Dios sigue obrando con poder en medio de los tiempos. Dios no ha cambiado, sigue siendo el mismo ayer, hoy y por siempre. Le animo a que siga creyendo y siga edificando su vida.

Una de las actividades que me toca hacer como padre de familia es, leer todos los días antes de dormir, un pasaje de la Biblia con mi hijo de 8 años, ya leímos los evangelios y ahora nos adentramos en el Libro de los Hechos, es como la continuación de la historia, luego que Jesús subiera al cielo y viniera sobre ellos el Espíritu Santo.

Cada historia es fascinante y desafiante, algunos dicen que los 28 capítulos del libro de Hechos quedaron inconclusos, porque pareciera que no tiene un cierre tal cual, y por eso los cristianos de hoy debemos seguir escribiendo el capítulo 29 de los Hechos.

En el capítulo 4 encontramos registro de una oración que los apóstoles hacen pidiendo a Dios confianza y valor ante la situación que enfrentaban.

HECHOS 4:23-31 “Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste:

¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo.

Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de DIOS.

Quiero llamar la atención de tres aspectos que nos deben desafiar para orar con propósito y edificar nuestra fe y hacerla fuerte ante los tiempos difíciles que enfrentamos hoy en día.

  1. DIOS ES SOBERANO. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor…

De esto debemos ser entendidos: DIos es soberano, ¿que significa? Que nuestra mente finita, no puede ordenarle a Él, como hacer y cómo obrar. Dios es el que tiene control absoluto de todo. Sin embargo, es un control de amor, nos llena con su presencia y nos guía por sendas de justicia.

a. Dios sigue en control. A pesar de lo que estaban atravesando los discípulos, ellos reconocen la majestad de Dios, el Creador de todas las cosas. Si Él puede hacer de la nada todas las cosas definitivamente, podía ayudarles ante las dificultades. Dios sigue en control, por duro el panorama, el sigue en control.

b. Dios sigue en su trono. Nada mueve a nuestro Dios de su posición como Rey y amo. El es digno de adoración, de exaltación. Y usted y yo somos llamados a adorar con nuestra vida, con nuestra adoración, con nuestra obediencia sobre todo, y por supuesto poniendo toda nuestra fe en Él. Toda nuestra vida con sus problemas y sinsabores, no hacen que Dios pierda ni siquiera un poco de la esencia de quién es.

c. Dios es nuestra fortaleza. En tiempos de necesidad debemos acudir a Dios, en tiempos de angustia debemos acudir al Señor, es nuestro primer y último refugio, es nuestra única opción, y es nuestra completa seguridad.

2. DIOS ES NUESTRA FUENTE DE CONFIANZA Y SEGURIDAD.

Los discípulos experimentaron en ese momento la persecución y el rechazo, por causa del nombre de Jesús. Puede que usted y yo experimentemos ese tipo de rechazo, por nuestro entorno. Puede ser que lo vean de menos, o directamente lo rechacen, pero como dice el:  

SALMOS 73:25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

a. Dios no es ajeno a nuestros desafíos. Me encanta la manera de orar de los discípulos. Son específicos, y directamente le dicen al Señor: Y ahora, Señor, mira sus amenazas,

Cuando oremos seamos específicos al hacerlo, seamos directos con el Señor. Si tiene temor, dígale al Señor: Tengo temor Señor; si tiene tristeza, dígale al Señor; ¿está enojado? Háblelo con el Señor… él escucha nuestra oración.

b. Dios sigue dando fortaleza. Los discípulos piden fortaleza. Piden renovar fuerzas, mire que no pide que quite la dificultad, piden ánimo. Porque probablemente los problemas no se solucionen, de la noche a la mañana, pero sí podemos pedir fortaleza para este momento, para cada instante.

c. Dios pone su Palabra en nosotros. (denuedo) Los discípulos pidieron fortaleza y ánimo, con un solo propósito, seguir siendo mensajeros del Evangelio. Si su deseo de bienestar, si su deseo de poder de Dios, no es para otra cosa que testificar de Dios, entonces nada va a ocurrir. Dios nos fortalece, nos equipa, y nos usa, para alcanzar a otros con su amor y servir a los demás. Pida fortaleza, pida poder de Dios pero para seguir sirviendo al Señor con todo el corazón…

3. DIOS SIGUE EXTENDIENDO SU MANO PROTECTORA.

Dios no ha dejado de obrar en nuestro favor. Dios no ha cesado de hacer justicia, Dios no ha dejado de sanar, Dios no ha dejado de escuchar nuestro clamor. Dios sigue siendo Dios y Él no cambia ni cambiará. Los discípulos en el pasaje que estamos viendo y meditando, dicen: mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Ellos estaban convencidos de que Dios responde con poder y gran beneficio para su pueblo.

a. La mano de Dios se extiende para obrar en favor de sus hijos. Dios no ha acortado su mano. Si hay algo que debemos pedir es como dijo el profeta Habacuc:

HABACUC 3: 2 » Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia.

b. Aún se operan milagros. ¡Estamos vivos! Siempre que tengo la oportunidad de saludar a mi buen amigo y hermano Manuel Girón, al momento de saludarnos, la pregunta es: ¿Cómo está hermano? Y él me contesta: ¡Estamos vivos, y eso es un milagro! Cuanta verdad hay en eso, no percibimos los pequeños milagros que a cada instante ocurren en nuestro favor, vimos la luz del sol, ya el hecho que podamos ver es un milagro, o tuvimos la oportunidad de hacer nuestras actividades… etc. Dios sigue operando milagros. Dios sigue obrando para bendecirnos.

c. Su mano se extiende para usarnos con poder. Nuestra oración es úsanos Señor, cuando era niño, había un canto que se cantaba en la parroquia de mi comunidad, que era una Oración de San Francisco de Asís que decía:

Señor, hazme un instrumento de Tu paz.

Que donde haya odio, siembre yo amor; donde haya injuria, perdón;

donde haya duda, fe;

donde haya tristeza, alegría;  donde haya desaliento, esperanza;

donde haya sombras, luz.

¡Oh, Divino Maestro!

Que no busque yo ser consolado sino consolar; que no busque ser amado sino amar;

que no busque ser comprendido sino comprender; porque dando es como recibimos;

perdonando es como TÚ nos perdonas;

y muriendo en TI, es como nacemos a la vida eterna.

Si usted y yo no anhelamos el poder de Dios para bendecir a otros, si no anhelamos tener poder de Dios, para Glorificar a Dios, con nuestras vidas, entonces habremos perdido nuestro propósito y sentido. Nuestra oración debe ser, extiende tu mano Señor, para que me uses para tu Gloria.

Conclusión: Dios sigue extendiendo su mano protectora. Dios sigue obrando en nuestro favor. Dios continúa haciendo milagros. La pregunta es: ¿Qué haremos para dejarnos usar por el Señor? ¿Estamos dispuestos a dejarnos usar? Yo espero que sí. Dios desea usar a cada uno de nosotros en estos tiempos tan complicados y llenos de dificultades, para que los que nos rodean también puedan gustar y ver las bondades de nuestro Dios. Dios les bendiga a todos.

FUENTE: Gracias Pastor DORIAN BANEGAS por sus enseñanzas.

Comentarios