¡Dios te castigará por eso! La mayoría de nosotros ha expresado esas palabras por años. De alguna manera, hemos creído que a Él le gusta causarnos dolor y castigarnos cada vez que pecamos. Pero no es cierto. Es verdad que la paga del pecado es muerte; sin embargo, no es Dios quien la ocasiona.

La Biblia dice que por miles de años ha estado en vigencia una maldición, pero el diablo es el causante de ella, no el Señor. Dios nos advierte acerca de ésta en Deuteronomio 30:19. Después de describir en detalle las bendiciones que recibirán los que siguen al Señor y las graves consecuencias que sufrirán los que se aparten de Él, dice: «… os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia».

Analícelo de la manera siguiente. Existe un lugar que se llama maldición. Dios nos advierte acerca de ese lugar y nos insta a no tomar el camino que nos conduce allí. Ahora, Él nos ha dado libre albedrío para que escojamos el camino que queramos seguir. Si elegimos el camino que lleva a la maldición, y no nos desviamos; allí llegaremos. ¿Será porque Dios nos envió? ¡No! Pues Él nos advirtió que no fuéramos ahí.

Es vital tener presente que no importa si se encuentra en el camino hacia la maldición o está viviendo en ese lugar, Dios puede rescatarle en cualquier momento. Lo sacará de ahí; y lo hará libre de enfermedades, vicios y cualquier cosa que le tenga esclavizado.

Si usted hoy se encuentra en el camino equivocado y ve la destrucción que se avecina, arrepiéntase y tome el buen camino. Encomiende su camino a Jesús para que Él le libere de cualquier cosa que le tenga cautivo. Para comenzar, usted puede orar: Señor Jesús, he tomado el mal camino y ahora mismo te pido que me perdones. Quiero escoger la vida y Tu camino. Por favor, libérame de esta atadura y lléname de Tu Espíritu Santo. ¡Gracias, Señor!

Recuerde que no importa lo que haya hecho, Dios no quiere castigarlo, sino perdonarlo. Él desea salvarlo y levantarlo. Confíe en Él para que le ponga en el camino de la vida hoy.

 

Fuente: Gracias por sus enseñanzas Pastor Kenneth Copeland

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