Si alguien le preguntara a qué se refieren los cristianos al hablar de la voluntad de Dios, ¿qué le respondería?
Pues déjame decirte que la Voluntad de Dios es uno de los principios más importantes después de haber recibido a Jesús como el Señor y el Salvador de nuestras vidas. Porque él vivir a diario sin la guía y la dirección de Dios, es insensatez. Y qué bueno que nuestro modelo para hacer la voluntad de Dios es el Sr. Jesucristo y lo podemos ver claramente en este pasaje:
LUCAS 22:39-42 «Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»
En ese momento se preguntó: Hay alguna otra manera de redimir al mundo?, y el Padre le dijo, no!, esa es la única manera. Y Jesús le dijo: que no se haga mi voluntad sino la tuya, porque nada va a satisfacer, más que la voluntad del Padre. Dios nos creo para depender del Dios Todopoderoso, y Jesús reconocía esa dependencia para con el Padre.
Por lo tanto, La Voluntad de Dios es lo que Dios aprueba y determina llevar a cabo. Y concierne las decisiones de Dios de qué hacer y que no hacer.
Cuando hablamos de la voluntad de Dios, nos referimos al propósito de Dios, el plan de Dios y el deseo del corazón de Dios para cada uno de nosotros, porque Él tiene un interés personal en ello.
SALMOS 40:8 “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”.
Sin embargo, algunos creyentes asisten a la iglesia cada semana sin detenerse a pensar en la voluntad de Dios. Por tanto, no tienen idea alguna de cómo el Señor desea usarlos.
Debemos vivir cada día de acuerdo al propósito de nuestro Padre celestial, conforme a sus planes y en obediencia a sus deseos. Pero ¿cómo podemos estar seguros de que andamos en su voluntad? Sobre todo, si enfrentamos tiempos de dolor, sufrimiento y dificultad. Aunque las pruebas pudieran parecer contrarias a la voluntad de Dios, nos asegura que aquello que permite ha sido diseñado para nuestro bien; incluso los problemas y las dificultades.
CATEGORIAS DE LA VOLUNTAD DE DIOS
- La voluntad predestinada. Ciertos eventos han sido predestinados por el Señor y nadie puede ir por encima de su soberanía.
- La voluntad moral. Se refiere a las normas morales por las que Dios desea que el ser humano se guíe. Un buen ejemplo de esto son los Diez Mandamientos, los cuales se aplican a todas las personas.
- La voluntad deseada. El Señor declara de qué manera debemos vivir los cristianos.
- La voluntad circunstancial. Si hemos fallado y no podemos vivir de acuerdo a sus normas, Dios desea que sepamos cómo debemos reaccionar ante dichas circunstancias.
- La voluntad inmediata. Esta se refiere a lo que nuestro Padre celestial desea que hagamos en cuanto a la situación que enfrentamos.
COMO ESTAR SEGUROS DE LA VOLUNTAD DE DIOS?
Cada día debemos tomar decisiones, y cada una de ellas es una oportunidad para preguntarle al Señor lo que desea que hagamos. Estas decisiones pueden ser prácticas, morales, financieras o de cualquier otra índole. Cada aspecto de nuestra vida debe ser sometido a la voluntad de Dios, pues Él, ya ha escogido el mejor camino que debemos seguir. El Señor conoce cada situación que enfrentaremos desde nuestro nacimiento hasta el día de nuestra muerte. Solo Él tiene la sabiduría, gracia, bondad y misericordia para cambiar nuestro corazón y guiarnos en cada aspecto de la vida.
Para ayudarnos a reconocer si nuestras decisiones concuerdan con la voluntad de Dios, debemos hacernos las siguientes preguntas:
1. ¿La decisión concuerda con la Palabra de Dios? Su voluntad y su Palabra siempre concuerdan. El Señor se revela por medio de las Sagradas Escrituras y nos muestra la forma en la que obró en la vida de los hombres y mujeres de la Biblia. La única manera en la que podemos saber si Dios aprueba lo que hemos escogido hacer, es determinar si está de acuerdo con lo que enseña en su Palabra. Dios no desea esconder su voluntad de nosotros, sino que quiere revelarla a todos los que deseen obedecerlo de verdad. Sin embargo, si nos encontramos lejos del Señor y en pecado, no recibiremos su dirección hasta que primero prestemos atención a sus advertencias y nos pongamos a cuentas con Él. Para saber lo que debemos hacer, vaya a la Palabra de Dios y talvez no sepas a donde ir, pues hay indice en las Biblias relacionado a temas específicos donde Dios te dice si eso concuerda con la voluntad de Dios o no.
2. ¿Es una decisión sabia? Lo primero que debemos considerar son las consecuencias. Cada decisión produce consecuencias; algunas son de nuestro agrado y otras no. Así que, debemos evaluar los posibles resultados de nuestras elecciones y cómo pueden afectar a otros. Nuestras decisiones influenciarán a las personas de una manera u otra. Los que viven a nuestro alrededor observan la manera en que vivimos, lo que hacemos y cómo reaccionamos. Aunque es cierto que no podemos cumplir a la perfección la voluntad del Señor, sí podemos tomar decisiones sabias que beneficien su reino, la vida de otros y la nuestra.
3. ¿Puedo pedirle a Dios que me ayude a tomar una decisión? La vida cristiana consiste en una relación seria con el Señor, y no debemos intentar tomar decisiones por nuestra cuenta, para luego buscar su aprobación. Primero debemos preguntarle si es lo que desea que hagamos. Cómo vivimos en un mundo que se opone a Dios y a su justicia, somos incapaces de tomar decisiones sabias sin su ayuda y dirección.
4. ¿Tengo paz genuina en cuanto a la decisión? Al caminar dentro de la voluntad de Dios podemos disfrutar de paz verdadera y sentir agradecimiento por su dirección. Pero si nuestra decisión no concuerda con la voluntad de Dios, nos sentiremos irritados y llenos de dudas. Aunque quizás hemos tomado la decisión correcta, tenemos que estar seguros de si es o no el tiempo de Dios. Si nos adelantamos o nos atrasamos a su plan, pagaremos un alto precio.
5. ¿Concuerda esto con mi identidad como seguidor de Jesucristo? Si en verdad hemos nacido de nuevo y seguimos a Cristo, desearemos hacer su voluntad al adaptar nuestro comportamiento y acciones, para que concuerden con nuestra identidad en Cristo. Por ejemplo, la manera en la que hablamos, nos vestimos, reaccionamos y actuamos debe ser un reflejo de Cristo en nosotros. Si nuestras decisiones difieren de quienes somos en Cristo, entonces no son la voluntad de Dios.
6. ¿Concuerda esta decisión con el plan de Dios para mi vida? Algunas de las respuestas a nuestras preguntas relacionadas con lo que debemos hacer están reveladas de manera clara en la Biblia; pero en otras ocasiones, la situación específica que enfrentamos no se menciona en su Palabra. Por tanto, debemos considerar si nuestra decisión revelará alguna incongruencia entre nuestra conducta y nuestra vida cristiana. La hipocresía daña nuestro testimonio de Cristo.
7. ¿Honrará a Dios esta decisión? El Señor es glorificado cuando nuestras decisiones concuerdan con su Palabra; pero si no podemos dormir bien y no sentimos tranquilidad, debemos considerar lo que hemos elegido. Dios trae esa inquietud a nuestro corazón para protegernos de malas decisiones, pues nos ama y desea guiarnos hacia el mejor camino.
8. Como consecuencia de mi decisión, ¿sentiré arrepentimiento y pesar por el resto de mi vida? El momento para reflexionar en esta pregunta es antes de tomar una decisión, pues si no forma parte de la voluntad de Dios, el remordimiento y la inquietud que vendrá como consecuencia puede acompañarle toda la vida. Piense en esto: Dios quiere lo mejor para usted.
9. ¿Puedo esperar que Dios me recompense por esta decisión? Las decisiones que tomamos en esta vida determinan si nuestras acciones son dignas de recompensas en este mundo y en el cielo.
Me imagino que te estas preguntando: que puedo hacer para que todo esto que se ha mencionado se manifieste en mi vida?. Para ello, voy a invitarte a hacer la siguiente oración:
«Padre celestial, vengo delante de tu presencia para pedirte perdón por mis pecados, lávame y límpiame. Me arrepiento. Ven a morar a mi corazón y has de mi una nueva persona, que te ame y siga tu voluntad. Abre mis ojos espirituales para comprender tu Palabra y seguir tus caminos. Te lo pido todo en el nombre de Jesús. Amén.»
FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.