Todos en algun momento de nuestras vidas enfrentamos momentos difíciles, que nos hacen sentir abrumados, como si las cosas estuvieran fuera de control y nos sentimos amenazados por la derrota, la verguenza y la desesperación.

Cuando enfrentamos estas batallas, nuestra mayor defensa es tener una fé fuerte en el Dios Todopoderoso, fundamentado en la Palabra de Dios. Porque entonces, podremos vencer cada problema que se presenten en la vida y salir victorioso.

Si hay alguien que salió triunfador fue el Rey David ante Goliat demostrando confianza y seguridad, 1 Samuel 17:45-47 "  Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos."

Wow, que declaración mas impresionante, eso demuestra una fé impactante, sobretodo de en quien tiene su confianza.

Y que aplicación tiene hoy la historia de un pastor de ovejas y un gigante.

Lo que pasa es que todos tenemos nuestros propios goliats en la vida y vienen en todos los tamaños y formas. Los goliats pueden ser una persona, o un hábito, de una relación, o una situación que le hace sentir abrumado.

No es que no vayas a padecer aflicciones o que no vayas a sangrar, pero al final saldrás triunfador.

Ganar nuestras batallas como David lo logró, implica que sigamos los siguientes pasos:

1. Recuerda las victorias pasadas. 1 Samuel 17: 32-36 "Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente."

Cuando David se entrevistó con el Rey Saul, no se enfocó en la oposición e inmediatamente comenzó a pensar que fué lo que hizo para tener una victoria: maté a un osos y a un leon. Y si pudo matar a un oso y a un leon. Si Dios los entregó en mis manos, tambien Dios entregará en mis manos a este filisteo incircunciso que provoca al Dios viviente y profana el nombre mismo de Dios.

Así que recuerde las victorias que Dios le ha dado en el pasado.

2. Debo preguntarme: Porque quiero la victoria?. Para alardear?, o porque estoy cansado de lidear con los problemas?, o porque buscamos nuestro propio beneficio?, o porque queremos que las cosas sean mas fáciles?, que todo el mundo nos quiera, que todo nos salga bien?.

La verdad es que Dios no procura que todo sea fácil, sino mas bien, busca hacernos mas parecidos a Jesús.

David no le dijo al Rey, le diré lo que vamos a hacer: si me dá su hija en matrimonio, suficiente dinero y libera a mi familia, entonces me desharé de Goliat.

David no negoció con el Rey Saul. En su conversación con él, jamás mencionó el dinero, o a la hija del rey o la libertad de su familia. Sino que mencionó lo que dominaba su pensamiento: deshagamonos de este incircunciso que está retando la soberanía del Dios de Israel.

3. La fe que vence, es una fé que rechaza las palabras desalentadoras de los demás. David va al frente de batalla enviado por su padre para ver si sus hermanos estaban bien.

1 Samuel 17: 26-30 "Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?. Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que le venciere. Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?. Y apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta de antes."

De acuerdo a este relato, David va al frente de batalla y se encuentra con su hermano Eliab. Quien lo increpó y si le hubiera hecho caso, se habría regresado a su casa. Es mas, si le hace caso, hubiera perdido la oportunidad de dar un paso importante hacia su destino.

Inclusive, se negó a escuchar los comentarios del Rey Saul. 1 Samuel 17: 33 "Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud." 

Así que tengamos mucho cuidado a quien le escuchamos. Por eso es que el tiempo de meditación a solas con Dios es vital. David tenia el hábito de escuchar a Dios, y se negó a escuchar consejos insensatos.

4. Una fé verdadera es una que reconoce la naturaleza verdadera de la batalla. La verdadera naturaleza es que un Dios peleaba contra otros dioses, estaban Dagón y Belzebú y Jehová el Dios verdadero.

Y ésta es la verdadera razón por la cual leemos en él. 1 Samuel 17:47 "Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos." David se decía en otras palabras, que esta batalla es entre sus dioses y nuestro Dios. Voy a demostrarles que Dios es Dios y que se encaragará de esos dioses.

No hay duda que, lo que el enemigo quiere es tratar de parar el cumplimiento de nuestros propósitos y sueños que Dios ha puesto en nosotros. Pero si entendemos lo que está pasando, la situación se aclara, y ya no nos preocuparán las burlas, o las críticas.

Por lo tanto, nuestro enfoque debe estar puesto en Dios, confiar en El y entonces veremos la victoria en nuestras vidas. Por esos es que el tiempo más importante es el que pasamos a solas con Dios. Ahí es donde se ganan las batallas.

Se ganan las batallas en nuestras mentes, corazones y espíritu. Creyendo que Dios es capaz, por lo tanto, la victoria es un hecho.

Oremos: "Señor, gracias por tu amor por nosotros y por las historias sobre siervos tuyos, que fueron hombres y mujeres como nosotros, que confiaron en tí y tú les diste la victoria. Oro para que el Espíritu Santo nos dé la victoria y así darle la gloria y la honra a Dios. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén."

 

 

 

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