Salmo 51:1 «Ten piedad de mí, oh Dios. conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado.»
Este fue el clamor del Rey David después de haber cometido adulterio con Betsabe, una mujer casada, y habiendo quedado embarazada, ordenó que a su esposo se le pusiera en primera linea de batalla, con el fin de que fuese muerto, y con ello encubrir su pecado.
El escrito demuestra la angustia de culpabilidad que estaba golpeando severamente a David.
Vivimos en un mundo lleno de personas que viven bajo la sombra oscura de la culpabilidad, una sociedad que necesita desesperadamente el perdón. Porque el perdón nos da el verdadero gozo cuando pedimos a Dios que perdone nuestros pecados. De esta manera, obtenemos una felicidad real que nos libera de la culpa.
Salmo 32:1-2 «Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.
La palabra «Bienaventurado, significa en el Hebreo original «Oh, cuanta felicidad!»
David está gozándose porque Dios ha removido los pecados que lo habían estado llenando de culpabilidad y verguenza.
Aquí, también descubrimos 4 términos sobre las malas acciones que llevaron a David por el camino errado:
1. Transgresión: es un acto voluntario de desobediencia a lo ordenado por Dios.
2. Pecado: ir en contra de la voluntad de Dios.
3. Iniquidad: comportamiento torcido hacia la perversión.
4. Y engaño: Traición, mentira, autoengaño, etc.
Sí has caído en el tormento de la culpabilidad a causa del pecado y te das cuenta de que el engaño esta comenzando a controlarte, te pido que te detengas. Detén esa caída y confiesa abiertamente tu mal ante el Señor.
O, has aprendido a vivir con un pecado sin confesarlo?; tienes una vida secreta, que nadie conoce?. Ten cuidado, estas en peligro. No vivas bajo la sombra de la culpabilidad.
Por otro lado, esos versículos demuestran la celebración de David acerca del perdón de Dios dando un giro a su vida cuando él recuerda su angustiado pasado.
Salmos 32: 3-4 «Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mí gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano.»
El pecado cuesta caro, David tuvo que pagar un un precio amargo por mantener su secreto. El conflicto interno le causó una enfermedad psicosomática, tuvo enfermedades físicas: su cuerpo envejeció, gemía todo el día, tenía que sufrir de día y de noche, y su vigor se secó.
Sin embargo, David hizo lo que debía hacer: Confesar su pecado.
Salmos 32: 5 «Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado.»
Si estas ocultando algún pecado, si sigues manteniendo áreas secretas de maldad, no esperes vivir libre de la culpabilidad. Un pecado escondido no puede coexistir con la paz interna.
Salmos 32:6 » Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán estas a él.
Esto lo podemos traducir como una invitación a todos los santos, a los creyentes para que en medio de «las caudalosas aguas», cuando todo parece inútil, seremos librados. Entonces, ya no hay culpabilidad.
Salmos 32:7 » Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás.
Dios es el único que nos protege, que nos preserva, que nos rodea y que nos da una nueva canción. Dios no es un Dios cruel que anda con una vara en la mano, buscando castigar a los pecadores.
Salmos 32:8 » Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.»
Estas son palabras de Dios hacia nosotros, dándonos dos cosas: entendimiento y sabiduría. «Sobre ti fijaré mis ojos» significa que Dios está presto a cuidarnos, protegernos, auxiliarnos en cualquier situación.
Pero a veces Dios usa la disciplina y el castigo, para que le seamos útiles, porque solo asi somos conducidos a los propósitos de Dios.
Salmos 32:10 » Muchos dolores habrá para el impío; más al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
Hay dos senderos, el de los impíos, el cual trae muchos dolores y el sendero de los justos, el cual trae misericordia que proviene de Dios.
Salmos 32:11 » Alegraos en Jehová y gozaos, justos; y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.
Mantente recto, detén la caída sombría y dañina, manteniendo un caminar recto. David ya no tiene culpa, ahora tiene gozo y canta con jubilo.
Quieres hoy declarar tu culpa, confesar tu pecado oculto?. Si has dicho que si, declara con tu boca esta oración: Amado Señor Jesucristo, tu Palabra dice que si confieso mis pecados, tu eres fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad. Por eso vengo delante de tu presencia a pedirte perdón, y que borres mis pecados. Declaro que a partir de este día, hago un nuevo pacto contigo de seguir tus mandamientos y preceptos. Rindo mi vida a ti, en el nombre de Jesucristo. Amén.