Como sabemos que todos los cristianos debemos leer las Sagradas Escrituras, a veces lo vemos como una tarea más en la lista de quehaceres y no como una valiosa oportunidad para estar en comunión con Dios. Aunque una permanente lectura de la Biblia es importante, nuestra mente debe estar comprometida para aprender a meditar en la Palabra de Dios y no tan solo leerla.

Dios nos facilitó las Sagradas Escrituras para que pudiéramos conocerlo. Aunque nadie pueda comprender a cabalidad todo lo que fue escrito por Dios infinito, Él nos ha dado la oportunidad a los cristianos de entender su Palabra. Sin embargo, esa comprensión no es la meta final. Para que podamos ser transformados por la Palabra, también debemos aplicar en nuestra vida lo que nos enseña.

Así que, mientras leemos, debemos meditar en su Palabra y ponerla en práctica al pedirle al Señor que nos la aclare y nos muestre cualquier palabra de exhortación, de advertencia o de su voluntad para nosotros. La meta no consiste solo en terminar un plan de lectura bíblica, sino que nuestra meditación agrade a Dios.

El Señor ha preservado su Palabra para que cada generación pueda leerla, escucharla y aplicarla. Las Sagradas Escrituras deben ser tan preciadas para nosotros como lo eran para David, quien dijo: “¡Oh, cuánto amo yo tu ley!

SALMOS 119:97-105 «Todo el día es ella mi meditación. Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, Porque siempre están conmigo. Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos; De todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra. No me aparté de tus juicios, Porque tú me enseñaste ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.»

Meditando en estos versículos, descubrimos que la Palabra de Dios nos da sabiduría, visión, entendimiento y nos protege del pecado y de los malos caminos. Es una lámpara a nuestros pies y una lumbrera que nos guía en nuestro andar diario.

Si en verdad creemos todo lo que nos dice este Salmo, leeremos la Biblia en vez de llenar nuestra mente con ideas que provienen de otras fuentes que nos desvían. Aquello que dejamos entrar en nuestra mente influencia nuestro comportamiento. Justo eso es lo que las Sagradas Escrituras harán si sintonizamos nuestro corazón con sus enseñanzas y no con las del mundo.

EN QUE CONSISTE LA MEDITACIÓN BÍBLICA?

1. En enfocarnos en Dios y dejar todo lo demás a un lado. La meditación requiere tiempo a solas con el Señor, en su Palabra y oración, sin distracciones externas.

2. En escuchar más que hablar. Mientras tratamos de comprender su Palabra en silencio, el Señor nos muestra verdades que debemos considerar.

3. Es la actividad más importante en la vida de un seguidor de Cristo. El Señor mismo demostró la necesidad que tenemos de pasar tiempo a solas con Dios. Después de haber alimentado a una multitud de más de 5000, los despidió, les dijo a sus discípulos que se adelantaran en su travesía y subió al monte para orar a solas por varias horas (Mt 14.21-23). En otra ocasión se levantó muy temprano de mañana, para ir a un lugar desierto con el propósito de orar (Mr 1.35). Si el Hijo de Dios necesitaba tiempo a solas con su Padre, ¿cuánto más nosotros?

RESULTADOS DE LA MEDITACIÓN BÍBLICA

1. Calma nuestro espíritu. 

Cuando nos sentimos afligidos, la Palabra de Dios trae paz a nuestro corazón, pues nos reafirma su fidelidad, amor y soberanía sobre nuestras vidas, Como en el caso de Josué, que se encontraba preocupado porque Moises había muerto y había quedado como líder del pueblo Hebreo. Mira lo que le dijo Dios:

DEUTERONOMIO 1: 3-8 «Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. 6Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.»

Qué Palabra verdad!, porque con esto, Josué desestimo todo temor y duda. Y nosotros como hijos de Dios, podemos hacer nuestra esta Palabra también. Por lo tanto no te olvides que Dios está contigo siempre y en todo momento.

2. Ilumina nuestra mente para que pensemos como piensa Dios. 

Necesitamos aprender a pensar como el Señor. Eso solo es posible cuando comprendemos sus caminos y sus planes tal y como lo revela en la Biblia. Es al hacer eso que sentimos paz y confiamos en nuestro Padre celestial.

3. Aumenta nuestra energía. 

FILIPENSES 4:19 «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.»

Lo que deseo que veamos es que Dios es personal e intimo porque al aceptar a Cristo, Él prometió darnos dirección, paz y calma cuando estamos dispuestos a escucharle.

En momentos de debilidad encontramos fortaleza en la Palabra de Dios. El Señor sabe lo que necesitamos y proveerá conforme a sus riquezas en gloria. Cuando somos incapaces por nosotros mismos, el Señor nos da su fortaleza.

4. Purifica nuestro corazón. 

Es al meditar en su Palabra que el Espíritu Santo sacará a la luz el pecado en nuestro corazón y nos mostrará esos pecados que debemos confesar, arrepentirnos para que podamos ser limpiados y perdonados por el Señor.

1 JUAN 1:9 «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.»

Lo que necesitamos es ir a Dios y decirle: «Señor, necesito que me ayudes.»Entonces, Él vendrá a su rescate porque sabe cómo limpiar su corazón. Es de esta manera que Él nos purifica.

5. Amplía nuestra percepción de Dios. 

Meditar en la Palabra de Dios revela aspectos de la naturaleza del Señor que quizás no conocíamos antes. Su amor para salvar a los pecadores, su capacidad para perdonar a quienes no lo merecemos, y su cuidado e interés hacia cada detalle de nuestra vida nos asegura que es bueno y fiable.

6. Aumenta nuestro amor por Dios. 

Mientras más conocemos al Señor por medio de su Palabra, más crecerá nuestra devoción hacia Él. Algunos pasajes de la Biblia nos inspirarán a amarlo más y se convertirán en recordatorios de su amor, cuidado y provisión para nosotros.

ROMANOS 8: 14-15 «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! «.

Dios nos declara que al convertirnos en hijos de Dios, Él se convierte en nuestro Padre. Un Padre perfecto,  incomparable, sobretodo lleno de amor hacia nosotros que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones celestiales.

Por lo tanto, vendrán momentos en la vida o en circunstancias en las que por su amor, al meditar en la Palabra nos llevará a un versículo que da respuesta a nuestras oraciones y podremos decir: «Si Señor, Gracias». Y entonces nuestra fe se dispara.

7. Nos hace más sensibles a la autoridad y al poder de Dios. 

Por la meditación de la Palabra, nos volvemos más sensibles y conscientes de su autoridad y su poder. como lo vemos actuar a travez del Antiguo donde vemos a Dios haciendo milagros portentosos y en el Nuevo Testamento a Jesús sanando a los enfermos, resucitando muertos, dando vista a los ciegos, liberando a los cautivos, sencillamente poderosos y sobrenaturales.

Isaias 55: 10-11 «Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,11así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.»

La Palabra de Dios es tan poderoso que cuando hemos sido investidos del Espíritu Santo, la podemos declarar en el nombre de Jesús y vemos cómo Dios actúa si estamos en su voluntad.

8. Fortalece nuestra fe. 

Esto sucede cuando vemos a Dios contestar nuestras oraciones, por lo que produce que nuestra confianza en el Señor aumente al aprender de su fidelidad en su Palabra y experimentarla en nuestra vida. Siempre y cuando andemos en su voluntad, Él esta dispuesto a venir a nuestro rescate en cualquier situación.

9. Nos hace más conscientes de la presencia de Dios. 

Nada logra esto mas que la meditación de la Palabra cuando apartamos tiempo para estar a solas con el Señor, leer la Palabra de Dios, hablar con Él y escucharle. Esta dedicación nos hace más sensibles a su constante presencia y a su obra en nuestra vida.

10. Nos infunde gozo. 

Al pasar tiempo meditando y leyendo la Palabra de Dios y viendo las manifestaciones de Dios, sentimos un gran gozo porque tenemos un sentido de reconocimiento de que pase lo que pase, Dios esta en control.

OREMOS: Padre amada, te alabamos, no por lo que haces, sino por quien eres. Te pido que graves este mensaje en la vida de todo aquel que lea este mensaje hoy, mañana o en años venideros, porque es la verdad y es el aspecto mas importante de nuestra vida, porque determina todo lo demás. Haz que estas verdades sean más claras que el agua.Te amamos y te alabamos. En el nombre de Cristo Jesús. Amen.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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