La Sangre de Jesucristo es poderosa y esencial en la vida de todo cristiano para su relación con Él y para cada aspecto de su vida. Este conocimiento se basa en lo siguiente:

1. Haber sido Redimido, es decir, comprados o rescatados. Según la Palabra de 1 Juan 1:18 "sabiendo que fuisteis rescatado de vuestra vana manera de viviir, no con cosas corruptibles como oro o plata sino con la Sangre preciosa de Cristo".

Redención significa que Jesús vino, fué a la cruz, derramó su Sangre y nos rescató de la muerte eterna y de vivir en pecado. Nos sustituyó a usted y a mí. Su propósito fué rendir su vida para que no tuviesemos que morir en pecado y no tuviesemos que vivir cautivos del pecado. Es decir que nos compró para que no fuesemos a vivir una vida de esclavitud al pecado en el presente y para la eternidad..

El pagó nuestro precio cuando fué a la cruz y derramó su sangre. Dios aceptó este Cordero de Dios sin mancha, como sustituto vital nuestro. Para que cuando pidamos a Jesús que perdone nuestros pecados, nos salve y lo recibamos como nuestro Salvador, entonces somos liberados de la esclavitud del pecado y el poder de Dios habita en nuestra vida.

2. Haber sido Perdonados. Efesios 1:7 "en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia". La base del perdon de pecados no es que lo hayamos pedido, sino que está basado en que Jesús fué a la cruz, dió su sangre, que era su vida y lo hizo a favor nuestro.

El perdón no viene a su vida por lo que hace, sino porque Cristo derramó su sangre, pagó el precio y le acepta como verdad en su vida.

3. Haber sido Justificados.  Dios es santo y castiga el pecado, pero como Dios acepta ese sacrificio final de Jesús como pago total por nuestros pecados, nos hace justos, y nos podemos presentar delante de Dios Padre sin pecado.

Romanos 5:8-10 "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo pecadores, Cristo murió por nosotros, pues mucho mas, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira".

Jesús tomó nuestro lugar, Dios lo aceptó como nuestro sustituto y nos declara justos. Y esto, porque nuestra deuda de pecado ya ha sido saldada.

4. Haber sido Reconciliados. Dios es el que toma la iniciativa y es por medio de la muerte de Jesús en la cruz y en su sangre que nos reconcilia.

Colosences 1:21-22 "y a vosotros tambien que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliados en su cuerpo de sangre, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él".

5. Haber sido Santificados. Al aceptar a Cristo como nuestro salvador, ocurre un evento: somos redimidos, perdonados, justificados y santificados. Santificado es un proceso por el cual Dios lo aparta. Lo hace un hijo de Dios. Usted no es cualquier cosa, es un hijo, heredero de Dios, y coheredero con Cristo. Tiene un Padre, a un Dios que lo sabe todo acerca de usted, que cree en usted y mora en usted. No es esto maravilloso.

El hace que crezcamos constantemente, El va revalándose y haciéndonos entender nuestra relación con El. Y esto continúa hasta el momento de su muerte. Y aun después hasta la eternidad..

Hebreos 13:12 "por lo cual tambien Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre".

6. Tener acceso a Dios. En el Antiguo Testamento encontramos que Dios sólo residía en el Lugar Santisimo y sólo el Sumo Sacerdote podía accesar a ese lugar y una sola vez al año. Otro que entrara moría.

Ahora la Palabra de Dios dice en Hebreos 10: 19 "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santisimo por la Sangre de Jesucristo". 

Por lo tanto, la única manera de venir a Dios Santo es cubierto con la Sangre del Hijo. Y esto como es? pues sucede al creer que cuando recibimos a Jesús como nuestro Salvador, se aplica simbolicamente la Sangre sobre su vida y entonces tenemos acceso a Dios. Somos uno en Cristo. Y ya no estamos en temor, sino en la paz de Dios.

Cuando tenemos acceso al Padre, sabemos que El nos oye y que cuando tenemos una necesidad, y que esté en su voluntad, El responde a nuestras oraciones.

7. Tener Perdón diario. Esta es una acción contínua de la Sangre de Jesús, limpiarnos de pecado diariamente. Y esto es evidente en 1 Juan 1:7 y 9 "pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la Sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado….Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad".

Para ser participes de todo esto, primeramente debemos venir a Cristo con un corazón humilde a pedirle perdón por nuestros pecados.

Oremos: Padre, vengo delante de tí, a pedirte perdón por mis pecados, lávame y limpiame con la Sangre preciosa de tu Hijo JesuCristo. Ven a morar a mi corazón. Y hoy, hago un pacto contigo de seguir tus mandamientos y tus preceptos. Y seguir tus pasos a partir de este dia. Amén.

 

 

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