Dios está atrayendo a la gente a su presencia, está liberando una unción que nos permita operar en un nivel mas alto, de tal manera  que Él pueda fluir atravez de nosotros y pueda cambiar el mundo alrededor nuestro.

 Esta debe ser nuestra oración como intersesores: "Señor rompe los cielos y desciende sobre esta nación, sobre tu pueblo. Desciende hoy."

Señores, Dios está levantando una generación de mayordomos de la presencia del Espíritu Santo y del mensaje de salvación, para que la influencia demoníaca que nubla las mentes y los corazones de la gente sea anulada por su presencia, y asimismo, que cambie la mente y los corazones de las personas que viven alrededor nuestro.

Y como el Espiritu Santo vive en cada uno de nosotros, los que hemos aceptado a Jesús como nuestro Salvador, entonces tenemos que estar concientes y seguros que tenemos una hermosa comunión con el Padre. Y que no hay ningún espiritu demoniaco que pueda bloquear o anular esa comunión, por la acción del Espíritu Santo.

Hoy oramos muchas veces en reacción a las influencias de la oscuridad, en vez de responder como el Padre nos lo indica. Si yo vivo en reacción a los poderes de las tinieblas, entonces el diablo establece nuestra agenda, es decir, que él influencía lo que hago en mi vida. Pero de algo debemos estar seguros, que el diablo no tiene el derecho de influir en nuestras agendas.

Jesús no vivió en reacción a los poderes de la oscuridad. Él vivió en respuesta al Padre, de hecho, dijo en su Palabra: "Yo hago solo lo que veo al Padre hacer". Por eso, igual que Jesús debemos responder a lo que el Padre hace o dice y no estar impactados por lo que el enemigo hace.

Sabes porque ?, porque las buenas nuevas están en tu boca. Y la Palabra de Dios es mas poderoso que cualquier otra cosa que haya dicho o haga el enemigo.

Nada se puede comparar con el poder del Cristo Resucitado y que vive en cada uno de nosotros. Y si estamos concientes de ésta realidad, entonces, la fé, el favor, y los ingresos se incrementan cuando somos verdaderos mayordomos de la presencia de Dios.

Entre más estamos conectados con Dios, nuestra inflúencia también se aumenta.

JESÚS nuestro modelo.

Marcos 5:24-34 " Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?. Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote."

Aquí vemos a Jesús que va caminando y conversando, la gente lo había visto hacer milagros, lo querian conocer, estar cerca de Él y a pesar que la gente lo estaba apretujando, vino una mujer por detras. Una mujer con una enfermedad que cargaba desde hacía mucho tiempo. Tocó el borde de su manto, y Jesús tuvo que detenerse y dijo: poder salió de mí, quien hizo eso?

Ese poder es la persona del Espíritu Santo. Wow, cuanta conciencia debe haber tenido Jesús de la presencia de Dios en su vida, que en medio de la conversación, percibió que alguien demandó ese poder de su ser. 

Si bien es cierto, poder salió de Él, no quedó vacio, porque el Espirítu Santo dá el poder sin medida, porque el poder de Dios es ilimitado.

Lo interesante es que Jesús hizo este milagro siendo hombre, aunque Él es totalmente Dios. Él lo hizo siendo hombre y como hombre no podia hacer nada.

Él escogió no funcionar como Dios, sino bajo las rectricciones de un hombre, para que pudiera ser un ejemplo a una entera generación.

En otras palabras, lo que estaba diciendo es que esto es posible para aquel que se mueve en santidad y que ha sido empoderado por el Espíritu Santo, porque Jesús hizo este milagros y muchos más, como hombre. Por lo que esto, debe desafiarnos para pagar el precio que sea para ser utilizado por Dios.

Nosotros debemos seguir su ejemplo. Lo que está diciéndonos es que debemos estar concientes del la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, de tal manera que si alguien demanda de tu unción, puedas ministrar a aquellos que tienen una necesidad.

La Sombra de Pedro.

Hechos 5: 14-16 "Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados."

Lo impresionante es que la gente que se acercaba a Pedro, se percataba que los enfermos al quedar bajo su sombra eran sanados. Había algo en Pedro que hacía la diferencia.

El punto es que cuando cuidamos, o retenemos la presencia de Dios, impactaremos todo lo que esté alrededor nuestro. Todo puede ser transformado. La gente venía a Pedro porque el Espíritu Santo estaba sobre Él.

La buena noticia es que el Espíritu Santo está sobre tí. Y tu sombra va a libertar todo aquello que está bajo tu sombra, solo si aprendemos a ser un lugar de descando del Espíritu Santo.

Las Palabras de Cristo son Espíritu y son Vida.

Jesús dijo en Juan 6:63 "El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida."

Ese Espíritu es el que da vida. Y cuando nos sometemos a Él, las cosas son diferentes y tienen sentido. Así que el Espíritu Santo nos ha sido dado sin medida. Él viene y permanece en tí y en mí.

Es la Persona a quien honramos, con quien tenemos relación intima.

Y el Apostol Pablo, dijo que habían dos mandamientos para esta relación con el Espíritu Santo, lo cual es central para la vida cristiana.

Efesios 4:30 "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención." 

1. No lo contristemos.

2. No lo aplaquemos, no lo sofoquemos, no lo apaquemos y no lo callemos.

Sí esta es nuestra pasión de ver al Espíritu Santo manifestarse en nuestras vidas y en las vidas de los demás, debemos no contristar, ni opacar al Espíritu Santo. Por eso es que cuando declaramos la Palabra de Dios, de alguna manera esa Palabra cambia en derredor nuestro. De repente hay un sentido de la presencia de Dios.

Que sucedió?, las Palabras se convirtieron en Espíritu y el Espíritu da vida.

Por lo tanto, nuestra responsabilidad como mayordomos de esa presencia, es evitar contristarlo. DEbemos ser respetuosos de la presencia del Espíritu Santo en todo momento y por ende no parar el fluir de Dios.

Jesús quiere que manifestemos pureza, pero también poder. Y al ejercer el poder de Dios, al final recordaremos los milagros, las liberaciones, como el desaparecer del cancer, la restauración de los hijos, los dolores que desaparecen, las cargas que se disipan, los vicios que se eliminan y entre otras cosas, la paz que inunda nuestros corazones. Y que solo el Espíritu Santo puede hacer.

Nuestro ministerio es colaborar con el Espíritu Santo e impartirlo.

Tú estas escuchando esta Palabra, porque has sido escogido para hospedar al Espíritu en tí y en mí. Él espera que produzcamos frutos de lo imposible.

OREMOS:

"Espíritu Santo, te pido que vengas a morar a nuestros corazones, que tu marques a tu pueblo con tu posesión, te pido que nos visites, que tengamos un encuentro personal contigo. Espíritu Santo, aviva el fuego del cielo en cada uno de nosotros, para que veamos el poder de las tinieblas destruido, y establece nuestros corazones para darte todo el honor y toda la gloria. Profundiza esa relación íntima contigo, santifícanos, apártanos para hospedar al Espíritu Santo, en el nombre de Jesús. Amen."

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