Mensajes Puros

COMO ANDAR EN EL FAVOR DE DIOS

Cuando hablamos del favor de Dios, nos referimos a su aprobación, su aceptación, su apoyo, su provisión, su poder y su gozo. Y así se los demostró a Noé.

GENESIS 6: 5-8 » Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.

Mire lo que dice la Palabra, que Noé haya gracia delante de Dios. Y sabes porque?, porque era varon perfecto, justo y porque él caminaba con Dios. Y todos deberíamos caminar en ese favor.

Cuando venimos a hacer a Jesús parte de nuestra vida, el favor de Dios es derramado sobre nosotros al salvarnos y perdonar nuestros pecados, y se manifiesta por medio de la presencia del Espíritu Santo en nosotros al sellarnos como hijos de Dios. Su favor lo podemos sentir cada día al caminar en él. De ahí, la importancia del Espíritu Santo en nuestras vidas

Después de ser salvos, debemos ver la evidencia del favor del Señor en nuestra conversación, carácter y conducta, al vivir en la plenitud de su Espíritu. Nuestra manera de vivir y hábitos deben indicarles a quienes nos rodean que tenemos el favor de Dios. En vez de inquietarnos por las dificultades, podemos confiar en la presencia y fidelidad del Señor que responde nuestras oraciones.

CUALES SON LAS EVIDENCIAS DE CAMINAR EN EL FAVOR DE DIOS

1. Una de las evidencias del favor de Dios es el deseo que el Señor tiene de comunicarse con nosotros.

Tener el deseo de aprender a escucharle es esencial para que obedezcamos su voluntad. Una de las primeras lecciones que aprendimos cuando éramos niños fue escuchar a nuestros padres, y eso es justo lo que debemos hacer a la hora de relacionarnos con nuestro Padre celestial. Si solo le hablamos mientras oramos y no lo escuchamos, no conoceremos su voluntad para nuestra vida.

SALMOS 32:8 “Te haré entender, Te enseñaré el camino en que debes andar, Te aconsejaré con mis ojos puesto sobre ti.» 

A diario tomamos decisiones y enfrentamos situaciones que nos retan, debido a que no siempre sabemos lo que debemos hacer. Lo que necesitamos es la dirección de Dios, quien será fiel para guiarnos si lo escuchamos. Ya que nos ama y desea que obedezcamos su voluntad, nos aconseja por medio de su Espíritu Santo, quien nos guía y dirige.

2. Escuchamos la voz de Dios.

Esta es una lección fundamental para todos los que desean vivir en santidad. El Señor no nos abandona después de salvarnos para que hagamos nuestro mejor esfuerzo, por el contrario, desea comunicarse con nosotros si lo escuchamos, porque el Espíritu Santo esta tratando de decirnos algo, porque Él sabe exactamente lo que necesitamos, cuando, donde y como y sabe como decírnoslo de tal manera que podamos entenderlo. 

El Espíritu Santo que dirigió a los apóstoles es el mismo que mora en nosotros y nos dirige. A pesar de ser muy bendecidos, a menudo creemos estar demasiados ocupados para escucharlo. Nuestra mente está tan llena con otras preocupaciones, que no podemos escucharlo; pero no hay nada más importante que escuchar al Señor y vivir bajo su control.

3. La voz de Dios es congruente con la Biblia. 

El Espíritu Santo nunca expresará algo que va en contra de la Palabra de Dios. Èl no nos dirá que quebrantemos su Palabra.

4. La voz de Dios discrepa con el razonamiento humano. 

Si obedecemos a Dios, no siempre haremos lo que sea lógico, porque Él sabe el pasado, el presente, y el futuro de cada uno de nosotros. Sabe nuestras destrezas, el talento y su voluntad para nuestra vida.

Debido a que el Señor es infinitamente sabio y omnisciente, sus caminos son más altos que los nuestros y pueden parecernos ilógicos.

5.  La voz de Dios choca con los deseos carnales. 

Los deseos del Espíritu se oponen a los de la carne. Así que, el conflicto interno que sentimos ocurre porque el Espíritu Santo quiere guiarnos en la dirección opuesta a la carne.

6. La voz de Dios desafía nuestra fe. 

En ocasiones su Espíritu nos guía para que hagamos aquello que nos sentimos incapaces de hacer. A veces se requiere de valentía, porque cuando Dios nos da una orden, la acompaña con su fortaleza, poder y preparación para hacer lo que nos ha llamado a hacer.

7. La voz de Dios nos habla con voz apacible. 

No nos grita, sino que nos habla con ternura, por medio de nuestra conciencia, mientras nos susurra “Este es el camino, andad por él” (Is 30.21).

8. La voz de Dios nos habla muy claro. 

Desea que comprendamos lo que nos ha hablado desde el día en que fuimos salvos. Primero, su voz nos hizo reconocer nuestro pecado y nos condujo al arrepentimiento para salvación. Y ahora nos sigue hablando para que podamos vivir cada día en sumisión y obediencia a Él.

Nos ama y cuida a cada uno en particular y nos guía en cada situación.

No escucharemos su voz si llenamos nuestra vida de otros asuntos. Aunque no deseemos escucharle, nunca podremos silenciar la voz del Señor. Pero puede que, de cierta manera, su Espíritu se apague y, como hijos de Dios, seamos disciplinados por Él.

COMO DIOS CAPTA NUESTRA ATENCIÓN¿

1. Nos inquieta por dentro. Usa una sensación de incomodidad para la cual no podemos identificar la causa, con el propósito de guiarnos hacia el Señor, y así poder escucharlo.

2. Nos da un mensaje mediante alguien más. Puede que Dios use a otra persona para hablarnos. Sin embargo, debemos ser cuidadosos al considerar el estilo de vida de esa persona para que no nos desviemos.

3. Nos bendice. En ocasiones, Dios nos bendice en abundancia para que recordemos cuán bueno es.

4. Por medio de oraciones no contestadas. Si no responde a nuestras oraciones, puede que esté tratando de hacernos más humildes para que aprendamos a esperar su dirección.

5. Por medio de decepciones. El Señor usa las decepciones para captar nuestra atención y así volvamos a Él.

6. Por medio de fracasos. Todo fracaso que nos lleve a orar de rodillas es bueno y a acercarnos más a Él.

7. Por medio de problemas económicos. Nuestro Padre celestial desea que pongamos en sus manos nuestras necesidades.

8. Por medio de enfermedades y lesiones. Puede que Dios use las enfermedades para evitar que vayamos por el camino equivocado y para enseñarnos a seguirle.

A pesar de todo, andar en el favor de Dios, cueste lo que cueste, vale la pena, porque Dios quiere más para usted que lo que usted mismo quiere.

A veces Dios quiere algo mejor para usted. Mire Dios no es capataz, Él es nuestro maravilloso y amado Padre Celestial.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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LUCHA POR EL DOMINIO PROPIO

¿Existe algún aspecto de su vida que esté fuera de control? Pueden ser problemas económicos o de inmoralidad, relaciones con otras personas, actitudes, hábitos, chismes, o pereza.

La falta de dominio propio en cualquier aspecto de la vida no concuerda con quienes somos en Cristo. El deseo del Señor es que vivamos en completa sumisión a Él, para que su Espíritu produzca en nosotros dominio propio.

Si luchamos con Dios por el control de nuestra vida, sufriremos de estrés, ansiedad e infelicidad al estar en desacuerdo con Él. Cada vez que permitimos que nuestros deseos e impulsos nos controlen, nos privamos del descanso, la paz y el gozo del Señor.

¿Lucha con algunos de estos deseos?

  • Aceptación. ¿Qué tan grande es su deseo de ser aceptado por quienes le rodean?
  • Amor. ¿Es este un factor determinante en sus decisiones?
  • Placeres. ¿Se deja dominar por aquello que parece divertido y le hace sentir bien?
  • Sexo. ¿Tiene deseos sexuales que van más allá de los límites que Dios ha establecido?
  • Riqueza y seguridad. ¿Es esto una prioridad en su vida?
  • Logros. ¿Su deseo de sobresalir está fuera de control?
  • Notoriedad y fama. ¿Busca obtener prestigio sin importarle el costo?
  • Felicidad. ¿Qué está dispuesto a realizar con tal de sentirse feliz?
  • Atractivo. ¿Se ha dejado consumir por el deseo de lucir mejor que otros?
  • Control. ¿Anhela controlar la vida de otros o alcanzar una posición de poder y autoridad?
  • Aceptación propia. ¿Se siente descontento con la manera en la que Dios le creó?

La carne contra el Espíritu

El dominio propio consiste en pensar antes de actuar y en considerar las posibles consecuencias. Es un aspecto del fruto del Espíritu que contrasta con las obras de la carne.

• Las obras de la carne.

GALATAS 5:19-22 “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”

Esta es una lista de acciones que no son del Espíritu Santo, sino de la naturaleza pecaminosa y carnal. Nos advierte que aquellos que practican tales obras no verán el cielo. No se trata de haberlos cometido en el pasado o de no haber resistido a la tentación en alguna de estas áreas. La palabra clave para comprender esta porción bíblica es “practican”. Es decir, se refiere a las personas que han hecho del pecado un hábito constante, un estilo de vida, o una identidad. Tales personas no son verdaderas cristianas, pues quienes viven continuamente en pecado no son salvos de verdad.

• El fruto del Espíritu.

GALATAS 5:22-23 “Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” .

Estas son características que resultan de la obra del Espíritu Santo en la vida de aquellos que han recibido a Jesucristo como Señor y Salvador. Aquellos que tienen estas cualidades contrastan con la sociedad que los rodea, pues son atributos semejantes a los de Cristo. Hay lugares a los que nunca irán, actividades en las que no participarán y cosas que no verán, porque hacerlo no encajarían con quienes son en Cristo.

Todos los que han sido salvos de verdad le dan la espalda al pecado. Aunque eso no significa que nunca más pecarán, sí han renunciado a su antiguo estilo de vida. Viven comprometidos a obedecer al Señor y a avanzar en su camino, no en las obras de la carne. A medida que se someten al Espíritu Santo que mora en ellos, Él produce su fruto que es reflejo de Cristo y una bendición para el creyente.

La batalla comienza cuando los creyentes en Cristo deseamos hacer lo correcto, pero sentimos que algo nos empuja en la otra dirección. La única manera de romper con esa tensión es rendirnos ante el Señor, confesando nuestro pecado y cediendo el control de nuestra vida a Dios. Si nos negamos, vendremos a ser esclavos del pecado y nos perderemos las bendiciones y recompensas que produce la obediencia.

Quizás nos parezca imposible renunciar al pecado que nos esclaviza, pero no lo es si el Espíritu Santo mora en nosotros. Él nos fortalece para alejarnos de la tentación y para entregarnos a Dios. Cuando su Espíritu tiene el control de nuestras acciones y pensamientos, podemos pensar antes de actuar y tener las fuerzas para hacer su voluntad.

LA CLAVE DEL DOMINIO PROPIO.

  • El dominio propio requiere que pensemos antes de actuar. De no hacerlo, nos lamentaremos después.
  • Debemos tener un firme deseo de obedecer a Dios. Si no obedecemos, no podremos vencer la batalla interna con el pecado, ni vivir en santidad.
  • Tenemos que creer que el Espíritu Santo nos facultará. La sociedad pecaminosa en la que vivimos no tiene por qué vencernos, pues no peleamos esta batalla solos. El Espíritu de Dios nos capacitará para que podamos renunciar al pecado y vivir en sumisión a Él.

AL SER TENTADOS, DEBEMOS HACERNOSLAS SIGUIENTES PREGUNTAS:

  • ¿Cómo nos afectará espiritualmente?
  • ¿Cómo nos afectará económicamente?
  • ¿Cómo afectará nuestra salud?
  • ¿Cómo afectará la manera en que otros nos ven? ¿Podrán vernos como creyentes con un compromiso genuino con el Señor, o como personas que proclama ser cristianos, pero que no viven como tales? ¿Es el fruto del Espíritu evidente en nuestra vida?
  • ¿El pecado que nos tienta es mejor que recibir las bendiciones que Dios ha preparado para nuestra vida?

NO SE DEJE ENGAÑAR.

Andar en el Espíritu y expresar su fruto no siempre es fácil, aunque es la voluntad de Dios. Además, serias y dolorosas consecuencias nos aguardan si cedemos al pecado. El apóstol Pablo advierte acerca de esto en:

GALATAS 6:7 : “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”.

Afirmar que Cristo es nuestro Salvador y luego vivir como nos plazca es burlarse de Dios, lo cual produce una cosecha dolorosa de lo que hemos sembrado. Sin embargo, vivir en obediencia al Señor produce una gran cosecha de justicia y del fruto del Espíritu en nosotros.

OREMOS: Padre celestial, hoy vengo delante de ti, humillado a pedirte que perdones mis pecados. Hoy hago un compromiso de seguir tus mandamientos y preceptos. Ven a morar a mi corazón y has de mi una nueva criatura que te ame con todo mi corazón. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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¿PREOCUPADOS SOLO POR EL PAN?, CUANDO PERDEMOS DE VISTA LO REALMENTE IMPORTANTE.

Llevamos 215 días de pandemia en Honduras. ¿Se ha preocupado? ¿Tenía planes? ¿Ha dudado? ¿Se ha sentido confundido?

Yo puedo responder, sí, a todas esas preguntas. Es que como personas con una naturaleza pecaminosa, es muy fácil, olvidar que tenemos un Dios Todopoderoso. Somos como el pueblo de Israel justo después de haber cruzado el mar Rojo. Este pueblo vio, la columna de nube en el día, y la columna de fuego en la noche, con estos dos portentos podían caminar de día y de noche y poder escapar de la ira del faraón. Luego vieron abrirse al Mar Rojo, vieron cerrarse el Mar Rojo y con ello tragarse a los enemigos que les perseguían. Cantaron y bailaron por esa victoria, pero rápidamente olvidaron todo el favor de Dios para enfocarse en saciar el deseo de comer las cebollas y la comida egipcia.

A veces se nos olvida de dónde nos sacó el Señor. Vamos a la Palabra y descubramos juntos los tesoros de la Palabra de Dios:

M​ARCOS 8:14-21 «Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca. Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes. Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón?, ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?. Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?»

El mensaje central de este pasaje y la idea que debe permanecer en su mente es: D​ios es todo en mi vida, nada es más importante que Dios, y no me dejaré llevar por la corriente de este mundo.

A. Estamos enredados en la vida cotidiana y olvidamos lo trascendental.

Jesús va con los discípulos en la barca, y trata de enseñar verdades profundas, “cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes. La levadura afecta a toda la masa, recuerde que para el pueblo de Israel la levadura era símbolo de impureza, en la Pascua se comía pan sin levadura, simbolizando la pureza. Jesús divide las levaduras: la de los fariseos y la de Herodes… ambas terribles, hipocresía, maldad, crueldad, etc.

  1. Es importante cuidar de nuestro diario vivir, pero no es lo determinante. Si usted no trabaja, no tiene derecho a comer, dice la Palabra. Pero no puede enfocarse solo en el trabajo. Debe guardar un balance.
  2. Por cuidar lo temporal, descuidamos lo eterno. Nos enredamos en lo que perece, lo banal de la vida, los afanes del mundo, y nuestro enfoque se pierde de lo realmente importante lo eterno. ​Colosenses 3:2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
  3. Por ocuparnos de trivialidades, no escuchamos al maestro. Qué fácil es decir: “los discípulos peleando, quién había olvidado comprar la comida del viaje” Pero, ¿acaso nosotros no nos enfrascamos en discusiones sin sentido por qué vestir o qué comer? Jesús hablando, y nosotros discutiendo sobre si comemos pizza o pollo o sopa… Terminamos como Marta, la hermana de Lázaro, y el maestro con ternura nos llama la atención y nos dice:​ …afanados y turbados están con muchas cosas. Lucas 10:41

B.  Jesús demanda poner prioridades.  Y​ a no es tiempo de discutir cosas sin sentido trascendental. Creo que una de las cosas en estos tiempos, es valorar lo realmente importante. Hay prioridades, usted y yo dijimos, más de una vez, no tengo tiempo, ¿pues que cree? A la fuerza nos dieron más tiempo… nos obligaron a encerrarnos, nos obligaron a cuidarnos, si hay tiempo. Y si eso es en lo terrenal, cuanto más en lo espiritual, pero la cuestión es llevar mi vida espiritual, esa que está alineada a Jesús, a que afecte positivamente mi vida terrenal. Cuando pongo a Dios en primer lugar, no me preocupa que comeré, o si tengo o no tengo para pagar la factura de energía, no me malentienda, trabaje duro para sus compromisos, pero no ponga su confianza en su fuerza, ni en su trabajo, sino que ponemos nuestros ojos en Jesús.

  1. Abramos el entendimiento. ¿​ Acaso no entienden? Preguntó el Maestro, la pregunta sigue vigente y sigue haciéndose.
  2. Requiere humildad y entrega. N​ o lo sabemos, ni lo podemos todo. Necesitamos ayuda. Necesitamos auxilio. Salmo 121 dice Alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro?
  3. Dios no desprecia un corazón dispuesto. ​Lo contrario de un corazón dispuesto, es un corazón endurecido. Jesús les habla fuerte a sus discípulos, y nos habla fuerte a nosotros y llama con energía nuestra atención para que dispongamos el corazón en depongamos toda barrera de orgullo y demos paso al conocimiento de Dios, para ser usados en la extensión de su Reino. Un corazón dispuesto, obedece y se enfoca en Dios y su Reino.

C. Jesús nos recuerda que él es Todopoderoso. Ustedes han visto, ustedes han oído, ¿No recuerdan? NO DEBEMOS OLVIDAR LA MISERICORDIA, NI LA GRACIA DE DIOS SOBRE NUESTRAS VIDAS. Pero qué fácil para nosotros es olvidar que Dios es tan bueno. Hagamos un ejercicio mental, y por un momento recuerde de dónde le ha traído el Señor, no quiero decir, de dónde lo ha sacado, pero si piense: ¿De dónde me ha sacado el Señor? ¿Hasta donde me ha traído? Decida NUNCA volver atrás.

  1. Él nos ha llenado de favores y misericordias.
  2. Cada día experimentamos un milagro y ni cuenta nos damos.
  3. ¿Acaso no entienden?. Qué debemos entender, pues debemos entender esta idea que no debe irse jamás de su mente: D​ ios es todo en mi vida, nada es más importante que Dios, y no me dejaré llevar por la corriente de este mundo.

​Somos producto de la gracia de Dios. NO LO OLVIDE, usted es depositario de la multiforme gracia de Dios. Si usted se acerca más a Dios, más se va a parecer a Cristo, si usted se ejercita en este pensamiento: ​Dios es todo en mi vida, nada es más importante que Dios, y no me dejaré llevar por la corriente de este mundo… ​le aseguro que está por ver los mejores años de su vida. No hablo de un camino sin espinas, pero si le hablo de vivir una vida en sintonía con la gracia de Dios.

Repita conmigo: D​ios es todo en mi vida, nada es más importante que Dios, y no me dejaré llevar por la corriente de este mundo.

FUENTE: Gracias Pastor DORIAN BANEGAS por sus enseñanzas.

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COMO ESTAR SEGUROS DE LA VOLUNTAD DE DIOS

Si alguien le preguntara a qué se refieren los cristianos al hablar de la voluntad de Dios, ¿qué le respondería?

Pues déjame decirte que la Voluntad de Dios es uno de los principios más importantes después de haber recibido a Jesús como el Señor y el Salvador de nuestras vidas. Porque él vivir a diario sin la guía y la dirección de Dios, es insensatez. Y qué bueno que nuestro modelo para hacer la voluntad de Dios es el Sr. Jesucristo y lo podemos ver claramente en este pasaje:

LUCAS 22:39-42 «Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»

En ese momento se preguntó: Hay alguna otra manera de redimir al mundo?, y el Padre le dijo, no!,  esa es la única manera. Y Jesús le dijo: que no se haga mi voluntad sino la tuya, porque nada va a satisfacer, más que la voluntad del Padre. Dios nos creo para depender del Dios Todopoderoso, y Jesús reconocía esa dependencia para con el Padre.

Por lo tanto, La Voluntad de Dios es lo que Dios aprueba y determina llevar a cabo. Y concierne las decisiones de Dios de qué hacer y que no hacer.

Cuando hablamos de la voluntad de Dios, nos referimos al propósito de Dios, el plan de Dios y el deseo del corazón de Dios para cada uno de nosotros, porque Él tiene un interés personal en ello.

SALMOS 40:8  “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”.

Sin embargo, algunos creyentes asisten a la iglesia cada semana sin detenerse a pensar en la voluntad de Dios. Por tanto, no tienen idea alguna de cómo el Señor desea usarlos.

Debemos vivir cada día de acuerdo al propósito de nuestro Padre celestial, conforme a sus planes y en obediencia a sus deseos. Pero ¿cómo podemos estar seguros de que andamos en su voluntad? Sobre todo, si enfrentamos tiempos de dolor, sufrimiento y dificultad. Aunque las pruebas pudieran parecer contrarias a la voluntad de Dios, nos asegura que aquello que permite ha sido diseñado para nuestro bien; incluso los problemas y las dificultades.

CATEGORIAS DE LA VOLUNTAD DE DIOS

  1. La voluntad predestinada. Ciertos eventos han sido predestinados por el Señor y nadie puede ir por encima de su soberanía.
  2. La voluntad moral. Se refiere a las normas morales por las que Dios desea que el ser humano se guíe. Un buen ejemplo de esto son los Diez Mandamientos, los cuales se aplican a todas las personas.
  3. La voluntad deseada. El Señor declara de qué manera debemos vivir los cristianos.
  4. La voluntad circunstancial. Si hemos fallado y no podemos vivir de acuerdo a sus normas, Dios desea que sepamos cómo debemos reaccionar ante dichas circunstancias.
  5. La voluntad inmediata. Esta se refiere a lo que nuestro Padre celestial desea que hagamos en cuanto a la situación que enfrentamos.

COMO ESTAR SEGUROS DE LA VOLUNTAD DE DIOS?

Cada día debemos tomar decisiones, y cada una de ellas es una oportunidad para preguntarle al Señor lo que desea que hagamos. Estas decisiones pueden ser prácticas, morales, financieras o de cualquier otra índole. Cada aspecto de nuestra vida debe ser sometido a la voluntad de Dios, pues Él, ya ha escogido el mejor camino que debemos seguir. El Señor conoce cada situación que enfrentaremos desde nuestro nacimiento hasta el día de nuestra muerte. Solo Él tiene la sabiduría, gracia, bondad y misericordia para cambiar nuestro corazón y guiarnos en cada aspecto de la vida.

Para ayudarnos a reconocer si nuestras decisiones concuerdan con la voluntad de Dios, debemos hacernos las siguientes preguntas:

1. ¿La decisión concuerda con la Palabra de Dios? Su voluntad y su Palabra siempre concuerdan. El Señor se  revela por medio de las Sagradas Escrituras y nos muestra la forma en la que obró en la vida de los hombres y mujeres de la Biblia. La única manera en la que podemos saber si Dios aprueba lo que hemos escogido hacer, es determinar si está de acuerdo con lo que enseña en su Palabra. Dios no desea esconder su voluntad de nosotros, sino que quiere revelarla a todos los que deseen obedecerlo de verdad. Sin embargo,  si nos encontramos lejos del Señor y en pecado, no recibiremos su dirección hasta que primero prestemos atención a sus advertencias y nos pongamos a cuentas con Él. Para saber lo que debemos hacer, vaya a la Palabra de Dios y talvez no sepas a donde ir, pues hay indice en las Biblias relacionado a temas específicos donde Dios te dice si eso concuerda con la voluntad de Dios o no.

2. ¿Es una decisión sabia? Lo primero que debemos considerar son las consecuencias. Cada decisión produce consecuencias; algunas son de nuestro agrado y otras no. Así que, debemos evaluar los posibles resultados  de nuestras elecciones y cómo pueden afectar a otros. Nuestras decisiones influenciarán a las personas de una manera u otra. Los que viven a nuestro alrededor observan la manera en que vivimos, lo que hacemos y cómo reaccionamos. Aunque es cierto que no podemos cumplir a la perfección la voluntad del Señor, sí podemos tomar decisiones sabias que beneficien su reino, la vida de otros y la nuestra.

3. ¿Puedo pedirle a Dios que me ayude a tomar una decisión? La vida cristiana consiste en una relación seria con el Señor, y no debemos intentar tomar decisiones por nuestra cuenta, para luego buscar su aprobación. Primero debemos preguntarle si es lo que desea que hagamos. Cómo vivimos en un mundo que se opone a Dios y a su justicia, somos incapaces de tomar decisiones sabias sin su ayuda y dirección.

4. ¿Tengo paz genuina en cuanto a la decisión? Al caminar dentro de la voluntad de Dios podemos disfrutar de paz verdadera y sentir agradecimiento por su dirección. Pero si nuestra decisión no concuerda con la voluntad de Dios, nos sentiremos irritados y llenos de dudas. Aunque quizás hemos tomado la decisión correcta, tenemos que estar seguros de si es o no el tiempo de Dios. Si nos adelantamos o nos atrasamos a su plan, pagaremos un alto precio.

5. ¿Concuerda esto con mi identidad como seguidor de Jesucristo? Si en verdad hemos nacido de nuevo y seguimos a Cristo, desearemos hacer su voluntad al adaptar nuestro comportamiento y acciones, para que            concuerden con nuestra identidad en Cristo. Por ejemplo, la manera en la que hablamos, nos vestimos, reaccionamos y actuamos debe ser un reflejo de Cristo en nosotros. Si nuestras decisiones difieren de quienes somos en Cristo, entonces no son la voluntad de Dios.

6. ¿Concuerda esta decisión con el plan de Dios para mi vida? Algunas de las respuestas a nuestras preguntas relacionadas con lo que debemos hacer están reveladas de manera clara en la Biblia; pero en otras      ocasiones, la situación específica que enfrentamos no se menciona en su Palabra. Por tanto, debemos considerar si nuestra decisión revelará alguna incongruencia entre nuestra conducta y nuestra vida cristiana. La hipocresía daña nuestro testimonio de Cristo.

7. ¿Honrará a Dios esta decisión? El Señor es glorificado cuando nuestras decisiones concuerdan con su Palabra; pero si no podemos dormir bien y no sentimos tranquilidad, debemos considerar lo que hemos elegido. Dios trae esa inquietud a nuestro corazón para protegernos de malas decisiones, pues nos ama y desea guiarnos hacia el mejor camino.

8. Como consecuencia de mi decisión, ¿sentiré arrepentimiento y pesar por el resto de mi vida? El  momento para reflexionar en esta pregunta es antes de tomar una decisión, pues si no forma parte de la voluntad de Dios, el remordimiento y la inquietud que vendrá como consecuencia puede acompañarle toda la vida. Piense en esto: Dios quiere lo mejor para usted.

9. ¿Puedo esperar que Dios me recompense por esta decisión? Las decisiones que tomamos en esta vida determinan si nuestras acciones son dignas de recompensas en este mundo y en el cielo.

Me imagino que te estas preguntando: que puedo hacer para que todo esto que se ha mencionado se manifieste en mi vida?. Para ello, voy a invitarte a hacer la siguiente oración:

«Padre celestial, vengo delante de tu presencia para pedirte perdón por mis pecados, lávame y límpiame. Me arrepiento. Ven a morar a mi corazón y has de mi una nueva persona, que te ame y siga tu voluntad. Abre mis ojos espirituales para comprender tu Palabra y seguir tus caminos. Te lo pido todo en el nombre de Jesús. Amén.»

FUENTE: Gracias Pastor CHARLES STANLEY por sus enseñanzas.

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