Hay un Salmo que recitamos cuando tenemos una necesidad: Nada me faltará. O cuando tenemos temor: No temeré mal alguno. O cuando estamos agotados, o lo recitamos en los lechos de la muerte, o en el sepulcro de los familiares o enmedio del campo de batalla. Pero este Salmo también nos recuerda cuan grande es el amor de Dios por nosotros, asi como el deseo de protegernos y cuidarnos.

Este Salmo pareciera abarcarlo todo.

Salmo 23: 1-6 " Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días."

Sin embargo, cual es la experiencia del creyente en el valle de lagrimas?, pues es la que todos experimentamos muchas veces en nuestra vida. Recuerde que no podemos tener montañas sin valles. Si hay una experiencia en el Valle, vendrá una experiencia en la cima.

Lo que pasa es que la mayoria de la gente no sabe que hacer en el Valle, o no entendemos porque Dios permite esas experiencias de dolor, adversidad y sufrimiento en nuestras vidas.

Cuando empezamos a entender lo que Dios está haciendo, nuestra actitud puede cambiar, donde hay desesperanza, puede haber esperanza, tener confianza y seguridad de que no estaremos en ese Valle para siempre. 

Entonces como confrontamos estas situaciones si estamos pasando por una pérdida, separación, o soledad?. Pues hay ciertos aspectos que debemos comprender:

1. Esas experiencias son inevitables en la vida.

Recuerde que no solo viviremos en la cima, donde hay éxito, prosperidad, gozo, todo sale bien, tienes casa, carro, etc., pero también hay momentos cuando nos encontramos con tiempos de dificultad, dolor y adversidad.

Y aunque los entendamos, el dolor sigue allí. Al considerar todo eso, pienso en como caemos en esos Valles.

Sorprendentemente, el buen Pastor nos lleva allí. Pero el Salmo, nos dice que en el Valle de lagrimas, donde hay dolor y sufrimiento: "Jehová es mi Pastor, nada me faltará", Ël me pastoreará", "El me guiará".

Juan 10:27-29 " Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos."

No se si notaron, pero Dios nos dice, que Él nos dá vida eterna y nunca pereceremos, y nadie nos puede arrebatar de su mano.

Todo pareciera ser amor, bondad, gozo, etc., pero el Pastor no solo nos guia a ese lugar que está entre dos montañas, sino que debe haber una razón porque debemos pasar por el Valle a la otra cima.

La vida no es así: hay tiempos buenos, dificiles y mejores. Él tiene algo bueno en mente para nosotros ahora, si es que estamos pasando por un tiempo dificil. Lo que pasa es que Él quiere que veamos las cosas como Él las vé. Ya que cuando las cosas marchan de maravilla, no las podemos ver y no lo podemos escuchar por estar satisfechos en ese momento.

Hay una verdad en todo esto, la profundidad del Valle determinará lo que Él Señor pueda lograr en nuestras vidas.    Ahora bien, la voluntad del Padre, el buen Pastor, no era esa. No!. Permitió que sucediera, Sí!. Como respondemos a Dios en esto?.

Recuerda que en lo alto de la cima, o en el Valle, o encima de la montaña, Dios sigue siendo el mismo. Nada cambia su caracter, ni su relación con nosotros. Dios está haciendo algo bueno en nuestras vidas, por eso nuestro Valle, está al cuidado del buen Pastor.

En el Valle, yo quiero saber que Él es mi buen Pastor, no solo en el Valle sino en la cima también.

Al aceptar a Cristo como nuestro Salvador, siempre tenemos al Buen Pastor en nosotros, porque Él no cambia y Él dice que permanece y vive en nosotros. Tenemos al Buen Pastor morando dentro de nosotros, quien nos guia, nos dirije, nos ayuda, nos consuela, nos fortalece y nos protege. Lo tenemos ahí a Él. 

Así que no importa si estamos en la cima de la montaña o en el Valle, el Buen Pastor siempre es el mismo y siempre está allí.

Por lo tanto, las experiencias en el Valle de lagrimas, son los momentos mas provechosos de aprendizaje para los hijos de Dios.

2. En los Valles aprendemos más de Dios.

El Salmo habla de descansar en delicados pastos, andar en aguas de reposo debido a la provisión de Dios. No tenemos que temer en el Valle, porque Dios está actuando y nos dá una perspectiva más clara de Él.

Al sentirnos solos, decimos que hago?, pues me vuelvo a Dios. Cuando perdemos lo demás, nos volvemos a Él. Sí nuestros amigos nos abandonan, nos volvemos a Él. Sí hay enfermedad y el Doctor no puede ayudarnos, nos volvemos a Dios.

Aprendemos mucho de Dios, aprendemos mucho de su presencia; en el dolor, aprendemos de su amor; en nuestra pérdida, aprendemos de su paciencia y aprendemos de su benignidad cuando nos ponemos dificiles.

En resumen, éste es el trabajo purificador del dolor. Lo que Dios está haciendo no es para la otra persona, es para tí y para mí. Y si Él está haciendo algo en nosotros, vale la pena, pero hay que responder bien y reconocer que Dios tiene un propósito para todo.

Ese propósito puede ser eliminar nuestro orgullo, puede ser un proceso refinador, quiza algo no está mal, pero Dios quiere mejorarlo. Puede ser que está cirniendo algo en nuestra vida, entresacando lo importante de lo que no es y mostrarnos lo que realmente importa.

Puede ser que Él está renovando algo en nosotros que debe ser renovado.

3. DIOS siempre tiene un porpósito si estamos dispuestos a reconocer que Él lo tiene.

Nuestro viaje por el Valle no es en vano, no todo es dolor, porque el dolor purifica, Él sabe como captar nuestra atención y recuerda que en cualquier Valle, Él siempre está haciendo algo.

Pero si nos quejamos y discutimos con Él, lo maldecimos, lo culpamos, podemos pasar por el Valle frustrados, resentidos y enojados y perder una oportunidad maravillosa en la vida.

COMO RESPONDEMOS BIEN

Ante todo recordemos, que Dios nos guia de una cima a un Valle y luego  otra cima. Esto demuestra que Dios lo que pretende es que vayamos creciendo y madurando.

Primero: Rindamos nuestras vidas a Dios.

Declara en voz alta: "Te he entregado esto o aquello pero hoy me rindo completamente a tí, lo único que importa es que haga tu voluntad en mi vida."

Al hacer eso, cambiaremos esa experiencia en el Valle por un peldaño hacia la cima de la montaña.

Segundo: Creer que Dios tomará esa experiencia en el Valle de lagrimas y la usará para nuestro bien.

Romanos 8:28 "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

No importa cuan dolorosas sean nuestras experiencias, ni las pérdidas que hayamos pasado, quienes respondan correctamente y reconocen que en todo momento el Buen Pastor tiene algo en mente que es lo mejor.  

Dios no nos quiere aca abajo, Él nos quiere poner en la cima de la montaña.

Él quiere abrir nuestros ojos para que veamos las oportunidades que nunca habiamos visto. Él nos quiere arriba donde veamos nuestras posibilidades desde su perspectiva para usarnos de la mejor manera.

Tercero: Descansar en su sabiduria, su amor, su poder y su misericordia.

"Señor te entrego todo a tí,  mi vida, confiaré en ti por tu amor, tu sabiduria, tu poder para que me ayudes a cumplir tu propósito, sea lo que sea."

Cuarta: Sencillamente agradecerle a Dios por eso, nuestra experiencia en el Valle.

Gracias por traerme a este Valle, porque aunque no lo entiendo, los Valles nos hacen mas útiles para Dios y llegan a cumplir su propósito, Porque si respondemos bien, seguro que Dios impactará a otros atravez de nuestro testimonio.

OREMOS: "Padre mio,te damos gracias porque tú eres tan fiel que una palabra tuya, puede cambiarme. Eres quien dice ser, haces lo que dices, y queremos decirte, gracias Señor. No nos dejes donde estamos, sigue desarrollandonos, edificandonos, conformandonos a tu semejanza y a la imagen de tu Hijo Jesucristo. Recordandonos que te pertenecemos y que somos tus siervos, En el nombre de Jesús."

FUENTE: Gracias al Pastor Charles Stanley por sus enseñanzas.

 

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