Al adorar a Dios debemos hacerlo con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma. Porque cuando eso sucede, las limitaciones, las fronteras, lo imposible se rompen por el poder del Espíritu Santo de Dios. Cuando su pueblo amado le viene a adorar de corazón, él desciende sobre ese lugar.

HECHOS 16: 23-26 » Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. 24El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.25Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 26Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron».

Pablo venia de un viaje misionero pero en diferentes lugares casi siempre era apedreado, azotado, herido o puesto en prisión por algo que no había cometido y esto último, le sucedió cuando llegaron a Filipos.

Todo iba bien mientras ministraban al pueblo de Dios, pero habían echado fuera el espíritu de adivinación de una muchacha y quienes tenían ganancias sobre ella los acusaron injustificadamente diciendo que Pablo y Silas alborotaban la ciudad y traían doctrinas diferentes a las de Roma.

Los historiadores bíblicos manifiestan que esta era una de las peores cárceles de aquel tiempo, estaba construida en piedra debajo de la población de Filipos. Su único delito fue echar fuera un demonio, estaban heridos y azotados en una cárcel llena de suciedad, fría y precaria de la que no sabían si saldrían vivos. Aún en estas condiciones Pablo y Silas estaban cantando y adorando al Dios todo poderoso.

Pablo y Silas estaban haciendo dos cosas:

1. No se quejaban de la situación en la que se encontraban dentro de la cárcel. No tenían una mente de víctima, ni se quejaban con Dios por haber sido puestos en ese lugar. 

2. A media noche cantaban himnos a Dios y los presos los oían. Ellos estaban orando y exaltando al señor Dios Todopoderoso.

Es decir que en medio de esas condiciones difíciles, estos hombres no estaban pensando en otra cosa sino en alabar y exaltar el nombre de Dios. No era una alabanza simple, sino que salía de lo más profundo de su corazón.

Aquí se explica claramente cómo es que nosotros, los hijos de Dios, debemos de alabar al Dios todopoderoso.

HEBREOS 16:26 «Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.

Por causa de la adoración, el poder de Dios descendió sobre esa cárcel y hubo un terremoto que removió sus cimientos. Era tal el impacto de esta adoración y alabanza que todas sus cadenas fueron sueltas.

Cuando adoramos de la manera en que Pablo y Silas adoraban, en espíritu y en verdad, no solo somos liberados nosotros sino también el resto de la gente que está a nuestro lado. La Iglesia por mucho tiempo ha estado deprimida y cansada, pero, no nos podemos quedar todo el tiempo en ese lugar, porque la alabanza y la adoración de un pueblo es poderosa.

Debemos hacerlo de esta manera porque la vida fluye de la adoración y la alabanza a Dios, porque nosotros necesitamos experimentar lo que Pablo y Silas experimentaron en ese momento.

Pablo perseguía a la iglesia en el nombre de Dios pero cuando estaba en la plenitud de su odio contra la iglesia, el Señor se le apareció. y Jesús preguntó a Pablo: «por qué me persigues?,

En ese momento Pablo vio en Jesús algo que desbarató todo su corazón y su vida completamente, en un instante lo transformó de una sola vez. Y desde entonces él pudo decir: Una cosa me he propuesto, predicar a Cristo y a éste crucificado y resucitado.

Lo interesante es que ni los golpes, ni las cárceles, ni que lo apedrearan; nada podía silenciar la adoración y la alabanza de Pablo. ¿Qué hizo Jesus para que Pablo respondiera de esa manera?

1 TIMOTEO 1:13 «Habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.»

Pablo, un asesino y perseguidor de la Iglesia que merecía el juicio de Dios se encontró con Jesucristo y lo que vio en Él fue la misericordia y el amor de Dios hacia él. Fue una transformación increíble, en un instante este hombre cayó rendido y no se levantó si no era con instrucciones de lo que debía de hacer de parte de Dios.

No tenemos que esperar para que algo nos llame, sino que nosotros espontáneamente debemos adorar y exaltar el nombre de Jesus. Y es que cuando Pablo se dio cuenta de su verdadera condición de vida, no le importaron todos sus títulos delante del amor de aquel que murió por él.

¿Por qué es que no podemos adorar a Dios de la manera como Pablo y Silas lo hacÍan?, pues todo es por nuestra falta de amor hacia Jesús, y no le amamos más porque no conocemos cuánto nos ama Dios a nosotros.

El amor de Dios se manifestó enviando a su hijo Jesucristo, para que él pudiera ser crucificado en la cruz del calvario y que nosotros pudiéramos tener la vida eterna. Lo mas grande que existe es que Dios nos ama incondicionalmente y lo que nosotros estamos pasando no nos va a vencer porque el amor de Dios es poderoso.

Si experimentamos el amor de Dios cada día, no hay nada ni nadie que pueda detenernos para exaltar y bendecir el nombre de Dios y darle la gloria y alabanza a nuestro Padre Celestial.

Cuando estamos conscientes que Dios nos ama tanto, que lo que estamos pasando no nos podrá vencer, asi que en cualquier prueba, tribulación, o circunstancia, lo único que podemos hacer es adorarlo y alabarlo de todo corazón.

Romanos 8:37-39 «en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,  ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Con la certeza de que nada nos podrá separa del amor de Cristo, todo lo que estemos pasando tiene que pasar y terminar. Por lo tanto es tiempo de decretar, es tiempo de proclamar tu victoria, tu rompimiento, tu milagro, tu petición, en el nombre de Cristo Jesús.

FUENTE: Gracias PROFETA DIANA, Ministerio El REy Jesús.

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