Que no nos extrañe si vienen cosas mayores que el Covid-19, por lo tanto, este es el tiempo de ponernos a cuentas con Dios, es tiempo de arrepentirnos y alinearnos a la voluntad de Dios.

Y es que hay una diferencia entre ser salvo, y otra, de ser salvo y entregado a Dios. A que me refiero con una vida entregada a Dios: me refiero a una vida sincera y abierta, dispuesta a creer en la Palabra de Dios, dispuesta a creer que Cristo llevó a la cruz toda nuestra deuda de pecado, dispuesta a reconocer que Dios tiene el derecho a esperar de nosotros que digamos : «Me entrego a ti, Señor»

Esa frase «me entrego» es una frase exigente, porque una cosa es decírsela a alguien, pero decirle a Dios «me entrego» es otra cosa, porque esto significa, entregarse asimismo a Dios, entrego todo lo que soy, todo lo que tengo, Señor lo entrego todo.

Eso es lo que Dios esta esperando de nosotros y para eso Él murió. Esa es su perfecta voluntad para todos nosotros, que digamos: «Señor, me entrego». No solo es entregar esto o aquello o lo que tengo, sino también, entregar nuestra voluntad a Dios. Es rendirlo todo y no aferrarse a nada.

Pero solo usted sabe lo que hay en su corazón, quizas Dios ha estado hablándole y sabe que al inclinarse a orar, hay algo que sale a relucir, algo que sigue viniéndole a la mente, y que hace?, se lo dice a Dios, le pide perdón por su pecado y avanza a su manera, sin embargo, después de 2 o 3 semanas sigue confrontando eso.

La entrega no es facil, es la renuncia a su derecho, es la entrega de algo, es la renuncia a alguna oportunidad.

LUCAS 22: 39-42 » Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Cristo luchaba con todo este asunto de la entrega, y en el momento más críticos de su vida, le pide al Padre «si es tu voluntad pasa de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya». Sabemos que la voluntad del Padre es que fuera crucificado y justo eso fue lo que sucedió.

Respecto a nosotros?

Cuando fue la última vez que le dijo a Dios «Señor, quiero tu voluntad, no la mía sino la tuya. Lo que quieras en mi vida eso quiero. Lo que quieras sacar, quiero sacarlo de mi, pero sobretodo quiero que se haga tu voluntad en mi vida.»

Mire, para un general eso significa derrota, pero para un seguidor de Cristo es la victoria absoluta. Mucha gente a aceptado a Cristo como su Salvador, pero nunca han llegado al punto de entregarse al Señor, porque están aferrados a algo que no esta oculto, sino que esta allí y nunca se lo han entregado a Dios.

La mayoría de la gente diría: «Señor, puedes tenerme del todo, pero sé que esto esta aquí, no es tan malo, Señor, y nadie es perfecto, todos tenemos debilidades, eso es mío y tu me entiendes.»

NO, NO, NO SEÑORES, DIOS NO ACTUA DE ESA MANERA. Y esa es la razón por la cual tanta gente vive con trabas en su vida cristiana, y todo, porque nunca se han entregado por completo al Señor.

QUE QUIERE DECIR CON ENTREGARSE AL DIOS?

Eso significa venir delante de Dios, abrir su corazón y decirle: «Lo que sea que haya en mi vida que no te agrade, quiero que lo quites». Es estar dispuesto a confesárselo a Dios, arrepentirnos, alejarnos de eso, renunciar y entregárselo a Él.

Porque sino lo hace, nunca podrá convertirse en la persona que Dios quiere que sea. Nunca podrá disfrutar de las bendiciones de Dios.

Cuando un general dice: ‘Me rindo», esta renunciando a la libertad y a todos los derechos, a todo. Eso es lo que estaba haciendo Jesucristo con su entrega final al Padre, a la cruz, a la crucifixión y a la muerte.

Mire, Dios quiere que le confiemos a plenitud nuestra vida para guiarnos, dirigirnos y ayudarnos a convertirnos en la persona que Él quiere que seamos.

Si Jesucristo es el Señor de su vida, eso significa que Él esta a cargo de todo en nuestra vida, de nuestra conversación, nuestro carácter, nuestra conducta, todo rendido a Él. En otras palabras, lo que Él quiere no son nuestras posesiones, sino lo quiere a usted y a mí, la entrega de todo su ser.

QUE IMPIDE NUESTRA ENTREGA TOTAL?

Es la trampa del diablo. Algunos temen que Dios tome algo que quieren, algo a lo que se aferran, otros, piensan que Dios hará algo horrible. Por favor, que clase de Dios cree es Él. Dios no es así. Él solo quiere que nos entreguemos a Él para bendecirnos, para bendecir a otros atravez nuestro y darnos la oportunidad de disfrutar la vida cristiana, guiada por el Espíritu Santo, el Padre y Jesucristo. Quién tiene lo mejor de lo mejor para cada uno de nosotros.

Pero qué pasa cuando hay enfermedad, dolor, pesar, necesidad?. No significa que no pasaremos por esas cosas, porque esas cosas son necesarias para pulirnos, refinarnos y sacar de nuestra vida lo que nos estorba y que impide lo que Dios quiere que seamos.

Lo que quiero asegurarles en este día, es que si le damos las riendas de nuestra vida a Dios, allí comienza la vida plena de Dios. Y esa vida plena es descubrir cuánto nos ama Dios, Él perdona nuestros pecados, escribe nuestro nombre en el Libro de la Vida y lo más importante, que Dios ha resuelto que al morir iremos al cielo.

Sino tiene a Cristo, que tiene?. Entregue hoy su vida a Dios, dele todo su ser a Él, dele el privilegio de bendecirlo al máximo de su potencial, entréguese a Él. Tome en cuenta lo siguiente: en su último aliento, que importará?. Solo una cosa, su relación con Dios mediante su Hijo Jesucristo y su vida entregada a Él.

OREMOS: Padre celestial, en este día, venimos delante de tu presencia, abriendo nuestro corazón a ti, pidiéndote perdón por nuestros pecados, nos arrepentimos y hacemos un nuevo pacto de seguir tus mandamientos y preceptos establecidos en el Biblia. Y me entrego completamente a tī a partir de este día. En el nombre de Jesús. Amén.

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