HAGEO 2:6-9 » Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; 7y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. 8Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. 9La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.
Escucha bien lo que voy a decirte en este día, porque así dice el Señor de los ejércitos: “De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca” (Hageo 2:6). Hoy Dios nos está llamando a prepararnos para un movimiento de Su poder, a posicionarnos espiritualmente porque una gloria mayor está a punto de ser derramada. Esta no es una simple palabra de consuelo; esta es una declaración del Dios Todopoderoso, una promesa que no fallará. Escucha esta palabra profética: Dios va a sacudir los cielos y la tierra. Todo sistema, toda estructura y cada reino que no esté cimentado en Su verdad será sacudido. No temas cuando veas que las cosas a tu alrededor comienzan a estremecerse. Es el Señor purificando, el Señor estableciendo Su dominio y preparando a Su pueblo para Su gloria. Él está quitando todo lo que no refleja Su santidad. Tal vez sientes que en tu vida hay áreas que están siendo probadas, que Dios está permitiendo que ciertas cosas sean removidas. Hoy Él te dice que esta purificación no es para destrucción, sino para preparación, porque Su gloria viene. Dios quiere que nuestro corazón esté alineado con Su voluntad y lleno de Su Espíritu.
Y no solo está sacudiendo el mundo, sino también las naciones, porque así dice el Señor: “Haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones” (Hageo 2:7). Iglesia, el tiempo de la venida de nuestro Salvador está cerca. Todo este proceso de purificación, todo este sacudimiento, está preparando a Su iglesia y al mundo para el regreso de Cristo, nuestro Salvador, el Deseado de todas las naciones. Él es quien trae paz verdadera, libertad y restauración completa. Hoy el Señor nos recuerda que nuestra esperanza no está en las cosas temporales de este mundo, sino en Su venida gloriosa. Levanta tus ojos, porque tu redención está cerca.
Y el Señor ha declarado: “Llenaré de gloria esta casa” (Hageo 2:7). Esta es Su promesa de una gloria mayor, una gloria sobrenatural que llenará Su iglesia. No se trata de fama o riqueza humana, sino de Su presencia, Su fuego purificador, Su unción sobrenatural. Cuando Su gloria llena una casa, trae libertad, sanidad y salvación. Hoy es el día de preparar nuestros corazones y nuestras casas para que Su gloria repose. Esta gloria va a quemar el pecado, va a remover lo que no le agrada a Dios. ¡Hay algo glorioso y santo viniendo a Su pueblo! Dios viene con Su presencia como nunca antes, y Su gloria va a transformar nuestras vidas, nuestros hogares, nuestras iglesias.
El Señor también nos asegura Su provisión. Él dice: “Mía es la plata, y mío es el oro” (Hageo 2:8). Oh, escucha bien esto: Dios es el dueño de todo lo que existe. Tal vez piensas que no tienes los recursos o las fuerzas necesarias para cumplir el propósito de Dios en tu vida, pero Él te dice: “Todo lo que necesitas está en Mis manos.” No importa lo que parezca faltar en lo natural; el Señor es tu proveedor. Si Él te ha llamado, Él te sostendrá. Si Él te ha dado una misión, Él proveerá todo lo necesario. Dios va a suplir según Su poder y Sus riquezas en gloria. Él hará provisión para cada propósito que ha establecido en ti.
Y finalmente, Dios promete: “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera… y daré paz en este lugar” (Hageo 2:9). Hoy, Dios nos llama a mirar adelante, a dejar de mirar el pasado con nostalgia, porque lo que Él tiene preparado será mucho más glorioso de lo que ha sido antes. Lo que Dios tiene en el futuro para Su iglesia, para cada uno de Sus hijos, será aún mayor. Hoy, Dios quiere que su pueblo no se quede con la vista en lo que ya pasó. ¡Levanta tu mirada, porque Dios está a punto de manifestarse con un poder y una gloria mayor de lo que has visto! Su promesa es de una gloria y un avivamiento más grandes, de una unción más profunda y una paz duradera. Y esta paz no es como la que el mundo da; es una paz que sobrepasa todo entendimiento y llena nuestra vida en toda temporada, en toda situación.
Oh, Iglesia, es tiempo de prepararnos, de purificar nuestros corazones y llenarnos de Su Espíritu, porque Su gloria postrera está por manifestarse. Con esa gloria viene Su paz, Su provisión, Su poder. No temas al sacudimiento, porque Dios está obrando. Él te llama a mantenerte firme, a no desmayar, porque Su gloria viene para ti y para Su iglesia.
ORACIÓN: Padre eterno, gracias por Tus promesas y Tu fidelidad. Prepara nuestros corazones, Señor, para recibir esta gloria mayor, para permanecer en medio del sacudimiento y para caminar en Tu paz. Llénanos de Tu Espíritu, danos un corazón limpio y una fe firme. Que todo lo que no te glorifica se remueva de nuestras vidas, y que tu gloria llene nuestra casa y nuestras vidas. En el nombre poderoso de Jesús, amén.