DANIEL 10: 2-3 » En aquellos días yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas. No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas.»

Nuestra iglesia terminó un ayuno de 21 días que muchos han denominado, “el ayuno de Daniel” y tiene como base bíblica el capítulo 10 del libro del profeta Daniel. Quiero recalcar, en esta lección, lo que ocurrió con Daniel después de su ayuno de tres semanas (21 días) y tomarlo como ejemplo de lo que Dios quiere hacer con nosotros. Durante este tiempo estuvimos orando con propósitos específicos para cada día, pero lo más importante es el propósito que Dios tiene para nosotros. Analicemos, brevemente, lo que experimentó Daniel al concluir su ayuno de 21 días.

I. ERA UN TIEMPO DE MUCHAS DIFICULTADES

   A. Estaban cautivos en Babilonia

DANIEL 10: 1 «En el año tercero de Ciro rey de Persia fue revelada palabra a Daniel, llamado Beltsasar; y la palabra era verdadera, y el conflicto grande; pero él comprendió la palabra, y tuvo inteligencia en la visión.»‘

       1. Los estaba obligando a cambiar su costumbres, les enseñaban cosas ajenas a su cultura; el rey de Babilonia pretendía, incluso, decidir lo que comerían.

       2. Pero Daniel y sus amigos estaban dispuestos a no claudicar ante la presión de sus detractores.

       3. Dios siempre estuvo cumpliendo su propósito en ellos y su vida transcurrieron entre persecución y violencia y tiempos de bonanza.

 B. Daniel siempre tuvo en mente su propia identidad y lo que Dios esperaba de él.

       1. Aun en su cautiverio, siempre mantuvo activa su adoración a Dios.

       2. Ninguna situación, por difícil que fuera, cambiaría su forma de adorar a Dios.

       3. Ni siquiera los peligros de muerte cambiaron su amor hacia Dios.

II. EN UN TIEMPO DE AFLICCIÓN DECIDIÓ AYUNAR 

DANIEL 10: 2-3 «2En aquellos días yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas. 3No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas.

  A. Lo mejor que podemos hacer en tiempos de dificultad es presentarnos delante de Dios en ayuno y oración.

        1. Daniel lo hizo y Dios actuó a través de él para cosas grandes y poderosas.

         2. No importa cuan difícil sea tu situación, Dios tiene control de tu vida y cuando te presentas delante de Él  en ayuno y oración le estás diciendo que Él es más importante que cualquier otra cosa.

         3. Lo más importante de tu ayuno es lo que Dios va a hacer en tu vida.

  B. No pienses que al concluir los 21 días de ayuno ya cumpliste con tu compromiso.

        1. No es un compromiso, es un sometimiento completo ante Dios para Él haga Su voluntad en ti.

        2. Pero tienes que estar atento porque Dios lo va hacer en Su tiempo y no cuando tu lo deseas.

        3. Ya terminaste tu ayuno, ahora abre tus ojos para que veas la gloria de Dios.

III. DIOS SE MOSTRÓ ANTE DANIEL 

DANIEL 10: 4-21 «4Y el día veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel. 5Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. 6Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. 7Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron. 8Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno. 9Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras, caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi rostro en tierra. 10Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. 11Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando. 12Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. 13Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. 14He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días. 15Mientras me decía estas palabras, estaba yo con los ojos puestos en tierra, y enmudecido. 16Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza. 17¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento. 18Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció, 19y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido. 20Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá. 21Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.» 

  A. El día 24 del mes primero Dios se presentó ante Daniel.

       1. El resultado de su ayuno se estaba mostrando ante sus ojos.

       2. En ese momento se dio cuanta que esos 21 días habían sido efectivos.

       3. Prepárate porque Dios se va presentar delante de ti para hacer Su voluntad.

B. Daniel contempló la gloria de Dios en todo su esplendor.

       1. Solo Daniel vio aquella visón porque solo él estaba en la presencia de Dios. El resto de las personas huyeron aterrorizadas.

       2. Primero contempló la gloria de Dios; después escuchó Su voz y finalmente sintió su poderosa mano tocándolo.

       3. Dios le hizo entender que lo que estaba ocurriendo era el resultado de su humillación, su ayuno, su oración, su entrega y su adoración (v.12).

Mi hermano, Dios vio tu humillación ante Él y por las palabras de tu oración Él viene a socorrerte. Habrá posición, eso no lo dudes, pero tampoco dudes que Dios tiene todo bajo control. El enemigo tratara de afligirte pero Dios vino para darte vida en abundante. Este tiempo después del ayuno es muy importante porque empezarás a ver la manifestación de Dios en tu vida y en tu familia. No bajes la guardia, mantente activo, sigue clamando en la presencia de Dios porque Él se está acercando a ti para mostrarte Su gloria, para extender Su mano hasta ti y para suplir lo que necesitas.

FUENTE:  Gracias Pastor DAVID ROMERO por sus enseñanzas.

Comentarios