Una de las verdades más reconfortantes en esta vida, es que Dios es Soberano sobre todo lo que ocurre en el mundo.

Aunque quizás no comprendamos cómo cumple su voluntad en la Tierra, podemos descansar en el hecho de que es Dios y nada es imposible para Él. Su autoridad no solo cubre los eventos mundiales, sino también cada aspecto de nuestro diario vivir. Tiene un plan y un propósito para cada uno de nosotros, y tenemos la responsabilidad de obedecerlo y confiar en sus promesas.

Los cristianos que confían y obedecen al Señor anhelan andar en su voluntad y hacer lo que es de su agrado, en vez de tratar de satisfacer sus propios deseos. La salvación no solo cambia el destino eterno de las personas, también transforma su estilo de vida. En vez de vivir para sí, el creyente en Cristo existe para agradar a Dios.

La soberanía de Dios

SALMOS 103.19: “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos”.

Eso significa que Dios tiene el derecho y el poder para hacer lo que desea sin que nadie se lo impida. En otras palabras, tiene control de todo. La mayoría de las personas no lo creen. Piensan que el Señor puede controlar algunos aspectos de su vida, pero no todos. Quizás, desde nuestra perspectiva humana, esto pareciera ser cierto, pero es Dios quien tiene control absoluto de todo lo que existe.

Aunque algunos, al observar el comportamiento de las personas de nuestros tiempos, puedan pensar que Dios ha perdido el control, no es así. Incluso en nuestra propia vida, quizás nos preguntemos si se preocupa por nosotros, pues no interviene como desearíamos. Sin embargo, la soberanía de Dios no puede medirse por las circunstancias o por lo que conocemos de sus acciones, sino solo por la verdad de su Palabra.

El profeta Jeremías llegó a esta conclusión acerca de Dios:

JEREMIAS 32:17 “¡Oh Señor Jehová! He aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti”.

Si en verdad creemos que la autoridad del Señor cubre todo lo que existe y que nada es imposible para Él, cambiaremos nuestra perspectiva de la vida. Nuestras dudas serán silenciadas y nuestra confianza en las promesas de su Palabra aumentará. En vez de desanimarnos al considerar el estado del mundo o nuestra propia situación, descansaremos en la verdad de las Sagradas Escrituras y pondremos nuestra esperanza en el Señor.

TRES ASPECTOS DE LA VOLUNTAD DE DIOS.

Para que podamos considerar la obra que el Señor hace en el mundo y cómo cumple su voluntad, tenemos que comprender los tres aspectos de su voluntad.

1. La voluntad de Dios predestinada. 

Algunos eventos han sido predestinados por el Señor y nada ni nadie puede cambiarlos.

2. La voluntad de Dios moral. 

Esta puede ser descrita como los valores morales de Dios que son revelados en los Diez Mandamientos (1. No tendrás dioses ajenos delante de mí, 2. No te harás imagen de ninguna clase, ni te inclinaras a ellas, 3. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, 4. Guarda el dia de reposo para santificarlo, 5. Honra a tu Padre y a tu Madre, 6. No matarás, 7. No cometerás adulterio, 8. No hurtarás, 9. No mentiras, 10. No codiciarás ni envidiarás.) y en otros pasajes de la Biblia. Estos enseñan lo que debemos hacer o dejar de hacer para vivir como el Señor desea. Si escogemos obedecer los mandamientos de nuestro Padre celestial, disfrutaremos las bendiciones de la obediencia. Sin embargo, también podemos optar por rebelarnos en contra de las enseñanzas de Dios, y sufrir las consecuencias inevitables del pecado.

3. La voluntad deseada de Dios. 

Se refiere a lo que desea para nuestra vida. Por ejemplo, quiere que andemos con Él en obediencia, mientras buscamos su dirección. La única forma en la que podremos conocer la voluntad deseada de Dios, es al leer, creer y aplicar su Palabra. Es en la Biblia en donde aprendemos quién es, lo que aprueba y la manera en la que quiere que vivamos.

Lo MEJOR DE DIOS

El Señor conoce cuál es el camino correcto que debemos seguir y siempre permite que ocurra lo que es mejor para nosotros. Aunque en ocasiones nos sintamos confundidos, no tenemos por qué tomar decisiones sin su dirección y, por eso, nos invita a buscar su guía en todo momento.

MATEO 7:7 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”.

1 JUAN 5:14-15 : “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.

La VOLUNTAD PERSONAL DE DIOS PARA NOSOTROS

El Señor no solo reina sobre el mundo, también tiene un plan personal para cada ser humano, el cual puede ser dividido en tres categorías:

1. Su voluntad intencional. 

Esto es lo que Dios ha planificado para nosotros. Sus planes existen mucho antes de que naciéramos e incluyen el momento y lugar de nuestro nacimiento, la familia a la que perteneceríamos, las habilidades, talentos y dones que tendríamos, nuestra vocación y muchos otros detalles. Desde muy temprana edad deberíamos pedirle a Dios que dirija nuestras decisiones. Depender de nuestro limitado conocimiento, emociones y deseos, solo nos guiará a tomar malas decisiones. Si ignoramos la voluntad del Señor y seguimos nuestro camino, nunca recibiremos la satisfacción que anhelamos, sino que seremos disciplinados por nuestro Padre celestial.

Talvez te encuentras en una encrucijada, pero Dios nos da la oportunidad de decirle: «Señor, no quiero desperdiciar mi vida, quiero que mi vida cuente, así que dime lo que quieres que haga. Te lo pido en el nombre de Jesús.»

2. Su voluntad circunstancial. 

Habrá momentos en nuestra vida en los que fallaremos y tomaremos decisiones equivocadas. Esto no es lo que Dios desea para nosotros; sin embargo, no nos desecha, sino que continúa su obra en nuestra vida en medio de esa circunstancia. A veces puede que quite las consecuencias de nuestro pecado; pero no siempre será así. En cualquiera de los dos casos, hará lo que es mejor para nosotros, con tal de atraernos de vuelta a sus caminos.

3. Su voluntad inmediata. 

No hay nada que podamos hacer para cambiar el pasado, pero Dios sigue con nosotros para dirigir el camino que transitamos en el presente. Santiago nos advierte que no debemos jactarnos de los planes que tengamos para el futuro, pues no sabemos lo que sucederá mañana. Nuestra vida es como: “neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Stg 4.14). Por tanto, tenemos que depender por completo del Señor y decir: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (v.15).

Nos maravillamos al reconocer que el Dios que reina sobre el cielo y la Tierra también se interesa por nosotros. No vivimos en un vacío, sino ante la presencia del Dios viviente. El Señor ha revelado su voluntad en su Palabra y ha prometido guiarnos cada día si confiamos en Él y le obedecemos.

Al examinar nuestras vidas, debemos preguntarnos: cómo invierto mi tiempo?, cómo gasto mi dinero?, cuales son mis amistades, mis relaciones?. Ya que Dios tiene interés en lo que pensamos, lo que decimos, o hacemos porque es un Dios vivo y nos ha equipado y facultado para hacer su voluntad siempre y cuando estemos dispuestos a entregarle nuestra vida y a rendirnos a Él. 

Ten claro una cosa, NUNCA es tarde para arreglarnos con Dios. Quizás hayas perdido oportunidades, pero hay más de las que podemos percibir y Él nos puede usar todavía porque Él tiene el poder para cambiar cualquier circunstancia.

OREMOS: «Señor, aquí estoy delante de tu presencia, perdóname si he estado haciendo mi voluntad propia y no te he tomado en cuenta, pero hoy salgo rendido a tu perfecta voluntad, haré lo que me digas que haga. Y creeré Señor que por ser tú un Dios admirable, lleno de amor y de bondad, de benignidad y de restauración, que harás lo mejor en mi vida, desde hoy en adelante. En el nombre de Jesús.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas

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