Categoría: Espíritu Santo

EL ESPIRITU SANTO, NUESTRO AYUDADOR

A veces, los nuevos creyentes piensan que sus vidas serán más fáciles ahora que son salvos, pero este no suele ser el caso. De hecho, podemos experimentar aún más desafíos y problemas. Ahí es cuando podríamos comenzar a preguntarnos dónde está Dios o por qué no está respondiendo nuestras oraciones como esperábamos. Si no sabemos qué camino tomar, podemos comenzar a sentirnos abrumados y solos. Pero si hemos aceptado a Jesucristo como nuestro Salvador y Señor, nunca estamos verdaderamente solos porque se nos ha prometido un Consolador que habitará dentro de nosotros: el Espíritu Santo.

Antes de que Jesús fuera a la cruz, les dijo a sus discípulos que les enviaría un Consolador.

JUAN 14: 15-18 “Si me amáis, guardad mis mandamientos. 16Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. 18No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. 

El Espíritu Santo es miembro de la Trinidad junto con el Padre y el Hijo. Sin embargo, es posible que algunos creyentes no entiendan que Dios en la persona de Su Espíritu se ha instalado en ellos. En lugar de vivir en el poder y las provisiones del Espíritu, simplemente hacen lo mejor que pueden con sus propias fuerzas y esperan el día en que finalmente puedan ir al cielo. El resultado es una vida insatisfecha llena de decepción en Dios.

Sin embargo, el problema no es Dios sino la ignorancia de la presencia y guía del Espíritu Santo en sus vidas. Todo lo que necesitamos para vivir la vida cristiana ha sido depositado dentro de nosotros. Si estamos dispuestos a rendirnos a Él, podemos recurrir libremente a los recursos del Espíritu de Dios. Nuestro divino Auxiliador siempre está ahí para asistirnos en nuestra necesidad. Él está siempre presente y trabajando activamente en nuestras vidas.

¿CUÁL ES LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO?

• Nos convence de pecado. “Y él, cuando venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8). En primer lugar, nos hace darnos cuenta de que somos pecadores que necesitamos la salvación para que nos arrepintamos y nos volvamos a Cristo en la fe y recibamos el perdón de nuestros pecados. E incluso después de la salvación, Él continúa convenciéndonos cuando no vivimos como debemos, recordándonos que el pecado ya no nos conviene porque somos seguidores de Jesús.

• Nos Sella. “En él (Cristo), también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en él con el Espíritu Santo de la promesa” (Efesios 1:13). En aquellos días, se usaba un sello para autenticar, mostrar propiedad y proteger. El Espíritu Santo nos sella en Cristo como hijos de Dios que ahora están bajo su protección divina. Este sello nunca puede ser roto, ni por Dios, ni por el diablo, ni por nosotros. Sin embargo, esto no significa que podemos pecar sin consecuencias. La convicción de Dios continuará, y Su disciplina seguirá.

• Habita en nosotros. “Pero si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Rom. 8:11). El Espíritu Santo es un don eterno enviado para vivir en nosotros, y estamos bajo Su dirección divina y facultados para hacer todo lo que Él requiera de nosotros.

• Nos enseña. “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas” (Juan 14:26). Porque Él es Dios, el Espíritu es un maestro que supera a todos los demás. Él nos guía mientras leemos la Palabra de Dios y nos ayuda a interpretarla con precisión. La Biblia es un tesoro asombroso que Dios nos ha dado, y mientras la leemos fielmente, pidiéndole al Espíritu que nos enseñe, Él nos ayudará a comprenderla.

• Nos revela la verdad. “Ahora hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado gratuitamente” (1 Cor. 2:12). Lo que se promete aquí es el conocimiento divino, que va mucho más allá de nosotros mismos y de este universo, y se encuentra en la Palabra de Dios. Puede que no entendamos de inmediato lo que significa un pasaje o cómo aplicarlo, pero si seguimos buscando y escudriñando la Palabra de Dios, el Espíritu nos dará entendimiento. Sin embargo, si dejamos de leer la Palabra, nos faltará la sabiduría que sólo viene de Dios.

• Nos guía. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad” (Juan 16:13). Nuestro Ayudante es también nuestro Guía. Él nos ayuda a discernir lo que es verdadero y nos guía para tomar las decisiones correctas. En lugar de buscar el consejo de otras personas, debemos pedirle al Espíritu Santo que nos dirija.

• Da fruto a través de nosotros. “El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23). A menudo, la forma en que estas cualidades de carácter se desarrollan en nosotros es a través de circunstancias que, de lo contrario, podrían hacer que respondamos de manera opuesta. Por ejemplo, si tenemos problemas para amar a alguien, el Espíritu Santo puede cambiar nuestra actitud si le pedimos ayuda y genuinamente deseamos caminar en obediencia a Él.

• Nos recuerda. “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). Aunque los discípulos de Cristo habían estado con Él y lo habían escuchado enseñar durante tres años, solo tuvieron sus recuerdos después de que Él se había ido. Para enseñar a otros acerca de Jesús, necesitaban que el Espíritu Santo los ayudara a recordar. E incluso hoy, necesitamos Su ayuda para recordar pasajes que se aplican a situaciones particulares. Si somos fieles en leer la Biblia, el Espíritu nos ayudará a recordarla.

• Nos equipa con dones espirituales. “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu” (1 Cor. 12:4). El Espíritu nos da habilidades especiales que nos permiten servirnos unos a otros de la manera que Él desea.

• Nos empodera. “Recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros; y seréis mis testigos” (Hechos 1:8). Su fuerza nos permite lograr todo lo que Él nos llama a hacer y nos equipa en cada área de la vida.

• Nos Llena. “Sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18). Esta es una vida gobernada y guiada por el Espíritu Santo y siempre consciente de Su presencia interior. Ningún creyente tiene una excusa legítima para no obedecer a Dios porque el Espíritu nos ha equipado a cada uno de nosotros para hacer lo que Él desea o manda.

Claro que para experimentar la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, necesitamos primero rendirnos al Señor Jesucristo. Por lo que lo invito a hacer la siguiente oración: » Padre Celestial, vengo delante de tu presencia, a pedirte perdón por mis pecados, me arrepiento de ellos. Y declaro que creo en que Jesucristo murió por mis pecados y que Dios le levanto de entre los muertos. Rindo mi vida a ti Jesús, ven a morar a mi corazón y lléname con tu Santo Espíritu. En el nombre de Jesús. Amén.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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PRINCIPIOS IMPORTANTES PARA TENER UNA VIDA PLENA

Los cristianos tenemos la opción de escoger entre dos caminos completamente opuestos; uno nos guía hacia la paz y el otro al estrés.

Podemos ser guiados por los principios bíblicos o dejarnos llevar por los sentimientos y las presiones del momento. Podemos ser dirigidos por el Espíritu, o dejarnos influenciar por lo que nos rodea. Podemos vivir confiados bajo el propósito y la dirección de Dios, o ir por la vida reaccionando ante las situaciones que enfrentemos.

La Biblia es el Libro que Dios usa para guiarnos en esta vida y contiene los principios que desea que sigamos. Mi propósito en este mensaje es compartir los principios más importantes que me han guiado durante todos estos años. Hay muchos más, pero estos son los que más han impactado mi vida y aquellos por los que estoy muy agradecido.

1. Obedezcamos a Dios y dejemos las consecuencias en sus manos. 

  • PROVERBIOS 3:1-4 » Hijo mío, no te olvides de mi ley,Y tu corazón guarde mis mandamientos;2Porque largura de días y años de vidaY paz te aumentarán.3Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;Átalas a tu cuello,Escríbelas en la tabla de tu corazón;4Y hallarás gracia y buena opiniónAnte los ojos de Dios y de los hombres.

De cierta manera, este principio viene a ser una base para todos los demás. Para que podamos aplicarlo, primero debemos conocer lo que el Señor desea que hagamos. Por eso es crucial que aprendamos a escucharlo. De lo contrario, podemos fácilmente comenzar a actuar por nuestra cuenta, en vez de dejarnos guiar por nuestro Padre celestial y por su Palabra.

2. Aprender a confiar en Dios para todo lo que necesitemos en la vida. 

  • PROVERBIOS 3:5-6 «Fíate de Jehová de todo tu corazón,Y no te apoyes en tu propia prudencia.6Reconócelo en todos tus caminos,Y él enderezará tus veredas.7No seas sabio en tu propia opinión;Teme a Jehová, y apártate del mal;8Porque será medicina a tu cuerpo,Y refrigerio para tus huesos.»

Una de las razones por las que a veces no obedecemos al Señor, es porque deseamos que nos dé todos los detalles de lo que pasará si le seguimos. Pero Dios no está obligado a revelarnos el futuro. Su deseo es que confiemos en Él aun cuando desconocemos las consecuencias que recibiremos. Por eso se requiere de mucho valor para dar pasos de obediencia.

Uno de los métodos que Dios usa para fortalecer nuestra confianza son las pruebas. Cuando enfrentamos oposición, fracasos y dudas, nuestra confianza puede debilitarse, pues no comprendemos su obra. En ese instante es que debemos recordar que el Señor es digno de nuestra confianza. Podemos descansar al tener la seguridad absoluta de que cumplirá cada promesa que nos ha dado. En vez de poner nuestra mirada en la situación que enfrentamos y preocuparnos, nos invita a que descansemos en su fidelidad. De hecho, es al sentirnos sin esperanza e indefensos ante las pruebas que recordamos cuán confiable es Dios.

3. Aprender a esperar la dirección y el tiempo de Dios. 

  • ISAIAS 64:4 » Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera.»

En ocasiones creemos saber el mejor camino que debemos seguir, pero solo el Señor conoce el futuro. Por tanto, debemos esperar a que nos guíe con su infinita sabiduría, conocimiento y entendimiento. Mientras esperamos, obra en nuestra vida para prepararnos, permite situaciones de acuerdo a su plan perfecto y prepara lo mejor para nosotros. Puede que no sea lo que anhelamos, pero nunca se equivoca, pues obra a favor de aquellos que esperan en Él.

4. Dar con generosidad para la obra de Dios. 

  • PROVERBIOS 3: 9-10 » Honra a Jehová con tus bienes,Y con las primicias de todos tus frutos;10Y serán llenos tus graneros con abundancia,Y tus lagares rebosarán de mosto.»

Cuando damos con generosidad, Dios se compromete a suplir para nuestras necesidades, para que podamos continuar contribuyendo a su obra en y por medio de la iglesia. La motivación para ofrendar nunca debe ser aumentar nuestras riquezas, sino vivir en obediencia ante el Dios todopoderoso. La generosidad nos protege contra la avaricia, el egoísmo y el materialismo; además nos enseña a confiar en que el Señor nos proveerá de todo lo que desea que tengamos.

5. Admitir que no puedo llevar la vida cristiana; es Cristo en mí. Esa verdad se expresa en:

  • GALATAS 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”.

Aunque demos nuestro mejor esfuerzo, si estamos apartados de Él, fracasaremos. Debemos depender por completo en Cristo, para que nos transforme y nos fortalezca.

6. Aceptar que Dios nos ama incondicionalmente. Cuando Cristo oró por sus seguidores, declaró que el Padre los amaba tanto como le amaba a Él.

  • JUAN 17:23 » Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

No hay nada que tengamos que hacer para merecer ese amor, pues no está basado en nuestros méritos, sino en la naturaleza de Dios y en nuestra relación con su Hijo. No hay nada que podamos hacer para que Dios nos ame más, o menos, o para que seamos separados de su amor.

7. Saber que Dios tiene control total de cada circunstancia de la vida. 

No somos víctimas de nuestras circunstancias, o de las acciones de otros porque Dios es soberano sobre todo, inclusive sobre las situaciones difíciles y dolorosas.

  • ROMANOS 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a losque conforme a su propósito son llamados”.

Este pasaje nos asegura que nuestro Padre celestial usa cada situación para nuestro bien y para su gloria. Su soberanía debe ser una fuente de consuelo, pues vivimos cubiertos por su divino amor, conocimiento, sabiduría y poder. Siempre es fiel y puede hacer uso de una gran adversidad para edificarnos y fortalecernos.

8. Depender por completo del Espíritu Santo para todo. 

Dios desea que reconozcamos nuestra absoluta dependencia en Él. Es la única manera en la que podemos crecer y estar protegidos contra el orgullo. Mientras un niño madura, se vuelve más independiente; pero en el mundo espiritual, depender más de nuestro Padre celestial es una muestra de madurez. Nos ha dado su Espíritu para enseñarnos su Palabra, transformarnos a la imagen de su Hijo y fortalecernos para obedecer y servirle.

9. Nuestro tiempo personal de meditación debe ser la prioridad de nuestra vida. 

Nada de lo que hagamos será tan esencial, fructífero o valioso como esto. Comience cada día dedicando tiempo con el Señor en oración y leyendo las Sagradas Escrituras. Reflexione en la Palabra de Dios. Humíllese delante de Él en adoración y alabanza, y aplique lo que ha aprendido.

El evangelio de Jesucristo puede penetrar el corazón más endurecido, transformar esa vida y cambiar su destino eterno. Nunca se avergüence de compartir el evangelio, “porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Ro 1.16).

Todo esto y otros principios pueden ser una realidad en su vida, como la ha sido en la mía y la de mi familia, sí tan solo hace a Jesús el Señor y Salvador de su vida. Y para ellos repita esta oración conmigo:

«Padre celestial, vengo delante de tu presencia, humillado ante ti y reconociendo que soy un pecador, los confieso, me arrepiento y me aparto de ellos. Ven a morar a mi corazón y has de mí una nueva criatura. Hago un nuevo pacto contigo de seguir tus mandamientos y preceptos. Abre mis ojos espirituales para que pueda comprender cuál es tu voluntad para mi vida atravez de tu Palabra. En el nombre de Jesús. Amén.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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ORANDO EN EL ESPÍRITU

Le tengo una buena noticia, usted tiene 2 intercesores de lujo intercediendo por usted. ¿Quiénes son?: EL ESPÍRITU SANTO y JESUCRISTO                    

¿Y qué es orar en el espíritu?         

Para poder contestar esta pregunta será necesario el análisis del siguiente versículo. Hay que contrastar orar en el espíritu con orar en la carne, ya que ambos son polos opuestos.

EFESIOS 6:18 » orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.

La oración en el poder de la carne depende de la capacidad y el esfuerzo humano para llevar a cabo la oración.

Todos sabemos lo que es sentirse muerto en la oración, es decir, tener dificultades para orar, quedarse sin palabras, sin nada que decir, o tener que esforzarnos para intentarlo. Jesús nos advirtió que no pensáramos que seriamos escuchados porque usamos muchas palabras.

MATEO 6: 6 » Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.«

No apoye su oración en la dicción, el ritmo, el lenguaje, la emoción o el volumen, ni tan siquiera que sea perfectamente compuesta.

Si orar en la carne es la falsificación o la imitación de la oración en el Espíritu ¿Qué es la definición genuina?

Orar en el Espíritu es experimentar el Espíritu de Vida que da vida a la oración. Orar en el EspÍritu significa que el Espíritu empodera la oración y la lleva al Padre en el nombre de Jesus. La oracion tiene una calidad de vida caracterizada por la calidez y libertad. Es cuando nos damos cuenta de que estamos en la presencia de Dios hablando con Dios El Espíritu Santo ilumina tu mente y conmueve tu corazón.

Bueno les hable al principio de 7 maneras en que el Espíritu Santo nos ayudará en nuestras vidas de oracion.

  1. EL ESPÍRITU SANTO TRABAJA EN NUESTRA VOLUNTAD PARA ORAR.

ROMANOS 8:5 «Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.»

FILIPENSES 2:13 «porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.»

2.    EL ESPÍRITU SANTO TRABAJA ANIMANDO NUESTROS CUERPOS.

MATEO 26: 40-41 » Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?, Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

ROMANOS 8:10 «Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia.»

3. EL ESPÍRITU SANTO TRABAJA LLEVANDO NUESTRAS ORACIONES AL PADRE.

ROMANOS 8: 26 – 27 «Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos

4.   EL ESPÍRITU SANTO NOS AYUDA EN LA MINISTRACIÓN DE NUESTRO ACCESO A DIOS.

 Efesios 2:18 «porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre

5.    EL ESPÍRITU SANTO NOS AYUDA EN LA ARTICULACIÓN DE NUESTRAS PALABRAS.

ROMANOS 8: 26 «Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

Recuerde que estamos hablando con el Espíritu Santo, nuestro Ayudador y Consolador, quien fue enviado por el Padre para que este con nosotros todos los días de nuestras vidas.

6.  EL ESPÍRITU SANTO ORA CON USTED Y POR USTED. 
Romanos 8:26 «Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

El Espíritu esta traduciendo lo que usted quiere decir e el lenguaje que ellos entienden y le esta diciendo lo que le conviene al Padre de nosotros.

7.    EL ESPÍRITU SANTO NOS AYUDA A RECORDAR QUIENES SOMOS.

ROMANOS 8:16 «El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.»

Mi ADN es hijo de Dios y nos recuerda que tenemos un Padre, que esta con nosotros. Y que tenemos al Espíritu Santo y a Jesucristo intercediendo por nosotros.

Conclusiones
Tenemos dos intercesores: El Espíritu Santo y Jesús . Que debemos orar en el Espíritu y no en la carne. El Espíritu intercede por nosotros con gemidos indecibles, pero también debemos de orar con el entendimiento, No busquemos ser elocuentes sino sinceros delante del Señor en nuestras oraciones.

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QUE HACER ANTES DE RECIBIR EL MILAGRO DE DIOS

HECHOS 1: 13-14 “Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.”

Se entiende por aposento alto, el mismo lugar donde los discípulos tomaron la cena de la pascua con Jesús; ellos debían volver a ese mismo lugar. Pedro tuvo que inspirar a la gente para que permanecieran en aquel lugar. Finalmente, quedaron ciento veinte personas, de muchas más que habían llegado. Los que permanecieron y perseveraron en aquel lugar, fueron los que vieron el milagro de recibir el bautismo del Espíritu Santo. Si, que difícil es obedecer sin conocer todas las cosas, a veces es más desesperante el obedecer y no ver inmediatamente los resultados.

¿Por cuánto tiempo estás dispuesto a obedecer, sin ver que algo pase?

Hoy veremos 5 cosas que debemos estar haciendo antes de recibir un milagro:

1- PERSEVERA EN EL LUGAR ADECUADO. (Mateo 6:6)(Hab.2:1)

Debes repetirte a ti mismo: Aquí es donde dijo Dios, y aquí me quedo. Pero muchas personas comienzan a desesperarse e irse. Pero a ti, que nadie te desmotive, por causa de que ellos no fueron capaces de esperar. A veces, en nuestra vida espiritual, renunciamos a nuestros milagros por dejar de obedecer en el tiempo que es requerido para que la promesa se manifieste.

2- NO MIRES A LOS SE HAN DESANIMADO. (Nehemías 4:2, 6)

La Biblia claramente nos dice que no hay recompensa para aquel que pone las manos en el arado y mira atrás. También nos dice que no nos cansemos de hacer el bien porque, a su tiempo, segaremos, si no desmayamos. Muchas veces, nosotros mismos hemos cancelado nuestro milagro porque vemos a los que están a nuestro alrededor desanimados, y no somos capaces de esperar por aquello que Dios prometió. Una de las cosas más grandes de la fe de una persona es su capacidad de esperar, y de permanecer firme, y que su fe no sea cancelada porque no conoce todo, y no sabe por cuánto tiempo más tiene que esperar.

3- NO VEAS LO NATURAL. (1 Cor. 2:14)

A veces, no entendemos que, en el mundo espiritual, las cosas ocurren instantáneamente, pero en el mundo natural hay ciertos procesos que no podemos obviar, hay cosas que tienen que ocurrir primero. Sin darnos cuenta, nos unimos con gente que nos desaniman, porque comienzan a rendirse. A Cristo le pasó; sus discípulos se desmotivaron un día cuando Jesús empezó a hablar de cosas complicadas. Ellos le dijeron al Maestro que la gente se estaba yendo, porque no todo el mundo resiste. Por eso es que tienes que saber que no es tan solo

obedecer a Dios sin saber todo lo que quisieras, es también hacerlo por el tiempo que sea necesario hasta que se suceda el milagro.

4- RODEATE DE LOS QUE PERSEVERAN UNÁNIMES EN ORACIÓN Y RUEGO. (Hechos 1:13-14)

Tú no has sido llamado a perseverar solo; tienes que hacerlo con un grupo de personas que esté orando en el mismo sitio en que tú estás. Por eso, es importante saber a qué grupo te unes. ¿Eres de los que persevera, o de los que se rinde? La gente piensa que esperar es no hacer nada. Debes entender que tu tiempo de espera no es por nada, sino que este es un tiempo de oración, es tiempo de declarar que vas a permanecer firme. La oración que estaba haciendo aquel grupo no era para recibir el Espíritu Santo, porque ellos ya habían tenido la promesa. La oración que estaban haciendo era para perseverar allí, en el lugar a donde Dios los había enviado. La oración era para que nada los sacara de su fe y convicciones. Tiene que haber un día en que te puedas unir a un grupo de personas y puedas perseverar en esa oración y conexión divina, para que nada ni nadie te mueva de lo que Dios tiene preparado para ti.

5- NUNCA RENUNCIES A TU MILAGRO. (Marcos 5:25-29)

Cuando tu mente te diga que debes renunciar, ahí es cuando tienes que doblar tus rodillas; cuando tu mente te diga que tus hijos no se van a convertir, ahí es cuando debes perseverar orando, para seguir creyendo que se van a convertir. Dios te promete que, si crees en él, serás salvo tú y tu casa; tu oración no debe ser que sea salva tu casa, sino que permanezcas creyendo esa promesa. Tu mente te va a decir que no lo creas y que no va a ocurrir, la mente te dirá que renuncies; ahí es que necesitas ponerte en oración y declarar la Palabra del Señor, hasta que el milagro ocurra. Y, cuando llegue el día asignado de Dios, el de repente de Dios, es cuando llegará el milagro, cuando menos lo esperes, tus ojos lo verán. Aleluya!

Hay gente que son capaces de perseverar y decir que lo desean tanto que van a esperar lo que tengan que esperar y no se moverán del lugar hasta que reciban lo que Dios prometió que recibirían. Hay que seguir perseverando hasta el último momento. La oración en esta hora es que tu fe se levante en tu corazón para permanecer firme.

Desde hoy, atrévete a moverte al lugar que Dios tiene para ti, a pesar de la incertidumbre. Cuando llegues al lugar que debes llegar, vas a perseverar hasta el momento necesario para que Dios te dé el milagro. Solo el que persevera es el que ve el milagro. Que tu tiempo de espera no te quite la fe; permanece creyendo hasta que la promesa se cumpla. Ora para que tus pensamientos se mantengan en orden, porque la palabra de Dios es firme; lo que Él dijo que haría, lo hará.

Que Dios te bendiga hoy y siempre

FUENTE: Gracias Pastor MIGUEL VARELA por sus enseñanzas

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