Dios, nuestro escudo, nuestro refugio en tiempos de necesidad. Y te damos gracias porque siempre nos ayudas, porque nunca nos abandonas y porque nos sostienes con Tu diestra de justicia.

Señor, en el nombre de Jesús, reprendemos el espíritu de temor y declaramos que la fe y la confianza en Ti llenan nuestras vidas. Caminaremos en victoria, porque Tú peleas nuestras batallas y nos llevas de gloria en gloria.

¡Gracias, Padre, por Tu fidelidad! Te honramos y te damos toda la gloria. En el nombre poderoso de Jesús, amén.

Comentarios

El Verdadero Regalo de Navidad: Jesucristo, el Hijo que Nos Reconcilia

Hoy nos reunimos para reflexionar sobre el verdadero significado de la Navidad. Aparte de las luces, regalos y festividades, quiero invitarles a ir más profundo, y contemplar la grandeza de lo que realmente celebramos.

Navidad es la celebración del regalo más extraordinario que la humanidad ha recibido: el Hijo de Dios Jesucristo. El profeta Isaías lo declara con majestuosidad en:

ISAIAS 9:6: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”

Este versículo nos transporta al corazón del mensaje de Navidad. No estamos hablando solo del nacimiento de un niño, sino de la llegada del Salvador, del Rey eterno, de aquel que lleva sobre sus hombros la autoridad de todo el universo.

Que significa: “Un hijo nos es dado”. ¡Que Dios nos dio a Su Hijo! No porque lo mereciéramos, no porque lo buscáramos, sino porque Él nos amó primero. Él vio nuestro quebranto, nuestra separación, y decidió actuar. Jesús no fue un plan de emergencia; Él es el cumplimiento del eterno propósito de Dios para salvarnos y reconciliarnos con Él.

Ahora bien, ¿por qué vino este Hijo? La respuesta la encontramos en:

2 CORINTIOS 5:17-21: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

¡Este es el milagro de la Navidad! Cristo no vino simplemente para ser admirado en un pesebre; vino para transformar vidas, para hacer nuevas todas las cosas. Y no importa cuán lejos hayamos estado, no importa cuán rotas estén las piezas de nuestras vidas: en Cristo hay restauración, hay renovación, hay esperanza, hay un nuevo comienzo.

Así que, mientras celebramos esta Navidad, recordemos las palabras de Isaías: “Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” Este es el motivo de la Navidad: Jesús al que adoramos.

Más que celebrar con regalos o adornos, la Navidad es una invitación a reconciliarnos con Dios, a rendir nuestras vidas al Príncipe de Paz. Y esto lo podemos hacer orando en voz alta conmigo la siguiente oración:

«Padre celestial, hoy venimos ante Ti ,reconociendo Tu inmenso amor al enviar a Tu Hijo Jesús, el único que pudo cargar con nuestros pecados y darnos la vida eterna. Señor, sabemos que te hemos fallado, que nuestras vidas han estado lejos de Ti, pero gracias que en Cristo, tengo esperanza, perdón y un nuevo comienzo.

Señor, transfórmame, limpiame de todos mis pecados, derrama Tú paz sobre mi vida y renueva mi corazón, te lo pido en el nombre poderoso de CristoJesús, nuestro Salvador. Amén»

Comentarios

YouTube