Todos, como humanos, necesitamos estar conectados con otras personas, pero también tenemos una necesidad imperante espiritual de estar conectados con Dios y esto lo logramos mediante el Espíritu Santo.

Aquel que ha venido a morar en nosotros cuando hemos recibido en nuestro corazón a Cristo Jesús. Por sino lo sabías, el Espíritu Santo es una persona que nos fotalece, nos guía, y nos acompaña siempre, día a día, hasta que regrese nuestro amado Salvador.

Además, es tan poderoso como el Padre y como el Hijo. Quien ha estado presente desde la creación. Genesis 1:1-2 "En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas."

En otras palabras, el Espíritu Santo se movía sobre el caos.

Pero es tan poderoso que aun el mismo Hijo de Dios fué concebido por el Espíritu Santo.

Es tan poderosa la presencia del Espíritu Santo, que Juan el Bautista fué lleno de Él, en el vientre de su madre cuando María visitó a su prima Elizabet.

Es tan importante, porque Él está con nosotros en este momento y se sigue moviendo en la tierra.

Se sigue moviendo en medio de su Iglesia. Vino para levantar lo que se había perdido, vino a traer convicción de pecado, vino para romper las cadenas de opresión, y vino para ungirnos y poder predicar la Palabra de Dios a toda criatura con todo poder.

Y al manifestar las Palabras de Dios, los corazones de los que escuchan sean quebrantados y se vuelvan de las tinieblas a la luz admirable de Cristo.

El Espíritu Santo es tan poderoso que la mujer del flujo de sangre, vino a Jesús y se dijo asimisma, que sí tocaba el borde de su manto, sería sana. Y así sucedió, pero no fué por el manto que tenía el poder. Era el Espíritu Santo que fluía de Jesús.

Yo no sé cual es tu necesidad, pero el Espiritu Santo está aquí, quien puede ordenar las cosas, puede traer orden a tu casa, a tu familia, a tus emociones, a tus finanzas, puede traer sanidad a tu cuerpo, a restaurar tu casa y que toda tierra seca y árida, sea transformada por el poder del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es tan poderoso, que Jesús mismo, lo reconoció en su primer discurso, dijo "El Espíritu Santo está sobre mí…". A partir de ese momento, Jesús comenzó su ministerio, sanó enfermos, sanó leprosos, resucitó muertos, multiplicó los panes, caminó sobre las aguas, ordenó a las aguas del mar que se calmaran, libertó a los cautivos, restauró la comunión del hombre con Dios Padre y llevó la Palabra de Dios donde iba, etc.

Cuando el Espíritu de Dios está sobre tí, la bendición va sobreabundar en tu casa.

Y esto no es por nuestros buenos méritos, o porque nos portamos bien, no es por nosotros, sino por la gracia y el favor de Dios. Que viene atravez de Jesucristo, quien murió, derramó su Preciosa Sangre y resucitó de entre los muertos. Es la Grcia de Dios que hace que venga sobre tu vida y sea activado dentro de tí.

El Espíritu Santo es el Espíritu de Verdad.

Juan 16:13 "Pero cuando venga el Espíritu de Verdad, Él os guiará a toda la verdad.". Hoy tenemos tantas opiniones y posiciones ideológicas atravez de las redes sociales, que nos cansamos de tantas opiniones, pero es el Espíritu Santo quien nos ayuda a conocer la verdad, la cual se encuentra en la Palabra de Dios.

Por eso es que es vital que oremos, leamos, meditemos y creamos en esa Palabra, porque entonces, al conocer la verdad, el Espíritu Santo nos impregna de su poder para ser testimonio y llevar la Palabra a todos los rincones de la tierra.

Además te va a levantar, te va a dar valentía, te va a sorprender, toda barrera que el diablo haya levantado se va a caer, toda impureza se va, todo decaimiento se va, el ánimo viene, la fortaleza viene y una nueva visión viene a tu vida, la visión de que Cristo sea el Rey de tu vida.

Así que el llamado de Dios es para que la presencia de Dios sea real en tu vida.

Y como mántenemos esa presencia?.

Efesios 4:30 "No contristeís al Espíritu de Dios, con el cual fuisteís sellados para el día de la redención."

En otras palabras, no apaguemos al Espíritu Santo, no lo sofoquemos, respetémoslo, reconozcámoslo donde quiera que vayamos.

Efesios 4:31 "Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, griteria, malidicencia y toda malicia." Quitemos toda duda, quítemos toda incredulidad porque Él es quien te ayuda, Él es quien te acompaña, Él es quien te provee, Él es quien te dá lo que necesitas.

Hoy les pido que no lo ofendan, que no lo desprecien. Por eso, debemos tener cuidado en mantener la comunión con el Espíritu Santo, porque si lo hacemos, Dios va a pelear por nosotros nuestras batallas.

Revestidos de poder.

Hechos 1:8 "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."

Oremos para que Dios en su divina Gracia, nos bautice con el Espiritu Santo y nos lo active para que esté en nostors y nos acompañe día a día:

"Señor. Hoy te pido, que todo dolor, que toda amargura, que toda mala decisión sea desarraigada de mi vida por el poder del Espíritu Santo. Elijo perdonar, elijo ser pacificador, elijo la comunión con Dios, elijo la herencia de bendición, no la tentación, no la oferta del enemigo, úsame como a Pedro, dame el poder que estaba en ese aposento alto. Yo quiero vivir la victoria de Dios cada día, quiero vivir de gloria en gloria. Espíritu Santo, bautízame, tócame, cámbiame, necesito que la Sangre del Cordero me limpie. Señor Jesús, entra a mi corazón una vez más, perdona mis pecados, borra mis rebeliones. Señor, no quiero hacer mi voluntad, sino la tuya. Te pido Señor, ser la persona que tú quieres que yo sea, no quiero vivir de derrota en derrota, de fracaso en fracaso, de tristeza en tristeza, de depresión en depresión, quiero ir de gloria en gloria, y eso solo lo dá, el fuego de Dios. Que el fuego de Dios sea sobre mí, ahora. Las cadenas se rompen, las maldiciones generacionales se cortan. Necesito el toque de Dios, yo necesito el bautismo de poder. Ahora te lo pido Señor en el nombre poderoso de Jesús. Recibo el fuego de Dios, la autoridad de Dios, el poder de Dios. Cambia mi temor por coraje. Espíritu de temor fuera de mi vida. Espíritu de tristeza, de desanimo fuera de mí. Recibo el poder del Espíritu Santo. Sé bienvenido a mi corazón, a mi casa, a mi familia, a mi trabajo, a mi futuro, a mi destino gobernado por tí. Espíritu de Dios, tócame, lléname, límpiame, tómame. Quiero vivir contigo, quiero vivir a tu lado, sanado por dentro, sanado por fuera, sanado en las finanzas. Quiero el fuego de Dios, quiero el toque del cielo. Ahora. Lo recibo. Amen." 

 

 

 

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