Isaías‬ ‭43:4‬ ‭RVR95‬‬ “Porque a mis ojos eres de gran estima, eres honorable y yo te he amado; daré, pues, hombres a cambio de ti y naciones a cambio de tu vida.”


Siempre nuestro Dios nos ve como personas especiales, nos ama tanto, que no escatimó ni ha su propio Hijo Jesucristo. Y si amamos su Palabra, El nos revela que somos su especial tesoro.

Cuando hemos descubierto esta verdad, mediante su Palabra, podremos sentirnos privilegiados y experimentamos su presencia como nunca. Y de esta manera nos atrae hacia Él, cada vez queremos estar más cerca de Él, al punto que llegamos a amar su Palabra y ya no podemos seguir adelante si antes no recurrimos a ella.

Por eso es que podemos recordar en Juan 14:23 "El que me ama, mi Palabra guardará, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él."

De ahí que al experimentar su presencia, podemos percibir su bendición en todas las áreas de nuestras vidas. Y como consecuencia, es nuestro deber, compartir eso que estamos viviendo para que aquellos que están lastimados, enfermos, débiles o dolidos puedan ser también restaurados a la imagen de Dios que nos creó.

Claro nuestro valor no está en lo que hacemos, sino en nuestra condición espiritual, que ha sido asegurada para siempre por el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo.

Solamente cuando estamos seguros de nuestra condición de amados, entonces podremos bendecir a aquellos que lo necesitan con palabras que bendigan y edifiquen basadas en la Palabra De Dios. De tal manera que Dios nos convierta en instrumentos del Padre para restaurar lo que el enemigo ha intentando destruir.

Oremos: Señor, necesito que ha diario me hables de lo mucho que me amas. Fortalece mi espíritu con tu palabra diciéndome siempre que me amas y que soy tu hijo amado. Y usame también para hablar estas palabras a la vida de otros. En el nombre de Jesus. Amén.

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