Categoría: Fe

La Cruz es Poder de Dios

1 Corintios 1:18 dice, "Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden, pero a los que se salvan, esto es a nosotros, es poder de Dios."

Para los no creyentes, el proposito original de la cruz era la verguenza, el sufrimiento y la muerte, pero para los cristianos es un simbolo que representa la crucifixión y la resurrección de Jesucristo. 

Su sepultura no fué el final, ya que la resurrección marcó la diferencia si la comparamos con los otros profetas. Sin embargo, para Dios, la cruz es un simbolo de salvación y vida eterna, porque la salvación está envuelta en la muerte del Señor Jesucristo.

La crucifixión no fué algo que le ocurrió a El, sino que fué algo que Dios planeó para su Hijo.

Hechos 2: 22-24 "Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fue se retenido por ella."

No fué algo que le sucedió a Jesús asi por así. Antes del principio, ya estaba en la mente de Dios.

No solo sabía cada detalle. Dios Padre sacrificaría a su Hijo Unigénito, permitiendo que la maldad e incredulidad de la humanidad lo llevara a cabo. Pero fué el Padre quien lo planificó todo.

Y lo hizo con el único proposito de perdonar nuestros pecados y no declararnos culpables.

Romanos 3:23-26 "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús."

De acuerdo a esta Palabra, aquellos que no han creido en Jesús, han sido destituidos de la Gloria de Dios por sus pecados y por lo tanto, sufrirían muerte eterna.

Es por eso que Dios, viendo la condición pecaminoza de la humanidad y motivado por su amor por nosotros, decidió venir al mundo en la persona de su Hijo Jesucristo.

El vino a este mundo con el próposito de morir. Por eso, Juan El Bautista declaró: He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Vino a este mundo, como cordero, a morir por nuestros pecados.

Solo Él podría hacerlo, pues tenía que ser alguien sin pecado y sin mancha. 1 Pedro 1:18-20 "sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros."

1 Pedro 2:24 "quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados."

Jesús nos rescató de nuestra vieja manera de ser, haciendose sustituto de nosotros, llevando todo pecado y culpa de la humanidad, muriendo en el acto de la crucifixión.

Tomó nuestro lugar para que seamos salvos. El sangró y murió en la cruz en nuestro lugar. Solo El podría hacerlo, pues tenía que ser alguien sin pecado. Con ello, pagó toda la deuda de pecado.

El gran engaño es pensar que si nos portamos bien iremos al cielo por nuestras buenas acciones. Eso es una idea completamente erronea. Escuche bien, las buenas acciones no añaden nada a nuestra salvación, quiza sumen a nuestro galardón, pero no tienen nada que ver con nuestra salvación. Es un gran engaño, iremos al cielo por gracia.

Lo que Cristo hizo en la cruz del calvario, fué suficiente para sacarnos de esta vida y darnos acceso al cielo.

Esa es la verdad del Evangelio y la esencia de toda la Biblia, la muerte sustitutiva de Cristo en la cruz y que lo aceptemos a El como nuestro salvador.

El es el único camino al cielo.

Como respondemos a estas verdades?

1. Pidiendole a Dios que perdone nuestros pecados y arrepentirnos de ellos.

2. Aceptar a Jesús como nuestro Salvador personal y Señor de nuestras vidas.

3. Rendir nuestras vidas a El. Aqui entra en acción el Espiritu Santo para ayudarnos a vivir la vida como a El le agrada.

4. Luego servir a Cristo. Reservarnos para El.

5. Y hablar a otros de Cristo. Tenemos que testificarle a alguien.

Para que esto se accione, entonces hagamos la siguiente oración: "Padre celestial, vengo delante de tu presencia, humillado a pedirte perdon por mis pecados. Me arrepiento de todos ellos. Declaro que a partir de hoy, tú eres mi Señor y Salvador. Creo que moriste en la cruz del calvario por mis pecados. Y que resucitaste de entre los muertos. Te prometo que seguiré tus mandamientos y preceptos y que te serviré y testificaré a otros de tí. En el nombre de Jesús. Amén."

 

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Tiempos de Prensado

Mateo 26:36-46 “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemani, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy ahí y oro. Y tomando a Pedro y a los hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo:mi alma está muy trizte, hasta la muerte, quedaos aquí y velad conmigo. Yendo un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible pase de mi esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como tú.

El Getsemaní es un lugar santo, es personal y privado. Y este es un momento donde Jesús hizo una oración personal, donde de alguna manera nos permite ver su lucha como humano, y así abrazar lo que habría de ser su llamado en el Reino de Dios.

Esto es tan importante, especialmente hoy, porque los cristianos actuamos como que no tuviéramos luchas en nuestras vidas. Pero hay momentos en que aún cuando nos saludamos alegremente, se está desatando un caos internamente que te hacen pensar si Dios existe.

O bien, no sabes exactamente qué es lo está pasando en tu vida, o por cuánto tiempo durará y cuando se va a terminar.

Este es un momento crucial en la vida de Jesús, nuestro amado Señor. Estaba pasando por un momento de ser prensado. Parecido a un momento que pudiéramos estar pasando nosotros mismos, donde llegamos a un punto límite, al punto de quiebre, al punto de ruptura.

Es un momento decisivo, un momento en que estas sujeto a una presión emocional, que te preguntas, Y donde está Dios?, Porque está silencioso?, Que está queriendo decirme?, Que vamos a hacer?

Lo qué está sucediendo  es que Dios ha ordenado que venga a tí esa presión y sientas que no puedes salir de eso. Y piensas que como buen Bautipentecostal, se te ocurre aplicar la Sangre de Jesús. O reprender al diablo y le ordenas que se vaya de tu vida.

Pero tu no puedes reprender lo que Dios ha ordenado para que pases.

Este es el momento por el cual Jesús está atravesando, pero aún cuando estemos pasando por esos momentos, necesitamos venir a la Iglesia para fortalecer nuestros pasos, para mantenernos firmes, someternos a su voluntad al proceso de lucha como un buen soldado de Cristo.

Jesús estaba ahí, pasando por un momento difícil. Habia tal presión que era indescriptible, porque iba a cargar con mis pescados, los tuyos y los del mundo entero.

Ademas El no se merecía eso porque era inocente y todo lo iba a llevar sobre sus espaldas.

Jesús dijo: Mi alma está extramadamente triste. Se sentía tan solo, ni siquiera los doce discípulos estaban con El. A Pedro, Jacobo y Juan, les pide que lo acompañen.

Esa es la clase de Dios que tenemos, que aún cuando sabe que Pedro le va a negar tres veces, le pide que venga a orar con El. Sino fuera por la clase de Dios que tenemos, no iríamos a la Iglesia.

El siempre nos va a pedir que vengamos a El, sin importarle nuestras debilidades, o nuestra inconsistencia y nos permite ver su humanidad, que el batalla en oración.

El Getsemani un lugar de prensado, de presión imperiosa. 

Ahí, Jesús le preguntó al Padre: puedo hacer tu voluntad sin tener que pasar por la crucifixión?, es posible obtener la bendición sin llevar la carga?, puedo obtener la promesa sin tener problemas?, de alguna manera puedes pasar esta copa de mi?.

Talvez te encuentres en una situación parecida y no te lo merezcas, pero tienes que pasar por ello.

Alguno de ustedes están aquí batallando por algo que no pidieron, que no fueron llamado a ello, que tu no lo querías, pero hoy vengo a decirte: que tú eres el hombre o la mujer para el trabajo.

Yo voy a orar hasta que tenga un rompimiento. Yo no merezco esto, no es justo, pero aquí voy a confiar en Dios.

Mi testimonio está hecho de momentos de prensado, mi unción está hecha de momentos de prensado.

El Getsemani es un lugar para hacer que el aceite fluya.

La única manera que el aceite sale, es sí la semilla de la oliva se machaca o se aplasta.

Yo no lo obtuve porque leí un libro de alguien, sino porque el enemigo escuchó que le pediste a Dios que te ungiera y él desató el caos sobre tu vida.

Hay alguna manera de obtener el aceite sin ser prensado? NO. Porque hay algo que tú aprendes en la batalla que no lo puedes obtener de otra manera. Porque hay una Gloría que está a punto de ser desatada en tu vida.

Por eso, Dios me dió este mensaje, para explicarte porque ha sido tan duro. Pues al ser aplastado, el aceite que saldrá de tí, será una unción tal que te va a volar la cabeza.

 Porque para llevar esta unción, no puedes estar con otra gente. De hecho Jesús lo hizo y entendió que debería ir más allá de sus discípulos más íntimos.

Porque hay un lugar en el espíritu donde no puedes llevar a nadie, ya que Dios te quiere llevar, es a otra dimensión.

En otras palabras, les estaba diciendo a sus discípulos, quédense aquí, porque voy a un lugar donde seré lavado, donde voy a entrar a adorar, estar con mi Padre. Y eso es lo que debemos hacer nosotros también.

Decir: necesito ver a Jesús, necesito su compañía, voy a postrarme sobre mi cara delante de Dios y llamarlo por su nombre. Porque tú punto de prensado, es siempre tu lugar de transformación, es tu punto de cambio. Es tu punto de partida.

Es más, ese momento de prensado es un signo de que las cosas están a punto de cambiar.

No solo tienes fé que vas a tener algo, sino también para hacerle ver al diablo con firmeza: Yo sé, que estoy saliendo de esto, yo no sé como, yo no sé cuando, posiblemente llore, posiblemente me queje, pero yo sé, que Dios me va a sacar de esto.

Jesús se percató que todo lo que necesitaba estaba enfrente de Él.

Nada necesitaba de lo que dejó atrás. En el momento que te das cuenta que lo único que necesitas está delante tuyo. Tú le puedes decir a tu pasado: Adiós.

Dios me ha enviado a decirte que todo lo que necesitas está enfrente tuyo. Nada de lo que necesitas está detrás de tí. Nada, ninguna persona, ninguna oportunidad, ningún grupo.

Porque el lugar que Dios tiene preparado para llevarte es a la voluntad de su propósito.

Hoy quiero que sepas que Dios está dispuesto a traer un rompimiento en tu vida. Quiero que sepas que esto no es tu vida, más bien es un momento en tu vida. Este es un momento de prensado. Tú historia no termina aquí.

Este es el lugar donde la presión te empuja a una Gloría que nunca habías tenido antes.

Tu estás en el Jardín de Getsemani, no estás perdido. Tú no has sido olvidado.

El Señor me dijo que tú no estás maldecido. Alguien sentirá que esta maldecido, pero quiero que sepas que ese es un espíritu de mentira, que viene del infierno. Tú no eres un maldecido, tú eres un bendecido.

Y el Espíritu Santo te trajo aquí hoy, porque algo maravilloso está por acontecer  en tu vida. Después de esto vas a caminar en la Gloría de Dios. En sanidad, en restauración, y en liberación. Así que alístate, porque tus días postreros serán mayores que tus días primeros. Esta es la historia de tu vida: llena de la Gloría de Dios.

Oración para que la unción venga sobre tu vida y la gloria de Dios se manifieste: “Señor, me humilló delante de ti y te pido perdón por mis pecados. Límpiame y lávame con la pr cuida Sangre de tu Hijo Jesucristo. Hoy yo reprendo la depresión, yo reprendo el temor, yo reprendo la soledad, yo vengo contra todo eso ahora. Yo no moriré en este lugar, yo no me voy a dar por vencido, porque el poder del Espíritu Santo desciende sobre mi, ahora mismo. Levantó mis manos y te digo: ! TE NECESITO PADRE!. Pasa de mí esta copa, pero que no sea mi voluntad sino la tuya. En el nombre de Jesús. Amén

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La Presencia del Espíritu Santo

Todos, como humanos, necesitamos estar conectados con otras personas, pero también tenemos una necesidad imperante espiritual de estar conectados con Dios y esto lo logramos mediante el Espíritu Santo.

Aquel que ha venido a morar en nosotros cuando hemos recibido en nuestro corazón a Cristo Jesús. Por sino lo sabías, el Espíritu Santo es una persona que nos fotalece, nos guía, y nos acompaña siempre, día a día, hasta que regrese nuestro amado Salvador.

Además, es tan poderoso como el Padre y como el Hijo. Quien ha estado presente desde la creación. Genesis 1:1-2 "En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas."

En otras palabras, el Espíritu Santo se movía sobre el caos.

Pero es tan poderoso que aun el mismo Hijo de Dios fué concebido por el Espíritu Santo.

Es tan poderosa la presencia del Espíritu Santo, que Juan el Bautista fué lleno de Él, en el vientre de su madre cuando María visitó a su prima Elizabet.

Es tan importante, porque Él está con nosotros en este momento y se sigue moviendo en la tierra.

Se sigue moviendo en medio de su Iglesia. Vino para levantar lo que se había perdido, vino a traer convicción de pecado, vino para romper las cadenas de opresión, y vino para ungirnos y poder predicar la Palabra de Dios a toda criatura con todo poder.

Y al manifestar las Palabras de Dios, los corazones de los que escuchan sean quebrantados y se vuelvan de las tinieblas a la luz admirable de Cristo.

El Espíritu Santo es tan poderoso que la mujer del flujo de sangre, vino a Jesús y se dijo asimisma, que sí tocaba el borde de su manto, sería sana. Y así sucedió, pero no fué por el manto que tenía el poder. Era el Espíritu Santo que fluía de Jesús.

Yo no sé cual es tu necesidad, pero el Espiritu Santo está aquí, quien puede ordenar las cosas, puede traer orden a tu casa, a tu familia, a tus emociones, a tus finanzas, puede traer sanidad a tu cuerpo, a restaurar tu casa y que toda tierra seca y árida, sea transformada por el poder del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es tan poderoso, que Jesús mismo, lo reconoció en su primer discurso, dijo "El Espíritu Santo está sobre mí…". A partir de ese momento, Jesús comenzó su ministerio, sanó enfermos, sanó leprosos, resucitó muertos, multiplicó los panes, caminó sobre las aguas, ordenó a las aguas del mar que se calmaran, libertó a los cautivos, restauró la comunión del hombre con Dios Padre y llevó la Palabra de Dios donde iba, etc.

Cuando el Espíritu de Dios está sobre tí, la bendición va sobreabundar en tu casa.

Y esto no es por nuestros buenos méritos, o porque nos portamos bien, no es por nosotros, sino por la gracia y el favor de Dios. Que viene atravez de Jesucristo, quien murió, derramó su Preciosa Sangre y resucitó de entre los muertos. Es la Grcia de Dios que hace que venga sobre tu vida y sea activado dentro de tí.

El Espíritu Santo es el Espíritu de Verdad.

Juan 16:13 "Pero cuando venga el Espíritu de Verdad, Él os guiará a toda la verdad.". Hoy tenemos tantas opiniones y posiciones ideológicas atravez de las redes sociales, que nos cansamos de tantas opiniones, pero es el Espíritu Santo quien nos ayuda a conocer la verdad, la cual se encuentra en la Palabra de Dios.

Por eso es que es vital que oremos, leamos, meditemos y creamos en esa Palabra, porque entonces, al conocer la verdad, el Espíritu Santo nos impregna de su poder para ser testimonio y llevar la Palabra a todos los rincones de la tierra.

Además te va a levantar, te va a dar valentía, te va a sorprender, toda barrera que el diablo haya levantado se va a caer, toda impureza se va, todo decaimiento se va, el ánimo viene, la fortaleza viene y una nueva visión viene a tu vida, la visión de que Cristo sea el Rey de tu vida.

Así que el llamado de Dios es para que la presencia de Dios sea real en tu vida.

Y como mántenemos esa presencia?.

Efesios 4:30 "No contristeís al Espíritu de Dios, con el cual fuisteís sellados para el día de la redención."

En otras palabras, no apaguemos al Espíritu Santo, no lo sofoquemos, respetémoslo, reconozcámoslo donde quiera que vayamos.

Efesios 4:31 "Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, griteria, malidicencia y toda malicia." Quitemos toda duda, quítemos toda incredulidad porque Él es quien te ayuda, Él es quien te acompaña, Él es quien te provee, Él es quien te dá lo que necesitas.

Hoy les pido que no lo ofendan, que no lo desprecien. Por eso, debemos tener cuidado en mantener la comunión con el Espíritu Santo, porque si lo hacemos, Dios va a pelear por nosotros nuestras batallas.

Revestidos de poder.

Hechos 1:8 "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."

Oremos para que Dios en su divina Gracia, nos bautice con el Espiritu Santo y nos lo active para que esté en nostors y nos acompañe día a día:

"Señor. Hoy te pido, que todo dolor, que toda amargura, que toda mala decisión sea desarraigada de mi vida por el poder del Espíritu Santo. Elijo perdonar, elijo ser pacificador, elijo la comunión con Dios, elijo la herencia de bendición, no la tentación, no la oferta del enemigo, úsame como a Pedro, dame el poder que estaba en ese aposento alto. Yo quiero vivir la victoria de Dios cada día, quiero vivir de gloria en gloria. Espíritu Santo, bautízame, tócame, cámbiame, necesito que la Sangre del Cordero me limpie. Señor Jesús, entra a mi corazón una vez más, perdona mis pecados, borra mis rebeliones. Señor, no quiero hacer mi voluntad, sino la tuya. Te pido Señor, ser la persona que tú quieres que yo sea, no quiero vivir de derrota en derrota, de fracaso en fracaso, de tristeza en tristeza, de depresión en depresión, quiero ir de gloria en gloria, y eso solo lo dá, el fuego de Dios. Que el fuego de Dios sea sobre mí, ahora. Las cadenas se rompen, las maldiciones generacionales se cortan. Necesito el toque de Dios, yo necesito el bautismo de poder. Ahora te lo pido Señor en el nombre poderoso de Jesús. Recibo el fuego de Dios, la autoridad de Dios, el poder de Dios. Cambia mi temor por coraje. Espíritu de temor fuera de mi vida. Espíritu de tristeza, de desanimo fuera de mí. Recibo el poder del Espíritu Santo. Sé bienvenido a mi corazón, a mi casa, a mi familia, a mi trabajo, a mi futuro, a mi destino gobernado por tí. Espíritu de Dios, tócame, lléname, límpiame, tómame. Quiero vivir contigo, quiero vivir a tu lado, sanado por dentro, sanado por fuera, sanado en las finanzas. Quiero el fuego de Dios, quiero el toque del cielo. Ahora. Lo recibo. Amen." 

 

 

 

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Levante La Mirada

Levante su mirada… pues en estos tiempos su misma vida depende de ello.

A causa de la tensión y las malas noticias que a diario vemos a nuestro alrededor, un espíritu de decaimiento intenta infiltrarse en nuestras vidas. Este espíritu nos bombardea con fuerzas negativas para que quitemos nuestra mirada de la Palabra de Dios y veamos hacia abajo, a la derrota, y no hacia arriba, a Jesús.

Si permiteimos que eso ocurra, nuestro ser espiritual comenzará a perder dominio. Y la Palabra nos enseña cuál será la consecuencia de dicha acción: su ánimo decaerá hasta desmayar.

Jesús lo describe de la siguiente manera en Marcos 4. Él dijo que cuando los afanes de este mundo entran en el corazón y en la mente, ahogan la Palabra, y ésta se hace infructuosa. Y como la fe es producto de la Palabra, ésta se marchita; y cuando eso ocurre usted va rumbo al fracaso.

¿Qué podemos hacer para detener esa reacción en cadena de decaimiento de ánimo?

¡Levante su mirada!, vuelva sus ojos a Jesús. Recuerdo que en las competencias atléticas, cuando algún oponente bajaba la cabeza, ya no representaba amenaza alguna para su adversario, pues podía ser muy fácil de vencer. Así que mantenga la frente en alto. No se enfoque en los afanes de este mundo, sino en Jesucristo, el Autor y Consumador de la fe. Consideremos lo que Dios dice en Su Palabra, y deje que Sus pensamientos gobiernen sus acciones. Haga de los pensamientos de Dios sus pensamientos.

¡Levante su mirada! Aparte su mirada de las circunstancias que le rodean, y enfóquela sólo en su fuente celestial. No tenga temor de perderlo todo; Dios es su fuente, no el mundo. Él puede cuidar de usted, sin importar lo que esté sucediendo a su alrededor.

Si se ha sentido decaído últimamente, empiece a levantar su mirada. Y en lugar de ver hacia abajo, vea hacia arriba; pues, Dios está arriba. En cambio, el diablo está abajo, debajo de sus pies. Por tanto, ¡levante su mirada!

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